En la aldea
20 enero 2025

El Béisbol en Venezuela: La Serie del Caribe llega a Caracas

La ceremonia oficial de inauguración de la Serie del Caribe en su tercera edición estaba pautada para el miércoles 21 de febrero de 1951, pero el mal tiempo sobre Caracas obligó a reprogramar el calendario, y tras el lanzamiento oficial que ocurrió el jueves 22, los juegos del 21 se dieron en doble tanda el sábado siguiente. Al cierre del torneo, el domingo 26 de febrero, Cangrejeros de Santurce (Puerto Rico) selló el título a primera hora al derrotar a Spur Cola (Panamá); y en el último juego del certamen El Habana venció una vez más al Magallanes y de esta forma se quedó con un amargo subcampeonato.

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¡Feliz 1951! Mes y medio antes habían asesinado a Carlos Delgado Chalbaud, presidente del triunvirato de la Junta Militar instalada luego de que sus miembros lideraran las acciones que dos años antes derrocaron a Rómulo Gallegos, primer presidente venezolano electo en elecciones universales, secretas y directas; comicios estos organizados por la Junta de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt; Junta instalada a su vez a raíz del movimiento cívico-militar que tres años antes había sacado del poder a Isaías Medina Angarita… les hinchan los pies.

Convenía en ese momento no alborotar las aguas más de lo necesario, así que Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez -quienes completaban el trío castrense de la Junta Militar- decidieron convertir la instancia en Junta de Gobierno, para lo que buscaron al abogado Germán Suárez Flamerich y lo nombraron su presidente. Los venezolanos soñaron entonces con que la transición a un sistema democrático en manos de civiles retomaría su curso. Pérez Jiménez escuchaba y sonreía.

En medio de las expectativas políticas el béisbol siguió su curso en el nuevo año. El país iniciaba doce meses en los que la pelota local participaría en cuatro eventos internacionales, dos de ellos como anfitrión: La III Serie del Caribe (Caracas), los Primeros Juegos Panamericanos (Buenos Aires), la XII Serie Mundial de Béisbol Amateur (México), y los III Juegos Bolivarianos (Caracas).

En la liga profesional venezolana el Cervecería Caracas había causado revuelo semanas antes con el debut de los primeros importados en su historia, pero los turcos del Magallanes no soltaron la punta y se proclamaron campeones de la zafra 1950-1951. La corona tenía una significancia especial ya que en febrero de ese año la Serie del Caribe, en su tercera edición, se celebraría en Venezuela. La designación de la sede se hacía de manera rotatoria. La primera había sido en La Habana (1949), la segunda en San Juan de Puerto Rico (1950), y ahora le tocaba a la ciudad de Caracas; el próximo año le correspondería a la Ciudad de Panamá. La expectativa por la llegada del torneo caribeño a nuestra tierra era notable y todos los reflectores se dirigieron hacia este hecho.

En el coso de San Agustín –Estadio Cerveza Caracas-, el Magallanes recibiría del 22 al 26 de febrero a los campeones de las ligas cubana, puertorriqueña y panameña: Leones del Habana, Cangrejeros de Santurce y Refresqueros de Spur Cola, respectivamente. Tanto Leones como Cangrejeros habían obtenido el derecho a representar a sus ligas en verdaderas batallas campales. Estudiosos de la pelota cubana señalan el torneo de ese año como uno de los más disputados en la historia de la Isla. En Puerto Rico el Santurce había obtenido el título en el último inning del séptimo juego en la final contra Criollos de Caguas. Magallanes, por su parte, obtuvo ese año el cetro criollo sin mayores apuros bajo el mando del “Príncipe de Belén”, el cubano Lázaro Salazar.

La ceremonia oficial de inauguración del torneo estaba pautada para el miércoles 21 de febrero de 1951. ¿Por qué no imaginar al Dr. Germán Suárez Flamerich, presidente de la Junta de Gobierno, haciendo calistenia tempranito en los jardines de Miraflores para calentar el brazo y ensayar el lanzamiento de la primera bola que haría esa tarde en el acto inaugural? Bueno, si en realidad lo hizo, tuvo que repetir la rutina el día siguiente porque el acto fue pospuesto debido al mal tiempo que abrazó a la ciudad capital aquel miércoles gris. El calendario del evento fue reprogramado y el lanzamiento oficial ocurrió el jueves 22, reasignando los juegos del 21 en una doble tanda el sábado siguiente.

Como favoritos partían las novenas de Cuba y Puerto Rico. El Habana había hecho alarde de la potencia de la liga de la Isla y renunció a la posibilidad de reforzar sus líneas con figuras como el lanzador estrella Conrado Marrero, y el campeón bate de los dos últimos certámenes, líder de estafadas, MVP de la temporada, veterano de las ligas negras de los Estados Unidos de América, y considerado como uno de los más completos peloteros en la historia de la Isla: El campocorto Silvio García. Así sería el espectáculo que García ofreció aquella temporada que, a pesar de que su equipo Cienfuegos terminó en el sótano de la tabla, la liga lo nombró el más valioso de la justa. Algo de vergüenza habrán sentido sus compañeros de equipo.

Para entender el “lujo” que El Habana se daba al no traer a Caracas a una pieza como Silvio, basta con narrar un episodio muy particular en el que este jugador de color estuvo envuelto. Uno de los hechos más relevantes en la historia del béisbol es el debut de Jackie Robinson con los Dodgers de Brooklyn en la Major League Baseball (MLB). Esto sucedió el 15 de abril de 1947, y significó el fin de la barrera racial en el béisbol estadounidense. El hecho constituyó un verdadero desafío contra las conductas racistas que reinaban en el país del norte. Al asumir este papel, Jackie tuvo que resistir un vendaval de ataques, amenazas y vejaciones que manejó de forma estoica. Su nombre es hoy uno de los más respetados en el mundo del béisbol. Cada 15 de abril se celebra en los Estados Unidos el Día de Jackie Robinson, en el que cada jugador a lo largo y ancho del país viste la camiseta de su respectivo equipo con el 42 en la espalda, número que usó la estrella negra y que está retirado del sistema MLB; es decir, nadie puede vestir ese número, salvo cada 15 de abril, cuando lo usan todos.

Pero, ¿qué pinta el cubano en todo esto? Pues resulta que ese Jackie Robinson pudo haber sido Silvio García. Cuando el propietario de los Dodgers de Brooklyn, Branch Rickey, estaba evaluando qué pelotero de las ligas negras elegiría para tal hazaña, el mánager del equipo neoyorquino, Leo Durocher, recomendó al empresario entrevistar a García, quien lo había impresionado con su juego. Rickey llamó a Silvio a una entrevista y en la conversación preguntó al latino qué haría si un norteamericano blanco le diera una cachetada, a lo que García contestó: “Lo mato”. Es bien sabido que Branch Rickey buscaba no solo a un jugador de calidad para la arriesgada empresa en la que se iba a embarcar, sino también uno con el carácter adecuado para soportar la tempestad a la que iba a ser sometido. Pues bien, bye, bye Silvio García; helloJackie Robinson. La decisión probó ser más que acertada. La de Branch, por supuesto, porque la de El Habana ese año 51 terminó saliendo costosa.

Volvamos a nuestra Serie del Caribe. Puerto Rico, al contrario de la novena cubana, se reforzó con todo lo que pudo. Magallanes y Spur Cola hicieron también algunos movimientos clave. Los de Catia incorporaron, entre otros, al “Patón” Carrasquel para que desde la lomita apoyara a una alineación que ya contaba con figuras de relieve como Vidal López, “Camaleón” García, “Chucho” Ramos, “Carrao” Bracho, y el futuro grande liga Jim Pendleton.

¡Play ball! En el primer encuentro en San Agustín Santurce vapuleó a El Habana 13 por 1. Los de la isla bonita reventaron el picheo cubano con dieciocho inatrapables. Y no es que el abridor de los Cangrejeros, José “Pantalones” Santiago, hubiese venido nítido. El hombre permitió nueve hits y concedió ocho boletos; sin embargo, El Habana solo anotó una en la primera entrada. A segunda hora, con un estadio repleto de fanáticos, el Magallanes enfrentó a Spur Cola en lo que terminó siendo la segunda paliza del día. Los venezolanos al fin presenciaban en su tierra a un equipo de la liga en la Serie del Caribe. Los de Catia se impusieron aquella tarde 10 por 2 a la representación panameña con victoria desde el montículo de Clem Labine, quien pronto debutaría con los Dodgers en las Grandes Ligas.

¿Por qué no imaginar al Dr. Germán Suárez Flamerich, presidente de la Junta de Gobierno, haciendo calistenia tempranito en los jardines de Miraflores para calentar el brazo y ensayar el lanzamiento de la primera bola que haría en el acto inaugural?

El segundo día del torneo los de Panamá propinaron a El Habana la segunda derrota por paliza. Los del istmo ligaron dieciséis inatrapables y se impusieron 12 por 2 a los de Cuba. Las alarmas no podían sonar más fuerte. Luego del encuentro el mánager Miguel Ángel González reunió al equipo y repartió jalones de orejas en español e inglés. Puede que, por ahí, luego de un suspiro, se haya escuchado el susurro de algún pelotero diciendo: “Quién hubiese traído a Marrero…”. A segunda hora Magallanes conectó once hits contra solo cinco de Cangrejeros, y sin embargo cayó derrotado por la mínima diferencia 8 por 7. La debacle para los de Catia ocurrió en el quinto inning cuando, con dos outs en la pizarra, el representante criollo regaló dos boletos y recibió un jonrón con bases llenas para un total de cinco carreras que a la postre inclinaron la balanza hacia la novena boricua.

En la tercera jornada Santurce logró otra victoria por la mínima. En esta ocasión dio cuenta de Spur Cola 4 por 3, mientras que en el segundo juego del día El Habana consiguió su primera victoria del torneo al derrotar al Magallanes 9 por 1. Los jalones de orejas de la tarde anterior hicieron su efecto y los de casa pagaron las consecuencias.

El Habana había despertado y en la cuarta jornada vencieron 4 por 3 a Cangrejeros de Santurce. Sin embargo, los de Cuba tenían dos derrotas a cuestas y dependían de que la novena puertorriqueña cediera algún juego contra Magallanes o Spur Cola. A segunda hora el equipo local venció de nuevo por paliza a los Refresqueros -13 por 2-, de modo que ahora sus opciones dependían de él mismo: Debía vencer a El Habana y a Cangrejeros para forzar un juego de desempate contra los boricuas.

Las aspiraciones del Magallanes terminaron ese mismo día luego de la segunda tanda de la jornada sabatina. El Habana fue de nuevo controlado por Connie Johnson, el lanzador del Spur Cola ganador del primer encuentro contra la novena de la Isla, quien permitió solo dos carreras en este segundo encuentro frente al club de Cuba. Sin embargo, el nudillero Hoyt Wilhelm hizo lo propio por los cubanos y solo permitió una carrera a los de Panamá. En el último encuentro del día, los de Catia cayeron ante Santurce 6 por 4 y quedaron eliminados del torneo, al igual que el Spur.

El domingo 26 de febrero Cangrejeros de Santurce selló el título a primera hora al derrotar a Spur Cola con pizarra de 12 por 1. En el último juego del certamen El Habana venció una vez más al Magallanes y de esta forma se quedó con un amargo subcampeonato.

Tres Series del Caribe habían transcurrido con tres ligas distintas proclamándose campeonas: La cubana en 1949 con el Almendares, la panameña en 1950 con Carta Vieja, y ahora la boricua con Cangrejeros. A partir de ese momento siguió un dominio férreo de equipos puertorriqueños y cubanos que en conjunto ganaron diez series consecutivas hasta que, en 1970, el mismo Magallanes cortó la racha y obtuvo el primer cetro para nuestra liga.

Venezuela ha sido sede de la justa caribeña en otras trece ocasiones más. De las catorce series disputadas en nuestro territorio, en ocho oportunidades le ha tocado a la ciudad de Caracas ser anfitriona, dos veces a Puerto La Cruz, dos veces a Margarita, una vez a Maracaibo, y una vez a la sede combinada Maracay y Valencia.

A continuación, el roster del Magallanes en la Serie del Caribe 1951:

Ken Staples (C); Guadalberto Acosta (C); René González (1B); Jimmy Dycks (2B); Luis “Camaleón” García (3B); Jim Pendleton (SS); Jesús “Chucho” Ramos; Adolfredo González; Pipa Leal; Johnny Davis (OF); Eddie Knoblauch (OF); Joe Monteiro (OF); Vidal López (OF); Jesús “Gato” Álvarez (OF); Clem Labine (P); José “Carrao” Bracho (P); Mike Lemish (P); Frank Biscan (P); Alejandro “Patón” Carrasquel (P); Nicolás “Zamurito” Bermesia (P); Raúl Galata (P).

Mánager: Lázaro Salazar.

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