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19 abril 2024

La trama oculta tras una camioneta blindada

Una reciente publicidad de la empresa Luxury Armor ha servido para desnudar quiénes están detrás de un negocio ahora dirigido a esa casta que se ha instalado en el país, porque “mi esposo es cuñado de un alto funcionario del Ministerio”.

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Redacción LGA | 25 enero 2021

Las redes sociales se convirtieron en un hervidero ante la escandalosa cuña lanzada para vender las bondades de la empresa Luxury Armor. Lo que podría ser una simple promoción de servicios de blindaje de autos se convierte en una muestra de una cultura malandra, donde se impone el desenfado, la mujer objeto y el dinero que corre a cántaros. 

Hurgar en el derroche de mal gusto que se observa en la promoción de Luxury Armor permite inferir que ese estilacho va dirigido a un target específico. La publicidad, donde el “modelo” asegura que “mi papá tiene mucho billete” y le cuenta a cámara “Me traje una…” -para referirse a la mujer que sale de su camioneta de lujo, como si ella viniera anexada a la lujosa 4×4-, no tiene nada que ver con el comienzo de bajo perfil de la empresa Luxury Armor, por allá en 2014.

En ese entonces la empresa posteaba tímidos anuncios de sus servicios sin mayor ambición. Si bien el negocio de blindar los automóviles en Venezuela siempre fue costoso, generalmente era de bajo perfil para proteger al cliente más allá de la coraza que le anexaban a su vehículo. Pero ahora exponen camionetas de 150 mil dólares, una tienda amplísima donde venden desde blindajes hasta autos de lujo y chalecos antibalas.

El destape de Luxury Armor coincide más o menos con el año del nombramiento del actual ministro de Transporte, ingeniero Hipólito Abreu, quien trabajó en Laumotor (compra y venta de vehículos) hasta el año 2002. Ya para 2015 el joven era candidato a las parlamentarias por el Movimiento Tupamaro, y en pocos años fue ascendiendo entre los favoritos de Nicolás Maduro hasta ocupar la cartera de Transporte.

Destaca además la voluptuosa mujer que sirve de modelo en la citada promoción* y quien ha replicado la cuenta de Instagram de @luxuryarmor en la suya, donde se identifica como @lachica4x4 y dice ser bloguera. Casada con el ingeniero Jhonny Rafael León, ex empleado del Inavi, del Seniat y cuñado del  general Arnuldo Alburjas Sánchez, Presidente de Venavega, y quien está casado con una hermana de León. Venavega es un organismo adscrito al Ministerio de Transporte. Ella es Monika Yannarrella Pérez. Era una desconocida periodista que comenzó su historia profesional en el área de Mercadeo en Quinto Día (“era de lo más modesta”, dicen sus amigos de antes), sitio de donde saldría con una acusación grave que la llevaría  a las actas del Tribunal Supremo de Justicia. Fue acusada de Estafa Agravada por apropiarse indebidamente de un apartamento ubicado en Lomas del Sol, Residencias Melbares, Torre A, piso 1, Apto. 1-A2, Municipio El Hatillo, que pertenecía a quien fuera su novio y se convertiría luego en su  acusador, alegando que la propiedad le pertenecía y ella se la había robado.

Pero en solo cinco años su vida cambiaría radicalmente tras casarse con el ingeniero Jhonny Silva, familiar político del general Arnulfo Alburjas Sánchez, lo que dio lugar a que la nombrara su directora del Departamento de Comunicaciones,  cargo que repitió en el Ministerio de Transporte Terrestre. Para 2017 Yannarella ya había registrado una empresa en Miami, Florida, donde aparecía como única socia mientras su esposo fungía de gerente. La bautizaron Glemstone Enterprises LLC con oficinas  ubicadas en la carísima zona de Brickell Avenue, 444, Suite 51-374, Miami, FL., 33131, aunque otra  empresa con el mismo nombre y que funciona en Venezuela, dedicada a la limpieza y mantenimiento de industrias y locales, solo tiene en la nómina al  esposo de Monika, quien es el director.

En su cuenta de Twitter (@monikyanna) se declara admiradora de Nicolás Maduro (“Yo me juro con Maduro”, “Pueblo con Maduro al Volante”) y del Ministerio de Transporte y de su ministro, Hipólito Abreu.

En su cuenta @lachica4x4, Yannarella se promociona como directora de la revista Stop and Go Vzla y de la agencia de Publicidad Shu, aunque borró de su Bio el cargo como CEO de Luxury Armor, aunque no deja de exhibirse como adorno de las camionetas de lujo que venden en dólares contantes y sonantes.

Habría que hurgar ahora si Luxury Armor también es “familia” de una empresa con nombre similar registrada en Panamá por Celestino Torres, Rolando Allen y Rolando Brooks, quienes tienen entre los tres una intrincada red de más de 100 empresas diversas registradas allá y, de acuerdo al portal Panama Data, Torres y Brooks tienen contacto en Venezuela con al menos una empresa.

Mano derecha de Atahualpa Fernández Arbulu, la mujer que vende los maletines blindados a la Guardia de Honor Presidencial, la mano izquierda del ministro de Transporte, todo eso y más forma parte de la leyenda que le han inventado a la chica 4×4 luego de que reventara el escándalo por la grotesca publicidad de Luxury Armor que ella promociona desde el año pasado con tanta pasión, lanzando besitos a cámara, desplegando la melena decolorada sobre unos cauchos o enseñando sus atributos mientras “arregla” el motor de un Jeep.

A fin de cuentas, la cuña parece la muestra de un país donde una casta avanza porque “mi esposo es cuñado de un alto funcionario del Ministerio”.

Quizá por esto la propia Luxury Armor tuvo que terminar por publicar un comunicado en sus redes sociales, donde afirma que el contenido de la polémica promoción “se distancia mucho del tono y la esencia que caracteriza a nuestra marca”. Lamentan haber fomentado “estereotipos contra los que todos debemos luchar” en lo que respecta al trato hacia las mujeres, al punto de afirmar que “las aptitudes que se reflejan en el micro no concuerdan con los valores de la empresa y sus fundadores”. Todo para concluir con un “lamentamos ser partícipes en la divulgación de dicho contenido”.

* «En esta nota hubo una imprecisión, ya que la persona que aparece en la citada promoción de Luxury Armor no es la que se indica en el texto».

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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