Una de las frases más célebres describiendo los flujos migratorios a nivel mundial es que estos individuos se encuentran “votando con los pies”. Así eligiendo en qué condiciones de vida desempeñarse. Este argumento normalmente se hace alrededor de términos económicos, en la que la hipótesis central es que la principal causa migratoria es la búsqueda de oportunidades económicas, de migrar a ecosistemas que fomenten el trabajo, el ahorro y el emprendimiento/innovación, dejando atrás modelos de controles económicos y poca libertad. Pues en cuanto a voto se refiere, se puede hacer un argumento que la evidencia sugiere que ese voto con los pies es también para un modelo político, y ese es el de la democracia.
Actualmente, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), existen cerca de 90 millones de personas refugiadas en el mundo. Un número que lejos de disminuir ha aumentado constantemente en los últimos años. De esta cifra, son 21,3 millones de personas refugiadas internacionales reconocidas por ACNUR en los cincos continentes. Hay personas huyendo de sus hogares, buscando protección y al mismo tiempo tomando riesgos en océanos, selvas, desiertos y altiplanos ¿A dónde quieren llegar estas personas?, ¿tienen algo en común?
Considerando las cifras de ACNUR, se identifican 146 países[Figura 1] que son receptores de personas refugiadas.Sin embargo, cuando se analiza con mayor profundidad, se puede identificar ciertos hallazgos trascendentales para un abordaje político de este fenómeno y sus implicaciones para la comunidad internacional.
Cuando se cruza este número de países con el Índice de Democracia2022 [Figura 2], se puede identificar que solo 50 países receptores son democráticos, ya sean bajo un estatus pleno o frágil; y concentran 31% de la población refugiada [Figura 3]. Por otro lado, Turquía, Uganda y Pakistán concentran otro 30% de la recepción de las personas refugiadas por su proximidad a los países con algún tipo de crisis. Finalmente, existen 93 países receptores restantes que, bajo este cruce, se identifican como regímenes híbridos o autoritarios, y tienen 39% de la población refugiada [Figura 4].
Al analizar estas cifras, lejos de la percepción inicial o superficial, se puede identificar los siguientes hallazgos: Si no se considera el grupo de países de Turquía, Uganda y Pakistán, cuya situación geográfica particular los posiciona como países receptores de facto, se puede hallar que, porcentualmente, los países democráticos concentran una mayor población refugiada que los países híbridos y autoritarios. Los países democráticos representan 34% del total de países receptores de refugiados y reciben 30% de esa población. Mientras que, los países híbridos y autoritarios, a pesar de representar 63% de los países receptores, solo reciben al 39% de las personas refugiadas [Figura 5].
Los venezolanos también migran más a países democráticos
Cuando se analiza el caso de la migración venezolana (que, por cierto, no es reconocida en su totalidad como población refugiada por parte de ACNUR), se puede identificar que de los 17 países analizados por la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), dentro de los principales destinos de los venezolanos en la región, hay 12 países que son democracias y concentran 3,9 millones de personas migrantes y refugiadas [Figura 6].
La búsqueda de refugio también es la búsqueda de democracia
Basado en la evidencia analizada, se puede indicar, que existe cierta tendencia por parte de las personas migrantes y refugiadas de buscar en los países democráticos sus nuevos hogares. Esto transciende los criterios basados solo en el desarrollo económico o en la proximidad geográfica. Por ejemplo, en el caso de China, a pesar de ser la segunda economía a nivel global, apenas reporta 300 mil personas refugiadas. También, está el caso de Cuba o Nicaragua, que a pesar de estar en la misma región que Venezuela, ningún de estos dos países son opciones de permanencia para las personas migrantes venezolanas. La sociedad contemporánea es más compleja que en épocas anteriores, donde el régimen político es un factor determinante. Esto puede obedecer a dos causas, no excluyentes entre sí.
La primera está centrada en un aspecto profundo de la naturaleza humana, se trata de la búsqueda de la libertad, una condición inalienable de la misma humanidad y que, si no está garantizada, desincentiva la posibilidad de asentarse en un lugar, especialmente, si existe el riesgo que se deba renunciar a esa misma capacidad de movilizarse o migrar.
La segunda está centrada en los países de origen de las personas migrantes y refugiadas. Por ejemplo, si se analiza la procedencia de las personas refugiadas reconocidas por ACNUR. No solo se puede determinar que 86% son originarias de (10) diez países, sino, además esos países, según el Índice de Democracia 2022 son países autoritarios. Parece que existe una correlación entre menos democracia y más migración desde esos países no democráticos [Figura 7].
Con esta afirmación, no se quiere desestimar la importancia de considerar un criterio económico en la decisión de elegir el país donde buscar refugio. Pero en un contexto donde se advierte de una erosión democrática a nivel global marcada por la disminución de elecciones libres, la libertad de expresión y la independencia de poderes, resulta importante señalar su relación con la movilidad humana.
Por esta razón, en una fecha relevante como es el 20 de junio, Día Mundial del Refugiado,se debe recordar la relación que existe en las sociedades actuales entre migración, refugio y democracia. Cómo dentro de estos flujos migratorios existe un gran voto con los pies apoyando al modelo democrático. Es así que los debates alrededor del fortalecimiento de la democracia, ante los retos que vivimos actualmente, tienen que incluir la migración como uno de los temas centrales. Cualquier conversación y solución que vaya orientada a una regularización de la situación migratoria internacional no puede obviar el criterio democrático que, junto a los medios de vida, se vuelven los indicadores básicos para encontrar soluciones verdaderas y sostenibles.
Se debe promover una integración socioeconómica en los países de acogida de las personas migrantes y refugiadas, que incluya la formación de capacidades, el acceso al empleo y la inclusión estatal, social y financiera. Al mismo tiempo, la comunidad internacional y los países de acogida que se preocupan por el aumento de la población migrante y refugiada en sus fronteras deben redoblar los esfuerzos, para fortalecer la gobernabilidad democrática en los países de origen de esta población.
Un mundo más democrático será un mundo donde las personas no estén obligadas a irse de sus hogares por persecución, conflicto o la violencia por parte del Estado o de grupos irregulares. Países más democráticos también traerá consigo una movilidad humana pero basada en la prosperidad, el emprendimiento y la solidaridad por un futuro compartido con menos vicisitudes. Promovamos más la democracia por el bienestar de las personas refugiadas.
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Referencias:
-Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). https://www.acnur.org/noticias/stories/la-pasion-vision-y-accion-de-fridtjof-nansen-un-extraordinario-humanitario
-La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200205/473287717558/refugiados-europa-igm-armenia-revolucion-rusa-fascismo.html
-Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2001/0005.pdf?file=fileadmin/Documentos/BDL/2001/0005
-Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
https://www.acnur.org/acerca-de-acnur
-El Debate. https://www.eldebate.com/internacional/20220622/estos-son-paises-mas-refugiados-reciben-segun-onu-cns.html
-EMOL: https://www.emol.com/noticias/Internacional/2023/02/03/1085753/indice-de-la-democracia-2022.html
–The Economist. https://www.eiu.com/n/campaigns/democracy-index-2022/?utm_source=google&utm_medium=paid-search&utm_campaign=democracy-index-2022&gclid=CjwKCAjwvpCkBhB4EiwAujULMgZi-4xhwbegQ_HXhFFzU78vWy2on9qzkdBwJqzE5Z3N0rg30-ZmyRoCiSEQAvD_BwE
-Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V).https://www.r4v.info/es/home
-Organizaciones de las Naciones Unidas. https://www.un.org/es/observances/refugee-day
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*Juan Pio Hernández es el Director Ejecutivo de la ONG “Plan País”, una organización sin fines de lucro que busca vincular, educar y conectar a la diáspora joven venezolana en el exterior por medio de una plataforma para el intercambio de conocimiento, talento e ideas. Fundador de la Red Global de la Diáspora de Venezuela. Consultor basado en Washington D.C. enfocado en Comercio Internacional, Políticas Públicas, Relaciones Institucionales y Gestión de Proyectos. Ha liderado y participado en múltiples iniciativas internacionales relacionadas a Venezuela y su creciente diáspora alrededor del mundo. Tiene una Licenciatura en Administración Internacional con concentración secundaria en Ciencias Políticas de la George Washington University y una Maestría en Comercio Internacional y Políticas de Inversión de la misma institución.
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*Carlos Carrasco es el Director de Incidencia de la Red Global de la Diáspora de Venezuela. Consultor en políticas públicas y periodista. Coautor de dos publicaciones sobre transformación digital. Ha brindado consultorías a organismos multilaterales de América Latina y el Caribe. Fue curador de Global Shapers Hub Santiago. Fue coordinador del Observatorio del Gasto Fiscal en Chile. Fue director de la Asociación Civil Caricuao Propone en Caracas. Tiene un Máster en Transformación Digital por la Universidad Isabel I de España, Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Católica Andrés Bello. Diplomado en Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Miembro de la Red de Planificación del Desarrollo de la CEPAL. Fue coordinador de la “Escuela de Liderazgo Juvenil Afrodescendiente en América Latina y el Caribe”.
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*Los mapas y gráficos presentes en este contenido fueron facilitados por los autores, Juan Pio Hernández y Carlos Carrasco, al editor de La Gran Aldea.