La situación para los venezolanos se complica aún más con el reciente estallido de diversas crisis en países del Continente; así como la nueva realidad del pedido de visado para los venezolanos que quieran visitar países dentro y fuera de América Latina, lo que hace que la posibilidad de volver a emigrar sea cada vez más difícil. Muchos venezolanos tendrán que “esperar y ver” si Alberto Fernández es capaz de resucitar la alicaída economía local o si, por el contrario, Argentina sucumbe en una crisis económica y social similar a la que los empujó a emigrar desde Venezuela.
Pasadas las seis de la tarde, cuando ya comenzaban a darse resultados a boca de urna de las elecciones presidenciales argentinas de este pasado 27 de octubre, la frustración fue inevitable entre los venezolanos que hacen vida en el país sureño y aguardaban con esperanzas el no retorno del kirchnerismo al poder.
La mayor preocupación en la victoria de Alberto Fernández se deriva de la implementación de políticas populistas que estimulen y agraven la crisis que vive Argentina, hasta el punto que se repita el cuadro de hiperinflación y recesión que vive hoy Venezuela.
“Mi motivación al irme de Venezuela fue principalmente económica y en búsqueda de seguridad personal. Pero ya ahora me he dado cuenta que también me sentía extranjero en una sociedad donde se premiaba el facilismo y los caminos verdes antes que el esfuerzo y el trabajo genuino”, relata Jorman Manrique, un joven economista que hace tres años escogió a la Argentina como lugar de residencia ante la compleja situación humanitaria que atraviesa el país en manos de Nicolás Maduro.
Teme en repetir la historia venezolana con un incremento de controles, retenciones a las exportaciones del campo y un aumento de las barreras arancelarias. “Si no se acuerda un sistema de ajuste de precios programados entre los sindicatos, los empresarios y el Estado, Argentina puede terminar en hiperinflación antes de que termine el gobierno de Macri”, advierte Manrique.
Aun así, sin dejar de estar alerta, Manrique insistirá en Argentina hasta tanto no exista una radicalización política que lo obligue a replantearse su futuro en otro lugar. Ha logrado estabilizarse y actualmente está tramitando la ciudadanía. “Los venezolanos aún no somos un problema visible en Argentina, dado que es un país enorme en territorio, con 48 millones de personas”, apunta.
Este también es el caso de Luis Pulido, otro venezolano en Argentina consultado por La Gran Aldea, quien después de cuatro años no ve fácil comenzar de cero en otro lugar, sobre todo en Latinoamérica ante las recientes protestas sociales en diversos países.
La inestabilidad sociopolítica y la inseguridad fueron los detonantes que lo motivaron a irse a la Argentina. La facilidad de los trámites migratorios también tuvo peso en la decisión. “Salvo alguna situación importante que pueda afectarme, no tengo planes a corto ni a mediano plazo de irme de aquí. Cerca de cuatro años de haber migrado, tengo cierta tranquilidad como para volver arrancar de cero”, recalca.
A su juicio, hay que esperar. Alberto Fernández asumirá el reto presidencial en un contexto diferente al momento geopolítico que tuvieron los Kirchner. Por supuesto, advierte, que no deja de llamar la atención que el primer viaje del mandatario electo será a México y no a Brasil, como suele ocurrir por tradición, “ya esto dice mucho de lo que será su política de relaciones internacionales”.
Pero cree que para mantener cierta gobernabilidad interna, Fernández tendrá que negociar incluso la agenda parlamentaria, ya que Mauricio Macri tiene aún poder en las provincias más grandes, salvo Buenos Aires, y cuenta además con la mayoría en la Cámara de Diputados.
Política migratoria
La posibilidad de un endurecimiento de la política migratoria del nuevo gobierno hacia los venezolanos parece remota, ya que Fernández nunca lo mencionó.
De hecho, los beneficios en materia migratoria que han permitido a más de 400.000 venezolanos establecerse en Argentina son consecuencia del ingreso de Venezuela al Mercosur, firmado en 2006 durante la presidencia de Hugo Chávez y cuyo gran impulsor fue su par argentino Néstor Kirchner, quien para la época tenía como jefe de gabinete al propio Alberto Fernández.
La política migratoria del Mercosur permite a los ciudadanos del bloque emigrar libremente con sólo presentar su documento de identidad, y un certificado que demuestre que carece de antecedentes penales. Estas ventajas explican por qué tantos venezolanos han emigrado a la Argentina, pese al maltrecho estado de su economía.
“Creo que los beneficios migratorios se mantendrán porque es parte de unos convenios que se hicieron por el Mercosur, además porque en la Constitución hay apertura hacia el tema migratorio. Hasta ahora no veo que haya cambio estructural, salvo una constituyente”, destaca el venezolano residenciado en Argentina, Luis Pulido.
Sin embargo, Fernández sí realizará significativos cambios en la política hacia Nicolás Maduro, quien ha sido calificado en numerosas oportunidades por Mauricio Macri como un “dictador” y responsable deléxodo de unos cuatro millones de venezolanos.
Fernández fue indagado en numerosas oportunidades sobre su opinión respecto al gobierno de Maduro, a lo que respondió diciendo que es un gobierno “autoritario” pero que “no es una dictadura», al tiempo que ha sostenido que la solución a la crisis venezolana pasa por un acuerdo entre los venezolanos y descartando una posible “intervención” internacional en el país.
Esta postura además buscaría contentar al sector de la izquierda peronista encabezado por su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que favorece a Maduro.
Crisis económica
Argentina atraviesa actualmente un cuadro de recesión sumado a una inflación acumulada del 53,5% en los últimos doce meses, y de más del 200% desde que Macri asumiera el poder en diciembre de 2015. Según diversas mediciones, durante su gobierno el poder adquisitivo promedio ha disminuido alrededor de un 30%, lo que terminó siendo el factor más importante de su derrota electoral.
Fernández, quien ganó los comicios presidenciales tras obtener el 48% de los votos frente al 40% de Macri, criticó en numerosas oportunidades las políticas monetarias, fiscales y cambiarias del ahora presidente saliente.
Para sacar a la economía del cuadro de recesión, Fernández prometió profundizar las restricciones cambiarias implementadas en los últimos meses por Macri, frenar los incrementos en las tarifas de los servicios públicos, y asomó la posibilidad de renegociar la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El plan de Fernández buscaría impulsar el consumo tanto del gobierno como de la población para reactivar la economía, pero para la comunidad venezolana este tipo de políticas “socialistas” agravarían los desequilibrios monetarios y fiscales, lo que podría abrir la puerta a la posibilidad de emigrar nuevamente justo cuando algunos ya se sentían más establecidos.
“Yo tengo tres años viviendo acá en Argentina y poco a poco he podido comprarme un televisor, una nevera y mudarme a un apartamento con varios familiares, pero ya no sé qué vaya a hacer de cara al futuro”, dijo Miguel, quien trabaja como repartidor de comida en el centro de Buenos Aires, uno de los empleos más populares entre los venezolanos.
La situación para los venezolanos se complica aún más con el reciente estallido de diversas crisis en países como Perú, Ecuador, Chile, México o Nicaragua, así como el cada vez más frecuente pedido de visado para los venezolanos que quieran visitar países dentro y fuera de América Latina, lo que hace que la posibilidad de volver a emigrar sea cada vez más difícil.
Esta realidad invita a que muchos venezolanos acepten resignados que tendrán que “esperar y ver” si Alberto Fernández es capaz de resucitar la alicaída economía local o si, por el contrario, Argentina sucumbe en una crisis económica y social similar a la que los empujó a emigrar desde Venezuela.