Como en la exitosa serie de Disney, “WandaVision”, la chavista Asia Villegas Poljak se inventó una realidad a su gusto -antigua, en blanco y negro-, donde la vida es como ella quiere que sea. En la serie de Marvel, Wanda usa sus poderes extraordinarios para aislar a toda una ciudad del exterior, le pone un muro a la vida real, la mete dentro de una inmensa burbuja de energía o algo así, para que todo lo que allí ocurre se convierta en lo que ella siempre quiso que fuera la realidad: Una típica comedia donde Wanda es la esposa feliz que espera a su marido del trabajo, tiene dos hijos perfectos, los vecinos son buenos y amables, nadie se enferma y cualquier cosa termina con una carcajada grabada en off.
Pero Wanda, tarde o temprano, debe enfrentar la verdad -la productora Marvel sabe su cosa-, y a medida que la trama se desarrolla, descubrimos que Wanda más que científica es una bruja que utiliza sus poderes para destruir la vida de un gentío. Y aquí es cuando uno recurre al cliché que reza: Cualquier parecido con personajes de la vida real, No es pura coincidencia. Porque entre WandaVision y la construcción del país perfecto que ha pretendido vender Asia Villegas Poljak, las casualidades sobran, con la pequeña diferencia de que la realidad inventada por la “diputada” Villegas no produce risa. Muy al contrario.
Porque su más reciente invención de la historia de la mujer en Venezuela publicada en su Twitter no solo recibió una andanada rabiosa de respuestas, insultos, groserías y hasta clases de feminismo exprés por parte de quienes habitamos la realidad, sino dio pie a que le restregaran en la cara el casi ningún interés que su amado partido PSUV ha puesto en “empoderar” a sus militantes mujeres a la hora de otorgarle un porcentaje similar al de los hombres a la hora de la repartición de cambures, ministerios o curules en la Asamblea Nacional.
“El 15 de marzo de 1946, escribió Villegas, las mujeres venezolanas logramos alcanzar un derecho fundamental como lo es el derecho al voto. Pero no fue solo sino 40 años después con la llegada del CMdte. Chávez que las mujeres pudimos empezar a votar por otras mujeres… Las primeras gobernadoras y alcaldesas electas de nuestro país fueron postuladas por los partidos de la revolución MVR y @ PartidoPSUV. En la actualidad y con aprobación del IV Congreso del PSUV en 2018 se logra la paridad en todos los procesos políticos y sociales de la nación”.
Tuit que desató la furia de la verdad y, una tras otra, miles de respuestas a su falacia le fueron demostrando a VillegasVision que su mentira para manipular a los ignorantes que siguen su cuenta, fue demasiado lejos y se dedicaron a desnudarla no solo como analfabeta sino como una demagogo sin escrúpulo alguno.
Porque cuesta creer que una mujer medianamente educada no sepa que en Venezuela las mujeres llevamos años votando por mujeres, incluso mucho antes de que Hugo Chávez diera su golpe fracasado. Y por lo mismo, le comenzaron a citar cada caso de cada mujer electa mucho antes de que Chávez naciera. Que desde el año 1946, de los 160 diputados electos para la Asamblea Constituyente, 21% eran mujeres. Y para el primer Congreso de la República de 1947, fueron 4 las mujeres electas. Todo ello seguido de una larga lista donde entraron candidatas a la presidencia, como Ismenia Villalba, Rhona Ottolina e Irene Sáez; hasta gobernadoras como Lolita Aniyar de Castro, Dora Maldonado y Dori Parra; pasando por diputadas como: Isabel Serra Carmona; Mercedes Fermin; Mercedes Pulido de Briceño; Haydee Castillo de López; Nidia Villegas; Milagros González; Leonor Mirabal; Adonis Dager, entre otras. Como también hubo alcaldesas y concejales, como Ivonne Attas, Marianella Salazar, entre muchas otras. Sin descontar que fue el presidente Carlos Andrés Pérez quien decretó que las gobernaciones se harían por elección popular y no escogidos en las cúpulas de los partidos.
Para terminar de destruir la fantasía de Asia Villegas, ex ministra de la Mujer (aquí vienen signos de exclamación), más de uno le recordó que los partidos democráticos habían llevado más mujeres a la Asamblea Nacional que el PSUV, mientras otros subrayaron que la funcionaria del chavismo no solo ignoraba la más elemental historia de las luchas femeninas en Venezuela, sino que fallaba en matemática simple porque si en 1946 se logró el derecho al voto femenino, “cuarenta años después con la llegada del Cmte. Hugo Chávez que las mujeres pudimos votar”, la suma llegaría a 1986, otro error mayúsculo en la ya grande metida de pata de la señora Villegas.
Las que hemos sido feministas desde el siglo pasado sabemos de memoria cuáles mujeres se fajaron a buscar algún gramo de igualdad, sin recurrir al mezquino expediente de cuestionar su ideología. Las que desde la izquierda saboteamos agresivamente el concurso de Miss Venezuela -como le consta a la chavista Desireé Santos que estuvo ahí-, las que acompañamos a las obreras en sus conquistas laborales y defendimos el aborto como un derecho, reconocimos y defendimos todo lo que hicieron las mujeres de Acción Democrática y Copei en el Congreso, quienes lograron conquistas fundamentales como la reforma al Código Civil. Y en todos los casos, las de izquierda y las de derecha, teníamos un denominador común más allá de la lucha por la igualdad: estudiamos y mucho. Leímos desde Simone de Beauvoir hasta María Calcaño. Estudiamos de todo pero básicamente la historia de las conquistas de las mujeres en el mundo, Venezuela incluida. Y siempre supimos quiénes hicieron qué y para ellas nuestro agradecimiento. En ese andar, coincidimos muchas veces con mujeres como Sonia Sgambatti, Mercedes Pulido o Argelia Laya, entre otras; y si bien políticamente andábamos en aceras distintas, nuestro interés mayor fue lograr que las mujeres, todas, gozáramos de los mismos derechos que los hombres. Algo que seguimos esperando.
Porque este gobierno “revolucionario” no solo ha sido absolutamente incapaz de conseguir el más mínimo avance de las mujeres en cualquier área -ni legal, ni en salud, ni salarial, nada-, sino que se atreve a ubicar a mujeres como Asia Villegas en el Ministerio de la Mujer, en el Viceministerio de la Mujer y ahora diputada -electa por nadie-, sin mayor currículo que ser hija de su papa y hermana de sus hermanos. Sin contar con que semejante gobierno que ella representa y defiende, ha destruido la familia, ha llevado a la mujer a pasar hambre, ha devaluado a las profesionales, destruido las universidades -una de las vías fundamentales para el ascenso femenino al mundo laboral-, y ha convertido a las más humildes en pedigüeñas de los hombres que nos gobiernan, mientras premia con bonos el embarazo precoz, el mayor multiplicador de la pobreza a escala planetaria; algo que la ignorancia de muchos como Asia Villegas, apoyan y motivan.
Pero como en WandaVision -y también en el filme Los Sobrevivientes del cubano Tomás Gutiérrez Alea-, el chavismo está encerrado en una burbuja hecha a la medida de sus mentiras y sus ambiciones. Un grupito que, gracias a su poder de destrucción, mantiene presa a una población ignorante de la realidad sin saber que la mayoría son actores sin sueldo de una comedia que les produce mucha risa y sobre todo beneficios, a los brujos malos del PSUV.