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19 abril 2024

La Mesa de Diálogo avanza en garantizar elecciones a la medida de Maduro

La Mesa de Diálogo de la Casa Amarilla no aborda el principal reclamo de los ciudadanos: La alternancia en el Poder Ejecutivo. Mientras, las conversaciones continúan con el propósito de estructurar los cambios dentro del CNE que abonen el camino al triunfo de Nicolás Maduro en las próximas elecciones parlamentarias.

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Eugenio G. Martínez | 18 noviembre 2019

El diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y los partidos disidentes de la oposición continúa con dos claros propósitos: El refrescamiento de los integrantes del Consejo Nacional Electoral (CNE), y formalizar cambios significativos en el sistema electoral y en el procedimiento de adjudicación de cargos que se utilizará en las próximas elecciones parlamentarias.

Estas conversaciones avanzan a pesar del rechazo mayoritario de los ciudadanos a este proceso, sin tomar en consideración las críticas de la comunidad internacional por excluir a los representantes de Juan Guaidó y sin valorar que estos partidos que representan a la oposición: Cambiemos, Soluciones, Movimiento al Socialismo, Esperanza por el Cambio y Avanzada Progresista, cuentan con una mínima representación en el Parlamento.

Según el más reciente estudio de la firma Datanálisis sólo 24% de los venezolanos dicen estar de acuerdo con la mesa de diálogo instalada entre los representantes de Maduro y los partidos minoritarios de la oposición. Sólo quienes se autodefinen como chavistas valoran positivamente este proceso.

Al dividir al grupo que apoya la conformación de esta mesa de diálogo según la simpatía y militancia partidista de los venezolanos destaca que mientras 53% de quienes se autodefinen como chavistas avalan esta proceso, apenas 23,9% de los independientes y 12% de los opositores aprueban la conformación de una nueva mesa de diálogo en la que no participa Juan Guaidó, ni los principales partidos de oposición.

Según este estudio de Datanálisis la confianza en los actores que intervienen en la llamada Mesa de Diálogo de la Casa Amarilla es mínima. Según este estudio sólo 15,4% de los ciudadanos tienen algún grado de confianza en los representantes del gobierno de Maduro que participan en las reuniones de diálogo, mientras apenas 14% dice tener algún grado de confianza en los partidos minoritarios.

Si se analiza por autodefinición política la percepción que tienen los ciudadanos de los partidos minoritarios de oposición destaca que los que más confían en ellos son las personas que se autodefinen como chavistas.

“La Mesa de Diálogo de la Casa Amarilla no aborda el principal reclamo de los ciudadanos: La alternancia en el Poder Ejecutivo”

El estudio refleja que 27% de los chavistas, 12% de los independientes y apenas 11% de los opositores dicen tener confianza en los partidos que han decidido desligarse de los actores políticos mayoritarios de la Asamblea Nacional (AN).

En contrastaste, los ciudadanos se dividen en dos grupos de similar tamaño cuando se valora la posibilidad que se reanude el proceso de negociación que promovía Noruega entre representantes de Nicolás Maduro y Juan Guaidó.

En este caso 45% dice estar de acuerdo con que se reanude este proceso, y 42% se manifiesta en contra. El grupo que respalda la reanudación del diálogo entre Maduro y Guaidó se compone de la siguiente forma: 61% de los chavistas, 41% de los independientes y 46% de los opositores.

Los principales referentes de este proceso de negociación tampoco cuentan con la valoración de la mayoría de los venezolanos.

En el caso de Claudio Fermín (Soluciones) apenas 9,6% de los ciudadanos valoran positivamente su desempeño, mientras que 11% describe positivamente las actuaciones de Henri Falcón (Avanzada Progresista).

Distinto es el caso de Javier Bertucci. Después de los comicios presidenciales sobrevenidos de 2018 el líder de Esperanza por el Cambio era valorado positivamente por 31% de los ciudadanos. No obstante, desde su participación en la Mesa de Diálogo de la Casa Amarilla la aprobación que le dan los ciudadanos cayó significativamente hasta llegar a 15%.

Prioridades para negociar

Aunque la Mesa de Diálogo de la Casa Amarillano cuenta con el aval de los ciudadanos, sí está tocando algunos de los temas que los ciudadanos consideran necesarios que se aborden en una negociación. No obstante, debe destacarse que la prioridad para los venezolanos es la alternancia en el Poder Ejecutivo, un tema que no se discute entre los partidos minoritarios de la oposición y los representantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Según el más reciente estudio de Datanálisis (en una pregunta de selección múltiple) las prioridades en una negociación para los venezolanos son:

  • Elección presidencial perentoria (49%).
  • Cambio de todos los rectores del CNE (40%).
  • Liberación de presos políticos (26%).
  • Reconocimiento de la Asamblea Nacional (20%).
  • Levantamiento de las sanciones internacionales (29%).

Cambios en el sistema electoral

Además de la excarcelación de algunos presos políticos, el principal avance de la Mesa de Diálogo de la Casa Amarilla se centró en los cambios acordados en el sistema electoral. Esta decisión la tomaron exclusivamente los partidos PSUV, Cambiemos, Soluciones, Esperanza por el Cambio, Movimiento al Socialismo y Avanzada Progresista; correspondiéndole a Francisco Ameliach y a Javier Bertucci realizar los anuncios sobre los cambios acordados.

La medida que acordaron implementar para las elecciones parlamentarias estos partidos implica disminuir la cantidad de diputados que se escogen por nombre y apellido, y aumentar la cantidad de diputados que se eligen en listas cerradas.

“Lo acordado por los partidos minoritarios de oposición y el PSUV implica modificar la Ley Orgánica de Procesos Electorales”

El primer elemento que debe resaltarse como irregular es que la decisión tomada en la Mesa de Diálogo de la Casa Amarilla debería ser la conclusión de un amplio debate en el Parlamento Nacional. Adicionalmente es necesario recordar que lo acordado por los partidos minoritarios de oposición y el PSUV implica modificar la Ley Orgánica de Procesos Electorales.

Aunque Ameliach y Bertucci se escudaron en justificar esta decisión para lograr aumentar la “representación proporcional de las minorías”, en esencia tomaron la decisión sin ni siquiera plantear el cambio de la fórmula matemática utilizada para la distribución de los escaños.

En este punto se debe indicar que si realmente existiera algún interés en garantizar la representación proporcional de las minorías a través de listas electorales, al menos se ha debido plantear sustituir el método D’Hondt por el método Sainte-Laguë (Sainte-Laguë es el que garantiza mayor proporcionalidad).

Al negarse públicamente esta discusión es sencillo suponer que el interés de aumentar el número de diputados que se escogen a través de listas no persigue garantizar la representación proporcional de las minorías, sino garantizar un número específico de escaños entre los partidos que tomaron la decisión, especialmente cuando será necesario que el CNE redefina las circunscripciones de votación.

CNE 2:2:1

Timoteo Zambrano (Cambiemos) reiteradamente ha explicado al cuerpo diplomático en Venezuela que se escogerá un CNE con una composición 2:2:1. Una idea que ya se intentó en 2003 y no resultó efectiva. Como hemos indicado en otros textos de La Gran Aldea, plantear un CNE 2:2:1 es un error porque significa desconocer el funcionamiento del organismo electoral.

@puzkas

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