En la aldea
19 abril 2024

Eugenio Martínez: “Los rectores que están dirigiendo el CNE desconocen el tema electoral y cuentan con menos poder frente a Miraflores. Son más débiles”

Lo que afecta el resultado es el ciclo electoral y no el sistema de votación

Mitos, medias verdades y suposiciones electorales: la crónica de nuestros días. Los votantes que necesitó Capriles para ganar estaban en el extranjero, el registro electoral está abierto y nadie se inscribe, el madurismo ya conoce la identidad de muchos electores, la sala de totalización siempre está llena de testigos. Hablo con Puzkas.

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Javier Conde | 01 junio 2023

Puzkas es Eugenio Martínez. El seudónimo se ha devorado a su creador. En una ocasión mientras el creador trabajaba en El Universal recibió un correo de un lector indagando sobre lo que había escrito un tal Puzkas. Pero no hay celos: el seudónimo se lleva la fama, también los odios que despierta por andar aclarando cosas. “La gente no está buscando que la informen sobre lo que está ocurriendo sino que le confirmen que es cierto lo que está pensando o la creencia que tiene”. Esto me parece que lo dice el seudónimo.

El parto de Puzkas se produjo mientras Eugenio Martínez tenía una beca trabajo en el departamento de prensa de la Universidad Católica Andrés Bello que dirigía María Fernanda Mujica, su primera jefa en el periodismo. Debía abrir un correo entonces Hotmail y se le ocurrió el nombre como un homenaje a su padre -Alberto, un gallego de Ourense, fallecido hace 15 años- que adoraba a Ferenc Puskás, futbolista húngaro que a mediados del siglo pasado se cansó de meter goles con la selección de su país y más tarde, y lo que lo hizo famoso y temido, en el Real Madrid. Alguien se adelantó en el registro de Puskás, así que la ‘z’ suplantó a la ‘s’ y la criatura vio luz. Al futbolista los españoles lo bautizaron Cañoncito Pum por la potencia de su pierna zurda.

“La Comisión Nacional de Primaria es plural en la medida en que se logró que no estuviera controlada por los partidos. Pero, sin embargo, es políticamente débil”

Eugenio Martínez

El autor de Puzkas, Eugenio, quería ser periodista deportivo. Hacia finales de los noventa entró en El Universal para hacer una pasantía en la sección de opinión. Jornadas nada emocionantes en las que llamaba a los articulistas para recordar las entregas de sus colaboraciones, respondía cartas que llegaban a la célebre sección del Correo del Pueblo y reporteaba alguna de ellas sobre una queja puntual relacionada con algún servicio inoperante: agua, luz, aseo, una tronera en la calle. En compensación por aquellas mañanas o tardes tediosas se hizo de una nutrida agenda de teléfonos que le resultaría útil en sus próximos destinos dentro del diario, primero la sección Tema del Día, a cargo de Clodovaldo Hernández, y después la cobertura electoral siguiendo los pasos de Carlos Subero y Yolanda Valery.

Y adiós deportes. Cubrió la mega elección del año 2000, luego los consultivos y el revocatorio contra Hugo Chávez y descubrió un vínculo con la sección que inicialmente lo motivaba. “Como en los deportes, en la información electoral hay abundante estadística, muchos jugadores y un árbitro al que nadie quiere”. Ahora habla Eugenio porque Puzkas es requerido por alguno, o varios, de sus 300 y pico mil de seguidores en Twitter. Puzkas es ya una marca potente en también en TikTok, Youtube e Instagram. Eugenio también dio vida a votoscopio.com, con la idea de generar una gran base de datos de consulta pública de resultados y documentos electorales y herramientas para ciudadanos y periodistas.

Eugenio y Puzkas andan juntos aunque tienen vidas separadas, como esos personajes que se les escapan a los novelistas, y acumulan más de 20 años de cobertura electoral -en el contexto que todos conocemos o creemos conocer o del que sabemos todo, faltaba más-, junto con maestrías en el exterior, cursos, participación en misiones de observación electoral. Un periodista especializado en el tema. Una voz, o dos, que vale la pena escuchar con atención

-¿El periodismo contribuye a informar o afirmar creencias?

-No hay nada más odioso que la verificación de datos. A la gente le molesta que le estén aclarando o precisando cosas. Quizás antes era mejor recibido, pero ahora hay tantas opciones para consumir hechos, tanta variedad de fuentes, que aunque la creencia sea incorrecta y se aporten datos y evidencia, eso termina generando un rechazo. Los medios aún no saben cómo trabajar en esta nueva dinámica de consumo de la información de hechos.

-¿Cuál es la respuesta a ese trabajo?, ¿ayuda a ver las cosas de otra manera?, ¿hay mucho insulto?

-Va por olas, por etapas. Hay un periodismo útil, que es muy común y aceptado, cómo inscribirse, cómo votar, cómo se organiza el proceso. Pero en precampaña eres el sospechoso habitual para todos los colores. Todos te asocian como un adversario. Entre los seguidores hay de todo, gente a la que le gusta consumir este tipo de información y gente que la rechaza porque cree que hay un objetivo oculto en lo que se le ofrece. Hay que lidiar con eso y aprender a tener la piel dura.

Eugenio Martínez, y tal vez Puzkas, recuerda la tensión en la redacción de El Universal durante el revocatorio de 2004 cuando las notas del diario iban en sentido contrario a las matrices de opinión creadas -líderes políticos y mediáticos siguen sosteniendo sin pizca de duda que aquella jornada se ganó-. “La información electoral genera mucho fanatismo, no se consume igual que la económica, por ejemplo cuando se anuncia un período de recesión o de alta inflación. Indicar quién lidera la carrera electoral levanta ronchas”.

La piel dura le enseñó a escoger las batallas que libra por las redes sociales. Antes respondía todo, ahora identifica quién quiere pelear por pelear o advierte que viene un insulto. “Intento no responder en esos casos para evitar engancharme o si respondo lo hago con ironía”. ¿Y se entiende?, le pregunto. “Pongo #ironía”, y se ríe. Nos reímos los tres.

Debate errado: CNE o no

-La idea de que la oposición es una abrumadora mayoría está muy extendida, ¿es cierta?

-Los estudios de opinión indican que se mantiene una proporción según la cual el chavismo representa el 27%, que incluye un sector descontento con Nicolás Maduro; la oposición el 38%, con una parte significativa que no está identificada con el liderazgo actual, y 35% que se declara independiente. Al acercarse la cita electoral esos independientes se mueven a un lado o a otro. Ahora mismo, en una proporción 2 a 1 a favor de la oposición. En las primarias también hay tres bloques. Un sector divorciado de la dirigencia, un sector de moderados y un sector que ya no cree en el sistema político y busca un outsider. María Corina Machado tiene su apoyo en la gente que está alejada y el Conde del Guácharo en ese segmento antisistema. Es importante ver esas tendencias y cómo se expresan las diferencias, en particular sobre la participación o no del CNE. Henrique Capriles, también Manuel Rosales, incluso el Conde, no ven al CNE como un factor para dejar de participar en las primarias. En resumen, a pesar de la precarización del país, el chavismo no es la minoría insignificante o la oposición la mayoría abrumadora que algunos ven desde fuera del país.

-¿La Comisión Nacional de Primaria es plural?, ¿es una debilidad política que la haya nombrado un sector de la oposición?

-Es una comisión plural en la medida en que se logró que no estuviera controlada por los partidos. Pero, sin embargo, es políticamente débil. El liderazgo político no resolvió temas como la participación del CNE y el voto en el extranjero, y el doctor Jesús María Casal, que preside la CNP, ha tenido que asumir el costo político de esas decisiones. La Plataforma Unitaria tendría que haber acordado esos temas pero es la CNP la que tiene que lidiar con ese costo.

“A pesar de la precarización del país, el chavismo no es la minoría insignificante o la oposición la mayoría abrumadora que algunos ven desde fuera del país”

Eugenio Martínez

-Pero entonces el conflicto hubiera surgido antes.

-El conflicto siempre iba a estar presente. La Plataforma Unitaria nunca se ha sincerado sobre algunos temas, como la participación de los venezolanos en el extranjero. Entre 2019 y 2022 bloqueó la participación electoral porque no era una prioridad. Ahora en el 2023 todo el mundo quiere ir a elecciones y se pretende hacer en unos meses lo que no se hizo en años. La CNP tiene que asumir ese costo político sin tener nada que ver con esa parálisis.

-El debate no debería estar centrado en la participación o no del CNE, como lo está, sino en la actualización del Registro Electoral, ¿por qué?

-Hay dos millones de jóvenes en el país entre 18 y 30 años que no están inscritos para votar. La fallida elección de la UCV es el mejor ejemplo. Al cruzar la data de los estudiantes de la UCV con el Registro Electoral de septiembre del año pasado se comprueba que 4 de cada 10 estudiantes ucevistas no están inscritos para votar, por lo cual no podrán participar en la Primaria. En 2012, por ejemplo, se calcula que había 800 mil potenciales votantes en el extranjero y en la elección de abril de 2013 solo votaron 60 mil. Los votos que Capriles necesitaba para ganar estaban en el extranjero, donde se supone que son más propensos a ir contra el Gobierno. El registro en el extranjero requiere cambios en la legislación electoral y eso debería ser una prioridad para la oposición, así como activar las recomendaciones de la Misión Electoral de la Unión Europea de 2021. Hay muchas cosas concretas que no se están haciendo. Tampoco es cierto que el RE no esté abierto. Sí lo está en todas las capitales de estado. Y las oficinas están vacías. En cambio el debate está en si hay el apoyo técnico o no el CNE y en resguardar la identidad del votante.

Nuestro dúo, Eugenio y Puzkas, no tiene reparo alguno en decir que ese debate sobre el CNE es absurdo. Que responde a la estrategia política de unos y otros en la competencia de las primarias. La participación del ente electoral permitiría a la oposición probar el sistema que se va a utilizar en las elecciones previstas para algún momento de 2024, chequear la logística electoral, disponer de más centros de votación. El argumento tan difundido de que estaría en riesgo la identidad del votante con el sistema automatizado y, por tanto, habría que votar de forma manual, no escapa al análisis.

“Nadie en Venezuela puede garantizar que con la participación del CNE o con el voto manual se va a resguardar la identidad de los votantes”, afirma Eugenio. Y pone dos ejemplos: uno, todos los militantes de los partidos políticos de oposición que participaron en la relegitimación de los partidos entre 2016 y 2018, que firmaron y pusieron su huella para asegurar la continuidad de las organizaciones entregaron sus datos al CNE y al Gobierno: dos, el Sistema Patria le da al régimen de Maduro información muy precisa sobre quién puede ser objeto de presión política en un contexto electoral. Ni un sistema ni otro, automatizado o manual, garantiza que se preserve al 100% la identidad. Y poco se está haciendo, enfatiza, para minimizar ese riesgo”.

Del tema de la identidad vulnerada se salta con facilidad a creer que también el secreto del voto es dudoso. Asunto delicado. Un bumerán contra la propia oposición. Eugenio Martínez entre su abundante producción escrita y audiovisual de política electoral hurgó en el origen de esa idea según la cual el Gobierno sabe lo que el votante elige.

“Técnicamente eso no es posible”, insisten tanto Eugenio como Puzkas. La especie se puso a rodar hace 18 años, cuando se decidió bajo ese argumento de la violación del secreto del voto abstenerse en las parlamentarias de 2005. “La oposición le hizo el trabajo al Gobierno, que contribuyó a dejar que la idea corriera y generar así temor a votar”, afirma. Con el control absoluto de la Asamblea a partir de 2005, el chavismo aprobó la Ley de Procesos Electorales que cambió todas las reglas y las normas, se limitó el voto en el extranjero a los que puedan demostrar residencia legal y se eliminaron los controles de la Ley Orgánica del Sufragio. Un solo detalle es suficientemente revelador: ahora no existe una fecha concreta para las elecciones. Maduro es el dueño de ese secreto.

Debilidades reales e imaginarias

La confianza en el voto se mide con una pregunta que indaga entre la gente si cree que el sufragio ayuda a mejorar las cosas. Desde 2015 esa valoración cayó, por razones que a Martínez le parecen obvias como consecuencia de los resultados obtenidos, sobre todo y paradójicamente, a partir de aquel gran triunfo en las parlamentarias y lo que siguió. “Hay un descenso lento y sostenido en la confianza del CNE, entre otras cosas, porque inscribirse no es una prioridad para nada, ni siquiera para los partidos”.

-El CNE es ahora aún más débil, ¿por qué?

-Los rectores cercanos al oficialismo son diferentes a los de 2018, que eran personas que entendían muy bien el tema electoral, tenían trayectoria, especialmente Tibisay Lucena. Era gente con ascendencia en el Gobierno, con capacidad para validar una negociación. Los que ahora están dirigiendo el CNE desconocen el tema electoral y, en ese sentido, cuentan con menos poder frente a Miraflores. Son más débiles.

“Hay dos millones de jóvenes en el país entre 18 y 30 años que no están inscritos para votar”

Eugenio Martínez

-¿Dónde hay que poner el énfasis en el sistema de votación o en el ciclo electoral?

-Desde el 2004, cuando se realizó y la oposición perdió el revocatorio, se ha achacado todo al sistema de votación. La verdad es que el sistema automatizado funciona como se espera que funcione. También aquí se ha desviado el debate que debería enfocarse sobre el ciclo electoral. Es decir, sobre la fijación de la fecha electoral, el registro de votantes, la habilitación de los partidos, los centros electorales y las mesas, las jurisdicciones electorales, etc. Todo lo que rodea el proceso electoral. Y todo eso sí afecta el resultado. Además, el CNE está parcializado porque fue migrando de un organismo técnico a un organismo político. Eso ya lo advirtió Jennifer McCoy cuando el Centro Carter concluyó su relación con el CNE. ‘Los rectores están demasiado parcializados hacia el Ejecutivo Nacional’, fue lo que dejó sentado McCoy en su despedida. 

-¿Por qué en Venezuela, como sí ocurre en Colombia que ha tenido menos apego al voto, no podemos ver el escrutinio en tiempo real?

-El sistema de votación permite desde 2004 seguir en tiempo real el cierre de las mesas, pero el CNE impide que lo sepamos los venezolanos. ¿Cuál es el argumento? que el venezolano no está preparado para ver que, por ejemplo, el voto opositor va adelante porque llegan primero los datos de las zonas de mayor conectividad que suelen ser urbanas y donde la oposición tiene más ascendencia, y luego esa ventaja se reduce o desaparece. Entonces optan por el silencio. Con una aplicación, el escrutinio se pudiera seguir desde una página web. Y con una diferencia con respecto a Colombia, porque allá al ser manual son resultados provisionales, y en nuestro caso serían resultados definitivos.

Eugenio Martínez cuenta que desde las elecciones de 2021 y por iniciativa del rector Roberto Picón se colocó un código QR en el acta de escrutinio, lo que permite una auditoría en caliente. Basta tomar la imagen del Código con el celular y se puede acceder al resultado de una determinada mesa. Eso fue lo que permitió saber que en Barinas se había ganado la elección. Si se coloca el código QR en las primarias, se puede hacer la auditoría en tiempo real.

-Siempre ha existido la idea, una suposición más, de que algo ocurre en la sala de totalización con los resultados, que es allí donde cambian de color.

-Ese es un argumento que aparece con frecuencia. La sala de totalización siempre está llena de testigos. Los mejores técnicos de la oposición se instalan allí de manera permanente. Lo que se hace es recoger 30 mil resultados y sumarlos y de todo se deja una copia en papel. Eso fue lo que permitió en 2017 comprobar que Andrés Velásquez había ganado en el estado Bolívar.

Otro asunto muy extendido, ahora aún más, es que el régimen de Maduro está en un momento de notoria debilidad. Lo manosean los medios, dirigentes políticos y articulistas. La victoria opositora se ve a la vuelta de la esquina. Los reiterados tropiezos opositores deberían aconsejar prudencia. Pero no son tiempos para la sensatez y la cabeza fría. Una cosa es el corazón y otra la razón. Quizás Eugenio sea una y Puzkas la otra y hacen buena mezcla. “A pesar de la precarización, entre 2019 y 2022 Maduro se afianzó en el poder”, comparte el dúo.

Es un tema de análisis. Por tanto es pertinente aparcar los deseos y fiarse de los datos a la vista. Y diferir, claro. “Cuando Maduro llega al poder -habla Eugenio- había siete grupos con incidencia política en el gobierno venezolano. Eso se fue depurando, ahora son tres. Y aunque la dinámica económica y política subleva a las propias bases del chavismo, el grupo de Maduro es más fuerte a lo interno, tiene más control y menos grupos rivales con los que negociar”. Pero, precisa Eugenio, Maduro tiene un problema de gestión con su propia gente aguas abajo, aunque superó la fase de mayor debilidad que vivió a partir de enero de 2013 cuando surgió el “gobierno interino”.

El momento más duro del madurismo fue durante la gestación del gobierno interino pero adoptó la estrategia de Siria: replegarse y aguantar. Las patas del interinato eran cortas, aunque continuaron andando de un lado a otro varios años más. Carrie Filipetti, subsecretaria de Estado para Cuba y Venezuela en la administración Trump, admitió en una entrevista con la BBC que se operó bajo un calendario según el cual Maduro se iría en semanas o meses. Pero no fue así por fallas en el compromiso de la coalición internacional.

Lo que observa Eugenio es que el costo de mantenerse en el poder para el madurismo es más bajo que el costo de salida (cárcel, persecución, perder todos los activos, etc.). “La solución de esa ecuación es aumentar el costo de permanencia y forzar una negociación hacia la transición”.

¿Del régimen a la oposición?, ¿del régimen a otra figura del régimen? Así fue, recuerdo, la transición española tras 40 años de dictadura. Pero los escenarios y los actores no se replican ni asoman la nariz en el panorama. La propia Filipetti reconocía en el año 2020 que no existía una contraparte del régimen con la cual consensuar una transición.

Gobernabilidad y radicalización

Hay un problema de diseño en las primarias. Es como en las bases de datos, si se falla en la definición de los campos la consulta puede generar errores. ¿Se pueden resolver en el camino? Sí, se espera que sí, pero también hay problemas en el concepto que no está resolviendo la coordinación de la oposición. Por ejemplo, los mecanismos para tomar decisiones y resolver conflictos que la Mesa de la Unidad Democrática estableció con claridad mientras tuvo vida. “Hay que rehacer las estructuras políticas de la oposición”, enuncia Eugenio.

-Lo que me preocupa de lo que se está discutiendo es la gobernabilidad del país. Todos los candidatos están haciendo promesas presidenciales, económicas, sociales y políticas. Pero el acuerdo de gobernabilidad y la declaración de los principios democráticos que deben firmar es en su versión preliminar una declaración de guerra a los perdedores. Me pregunto si eso es viable en el contexto actual. El discurso se ha radicalizado.

“El sistema de votación permite desde 2004 seguir en tiempo real el cierre de las mesas, pero el CNE impide que lo sepamos los venezolanos”

Eugenio Martínez

La carreta va delante de los bueyes, le comentó a Eugenio. Se busca una candidatura unitaria sin acordar antes un programa sobre qué es lo que hay que hacer. Lo que todos comparten es que Maduro debe salir del poder pero no el cómo y él para qué. El día después. La ausencia de esa base compartida abre un espacio, tan ancho como una autopista, para que quien se imponga en la consulta imprima su visión personal. A Eugenio eso le parece lo más peligroso, creo que a Puzkas también y a mí, y me meto en la candela.

Recuerdo que en una entrevista para La Gran Aldea le pregunté a Ramón Guillermo Aveledo si era lo mismo una candidatura unitaria y la unidad. “No se trata de que nos unamos porque tenemos una candidatura, tenemos una candidatura porque estamos unidos”, respondió el exsecretario ejecutivo de la MUD.

Eugenio Martínez es pesimista, no tanto sobre la realización de las primarias, sino sobre los mecanismos de coordinación. “Las primarias se convocaron para fortalecer la unidad, pero no hay una visión compartida. ¿Qué pasa, por ejemplo, si el candidato ganador de la consulta está inhabilitado o lo inhabilitan?, ¿quién y cómo se resuelve eso?, ¿lo decide el ganador, el siguiente en número de votos?”.

Pero, ¿tiene dudas sobre la realización de las primarias?

-Tengo dudas, no solo por organización, sin por un bloqueo del madurismo.

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