En la aldea
01 mayo 2024

¿A quién beneficia que Edmundo González renuncie?

«Lo que no se ve son las amenazas y presiones que está recibiendo desde distintos frentes para que, en efecto, materialice su salida y deje el puesto vacante en la tarjeta de la alternativa democrática»

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Alejandro Hernández | 18 abril 2024

Creer que el hecho de que aún no haya un acuerdo entre María Corina Machado y Manuel Rosales sea indicador de que “no pasa nada”, es un error de percepción.

Muchas cosas están pasando: algunas visibles y otras no. En las últimas horas, por ejemplo, hemos visto mensajes y versiones sobre la supuesta renuncia del exembajador Edmundo González Urrutia a su condición de candidato de la Plataforma Unitaria. Lo que no se ve son las amenazas y presiones que está recibiendo desde distintos frentes para que, en efecto, materialice su salida y deje el puesto vacante en la tarjeta de la alternativa democrática.

Tampoco vemos las circunstancias difíciles que podría estar afrontando el partido Centrados en la gente y su candidato inscrito, Enrique Márquez, quien se reunió ayer con la Plataforma Unitaria (PU) y es un nombre a considerar.

Lo que ocurre con Edmundo González Urrutia ha alcanzado el plano personal. No es algo que él esté denunciando, pero fuentes cercanas y de alto nivel en el cónclave opositor expresaron en privado a La Gran Aldea su preocupación por el tono y los matices de esas presiones.

Negada la inscripción a Machado, obstaculizada la oportunidad a Corina Yoris y ante el hecho de que el gobernador Manuel Rosales es “potable” para el CNE, pero no lo es tanto para buena parte de la Plataforma Unitaria, de pronto la figura conciliadora y respetable del diplomático González Urrutia –quien estuvo en la directiva de la Mesa de la Unidad Democrática- ha cobrado otra dimensión, otro perfil.

Visto lo visto, ¿podría ser González Urrutia el candidato de la Unidad? En este momento él podría representar ese nombre que obtenga el apoyo de la PU y también la venia de María Corina Machado. Después de todo, las organizaciones políticas que integran la coalición opositora han reafirmado una y otra vez su compromiso de mantenerse en la ruta electoral.

El asunto es que, aunque Manuel Rosales cuenta con el respaldo de Un Nuevo Tiempo (UNT), Acción Democrática (AD) y Movimiento por Venezuela (MVP); los otros siete partidos (Voluntad Popular, Convergencia, La Causa R, Copei, Encuentro Ciudadano, Proyecto Venezuela y por ahora Primero Justicia) acatan el “mandato” del resultado de la primaria y sostienen su apoyo a María Corina Machado.

¿Estarían dispuestos esos siete partidos y Machado a impulsar la candidatura de Edmundo González Urrutia?. Formalizar al candidato “tapa” como aspirante en firme pondría a Rosales en la situación de honrar su palabra con aquello del lacito en la tarjeta de UNT, pero la salida de las opciones de González y Márquez de la carrera, deja al Gobernador del Zulia como ¿única opción?.

Un detalle llamativo es que el coordinador de la PU, Omar Barboza, es el encargado de la comunicación con González, por parte de esa instancia. ¿Qué hará el honorable diplomático sabiendo que tiene en sus hombros esta enorme responsabilidad?. Ciertamente, la renuncia a la candidatura fue acordada desde el principio entre González y la Unidad. Por eso se le ha calificado de “tapa”, pero su postulación sirvió para poder mantener viva la tarjeta de la MUD ante las arbitrariedades del organismo electoral y en política nada es estático.

En ese mismo escenario, y especialmente tras su reciente acercamiento a la Plataforma Unitaria, Enrique Márquez también comienza a perfilarse como una opción. Por supuesto que al día de hoy no hay decisiones tomadas, pero las opciones son tan claras que la presión y las amenazas se han incrementado de forma muy importante y sensible. ¿Cuál es la intención de sacar del camino a González? Está claro a quienes perjudica, pero ¿a quién o a quiénes beneficia? La respuesta, como en la canción de Bob Dylan, está en el aire…

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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