Fue uno de los primeros especialistas petroleros que reaccionó al conocerse la información del cambio accionario de Petrocedeño, uno de los principales proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco y desde ese momento calificó el hecho como una muy mala noticia para Venezuela. Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía y Profesor-Investigador del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston, Estados Unidos, pone la situación en perspectiva, donde el desdibujamiento de la opción de un cambio político y factores de toda índole, incluyendo las sanciones, pesaron con fuerza en la decisión estratégica de las empresas TotalEnergy y Equinor. A su juicio, es realmente simbólico que el proyecto más importante de la apertura petrolera “muera de esta forma”.
-¿Por qué se fueron TotalEnergy y Equinor de Petrocedeño?
-La salida de Total y Equinor es algo que ha estado planteado desde hace tiempo, porque estas empresas no han podido operar la planta mejoradora de crudo que está en Criogénico de Jose y, además, el proyecto ha estado, en buena parte, parado. Esto ha ocurrido porque Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) es el operador y las empresas socias solamente pueden asesorar dicho proceso, cosa que había generado problemas entre las partes desde hace ya tiempo. La combinación de todos los problemas que ha tenido la industria petrolera, el hecho de que el Gobierno los haya obligado a vender crudo previsto para exportación al mercado interno y después usar las plantas mejoradoras para apoyar el proceso de refinación en Venezuela; combinado con las sanciones y la poca expectativa de un cambio político en el país, generó una situación que comprometía mucho a las empresas.
“Petrocedeño es el proyecto petrolero más grande que la empresa privada ha intentado en Venezuela en toda su historia, y uno de los más grandes de toda Latinoamérica”
Francisco Monaldi
-¿Hace cuánto calcula que tomaron la decisión?
-Hasta poco ambas empresas estaban completamente comprometidas con la idea de, incluso, expandir sus proyectos en la Faja Petrolífera del Orinoco, pero es posible que, en este último año y medio, la combinación de todos los factores que dije antes, más la estrategia ambiciosa que están trabajando a nivel mundial para cumplir con los temas de cambio climático y transición de energía, hicieran que Venezuela dejara de ser una prioridad. Lo que sí te aseguro es que tanto Total como Equinor se habían quedado en el país con la expectativa de un cambio político, pero ante la imposibilidad de que se produzca, optaron por entregarle a PDVSA sus acciones, a cambio de que les dieran la garantía de que ellos no serán responsables por ninguna clase de pasivos laborales o ambientales.
-¿Cuáles son las consecuencias de esa decisión para el país?
-De haberse dado una transición en Venezuela, ese proyecto estaría procesando más de 200 mil barriles de petróleo al día y exportando unos 180 mil. Es una tragedia, porque estas empresas apostaron por mucho tiempo a que iban a poder operar e incrementar su producción en Venezuela. Con los precios del crudo como están hoy, Petrocedeño sería muy rentable para el país.
-¿Cómo afecta esto la estrategia que ha propuesto Tareck El Aissami para PDVSA?
-Esto es lo contrario de lo que El Aissami estaba buscando, que era volver a reactivar las empresas mixtas y lograr que los socios invirtieran, cosa que veo muy difícil que ocurra con el panorama de país actual. Imagino que él andará buscando alguna empresa china o rusa que lo ayude a operar este proyecto, pero no va a ser tan fácil, porque Petrocedeño es un desarrollo petrolero relativamente sofisticado y es el más grande de los proyectos de la Faja. El asunto aquí es que las sanciones obstaculizan tremendamente las opciones de privatización que el actual ministro de petróleo ha querido crear, y ni siquiera se sabe si tienen consenso dentro del chavismo, porque tampoco han logrado cambiar la Ley de Hidrocarburos, aun cuando es evidente que hay modificaciones legales e institucionales que se requieren para poder cumplir con alguna parte de la estrategia que El Aissami ha querido implementar.
“Las sanciones y la poca expectativa de un cambio político en el país, generó una situación que comprometía mucho a las empresas”
Francisco Monaldi
-¿Entonces cómo está operando la Faja Tareck El Aissami?
-Te reitero que El Aissami está buscando conseguir que se reactiven las empresas mixtas en la Faja y que los socios tipo B o minoritarios, inviertan. Por eso los están presionando fuertemente, pero la realidad es que no se ha concretado nada; el otro modelo que está proponiendo desde hace un año, son los contratos con empresas de servicios para que trabajen en campos que solo opera PDVSA y donde hay cierta infraestructura. Tanto el general Manuel Quevedo, como el propio ministro, han firmado varios de esos contratos, pero hasta ahora la evidencia es que en esos espacios no se ha producido mayor inversión y la producción sigue cayendo, por lo que se puede concluir que eso también ha fracasado por las mismas razones que hemos venido hablando: mal estado de la industria petrolera, las sanciones, las arbitrariedades del Gobierno y la imposibilidad de un cambio político nacional.
-¿Qué socios internacionales de peso le quedan a la PDVSA de Nicolás Maduro y El Aissami?
-Le van quedando muy pocos socios internacionales importantes, Chevron es uno, pero por las sanciones no puede invertir, sino solo hacer mantenimiento básico en sus dos grandes proyectos: Petropiar en la Faja y Petroboscán en el Zulia. Ambos están produciendo, sobre todo el segundo, pero de manera muy limitada por las medidas internacionales y por el conjunto de problemas que tiene la industria petrolera que ya mencionamos. Después quedan los chinos de CNPC (China National Petroleum Corporation) y los rusos; hay otros socios en el papel, pero que no están produciendo nada. Por su parte ENI y Repsol tienen una actividad importante de gas en el proyecto de Paraguaná, pero no tienen mayor actividad en la parte petrolera.
“Lo que sí te puedo asegurar es que no hay un solo taladro operando en Venezuela desde hace un año”
Francisco Monaldi
-¿Cómo afecta la “Ley Antibloqueo” la llegada de inversionistas fuertes al país que busca Tareck El Aissami?
-Yo dudo que con la “Ley Antibloqueo” llegue algún inversionista duro a Venezuela, solo habrá algunos contratos de servicios más como los que ya se firmaron. Incluso, dificulto que los rusos y los chinos amplíen su actividad de manera importante en nuestro territorio, si no hay cambios un poco más sólidos en los instrumentos legales y en las perspectivas del país. Una cosa que favorece a El Aissami y al régimen, es que el precio del petróleo ha subido significativamente y montones de cosas que no eran rentables el año pasado, ahora lo son. Con el precio del Brent en 70 dólares, que en la cesta venezolana son como 50, perfectamente se podría invertir en muchos proyectos aquí. La duda que queda es si con los descuentos que deben hacer por las sanciones y toda la dificultad de exportar con las sanciones, eso es posible y viable económicamente.
-Por lo que usted dice las sanciones son una piedra de tranca muy importante en los planes de El Aissami. ¿Se pueden revertir en el corto plazo con un proceso de negociación?
-Las sanciones parecieran ser de las pocas motivaciones que tiene el Gobierno para negociar con la oposición y con Estados Unidos. Pero sí es un hecho que les interesa una flexibilización que permita a los socios invertir. Esto lo ha estado planteando el Grupo de Boston y las empresas internacionales que operan en Venezuela han hecho lobby en Washington, veremos si algo ocurre en esa materia.
-¿Cuál es el estado actual de las refinerías del país?
-El año pasado hubo una cierta recuperación de las refinerías, pero muy limitada. Estamos hablando de que pasaron de procesar de entre 20 y 30 mil barriles diarios de gasolina, a 40 o 50 mil barriles. Esta cantidad todavía está muy por debajo de la demanda interna; lo mismo ocurrió con el diésel, donde sigue habiendo un tema de déficit importante. Es muy difícil recuperar el estado en que se encuentran la mayoría de nuestras instalaciones petroleras, aunque ciertamente este año PDVSA tendrá más flujo de caja, por la subida de los precios del crudo y porque ha podido exportar un poco más que el año pasado.
“Las sanciones parecieran ser de las pocas motivaciones que tiene el Gobierno para negociar con la oposición y con Estados Unidos”
Francisco Monaldi
-¿Por qué ocurrió este incremento en las exportaciones de PDVSA?
-Porque el aumento de los precios hizo más rentable todas estas estructuras de intermediarios; pero también, porque Irán ayudó a Venezuela a crear toda una estructura con empresas navieras de maletín en los Emiratos Árabes, cuentas en euros en bancos rusos, uso del territorio de Malasia para traspasos de crudo de barco a barco para vender en China, etcétera. Todo esto ayudó a subir las exportaciones y con el flujo de caja generado, el régimen pudo aumentar la producción. Todavía hay posibilidad de que logren subirlas un poco más, en la medida de que puedan seguir evadiendo las sanciones con mecanismos como los que te acabo de mencionar. Lo que sí te puedo asegurar es que no hay un solo taladro operando en Venezuela desde hace un año y si no se perforan nuevos pozos con taladros operando, la capacidad de producción inexorablemente va a seguir cayendo.
-¿Cuánto es ese “poco más” que pueden subir la producción?
-Yo dudo que la producción suba más allá de 700 mil barriles y eso si logran seguir evadiendo las sanciones, y si el impuesto que China le está colocando a los cargamentos que vienen de Malasia no impacta de manera considerable los ingresos que le llegan a PDVSA. Si todo se mantiene como está, los ingresos por concepto petrolero de Venezuela en 2021 cerrarán unos diez mil millones de dólares, el doble de lo que obtuvo en 2020. Lamentablemente, una de las consecuencias de las sanciones que se ha hecho todavía menos transparente el manejo de los fondos generados por las exportaciones.
-Siendo un país petrolero y rentista, ¿por qué lo ocurrido con Petrocedeño pareciera no importarle ni a la dirigencia política, ni a la sociedad?
-Es una tragedia que al país no le importe. Vamos a poner esto en perspectiva, Petrocedeño es el proyecto petrolero más grande que la empresa privada ha intentado en Venezuela en toda su historia, y uno de los más grandes de toda Latinoamérica. La inversión inicial de Total y Equinor para este desarrollo fue de 4 mil millones de dólares, pero en los años subsiguientes sobrepasó los 6 mil millones. Volver a hacer un proyecto de esta magnitud puede costar, según distintas estimaciones, desde 9.500 hasta 15 mil millones de dólares. Además, fue pionero porque iba a transformar crudo de siete u ocho grados API extrapesado, en liviano de 32 grados, sin prácticamente contenido de azufre, un petróleo de muchísima calidad y muy demandado. Es realmente simbólico que el proyecto más importante de la apertura muera de esta forma, esto nunca debió pasar, porque insisto que con los precios actuales era una inversión tremendamente atractiva y rentable. Si hubiera un cambio político seguramente sería rescatado.