El contundente éxito de la Primaria estremeció al régimen al punto que decidieron actuar como si esta nunca hubiese ocurrido, ordenando al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declarar su nulidad días después que todos sus efectos políticos se habían producido. Es claro que vislumbraron algo de las enormes corrientes que en el subsuelo venezolano se han formado en su contra y sintieron pánico. No esperaban lo ocurrido. Por ello reaccionaron tardía e histéricamente. Pero el trauma de la Primaria para el Gobierno pudiera no haber terminado y las fuerzas democráticas venezolanas tienen la posibilidad de asegurar que así sea multiplicando exponencialmente su impacto. He aquí tres posibles cursos de acción para logarlo:
- Celebremos la Primaria. Celebremos lo logrado allí mismo donde lo logrado tuvo lugar. Organicemos encuentros en los centros de votación que se establecieron el 22Oct, aun los más precarios, como el de la mesa de planchar, para agradecer y rendir reconocimiento; convocando a estos encuentros, a los miembros de las juntas regionales, a los testigos de mesa, a los voluntarios, y a todos los ciudadanos que acudieron a votar. Hagamos de eso una celebración con cualquier elemento cultural o festivo que podamos incorporar; un cuatro o unas maracas, un sancocho o un guarapo de papelón, un juego o una declamación, lo que sea posible en cada lugar. Reafirmemos el carácter profundamente democrático de ese evento y reforcemos el vínculo emocional y afectivo entre todos los que lo hicieron posible. Que los candidatos y otros promotores que participaron en la Primaria acudan a esos encuentros para corresponder el esfuerzo ciudadano, honrarlo y reforzarlo. Invitemos también a todos aquellos que no pudieron votar por diferentes razones, pero comparten el mismo deseo de transformar nuestra sociedad. En síntesis, hagamos una fiesta, por modesta que sea, en cada centro donde podamos hacerla. La lucha se alimenta no solo del esfuerzo y el tesón, sino también de la alegría, el humor, la sonrisa, la gratitud, el reconocimiento y la celebración de los éxitos y avances como lo fue la Primaria. Nos toca.
- Consultemos y dialoguemos con los participantes en la Primaria. Organicemos encuentros lo más cerca posible de los centros de votación para oír sus opiniones y puntos de vista sobre lo ocurrido y sobre el camino a seguir. ¿Cómo desmontamos la inhabilitación a María Corina?, ¿cómo garantizarnos elecciones limpias y transparentes?, ¿cómo sumamos otros ciudadanos a este esfuerzo?, ¿cómo nos mantenemos unidos para lograr el objetivo final?, ¿qué recomendaciones le hacemos a nuestra candidata ganadora? Hagámosle sentir a todos quienes apoyan la causa democrática, que no es solo su voto lo que queremos y necesitamos, sino también sus ideas y opiniones, sus luces y sabiduría. Y, por supuesto, su participación en lo que sea necesario cuando sea necesario.
- Aprendamos de lo ocurrido. Analicemos los perfiles sociodemográficos de la votación al menor detalle posible para conocer mejor la realidad en la que nos encontramos e interactuar más inteligentemente con esa base social que mostró un claro compromiso con el cambio. Hagámoslo para una comunicación más efectiva, mejor dirigida. Repasemos y evaluemos lo ocurrido los días antes al evento y las circunstancias más relevantes en que se desenvolvieron los diferentes centros de votación para comprender mejor las dinámicas de la participación electoral en situaciones de represión y hostigamiento por parte del régimen. Evaluemos el comportamiento de la diáspora. Qué funcionó y qué no en la motivación para que participara. Examinemos la narrativa que desarrollamos alrededor de la Primaria, sus virtudes y falencias. Este aprendizaje podrá contribuir a establecer canales efectivos para mantener la comunicación por los más diversos medios con quienes participaron en la gran hazaña que fue la Primaria y para potenciar la conexión que a través de ella se logró.
Iniciativas como éstas pueden mantener activos a todos los ciudadanos que hicieron posible la Primaria y a muchos más, logrando su participación en muy diversas y creativas formas de resistencia, manteniendo e incrementando la presión sobre el régimen para que no pueda impedir la realización de unas elecciones limpias y transparentes. Ese espíritu y estado de alerta y movilización ciudadana es necesario además para acompañar las exigencias internacionales en el mismo sentido. Sería un error confinarse ahora al marco de reuniones y negociaciones aquí y allá, que también hay que hacerlas pero que deben estar acompañadas del activismo ciudadano. Por otra parte, ese activismo ciudadano será crítico no solo para lograr finalmente abrirle la puerta a la transición democrática, sino para asegurarse también que esa transición y la reconstrucción del país cuenten con una sólida base social de apoyo.