En la aldea
23 marzo 2025

¿Qué hay detrás del retraso en el nombramiento del nuevo CNE?

“Más allá de las ‘negociaciones’ externas y pugnas internas que haya, la proporción y los nombres que integren el nuevo CNE serán un termómetro muy importante para desde ahora pronosticar el tipo de elección que tendremos el año que viene. Es decir, la proporción del directorio del órgano electoral podría depender de lo que conceda Washington”.

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Alejandro Hernández | 23 agosto 2023

Durante las últimas semanas el Gobierno, con Jorge Rodríguez a la cabeza, metió una presión enorme a los sectores de oposición y a distintos actores internacionales con el nombramiento de los rectores que conformarán el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que coordinará las elecciones presidenciales previstas para el año 2024. Por ello, el martes 15 de agosto, el propio Rodríguez declaró a la Asamblea Nacional oficialista en sesión permanente, con un categórico: “De aquí no nos vamos hasta nombrar al nuevo CNE”. 

Sin embargo, el jueves 17, intempestivamente suspendieron la sesión parlamentaria sin ninguna explicación y el martes 22 cancelaron una rueda de prensa que daría Jorge Rodríguez, supuestamente, para hablar sobre este tema. Es indudable que el alto gobierno le puso un freno a la decisión y hay dos razones que podrían explicar este cambio momentáneo del régimen.

Negociación directa con Estados Unidos 

El intercambio directo que existe entre representantes de la administración Biden y la cúpula madurista no es nuevo. En el último año hubo viajes de delegaciones a Caracas, encuentros en el exterior y reuniones unilaterales donde la oposición no ha participado. Hoy estas comunicaciones vuelven a cobrar protagonismo y se presume que pueden ser una de las causas del aplazamiento de la designación de las nuevas autoridades del Poder Electoral. 

La información que ha surgido es que el Gobierno, aparentemente, está esperando un nuevo gesto de parte de Estados Unidos para decidir cómo quedará la conformación del CNE. Es decir, la proporción del directorio del órgano electoral podría depender de lo que conceda Washington. Hay tres posibilidades, el nuevo CNE podría estar integrado por: cuatro rectores chavistas y uno opositor, tres rojos y dos opositores, o tres del madurismo, uno de la oposición y otro para el alacranato. Este último caso significaría lo mismo que el escenario de cuatro a uno.

Hay hermetismo total en cuanto a esto. Del lado estadounidense niegan esta posibilidad o no dan respuestas; desde la oposición no descartan esta alternativa, pero no manejan mayor información; mientras que en la delegación opositora que forma parte del proceso de diálogo iniciado en México descartan de plano esta información, asegurando que ni ellos como delegación, ni los americanos, están vinculados al tema del nuevo CNE. Lo anterior refuerza la tesis de que es gestión que se está haciendo directamente, y sin intermediarios, entre la Casa Blanca y Miraflores.

Pugna interna por la Contraloría y los nuevos rectores

Los factores de poder dentro del madurismo no son estáticos y permanentemente se están moviendo en busca de nuevos espacios que se traduzcan en poder, influencia o dinero. Este año tuvimos una gran demostración de ello con la caída de Tareck El Aissami, de quien se desconoce su ubicación actual. En este caso, la institución en disputa es la Contraloría General de la República, que hasta este momento dirige Elvis Amoroso, quien es muy cercano a la familia Flores y a la pareja presidencial. No en vano fue el encargado de ejecutar las inhabilitaciones políticas contra los principales líderes opositores, siendo la medida contra María Corina Machado la última que ha salido de su despacho.  

Amoroso es uno de los nombres que suena con más fuerza no solo para ser rector, sino para ser el nuevo presidente del CNE, para lo que tendría que abandonar su cargo como Contralor General, en el que se desempeña desde el 23 de octubre de 2018. Sin embargo, ha trascendido que la escogencia del sustituto del muy obediente y fiel Amoroso, ha originado una disputa importante a lo interno del oficialismo. Al punto que podría ser una de las razones por las que están retrasados los nombramientos del organismo comicial. 

La pugna roja viene porque, presuntamente, el grupo de Diosdado Cabello quiere tomar control de la Contraloría y poner al nuevo jefe de esa institución, situación que no ha caído muy bien en otros sectores del madurismo. Esto ha hecho que se amplíe la discusión de los nombres de los posibles rectores que va a tener el oficialismo dentro del CNE, porque, como siempre, Maduro tratará de que su grupo más cercano quede contento y conforme. 

¿Quién tiene la última palabra?

Debido a los puntos antes expuestos, ni siquiera los miembros de la Comisión Electoral de la Asamblea oficialista conocen los nombres que realmente se están contemplando para conformar el Poder Electoral de cara a las presidenciales de 2024; porque es una discusión que está dándose en el más alto nivel de la revolución y que está liderando el hoy número dos del régimen, Jorge Rodríguez.  

Más allá de las “negociaciones” externas y pugnas internas que haya, la proporción y los nombres que integren el nuevo CNE serán un termómetro muy importante para desde ahora pronosticar el tipo de elección que tendremos el año que viene. Lamentablemente no hay muchas razones para ser optimista, pero “amanecerá y veremos”.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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