En la aldea
04 mayo 2024

¿Cómo afrontar el aislamiento social y la incertidumbre en tiempos de coronavirus?

Si fuéramos niños pequeños nuestros adultos significativos y responsables de la crianza responderían por nosotros; en el caso de los adultos, y para manejar la ansiedad que nos producen los cambios y la incertidumbre, la invitación es a ser proactivos buscando explicaciones claras y sin exceso de realidad, establecernos y cumplir una rutina, anticipar escenarios y hacer un inventario de actividades, recursos y redes de apoyo, y la negociación de los espacios individuales y grupales.

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Cuando a una persona, familia, comunidad, país, o el mundo entero, debe cumplir “aislamiento social” o “cuarentena” nos convertimos todos en niños pequeños, y entonces qué es importante para ellos.

Uno de los primeros puntos es darle buenas explicaciones de lo que está sucediendo, sin excesos pero con mucha claridad, constatando que realmente nos esté entendiendo, muchas veces pidiendo que nos parafrasee lo que le dijimos. En ese sentido, y como ciudadanos, debemos estar informados sobre el coronavirus, sino además de las regulaciones que en cada ciudad o comunidad se estén tomando para su control. No tener nada de información o estar sobre informados puede llevarnos a comportamientos y relacionamientos inadecuados.

“Si nos preparamos para que el escenario sea cada vez con mayores restricciones, podremos ir tolerando mejor cada situación”

Otro elemento fundamental es establecer y cumplir una rutina de funcionamiento diario. Esto debe convertirse en el mejor antídoto para la procrastinación o postergación que nos invade cuando pasamos mucho tiempo dentro de nuestras casas. Debemos establecer una hora de levantarnos y acostarnos de lunes a viernes, horas de comida, si somos adultos horas de trabajo presenciales o virtuales, horas de estudio o información. Para los niños, adolescentes y jóvenes sería un horario para hacer las actividades asignadas o seguir las clases virtuales que les haya asignado su institución educativa.

Para los adultos es un momento ideal para leer un buen libro o inscribirse en algún curso virtual de alguna temática de su interés (existen muchas plataformas con cursos gratuitos y pagos con cursos en todas las áreas), horas de esparcimiento (ver televisión, escuchar música, realizar juegos de mesa, manualidades o cualquier actividad que para la persona sea recreativa), horas de ejercitación (en internet existen múltiples videos de rutinas de ejercicio y otras personas cuentan con máquinas para ejercitar que hasta el momento habían servido de perchero y es el momento que utilizarlas periódicamente). La interacción con familia y amigos (tiempo para conversar, bromear, intercambiar en forma presencial o por medios virtuales para mantener y cuidar los lazos sociales).

“Elemento fundamental es establecer y cumplir una rutina de funcionamiento diario. Esto debe convertirse en el mejor antídoto para la procrastinación o postergación que nos invade cuando pasamos mucho tiempo dentro de nuestras casas”

En la medida de lo posible es importante mantener una rutina estructurada para la semana y ser un poco más flexible con actividades para realizarse los fines de semana (han circulado muchos conciertos y actividades para adultos y niños online que permiten el esparcimiento y serían de gran utilidad para los fines de semana, así como cualquier tipo de actividades lúdicas). Es un buen momento dentro de nuestra rutina para practicar la solidaridad, buscando dentro de nuestro entorno el apoyo o ayuda a personas que el aislamiento o la cuarentena le han hecho perder sus ingresos, no poder tener vida social o cualquier otra realidad en la que temporalmente podamos ayudarlos.

Otro punto a considerar, partiendo de la incertidumbre en referencia a nuevas medidas y la duración de las restricciones, también es muy importante la anticipación de escenarios. Para los niños es muy importante saber que va a pasar, ¿quién los viene a buscar?, ¿qué va a comer?, ¿qué harán el fin de semana? En tiempos de restricciones es importante que todas las personas, y todas las familias, hagan un recuento de todas las posibles actividades a realizar en sus casas o considerando las restricciones de cada uno, un recuento de todas las comidas que pueden prepararse con lo insumos que se cuentan, las redes de apoyo de personas u organizaciones dentro de sus familias y comunidades. Si nos preparamos para que el escenario sea cada vez con mayores restricciones, podremos ir tolerando mejor cada situación.

“Como ciudadanos debemos estar informados sobre el coronavirus, (…) No tener nada de información o estar sobre informados puede llevarnos a comportamientos y relacionamientos inadecuados”

Un punto final, pero de los más importantes, es la consideración de las diferencias individuales y a la vez la convivencia grupal. Los niveles de auto-conocimiento y conocimiento que tengamos de cada una de las personas con las que convivimos, tiene que ser un insumo para negociar momentos de respeto a los espacios individuales de cada uno, así como la convivencia en momentos grupales.

Respondiendo entonces a la pregunta del título de nuestro artículo: ¿Cómo afrontar el asilamiento social y la incertidumbre en tiempos de coronavirus?, la respuesta sería: Si fuéramos niños pequeños nuestros adultos significativos y responsables de la crianza responderían por nosotros; en el caso de los adultos, y para manejar la ansiedad que nos producen los cambios y la incertidumbre, la invitación es a ser proactivos buscando explicaciones claras y sin exceso de realidad, establecernos y cumplir una rutina, anticipar escenarios y hacer un inventario de actividades, recursos y redes de apoyo, y la negociación de los espacios individuales y grupales.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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