Enfocados en la tecnología, la innovación y la macroeconomía, Diego Comin y Ángel Alvarado se encontraron en Ceteris Paribus, el espacio económico en español donde conversaron sobre el último libro de Comin Bridging the Technology Divide: Technology Adoption by firms in Developing Countries, el cual desarrolla el modo en que las empresas de los países en desarrollo adoptan nuevas tecnologías. Siendo actual profesor de Dartmouth College, su investigación está enfocada en la tecnología, la innovación y la macroeconomía. Ha estado trabajando sobre tecnología y cómo esta impacta la generación de riqueza y la disparidad del ingreso. Ha sido consultor para Microsoft e investigador del National Bureau of Economic Research.
Alvarado inició el momento planteando el contexto, afirmando que muchos de los problemas de pobreza o desigualdad que enfrentan los países tiene que ver con la capacidad de adaptar tecnologías “todos nos preguntamos ¿por qué algunas empresas siguen usando arados de bueyes mientras otras usan drones para producir alimentos?, ¿por qué algunas empacan manualmente y otras usan robots? esto es un tema fundamental de la economía”. Así comenzó la conversación sobre uno de los temas más trascendentes de la actualidad.
-La tecnología está en el corazón del crecimiento económico, de la reducción de pobreza, incluso de las desigualdades. ¿Cómo empezaste a estudiar estos temas y por qué?
-En parte por lo que has dicho. Primero me parecían que eran cuestiones importantes y relevantes. Es un punto que no solo social, sino, intelectualmente es muy interesante. Apenas estudiaba economía, mis preguntas tenían que ver con el crecimiento o la macroeconomía. La tecnología era algo que estaba en el corazón de ellas. Era algo para entender por qué hay países ricos y países pobres o por qué los países crecen a lo largo del tiempo. Había una gran distancia entre la importancia que tenía la tecnología para estas teorías, estos modelos y la falta de medidas directas que había sobre tecnologías. Toda la información que tenía era realmente muy mala, basada en medidas residuales y muy indirectas. Me llama mucho la atención esta discrepancia, por un lado, la importancia que tenía la tecnología; y por el otro, la falta flagrante que había sobre medida directas. Entonces me obsesioné en su momento con medirla directamente, con tratar de reducir en la medida de lo posible esa carencia que teníamos en macroeconomía, construyendo bases de datos que fueran ricas, con medidas directas de tecnología que nos permitían entender mucho mejor estas cuestiones que me interesan tanto. Desde ese momento me interesó.
-¿Hay algún país que se haya hecho rico sin tecnología, que haya avanzado sin adoptar nuevas tecnologías?
-Estos son temas fundamentales. Hay países que se han hecho ricos por cuestiones que no tienen que ver con la tecnología porque poseen recursos naturales que son fáciles de extraer, petróleo, gas, diamantes; países como Arabia Saudita, Dubái, Abu Dhabi o Qatar, o en cierto modo, Botswana se han hecho ricos por esas cuestiones y no han necesitado tecnología para extraer esos recursos. Muchos países no disponen de esos recursos naturales por lo cual, en esas situaciones no ha habido ninguno que se haya hecho rico o exitoso sin la adopción de tecnologías.
-¿Por qué los países no adoptan con la misma intensidad la tecnología y por qué sigue habiendo esos rezagos?
-Esta cuestión que planteas tiene que ver con algo que a mí personalmente me interesó y estuve trabajando en ello hace unos años, que es esta aparente contradicción; por un lado, la tecnología, parece importante para muchas cuestiones, incluso para entender el ingreso per cápita de los países. Por otra parte, las tecnologías, especialmente las nuevas tecnologías, estaban en todas partes y no habían llegado a todos los países, entonces parecían contradictorias estas dos premisas con el hecho que en los últimos 200 años las diferencias de renta per cápita entre los países había crecido y no disminuido, si uno pensaría que la tecnología es tan importante y los rezagos de adopción se han ido disminuyendo dramáticamente entre los países pobres, uno pensaría que esto generaría convergencia en renta per cápita. Lo que hicimos fue tratar de ver mejor qué dimensiones de adopción de tecnología a nivel de país eran relevantes para entender la renta per cápita y me di cuenta tal como lo planteas, que un factor importante no era tanto si la tecnología llegaba o no a un país, sino la intensidad con la que la tecnología se utilizaba. Entonces lo que medimos con estos datos fue que durante los últimos 200 años la diferencia en la intensidad del uso de las tecnologías entre los países ricos y pobres había ido creciendo, la diferencia de ingreso estriba en la intensidad con la que una tecnología se adapta en un país rico o en un país pobre, para las tecnologías muy antiguas era menor que para las tecnologías modernas, de modo que, en la medida que corríamos la historia durante los últimos 200 años esta diferencia entre la intensidad del uso entre países ricos y países pobres generaba una dispersión de ingresos entre países ricos y pobres. ¿A qué se debe esa divergencia? La intensidad del uso es una de las cuestiones que todavía no entiendo bien a qué se debe. Haces bien plateada la pregunta, es una pregunta muy actual y creo que todavía no tenemos respuesta.
-Mi siguiente pregunta tiene que ver con ¿dónde está la frontera de la tecnología?, ¿qué es la frontera tecnológica y qué implica el estar o no estar en la frontera?, ¿qué significa para alguien que no ha estado en la frontera, estar allí?
-Es buena pregunta. En este libro que hemos acabado hace poco Bridging the Technology Divide, una de las cuestiones más interesantes, a mi modo de ver, consiste en tratar de pensar en la respuesta de esa pregunta. Tratamos de crear una especie de matriz, en donde dividimos la producción en diferentes tipos de actividades y para cada una de ellas, pensamos cuál es el rango de tecnologías que uno puede llegar a utilizar para desarrollar actividades básicas. Desde la más sencilla hasta la más compleja y esta actividad, uno podía pensar que es la frontera. Entonces, lo que hacemos es que para cada una de estas actividades hemos hecho diferentes divisiones de una empresa, unas son generales, comunes a todos los sectores, otras específicas. Uno puede pensar que puede regarse con la lluvia, o que puede empezar a plantarse sistemas más complejos hasta lo que tiene que ver con drones y cuestiones muy complejas. Entonces, para cada actividad la frontera está en un sitio diferente. Algunas parecen más de ciencia ficción, otras parecen más tangibles. Lo que vemos genéricamente cuando uno mira todas estas actividades y uno trata de entender la relación que hay entre la sofisticación de las tecnologías de una empresa y la productividad que tienen, vemos que hay una asociación muy fuerte entre estas tecnologías y la productividad de estos establecimientos. Esta asociación explica buena parte de la diferencia que hay en productividades, entre los establecimientos más y menos productivos del país. ¿Cuánto? Todavía no te puedo responder porque estamos cada día con estimaciones diferentes, pero los datos que tenía hoy era como un 60%, es decir, estamos hablando de cantidades muy importantes de moverte del perfil 10 a 90 de sofisticación, el impacto que esto tiene en la cantidad de variación de producción entre empresas más productivas a lo que estaba asociada, así que realmente los números no son finales, pero vemos que es un factor muy importante.
-¿Se puede saltar de etapas? Es decir, ¿saltar de una economía preindustrial a la cuarta revolución industrial, robótica, de inteligencia artificial, drones?, ¿se puede salvar una brecha así y qué se puede hacer en pocos años para llegar a eso?, ¿es posible hacerlo en décadas o tardaría muchos años?
-Hay varias preguntas en esa pregunta. Un aspecto que tiene que ver con composición sectorial de la actividad económica y ese aspecto tiene que ver con cuántas sumas estructurales hay, con lo cual yo no me he metido mucho, hay otros como Dani Rodrik o gente que ha seguido sus ideas que trata de estudiar ese aspecto. Aspecto que tiene que ver con una idea, una esperanza que tiene mucha gente muy popular en Washington; es la idea de que los países o las empresas puedan saltar de golpe a adoptar tecnologías digitales en lugar de tener que adoptar las tecnologías analógicas. Entonces, con tecnologías digitales estaríamos hablando de una nueva frontera, no tienes que preocuparte de ir por los pasos anteriores. Mucha gente se plantea si es posible y si en cierto modo es una solución a los problemas de pobreza y de subdesarrollo y toda la evidencia que yo he visto, las veces que he estudiado esto, la respuesta a esta pregunta tiende a ser negativa. Por un lado, hay muy pocos países, de hecho, no hay ningún país que haya hecho esto, los países que han crecido mucho básicamente crecieron a base de ir más rápido adoptando tecnologías que no habían adoptado antes, por ejemplo: Singapur o países del sudeste asiático, aceleraron la adopción de tecnologías que habían empezado a manejar anteriormente y tecnologías nuevas a partir de los años ‘60 y ‘70, adoptarlas a la misma velocidad que los países ricos, pero no saltaron de las tecnologías antiguas a las nuevas, sino que acabaron de acoger las tecnologías antiguas y siguieron moviéndose a través de los nuevos sectores; pero más rápido, saltando de sector a sector, de tecnología en tecnología, a mayor velocidad de la que lo hicieron Norteamérica o Europa Occidental con anterioridad, con lo cual, uno tiene que ir a través de todas las fases tecnológicas. Saltar a la cuarta revolución industrial o era tecnológica, pues, no es posible si no has estado en las tres anteriores.
-Importante para poner los pies en la tierra. Supongo que la gente te anima a pasar del arado al dron y no es fácil. Ese salto de tecnología depende de emprendedores, gerentes que toman decisiones, adoptan tecnologías; que uno podría pensar que la multinacional adopta mayor tecnología de forma más rápida que la empresa local. Háblanos de ese rol del gerente, del emprendedor y del capital nacional o extranjero en este proceso.
-En primer lugar, es cierto, hay muchísima dispersión en un país, en un sector, muchísima heterogeneidad, las pautas de adopción son diferentes para cada empresa. Hay mucha heterogeneidad en el nivel promedio de adopción, pero también en cómo mejora la tecnología en diferentes tipos de procesos productivos dentro de una empresa, distintas secciones, eso es una de las cuestiones más sorprendentes que hemos descubierto al trabajar en este libro, la tecnología dentro de las empresas. Hay muchísimo espacio para el error, hay unas pautas muy claras que parece que son óptimas y luego hay mucha gente que se desvía a esas pautas, hay factores que explican por qué hay empresas que pueden ser más exitosas, factores que tienen que ver con acceso al conocimiento, emprendedores que tienen mayor experiencia. La competencia suele estar asociada con la adopción de tecnologías. Exportar es algo que suele estar asociado con la adopción de tecnologías, las multinacionales suelen tener niveles tecnológicos superiores, pero el efecto asociado hacia una multinacional es relativamente modesto. Estamos hablando que nuestros índices de adopción tienen un rango de cinco básicamente, de 1 a 5, el coeficiente de una multinacional es algo así como punto 2 o 3, estaríamos hablando de una diferencia de un 5% más o menos. Tampoco es algo extremadamente grande, es un efecto razonable, pero modesto. Uno cuando trata de entender las causas de adopción es un saco sin fondo, depende de si uno estudia factores que tienen que ver con la adopción, las diferentes adopciones entre las diferentes líneas de negocio de una empresa o tipos de actividades, o factores que afectan la adopción entre empresas.
-¿Dirías que lo que más mueve la adopción de tecnología es el comercio, la integración con cadenas globales de valor más que la misma propiedad de la empresa?
-Sí, la propiedad de la empresa no es cuestión importante, el estar expuesto a mercados internacionales tiene dos tipos de efectos. Primero, aumenta la competencia, la cual se expone una empresa y vemos que hay una asociación positiva entre medidas de la competencia y nivel de adopción de tecnologías. Hay otra cuestión muy importante sobre la demanda, uno de los factores que las empresas dicen que es más relevante para ellas adoptar tecnologías es tener más demanda y una demanda más cierta. El exportar especialmente en países en desarrollo, lo que hace es aumentar el tamaño de la demanda porque ellos pueden acceder a la demanda proveniente de países ricos y esto les genera unas ventajas para tener una mayor escala y mayores ingresos, de los cuales pueden sacar rendimiento a las tecnologías que han adoptado.
-Tenemos la última pregunta, lo hemos hecho muy bien, en tiempo récord. Entramos en el tema de políticas públicas, en lo que pueden hacer los gobiernos, las sociedades para adoptar o promover la adopción de nuevas tecnologías y moverse hacia esa frontera. ¿Qué recomendarías tú a los gobiernos de América Latina y los países del tercer mundo?, ¿qué deberían hacer los gobiernos de América Latina para colocarse en esa frontera?, ¿qué hace falta para la región?
-Hay una heterogeneidad brutal de políticas que uno puede llevar a cabo porque son muchos los factores que afectan la adopción. Si tuviera que escoger las dos que me parecen más relevantes sería: tratar de ayudar a las empresas en los mercados internacionales, porque acceder a un nuevo mercado, exportar, es algo que requiere crear el mercado, incluir unos costes fijos para abrir el mercado y explicar a los consumidores o productores de otros países que los productos son relevantes y les pueden servir, hay todo un proceso en el cual necesitan ayuda y experiencia. El acceder a los mercados internacionales para poder vender tus productos y servicios es útil para tener mayor demanda, para aumentar la competencia, y luego también hay estudios que demuestran que, los exportadores pueden aprender a producir mejor, a interactuar con los mercados internacionales porque los intermediarios internacionales explican qué tipo de productos los consumidores de otros países extranjeros quieren y también cómo mejorar la calidad de su producción. Hay un estudio muy interesante sobre las alfombras en Egipto donde se vio que el estar aleatoriamente asignado a un exportador, el poder convertirte en exportador, te servían estas cosas para poder mejorar la forma en la que producías porque te iban dirigiendo un poco en cómo hacer el control de calidad y cómo mejorar la eficiencia tecnológica de la producción. Este es el primer tipo de políticas que facilitaría la adopción de tecnologías. Lo segundo, tiene que ver con cuestiones de conocimiento tecnológico. Normalmente se suele imaginar lo que tiene que ver con capacitación de gente trabajadora, se busca ingenieros, gente que tiene más capacidad para interactuar con otras tecnologías, y entonces el costo de implementar nuevas tecnologías se reduce porque al haber más trabajadores que pueden interactuar con la tecnología se hace más fácil contratar a esos trabajadores. Esa es una dimensión, pero hay otras dimensiones que tienen que ver con formas más tácitas de conocimiento que no tiene que ver únicamente con la educación de ingenieros, sino tiene que ver con proveer directamente conocimiento específico que las empresas necesitan para interactuar con la tecnología. Esto, dependiendo del nivel de desarrollo o del sector, puede tener diferentes formas. Ejemplo: un estudio que ha hecho un colega mío sobre la discusión de tecnologías agrícolas, de semillas de alto rendimiento en India donde trataron de estudiar cómo la difusión de los celulares permitía a ciertos campesinos poder llamar a centros de atención, atendidos en su propio idioma, les permitía implementar mejor estas tecnologías que otros campesinos que tenían celulares pero no podían llamar a centros de atención porque no tenían cobertura en su idioma. Entonces, el acceso a este tipo de información técnica, específica, sobre una cuestión muy especializada, para lo cual no hay un mercado, no es algo donde uno pueda ir y comprarse un ingeniero que te lo haga, sino es algo muy específico, es complejo. Aquí lo resolvían con un call center. Hay formas más complejas de hacer esto, en Alemania hay una institución, con la que yo he trabajado bastantes veces, que tiene 70 institutos diferentes especializados en las diferentes áreas de conocimiento de la ciencia, donde ayudan a productores alemanes individuales a solventar problemas tecnológicos para los cuales no encuentran soluciones en el mercado. Si eres productor en Alemania y tienes algún problema para implementar una tecnología o para encontrar una tecnología que te haga algo que no encuentras en el mercado, llamas al instituto, te ponen en contacto con un grupo de trabajo que tenga el conocimiento necesario para solventarte ese problema. Es una fricción difícil de solventar en el mercado porque tiene que ver con la especificidad del conocimiento científico y esto está sujeto a problemas de búsqueda a problemas contractuales. Son situaciones en las cuales los mercados no suelen funcionar muy bien y situaciones ideales para los gobiernos intervenir porque hay una fricción de mercado que solucionar.
-Estamos en un mundo complejo, desglobalizándose, desacoplándose. ¿Sí eres optimista en este sentido, en el avance tecnológico o crees que pueda haber restricciones de ahora en adelante para los países?
-El futuro es algo difícil de predecir. Hay muchas fuerzas que se están moviendo a diferentes frecuencias y diferentes direcciones, entonces hace falta ver cuáles son las fuerzas que dominan. Nos hemos beneficiado de estar en un mundo más abierto, más globalizado desde el punto de vista del comercio durante los años 2000; luego ha parado la globalización durante los años 2010, ahora hay una serie de situaciones geopolíticas que falta ver en qué dirección van. Hemos sufrido durante la pandemia con problemas de cadenas de valor. Hemos sufrido las consecuencias de no poder disfrutar del comercio como lo habíamos aprovechado anteriormente y esto lo estamos, en cierto modo, sufriendo en forma de una inflación más elevada, por ejemplo. Entiendo que hay diferentes formas de leer una serie de hechos, espero que los políticos y economistas leamos de forma correcta esta historia de los últimos años para dirigir las interacciones entre países en forma correcta, de mayor interacción y mayor cooperación.
*Ceteris Paribus, Podcast de Economía en Español del Penn Initiative for the Study of Markets del Departamento de Economía de la Universidad de Pensilvania. “El pasado, presente y futuro de la economía en español, haciendo seguimiento de América Latina”.