En la aldea
23 abril 2024

Los agachaditos

“No ser enchufado sino empresario. No ser hetaira PDVSA sino Miss PDVSA (O artista). No ser periodista sino ficha. No ser candidato sino quinta columna. En nuestra circunstancia, no es tan difícil suponer cuál debería ser la línea argumental de todos los sectores. Sobrevivir, resistir, pero no entregarse, mucho menos por el beneficio individual. En Venezuela contamos hoy con un buen número de expertos en ‘pasar agachados’”.

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Sonia Chocrón | 01 junio 2023

Hay una expresión muy nuestra que además de ser una imagen que viene como anillo al dedo en no pocas circunstancias, es de las más populares. Confieso que la expresión me gusta, me es útil, se me parece a alguna gente. Dice tantas cosas sin decirlas. Se puede inferir tanto con cierto toque de humor y mucho de verdad al mismo tiempo. Hablo de “pasar agachado”.

En Venezuela contamos hoy con un buen número de expertos en “pasar agachados”. “Pasar agachado” no es arrastrarse, -que esa es otra maña de quien quiere conseguir algo y no le apena desempeñar el rol de alfombra-. No. Pasar agachado es un guiño mucho más sutil, más engañoso, más polivalente, más multitasking: Quien pasa agachado se camufla entre lo escondido, en lo pequeño, lo imperceptible, puede que se mimetice, o se invisibilice. Un agachado carga una joroba del tamaño de una colina como si esta no existiera, esa giba es su naturaleza.

Me vino a la mente toda esta disquisición -medio fútil, lo sé- en estos días. Veo en las redes y en algunos portales de qué manera singular muchos de nuestros políticos se desmarcan, repentinamente, del presidente interino, del presidente encargado o como quiera que le llamemos a Juan Guaidó. No quiero entrar en una diatriba legal del nombre justo de lo que fue el infeliz interinato “reconocido por 60 países”, latiguillo este que se convirtió en una forma de slogan publicitario a la postre bastante inútil.

“Gracias a Lula da Silva se puso de moda el asunto infame de ‘la narrativa’, no tengo duda de que son muchos los que con su propio y cínico ‘constructo narrativo’ sí que pretenden pasar agachados a diario”

Pero retomando el asunto, lo que quiero decir es que tenemos un lote de ciudadanos expertos en pasar agachados. Los “Yo no fui/fue teté/pégale, pégale/que ella fue”. Y han hecho de ello un modus vivendi rentable, eso sí, contando con la escasez neuronal, la desmemoria o la misma inercia del ciudadano cansado.

Por eso una señora que se suponía presa por ser pareja y socia corrupta, aparece de pronto como si nada en las fotos de un reciente baby shower. Por eso mismo nadie sabe dónde está el ministro destituido por investigaciones sobre desfalcos a la petrolera nacional, y con el tiempo ya ni siquiera nos lo preguntamos porque la cosa terminó por pasar agachada. Como los disfrazados de color naranja que desfilaron para las cámaras, y los pillines que todo mundo identifica pero que faltaban en la lista “de detenidos”.

Me repasé todo este panorama hace nada cuando me llegó a mi WhatsApp un videíto muy breve -y presumo que es apenas uno de varios- donde aparecía ataviado como un lord un hombre joven, me dicen que expresidente de una agrupación gremial de empresarios. El caballero le preguntaba a un esqueleto de aula de bachillerato -lo bautizó Charlie- qué le parecía a él (al esqueleto) que a Venezuela la hubieran puesto en una lista de países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo, como Cuba, Siria, Irán y Corea del norte. Charlie, es decir, la osamenta, se queda sin palabras o sea mudo, porque no es fácil de explicar que Venezuela tenga tanto en común con esos forasteros tan indolentes y malvados.

Y yo que me pregunto casi siempre cosas inservibles, me digo: ¿Por qué el joven hace este video?, ¿qué quiere decir con él?, ¿a quién va dirigido?, ¿qué objetivo tiene este mini show con huesos?

¿No son algunos un poco responsables de que Venezuela sea parte de una lista negra cuando se hacen la vista gorda y se acomodan (encajan cómodamente) en la infraestructura podrida?

Que la economía debe seguir funcionando por el bienestar de todos los venezolanos es una verdad de Perogrullo. Que mantener el engranaje aceitado y funcionando es vital para sostener al menos la precaria situación de la mayoría de los ciudadanos comunes. Pero de allí a asociarse con los fundadores de la ruina, hay un trecho. De allí a hacerles la limpieza de cutis, el peeling, las mascarillas, la hidratación y a nutrirles el rostro hasta con plasma, hay un trecho. Que la cosmetología da para mucho.

No es nuevo. Ya en el 2021 escribía para La Patilla el Profesor y analista Carlos Blanco: “La reunión de Fedecámaras tuvo especial impacto por las aristas políticas que adquirió. La presencia de la representante del régimen pareció la causa del escándalo; pero, si se le ve bien, es apenas la consecuencia de una visión que la cúpula empresarial ha adoptado en los tiempos recientes. Delcy Rodríguez no llegó allí porque la invitaron y ¡Oh, sorpresa!, aceptó la invitación. No, llegó allí como parte de un viraje político de la cúpula empresarial que tiene su expresión más acabada en el discurso de su presidente saliente…

(…) El ahora expresidente sostuvo que “debemos asumir un compromiso con el país, sin importar el ataque de los radicales, o si la comunidad internacional no entiende lo que está sucediendo”; también que “tenemos que rescatar el voto como la única vía de solución de diferencias”. Además de una defensa del “diálogo” con el régimen para resolver los problemas. Esta es la agenda de la directiva gremial y, curiosamente, la del régimen también. Como se seba, “los radicales” es la designación-código para etiquetar a los que procuran el cambio de régimen o lo que se llamó en tiempos idos “el cese de la usurpación”. Se plantea así, sin más, el reconocimiento de Maduro como presidente por parte de la cúpula empresarial, que es la condición que este pone para sentarse a hablar. Concedido”.1

Y agregaba el Profesor Blanco: “Argumentan que hablan con ellos para relanzar la economía, pero, ¿dónde quedan las miles de empresas cerradas, confiscadas, expropiadas, arruinadas?, ¿dónde está la defensa de los medios de comunicación -empresas también-  como Radio Caracas Televisión y El Nacional, los portales censurados para poner solo algunos ejemplos?, ¿dónde queda el compromiso por la libertad, en general, la de los presos, la de los exiliados, la de los arruinados?”.2

¿Y entonces?, me pregunto yo, que claro, soy “radical” desde chiquita: ¿Para qué los videos de golpes de pecho si la agenda es común? No hace ni 15 minutos el actual presidente del más importante gremio patronal aplaudía en un acto público y junto al Presidente de la República Bolivariana, la “lucha del Gobierno contra la corrupción”.

Pero, ¿si son los cosmetólogos, a qué tanto lamento de listas negras?, ¿con cuál cara se queja uno de lo que uno mismo ha ayudado a construir? Claro, el reclamo se lo espetan a una armazón de huesos. Dudo que a algún ministro.

Para pasar agachados, supongo. O pasar con otro nombre que es también pasar agachados. No ser enchufado sino empresario. No ser hetaira PDVSA sino Miss PDVSA (O artista). No ser periodista sino ficha. No ser candidato sino quinta columna. En nuestra circunstancia, no es tan difícil suponer cuál debería ser la línea argumental de todos los sectores. Sobrevivir, resistir, pero no entregarse, mucho menos por el beneficio individual.

Algunos se llaman empresarios, pero la verdad es que la empresa son ellos mismos. Es una verdadera lástima que en Venezuela, de un tiempo a esta parte, el vocablo empresario no sea sinónimo de progreso, bien común, desarrollo, producción, empleo y mejoras salariales, sino de guisador, manipulador, o socio.

Ojo: “Mi ilustre amigo, hace muchos años, el economista Francisco Faraco me dijo: Mire Mingo, cuando ud vea un banquero o un empresario en Miraflores es porque una vaina rara viene o está pasando…”.3

Ahora que gracias a Lula da Silva se puso de moda el asunto infame de “la narrativa”, no tengo duda de que son muchos los que con su propio y cínico “constructo narrativo” sí que pretenden pasar agachados a diario.


(1)La Patilla.com.”Proyecto político del gremio empresarial”, Carlos Blanco. 2021
(2)Ibidem
(3)Twitter. José Domingo Blanco, periodista. @mingo_1, 2021.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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