Antes del 22 de octubre y viendo lo que se asomaba en el horizonte, un importante dirigente de la oposición advertía que se hacía necesario reconfigurar el centro de la toma de decisiones de la oposición venezolana.
El triunfo inapelable de María Corina Machado confirma esa tesis. La fundadora de Vente Venezuela no forma parte de ninguna G: ni G4 ni G3. Su G es la de ganadora de las primarias y eso obliga a redefinir la constitución y funcionamiento de la alianza opositora.
Comienza, entonces, la negociación interna. Machado no será la “jefa” de la oposición. Nadie puede serlo, por las características de la propia oposición, conformada por distintos partidos políticos con sus propuestas, ideologías, reglas y dirigentes. Todo eso debe respetarse.
Sin embargo, debe hacerse un esfuerzo por conciliar posiciones, atenuar discrepancias y apuntalar coincidencias. A la candidata se le pide humildad, amplitud y tolerancia. Tendrá que cumplir con su parte, pero el resto debe también reconocer un liderazgo y un planteamiento que han sido legitimados con el voto popular.
Machado es la candidata de la oposición venezolana con la Plataforma Unitaria, no contra ella. Sería un despropósito que ambas partes cayeran en permanentes contradicciones y en un enfrentamiento fratricida, cuando el país exige unidad para salir de esta tragedia.
La entrega definitiva de los resultados dará pie a todo tipo de análisis numéricos. Pero, a esta hora, creo necesario destacar lo cualitativo, dado que parece que algunos olvidan la realidad venezolana. Las primarias se han desarrollado en un contexto hostil, de ataques y persecución.
En particular, quiero detenerme en la crítica que señalaba que “la gente no está informada del proceso”. Pregunto: con este nivel de censura, autocensura y hegemonía, ¿de qué está informada correctamente la gente en Venezuela?, ¿cuáles son las fuentes de información?
¿De cuántos espacios disponía la Comisión Nacional de Primaria para informar del proceso?, ¿podía la favorita de la carrera, María Corina Machado, dar una gira de medios, pasando por encima del veto que se le ha impuesto? Las primarias ocurren en este reino de la desinformación.
Al ser un proceso bajo asedio constante, durante todos estos meses la interrogante fue: ¿Habrá primarias? El chavismo no apretó el botón atómico del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), pero sí movió varias de las fichas de su infinito catálogo para confundir, minar y debilitar las primarias.
Porque las primarias se realizan en el país que describe la Misión de Determinación de los Hechos de la ONU, en el país que refleja la investigación de la Corte Penal Internacional. Un proceso que no se da gracias sino muy a pesar del poder. Han sido muchos los obstáculos. Identificaría cuatro muy protuberantes:
1)La inhabilitación “sobrevenida” de Machado. No es un detalle menor que el chavismo haya pretendido anular de un plumazo a la favorita en la contienda. Esta intervención desvirtúa el proceso y lo contamina con el debate de la “sucesión”.
2)La negativa del CNE a facilitar los centros de votación. Ciertamente la oposición no abordó bien esta discusión, pero al final la Comisión Nacional de Primaria presentó sus solicitudes con claridad y altura. El Consejo Nacional Electoral (CNE) -chavismo- no accedió para dificultar aún más el proceso.
3)El chavismo no echó mano del TSJ, pero sí desplegó distintos organismos y medios para asfixiar las primarias. De esta manera, amenaza con investigaciones y así surgieron unas pocas renuncias “espontáneas” en las regiones para sembrar dudas sobre la viabilidad del proceso.
4)El abundante “fuego amigo”. Hecho no imputable al chavismo, debe aclararse. A la retirada de Henrique Capriles y ciertas declaraciones de Manuel Rosales, se sumó la solicitud de Carlos Prosperi de suspender el proceso a menos de 48 horas de que se celebrara la votación.
Sin entrar a analizar las razones expuestas por estos dirigentes, lo cierto es que sus posiciones representaron golpes para un proceso supuestamente concebido para organizar, movilizar y fortalecer la unidad de la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Por otro lado, hay que destacar la labor de la Comisión Nacional de Primaria, presidida por Jesús María Casal, que enfrentó toda esta tempestad para cumplir con la tarea encomendada. Seguramente habría sido más fácil renunciar y disparar desde afuera contra el proceso.
Pero estos venezolanos resolvieron seguir adelante por su compromiso con el país y la lucha democrática. Realizar una primaria autogestionada es un enorme desafío. Pero es mucho mayor hacerlo bajo un régimen autoritario, en un contexto hostil de ataques y amenazas permanentes.
Por eso las primarias no es solo cuestión de cifras, que ya serán analizados al detalle. Se trata de una ciudadanía que padeciendo una Emergencia Humanitaria Compleja y sobreponiéndose a vicisitudes y desafíos de todo tipo, sigue luchando por su futuro.