
Arca, la galaxia en expansión constante
Lo de Arca es como una galaxia que se expande. Primero, lentamente, y ahora a gran velocidad atrayendo a cada vez más público, a estrellas, planetas y asteroides de la música y la moda a su centro de gravedad. Hay seducción en todo lo que vemos que hace incluso aunque a veces no entendamos mucho este idioma visual y sonoro que propone.
Algunos, creyendo que la suman a sus filas, en realidad pasan a formar parte de los cuerpos celestes que orbitan en la galaxia Arca: Björk, Kanye West, Lady Gaga, FKA Twigs, Rosalía, Frank Ocean, Beyoncé…
Alejandra Ghersi no nació siendo Alejandra, pero en esta historia eso es lo de menos. Caraqueña, pasó parte de su infancia en Estados Unidos, a los 9 regresó a Caracas con su familia, empezó muy temprano a estudiar piano y cuatro, pasó por grupos de gaita colegiales, se fue a Nueva York a los 17 años a formarse en el arte y técnica de producir música, luego se instaló en Londres y desde 2019 su hogar está en Barcelona.
Eso, como resumen muy general, porque el relato sobre su desarrollo musical es un tanto enrevesado y pleno de transformaciones y etiquetas mezcladas.
Fue durante su paso por la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad Estatal de Nueva York y en el Clive Davis Institute of Recorded Music, cuando irrumpió en la música electrónica bajo el alias de Nuuro. Para entonces ya no solo era pinchadiscos: Nuuro tenía temas propios, colaboraba con bandas venezolanas como Los Amigos Invisibles y Todosantos, y en 2006 lanzó su primer disco, “All Clear”, al que le siguieron otras producciones siendo ya una artista firmada por los sellos Noise Lab y Soundsister.
Celebrada por revistas especializadas, conocedora de la escena neoyorquina y londinense, un buen día le envió muestras de su trabajo a Kanye West y el afamado rapero requirió sus habilidades para el disco “Yeezus”, en el que participó gente como Daft Punk, Justin Vernon, Frank Ocean, Travis Scott, Skrillex y Rick Rubin, entre muchos otros. Arca aportó lo suyo como compositora y productora en cuatro temas del disco que fue lanzado en junio de 2012: Hold My Liquor, I’m in It, Blood on the Leaves y Send it Up. Y la galaxia Arca se expandió también en la órbita del R&B.
Su mixtape experimental “&&&&&” difundido a través de SoundCloud y en conjunto con un proyecto audiovisual de la mano del artista Jesse Kanda marcó, en 2013, el inicio de la era de Alejandra Ghersi como Arca aportando nuevos caminos en la integración de géneros urbanos y la electrónica. Le siguió “Xen”, su álbum de estreno con el sello Mute Records en 2014 y en 2015 editó “Mutant”. Ese mismo año fue el lanzamiento de “Vulnicura”, el álbum de la icónica artista islandesa Björk en el que Arca participó como compositora en dos tracks y como productora en siete los nueve temas.
-Fue un gran contraste, el proceso creativo más divertido que he tenido, con el tema de inspiración más trágico… Sólo estuve sentada al lado de Arca por semanas e hicimos el álbum completo… Es una de esas locuras de la vida en que personas de estilos diferentes se encuentran y en el que una tiene mucho que aprender de la otra…
Eso dijo Björk sobre su trabajo con la venezolana, quien además fue la Dj durante la presentación de la placa. Y esto comentó Arca en una entrevista publicada por El Miope: “Fue una colaboración que me cambió la vida, como le ocurriría a cualquiera cuando conoce a una amiga del alma. Es importante una amistad fértil, que permita que nazca otra cosa, que mute. Te permite verte de una manera distinta. Me hizo darme cuenta de que es posible guiarse de la intuición y reconciliar la búsqueda con una vida que no es de sufrimiento. Ella me ha protegido mucho también”.
A la ceremonia de los Brit Awards 2016 en la que Björk ganó como “Artista Solista Internacional” por “Vulnicura”, la islandesa no acudió por estar inmersa en la grabación de su próximo disco. Y con ella estaba, nuevamente, Arca, quien hizo la producción de “Utopia”, lanzado en noviembre de 2017.
-Sentimos que podíamos escribir cincuenta álbumes porque fue muy divertido. Al principio, nos sorprendimos mucho porque entre nosotros la brecha generacional es muy grande, y después creímos que, filosóficamente, compartimos muchas cosas. Y hay un optimismo y un elemento de celebración en nuestra obra musical, algo que de verdad nos gusta. Esta fue la declaración de Björk a The New York Times sobre hacer “Utopia” con Arca, un disco en el que, además, hay cantos de aves grabados en Venezuela.
Pese a la intensa agenda de trabajo, Alejandra Ghersi no descuidó sus proyectos. En 2017, mientras atravesaba una intensa fase de autoexploración acerca de su identidad de género, presentó una singular joya musical: “Arca”, editado por el sello XL Recordings. “Arca” fue incluido en la lista de los 20 mejores discos de electrónica del año de la revista Rolling Stone, pero además estuvo presente en las selecciones de algunas de las revistas especializadas más importantes y la llevó a presentarse en el festival Sónar y más allá. La galaxia Arca continuaba su expansión indetenible impulsada ya no solo por sus colaboraciones con celebridades mainstream y experimentales.
Y entonces llegó “KiCk”. En 2020 Arca dio un salto evolutivo y no se trata sólo de su vida como trans no binaria. “KiCk i” -el primero de cinco- es un disco de altísimo impacto en el que contó con la producción del también venezolano Cardopusher. Así lo describieron en Babelia -el suplemento cultural de El País-: “Es una oda a la metamorfosis, al cambio y al optimismo, que empieza con ‘Nonbinary’, cuyo primer verso dice: ‘Hago lo que quiero cuando quiero’. Cantado en inglés y español, el álbum más accesible de su carrera es un viaje apasionante. Un disco de reconciliación con las raíces que mira hacia adelante en el que hay sitio de sobra para el ruidismo experimental, el pop marciano, el trap, el reguetón o momentos de delicadeza.
Los ritmos latinos y la electrónica menos cómoda conviven en el ordenado caos que les impone Arca. Todo funciona. Las colaboraciones vocales de Björk, Rosalía y Sophie son aportaciones de otras sensibilidades y no apariciones de famosos para atraer más fans. Es un álbum de autor, solo Arca podría haberlo hecho. El disco tiene tanta personalidad que te zarandea con delicadeza pero con firmeza. Nada es obvio, pero tampoco nada es opaco. La existencia de artistas como Arca, capaces de tener un lenguaje propio tan alejado de lo convencional como de la presunción de que lo experimental tiene que ser necesariamente árido, resulta reconfortante”.
Una mente creativa como la de Arca por supuesto que tiene que ir más allá de la música. No ha sido su único vehículo de expresión. El trabajo con artistas visuales, su estética personal, sus luces y sus oscuridades, la conectaron -inevitablemente- con la moda.
Arca fue portada de la revista Vogue México y Latinoamérica en su edición diciembre 2021 – enero 2022. En la entrevista publicada en esa ocasión dijo: “Me gusta pensar que he cultivado un lenguaje de moda que es muy particular. Un lenguaje endurecido por la batalla, pero también listo para la batalla. Cuanto más fácil me resultaba caerme al llevarla, más fabulosa creía que era la prenda. Cuantos más cables y alambres, más altas las plataformas, más vertiginosos los stilettos. Cuanto más impráctica es la moda, a veces más hermosa es. Es sádico de alguna manera. Me bajaba del escenario y tenía sangre falsa y sangre real y no sabía cuál era cuál. Mi prioridad ahora es disfrutar más que nunca”.
Para entonces, ya había posado para campañas de Loewe y Bottega Veneta. Y colaborado con Ray-Ban. Y vendrían desfiles con, por ejemplo, Proenza Schouler, en la Semana de la Moda de Nueva York (2022) compartiendo la pasarela con Kendall Jenner y Bella Hadid; también con Mugler, en París; campañas con Gucci, Calvin Klein…
No hay límites. Arca ha hecho montajes sonoros que se exponen en museos, ha creado un sistema de inteligencia artificial propio -Lux Æterna- que trabaja sobre su música, y para hacer remezclas para otros artistas que buscan ser tocados por su impronta, abrió como pinchadiscos el concierto de Beyoncé en Barcelona en junio pasado… Y apenas se acerca a los 34 años.