En la aldea
06 mayo 2024

La mentira, solapamiento de la debilidad

“Estamos en víspera electoral, unas elecciones presidenciales, con bastante probabilidad que se realicen, ¿qué quiso probar el sistema con la realización de este referéndum?, ¿quiso echar a andar la mentira de tener más de 10 millones de votos a su favor?, ¿quiso asegurarse de no haber reacción en la sociedad?”.

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Mirla Pérez | 07 diciembre 2023

Cuando la mentira se hace hábito, la verdad es honorabilidad, fuerza, fortaleza, vigor, que se destaca del fondo lábil que sostiene un sistema débil, fracasado, frágil, cuyo único recurso es mentir y someter. No estoy segura de que el escritor ruso Alexander Solzhenitsyn, disidente, sea el autor de un fragmento que circula por la web, a él se le atribuye. Una definición y un movimiento esclarecedor: “Sabemos que mienten. Ellos saben que mienten. Saben que sabemos que están mintiendo. Sabemos que saben que sabemos que mienten. Sin embargo, siguen mintiendo”.

Es inevitable recordar esta definición, la mentira, y hacer un paneo por Venezuela. El lunes 4 de diciembre nos despertamos en medio de una mentira, otra más, otra que suma en ese camino incierto y tenebroso, otro fardo pesado que atrapó nuestra mente y nubló nuestra mirada. Apenas me desperté, tomé café y me dispuse a ver las noticias, eran las 5 de la madrugada, me acosté sin dudar de la mentira que me abordaría el día siguiente, esperé unos 5 millones de votantes (insostenible e increíble) pero absurdamente manejable por quienes no hacen otra cosa sino mentir.

“La gente no obedeció. Esa no obediencia es una reacción”

¡Sorpresa! Los falsos 5 millones de mi imaginación, se convirtieron en una cifra insignificante; el cinco pasó a ser 10,4 millones de personas que acudieron a votar, ¡qué desparpajo!, ¡qué poca vergüenza!, ¡qué indecencia! ¿Cómo se puede mentir de esa manera? Me lo pregunto, pero tanteo en la falsedad de la noticia y encuentro la verdad que la sostiene. Saben que sabemos que mienten y eso no los detiene, porque es el único recurso que les queda cuando la debilidad de su sistema es la única verdad irrefutable. ¡No pueden sino mentir! El problema es que sean acompañados por un grupo de analistas, políticos, empresarios, intelectuales, que saben que el régimen se sostiene en la mentira y aun así apoyaron la convocatoria. Vimos días antes del referéndum y el mismo día de su realización, cómo se instaba a la población a votar en una farsa que permitiría luego afirmarse en la mentira.

Solzhenitsyn, en Archipiélago Gulag, lo define muy bien, “… cuando, en el trascurso de los decenios, se acumulan montones de mentiras, nos olvidamos de la mentira fundamental y principal que no se encuentra en el follaje del árbol sino en sus mismas raíces”. Parece ser esta la lógica que opera en los que acompañan la mentira, esta no es un error, es lo que sostiene un sistema que tiene que lidiar todo el tiempo con su destrucción. ¡Lástima que algunos de quienes se le “oponen” sean quienes terminen sosteniéndoles!

La mentira es el recurso de los débiles, entre más presumen o más grande es la mentira, mayor es la debilidad que les define. Me apoyo en Solzhenitsyn, quien desde el pasado nos da señales del futuro que es hoy: “La mentira constante, al igual que la traición, se convierte en la única forma de vivir sin peligro. El menor movimiento de la lengua puede ser oído por alguien, la menor expresión del rostro, observada por alguien. Por eso cada palabra, sin tener que ser necesariamente mentira declarada, al menos no debe contradecir la mentira general”. Por esta razón desde el Consejo Nacional Electoral (CNE) se dice una cifra y luego otra, debe quedar claro que mienten y que sus mentiras están en sintonía con la mentira general. La mentira es la única vía de sobreponerse al peligro, también la traición, así como no contradecir la mentira general en la que converge la oposición que acompañó y pidió el voto.

Por qué se dice la mentira, lo primero a considerar es que la sociedad sabe que mienten, pero no hay estructura jurídica ni políticas que saquen las consecuencias de la farsa electoral. Mienten, y con la mentira se mantienen. El resultado es falso, pero ellos están ahí, no hay pérdida de poder, pero tampoco ¿hay reacción ante la mentira?, ¿qué ocurrirá cuando se repita la mentira en una elección de poderes y no en un referéndum consultivo?

Estamos en víspera electoral, unas elecciones presidenciales, con bastante probabilidad que se realicen, ¿qué quiso probar el sistema con la realización de este referéndum?, ¿quiso echar a andar la mentira de tener más de 10 millones de votos a su favor?, ¿por qué quiso ponerla a rodar?, ¿quiso asegurarse de no haber reacción en la sociedad?, ¿podemos decir que no la hubo?

Empezando por lo último, las reacciones en dictadura son cualitativamente distintas a las reacciones en democracia. Leamos bien el acontecimiento. El sistema de dominación falseó la elección, produjo unos datos exageradamente altos, increíbles, pero los produjo, los puso a correr. Por otro lado, quienes hacemos trabajo en las comunidades y llevamos un monitoreo permanente de la realidad, sabemos que solo una porción muy pequeña de personas fue a votar. Esa es la verdad. La gente no obedeció. Esa no obediencia es una reacción. Una reacción, como suele ser en dictadura. Solo acudieron aquellos que fueron perseguidos, acosados, obligados. Los que estaban en la nómina y algún porcentaje de militantes, que los hay, el resto, que es la mayoría, no acudió a la convocatoria del régimen avalada por una facción de la oposición.

Invito a que leamos bien los signos de los tiempos, ¿en el futuro seremos capaces como sociedad de reaccionar frente a la mentira sin permitir que se imponga?, ¿produciremos acciones contundentes contra la mentira o seremos instrumentos útiles al poder que somete? Estamos en una encrucijada, el desafío es actuar, en los tiempos que vienen la defensa y la lucha activa tendrá que marcar el porvenir. La noche es más oscura justo antes del amanecer.


*Profesora Titular de la Universidad Central de Venezuela. Investigadora del Centro de Investigaciones Populares.
@mirlamargarita

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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