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12 febrero 2025

¿Cuándo murió Hugo Chávez?

El 5 de marzo 2013 Nicolás Maduro le anunció al país que Chávez había fallecido a las 4:25 de la tarde, hora de Caracas. No obstante, los voceros del “chavismo” se dieron a la tarea de señalar que Chávez era el líder eterno de la revolución; que no había fallecido, sino trascendido. A siete años de su muerte el país vive tiempos en los que el pragmatismo se impone, por lo que el ícono del “Socialismo del Siglo XXI” permanece en reserva; mientras, Nicolás Maduro da gracias a Dios por la dolarización, habla de la autorregulación de la economía y de que tenemos un mercado en funcionamiento.

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Redacción LGA | 05 marzo 2020

Si bien todo apunta a que Hugo Rafael Chávez Frías murió el 5 de marzo de 2013 en el Hospital Militar de Caracas, no faltaron las dudas y las especulaciones en torno a este suceso. De hecho, por largo tiempo corrió el rumor de que el líder de la llamada “revolución bolivariana” había fallecido en La Habana, lugar al que partió luego de una histórica cadena de radio y televisión transmitida el 8 de diciembre de 2012 donde designó a Nicolás Maduro como su sucesor y le pidió al país, “desde mi corazón”, que si algo le sucedía lo eligieran presidente de la República.

La enfermedad que lo aquejaba, de la que los líderes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) siempre intentaron ocultar información, hacía impostergable “una nueva intervención quirúrgica” ese diciembre de 2012. Previamente, en junio de 2011, Chávez había acudido a Cuba para operarse de emergencia “de un absceso pélvico” y pocos días después es vuelto a ser operado en la Isla, esta vez para extraer un tumor cancerígeno.

Acerca del cáncer que padecía Chávez también se tejieron interminables conjeturas. Incluso varios dirigentes, incluyendo al propio Maduro, señalaron que “los enemigos históricos de nuestra patria” le inocularon la enfermedad. Nunca se terminó de precisar si se trataba de cáncer de colon, si experimentaba una metástasis o qué realmente le ocurría.

“A siete años de su muerte el país vive tiempos en los que el pragmatismo se impone, por lo que el ícono del ‘Socialismo del Siglo XXI’ permanece en reserva”

Se habló de sus ciclos de quimio y radioterapia, y de una nueva cirugía, en febrero de 2012, para extraer una lesión detectada “en la misma zona” donde ya le habían extirpado un tumor. Nuevos ciclos de tratamiento se reportaron, aunque la opacidad marcaba la pauta en la política informativa del Gobierno.

Precisamente el silencio, las verdades a medias y el afán por darle a la figura de Chávez connotaciones que lo elevaran al altar de la admiración popular fueron los elementos que enturbiaron la etapa final de su vida. 

Se supo que su cuarta cirugía, larga y compleja, tuvo lugar el 11 de diciembre de 2012. Hubo complicaciones respiratorias y sangramientos. Varios dieron por cierto que el “comandante” no resistió el postoperatorio y que falleció en La Habana.

Guillermo Alberto Cochez Farrugia, ex embajador de Panamá ante la Organización de los Estados Americanos, fue uno de los que aseguró que Chávez tenía muerte cerebral desde el 30 de diciembre. Hubo otra versión, atribuida a Leamsy Salazar, quien fue jefe de Seguridad del mandatario venezolano, que indicaba que su muerte ocurrió el 28 de diciembre. Nada se sabía en concreto, solo versiones encontradas.

En todo caso, la información oficial decía a finales de enero de 2013 que Chávez se encontraba “en el mejor momento que lo hayamos visto de todos estos días de lucha (…) con una sonrisa y una mirada llena de luz”. Incluso a mediados de febrero se divulgaron unas fotografías, las primeras tras 69 días fuera de la escena pública, donde se veía a Hugo Chávez en cama, vestido con ropa deportiva, rodeado por sus hijas Rosa Virginia y María Gabriela, leyendo el diario castrista Granma.

“Poco a poco las reiteradas citas de las palabras del líder para justificar cualquier medida de parte de quienes hoy ejercen el poder han cedido terreno, así como las menciones directas a sus señalamientos ideológicos”

Poco después, el 18 de febrero, se informó del regreso de Chávez a Venezuela para recluirlo en el Hospital Militar. Los voceros oficiales hablaron de insuficiencia respiratoria, empeoramiento de su condición y la aparición de una infección. Hasta que finalmente el 5 de marzo Nicolás Maduro le anunció al país que Chávez había fallecido a las 4:25 de la tarde, hora de Caracas.

Esta podría ser entonces la respuesta formal a la pregunta de ¿cuándo murió Hugo Chávez? No obstante, los voceros del “chavismo” se dieron a la tarea de señalar que Chávez era el líder eterno de la revolución. Es decir, que su legado jamás moriría. No había fallecido, sino trascendido; y no había sido sepultado sino sembrado. Y así, aun con el tiempo, Chávez se había mantenido vivo en el discurso en función de las circunstancias políticas.

Pero poco a poco las reiteradas citas de las palabras del líder para justificar cualquier medida de parte de quienes hoy ejercen el poder han cedido terreno, así como las menciones directas a sus señalamientos ideológicos. A siete años de su muerte el país vive tiempos en los que el pragmatismo se impone, por lo que el ícono del “Socialismo del Siglo XXI” permanece en reserva. Chávez es el padre que se recuerda con afecto, la foto que permanece en un lugar especial sobre el aparador de la sala, la imagen que acompaña algún afiche de campaña, pero no mucho más; mientras, Nicolás Maduro da gracias a Dios por la dolarización, habla de la autorregulación de la economía y de que tenemos un mercado en funcionamiento.

De hecho, para alguien como Rafael Ramírez, que llegó a ser uno de los hombres fuertes del gobierno de Hugo Chávez y que manejó la industria petrolera bajo sus designios estatistas, la verdadera muerte de Chávez está ocurriendo ahora bajo la gestión de Maduro. Según señala, esto se debe a la traición a su legado como parte de una estrategia para desmontar la Constitución que impulsó en 1999, a la transformación de instituciones clave -como Petróleos de Venezuela– y al arreglo de “negocios” con grandes capitales a través de una privatización que va en contra de todo lo que Hugo Chávez instauró.

Una muerte continuada y por manos propias.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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