1) Primero lo primero. Todo mundo tiene derecho a tener su argumento o coartada, pero Henrique Capriles Radonski no se retira porque esté inhabilitado ni para facilitar un acuerdo que contribuya a la unidad. Da un paso al costado porque no tiene posibilidad de ganar las primarias. Punto.
2) Su renuncia deja varios mensajes. Uno muy importante: el candidato de la oposición no surgirá de las primarias. Una “sospecha” que está en el ambiente y que se ve reforzada por las posiciones que asumen algunos líderes y partidos. También es un hecho que las inhabilitaciones desvirtúan el proceso, que por esta medida inconstitucional se ve impedido de cumplir con su principal objetivo: elegir al abanderado de la oposición. Por eso siempre ha estado en el aire la pregunta: ¿Qué hacer si gana un inhabilitado?, ¿qué fórmula debe aplicarse para una eventual sustitución?
3) La retirada de Capriles representa un golpe a las primarias por distintas razones. Su renuncia implica que dos de los partidos más importantes de la oposición, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, no competirán en el proceso que, en teoría, llevaría a la elección del candidato presidencial. ¿Es lógico que PJ y UNT se queden al margen y no aspiren a conquistar una posición tan importante? Cuando aún tenía candidato, el gobernador Manuel Rosales declaró que no había renunciado a su aspiración presidencial. ¿Pero cómo no, si decidió quedarse al margen de las primarias?, ¿se puede ser candidato sin competir en las internas? Entonces, ¿para qué se convocan primarias? Golpe a la confianza del proceso.
4) El otro golpe tiene relación con la movilización de votantes. Henrique Capriles Radonski “animaba” la competencia, al ser el segundo en carrera. Ahora sus simpatizantes se quedan sin referencia alguna, pues Capriles Radonski tampoco se sumó a otra candidatura. Sin abanderado en liza, PJ y UNT seguramente no desplegarán el gran esfuerzo organizativo, logístico y, sobre todo, económico que habrían tenido que realizar para enfrentar el 22 de octubre. Unas primarias sin brillo restan fuerza al ganador.
5) Como se ha dicho, las inhabilitaciones “sabotean” el objetivo principal de las primarias. Sin embargo, la consulta también podía servir para reconfigurar y medir las propuestas y liderazgos en el seno de la oposición. El mismo Capriles Radonski llegó a decir que se presentaba para defender una idea. Ahora esa idea ya no tiene defensor. Capriles Radonski renuncia y trunca la posibilidad de que ocurra una medición que, sin lugar a dudas, tendría un gran impacto en la conducción y gobernabilidad de la oposición. El liderazgo tradicional de la oposición evita exponerse a una derrota y se enfunda en la bandera de la unidad.
6) Si María Corina Machado se contaba con los principales dirigentes de la oposición y resultaba ganadora, claramente debía ser reconocida como una figura clave en la conducción de la oposición y la búsqueda del candidato presidencial. Capriles Radonski y Rosales ya tienen sus sillas en esa mesa de discusión. Por el contrario, Machado se la tiene que ganar y si se imponía en esas primarias “ideales”, seguramente terminaría ocupando un lugar privilegiado en el centro de la toma de decisiones. Y no solo para la elección presidencial de 2024 sino para el ciclo que incluye regionales, municipales y parlamentarias. Es mucho lo que está en juego. Quizá por eso unos prefieren no jugar y guardar sus cartas.
7) Ninguna decisión está libre de personalismos ni cálculos particulares. La renuncia de Capriles Radonski no mete presión sobre Machado. Con la calculadora en la mano, los que están más abajo le piden a Machado que siga el ejemplo y se evapore de la escena. Así comenzaría “la primaria de los enanos”, a decir de un veterano dirigente político. Si se baja la favorita, “cualquiera de nosotros podría ganar” y ser coronado como el candidato presidencial. Solo eso puede explicar por qué no se han retirado más candidatos, todos a la espera de que se esfumen los inhabilitados o que en caso de escoger al sustituto por la vía de la negociación, la muestra se restrinja a quienes se inscribieron en el proceso. En síntesis: que el candidato salga de “allí”.
8) Por sus antecedentes y la profunda desconfianza que existe, todo aquel que habla de “mezquindades” alude a Machado. Sin embargo, hasta la fecha, Machado está compitiendo en un proceso convocado y organizado por la Plataforma Unitaria, ajustándose a los acuerdos por todos suscritos. ¿En lugar de pedir que se retire, no sería mejor tratar de establecer un espacio de encuentro y negociación con el fin de que ese liderazgo contribuya al proyecto unitario? Dicen que hay que ser “realistas”. Si Machado es una realidad, ¿cómo evadirla o pasarle por encima? Como para bailar tango se necesitan dos, Machado también debería desde ya trabajar en la recuperación de la confianza, teniendo claro que el objetivo es alcanzar la transición a la democracia y no la aclamación de un nuevo caudillo de la derrota.
9) El chavismo tiene muchas armas para atentar contra las primarias sin necesidad de apretar el botón atómico del Tribunal Supremo de Justicia. No obstante, por cualquier cosa, el arma está cargada. La inhabilitación de la propia Machado fue un golpe duro contra el proceso. No es cualquier cosa inhabilitar a la candidata que, según las encuestas, tiene la principal opción de triunfo. Por otro lado, se habla de una negociación que avanza entre Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro. Algunos dicen que la oposición ha debido aceptar la propuesta del Consejo Nacional Electoral de posponer las primarias hasta noviembre, para darle más chance a esa negociación. Total, señalan, el objetivo no es el 22 de octubre sino 2024. Pero la desconfianza -siempre allí- pesa mucho. ¿Qué hará el chavismo con las primarias? Por lo pronto, mete sus zancadillas esperando que el tambaleante adversario se termine de caer. Todas las opciones están sobre la mesa. Sin duda, el chavismo se toma las primarias más en serio que varios en la oposición.