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05 mayo 2024

¿Cuán débiles son las finanzas del régimen de Nicolás Maduro?

El impacto del coronavirus en la economía mundial y la guerra de precios del petróleo afectan severamente el flujo de caja de Venezuela. El déficit externo de la nación ya estaría en el orden de los 6 millardos de dólares. Y ante la menor disponibilidad de aportes petroleros, Maduro tendría que apresurar la impresión desordenada de bolívares para atender el gasto público y más cuando las medidas aprobadas en la cuarentena, que buscan controlar el brote del virus, implican pagos de nóminas a las pequeñas y medianas empresas y bonos a los trabajadores informales. ¿La consecuencia a futuro? Mayor inflación en medio del séptimo año de recesión.

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Redacción LGA | 27 marzo 2020

En Venezuela el deterioro económico se profundiza. El coronavirus y la guerra de precios del petróleo, liderada por Arabia Saudita y Rusia, ponen en jaque las cuentas de régimen venezolano.

En días pasados, Nicolás Maduro calificó de “golpe brutal” la caída en los precios petroleros. La cesta venezolana al cierre de la semana del 20 de marzo estaba por debajo de los 20 dólares, descenso que ocurre con unas finanzas públicas ya limitadas por el deterioro de la industria petrolera y las sanciones de Estados Unidos.

“En lo que va de marzo de 2020 se han comprado en el exterior 90.000 barriles diarios de gasolina, cuando en enero y febrero fueron en promedio 165.000 barriles diarios, dijo Reuters”

Las últimas cifras oficiales divulgadas por el Banco Central, y que corresponden al primer trimestre de 2019, mostraban que los ingresos por ventas de crudo en ese período fueron 6,1 millardos de dólares, 16% menos que en igual lapso de 2018. Para 2020 se calcula que la caída puede ser de 60%.

Según Ecoanalítica, el déficit en el flujo de divisas ya estaría en 6 millardos de dólares. “El problema de caja es bien grave y cambió porque no es previsible una recuperación de los precios petroleros”, señala Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma. Las autoridades carecen de colchón para atender esta crisis de ingresos.

Puntos clave

  1. Merma de la producción. Durante gran parte de la gestión de Maduro la producción petrolera ha estado en declive por los años de desinversión, la falta de personal capacitado, las deudas con proveedores y las fallas en la infraestructura. Hasta mediados de 2015, la extracción estaba en 2,7 millones de barriles diarios, pero los precios del petróleo para ese período habían bajado hasta 35 dólares. Cuando las cotizaciones se recuperaron, la producción siguió desplomándose. En 2018 analistas estimaron que el país dejaba de percibir 30 millardos de dólares al no poder aprovechar el alza de precios por la menor capacidad de producción de la estatal petrolera. Con el endurecimiento de las sanciones de Washington el pasado año, la producción siguió su descenso y hoy día es menos de 900.000 barriles diarios.
  2. Sanciones y sus evasiones. En 2017 la Casa Blanca impuso sanciones financieras que aumentaron en 2019 cuando le impidieron a PDVSA acceder al sistema financiero global y comercializar el crudo hacia Estados Unidos, que era uno de sus principales clientes. Pero la administración de Maduro buscó maneras de sortear las medidas de Washington a través de la petrolera rusa Rosneft. En la segunda mitad del ejercicio pasado, Rosneft absorbió más de 60% del crudo que luego colocó en refinerías de la India y China. Pero las operaciones se realizaban con un descuento en el precio del petróleo, que no ha sido precisado por las autoridades, y que firmas económicas estimaban en más de 15 dólares por barril.
  3. Cobro de la factura. Esas ventas de crudo se han cancelado de varias formas como el intercambio de petróleopor combustible, pagos en cuentas bancarias en países como Rusia y cancelaciones con euros o dólares en efectivo que luego las autoridades utilizan para cancelar a contratistas y colocar en la banca local. No se ha precisado cuánto se percibe por cada vía.
  4. Juego trancado. Las colocaciones de petróleo se están trancando. En el primer trimestre de 2020 Washington sancionó a las filiales de RosneftRosneft Trading y TNK Trading– por vender petróleo venezolano. Las empresas rusas no han cargado crudo en marzo y la caída en los despachos está llevando nuevamente a un aumento de los inventarios, que están en 35 millones de barriles. Esta situación podría llevar otra vez a una baja de producción.
  5. Ahogo financiero. Si ya Venezuela venía ofreciendo el petróleo a descuento, con la guerra de precios entre los grandes productores, tendría que bajar más la cotización del barril para poder colocar el crudo que actualmente está siendo difícil de exportar. En días pasados, Maduro dijo que el precio estaba por debajo de los costos de producción del barril, que suelen ser entre 10 y 12 dólares. El crudo Merey, el de mayor variedad para la venta, se transa en menos de 10 dólares esta semana.
  6. Importaciones. El menor flujo de fondos impacta en las importaciones de bienes como la gasolina. La capacidad de refinación de PDVSA se ha deteriorado por los años de desinversión lo que ha llevado a que gran parte del combustible que se consume en el país sea adquirido en el extranjero, y que en consecuencia genera intermitencia en el suministro, especialmente en el interior de Venezuela. Con las sanciones se ha dificultado más la adquisición de gasolina y con la caída de los precios del crudo, por la pandemia y las diferencias entre los productores petroleros, hay menos fondos para importar derivados. En lo que va de marzo de 2020 se han comprado en el exterior 90.000 barriles diarios de gasolina, cuando en enero y febrero fueron en promedio 165.000 barriles diarios, dijo Reuters. La crisis se observa en las largas colas en las estaciones de servicio, y en las restricciones que tienen los sectores estratégicos para abastecerse.
  7. Deudas. En medio de la coyuntura el régimen tiene que afrontar obligaciones.  Aunque Venezuela está en impago con sus acreedores (bonistas y empresas nacionalizadas), a China y Rusia sí le estaba cancelando. Sin embargo, la merma de ingresos pone en aprieto esos compromisos. Con una caída en los precios del crudo, las autoridades tendrían que enviar más barriles a China para pagar la deuda contraída hace más de 10 años, por tal motivo desde hace unos días están en conversaciones con instituciones chinas para buscar una fórmula frente a la crisis. El saldo que falta por pagar no ha sido precisado por los voceros gubernamentales. Con Rusia, aún se desconoce si hay acercamiento.
  8. La maquinita. Ante la menor disponibilidad de aportes petroleros, Maduro tendría que apresurar la impresión desordenada de bolívares para atender el gasto público y más cuando las medidas aprobadas en la cuarentena, que buscan controlar el brote del virus, implican pagos de nóminas a las pequeñas y medianas empresas y bonos a los trabajadores informales. La consecuencia a futuro sería mayor inflación en medio del séptimo año de recesión.
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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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