En la aldea
08 diciembre 2024

Alex Saab también quiere el petróleo y la gasolina

El empresario colombiano, quizás el de más confianza para Nicolás Maduro, ya había estrechado relaciones de la mano de Tareck El Aissami para seguir adelante con el negocio de los CLAP, cuya trama de corrupción tiene alcance internacional. Pero ahora, con los cambios en los grupos de poder de PDVSA que El Aissami lidera, Alex Saab se adentra en la industria petrolera para seguir oxigenando al régimen de Maduro y cuadrar operaciones en un mar de opacidad.

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Alejandro Hernández | 12 mayo 2020

Toda gira alrededor de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA): La crisis de la gasolina; la llegada de Tareck El Aissami como ministro de Petróleo; el misterioso intercambio de crudo venezolano por mercancía a empresas mexicanas que nada tienen que ver con el negocio energético; y los no menos misteriosos vuelos de la aerolínea iraní Mahan Air, que supuestamente traen equipos y técnicos para recuperar las refinerías. Pero junto a la propia PDVSA, hay un nombre detrás de todo eso: Alex Saab.

A mediados de 2019, Alex Saab fue sancionado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos por sus negocios con el chavismo, en especial por las operaciones financieras para el suministro de alimentos para los CLAP. Pero más allá de los escándalos asociados a la corrupción de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), ahora el nombre de este empresario colombiano se asocia a lo poco que sigue en pie de la industria petrolera venezolana.

Investigaciones periodísticas del portal Armando.Info han revelado esa oscura trama de empresas de maletín, sobreprecios y dinero moviéndose a paraísos fiscales, así como la vinculación de Alex Saab con el negocio del oro, crucial para el régimen de Nicolás Maduro para conseguir dinero fresco en otras operaciones igual de opacas. Entonces no resulta descabellado pensar que ahora Maduro le abra las puertas del negocio petrolero.

Precisamente, la semana pasada Bloomberg informó que Saab está detrás de un misterioso intercambio de oro venezolano, pero por gasolina con Irán, en un intento desesperado del Gobierno por aliviar la escasez de combustible.

En 2018 la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, aliada política de la “revolución bolivariana” y del propio Saab, asomó el poder que en Caracas tenía el empresario colombiano. “Él está bien posicionado en Venezuela. No necesita de mí, habla más fácil con Maduro que cualquiera”, dijo a El Tiempo de Bogotá.

Ese poder acumulado es el que lleva ahora a varias fuentes, tanto del ámbito político como del mundo petrolero, a ver la figura de Saab en los recientes cambios en PDVSA, pero también en los cada vez más oscuros negocios de intercambio petrolero que viene realizando la empresa estatal, así como en la importación desesperada de gasolina.

Además del negocio de oro por combustible con Irán, esas fuentes aseguran, por ejemplo, que Saab se esconde detrás de las compañías mexicanas Libre Abordo y Schlager Business Group, cuyos nombres y negocios con PDVSA fueron revelados recientemente por la agencia Reuters. También explican que Saab y sus operadores están en las compras de gasolina, de las cuales participan otros personajes como el magante petrolero Wilmer Ruperti, como válvula para paliar la escasez y evitar una paralización mayor en el país de la actividad económica.

El ex presidente de PDVSA y quien fuera en tiempos de Hugo Chávez el “zar” de la economía y el petróleo, Rafael Ramírez, también dibuja la sombra del empresario colombiano entre los que se van a “apropiar de la industria petrolera”. “Los mismos que dirigen los programas de las cajas CLAP, los mismos que están haciendo negocios con PDVSA, Ruperti, D’Agostino, esa fauna de hombres de negocios que están lucrándose con la tragedia del país”, lanzó Ramírez en una reciente entrevista con el diario Panorama.

Además de las investigaciones periodísticas, una acusación de la fiscal en el exilio, Luisa Ortega Díaz, y de los señalamientos de la justicia norteamericana, en octubre de 2018 fue la Procuraduría General de México la que señaló a la red de Alex Saab como cabeza del negocio de los CLAP en alianza con proveedores mexicanos, en un negocio que ya por entonces mostraba “sobreprecios” y la venta de productos de la peor calidad.

Si Maduro le confió a Saab su programa bandera y parte de la comercialización del oro, no es extraño entonces que su nombre ahora suene tanto en PDVSA. En realidad, la idea de adentrarse en el negocio petrolero es vieja para Alex Saab y su grupo, y fue ya con Nicolás Maduro en Miraflores cuando le dieron un mil millonario contrato para la explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco a Trenaco, una desconocida petrolera manejada por Saab y de la que en su momento también hubo publicaciones de Reuters y Armando.Info. “Alex Saab tenía muy buenas relaciones con los ejecutivos de PDVSA”, refirió la agencia de noticias en su trabajo publicado en 2016.

Ahora, de la mano de Tareck El Aissami, con quien Alex Saab ha estrechado relaciones para sostener el negocio de los CLAP, el colombiano parece haber conseguido el premio mayor: El petróleo.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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