Con el país conmocionado por la detención de la activista de derechos humanos, Rocío San Miguel. Las organizaciones de la sociedad civil preocupadas e indignadas. La oposición democrática condenando el abuso. La comunidad internacional exigiendo la liberación. Y el chavismo atacando sin cuartel. El alcalde de Baruta, Darwin González, colgó un video en X para brindar un anuncio a los venezolanos: “¡Golden perdido en el Parque Vizcaya!”.
Que nadie se confunda. No se trata de disminuir la relevancia del hecho. Debe celebrarse como un éxito que la humanidad toda ha avanzado en la concreción de una conciencia animalista. En Venezuela, además, se siente una especial identificación con los canes, pues producto de la prolongada crisis económica todos estamos ladrando.
Sin embargo, quizá en ese momento valía la pena ir más allá del tuit donde expresó: “Rechazamos la detención de Rocío San Miguel, importante conocer su paradero”. Denunciar que como el golden, otras cosas también se han extraviado. Por ejemplo, el Estado de Derecho, el debido proceso, la justicia y el respeto a los Derechos Humanos. En fin, la democracia, que es la mejor amiga del hombre y la mujer.
González no ocupa cualquier silla. De la Alcaldía de Baruta salió un gobernador de Miranda que ha sido dos veces candidato presidencial. También pasó por allí el jefe de la delegación de la oposición que participa en el proceso de negociación más importante de los últimos años. Con el nombre de su burgomaestre eternamente asociado a la teoría de la evolución, podría decirse que el municipio es el reflejo de la transformación experimentada por la clase política: De Henrique Capriles Radonski. A Gerardo Blyde. A Darwin.
Ser alcalde en el área metropolitana de Caracas concede una gran exposición que debería entrañar una mayor responsabilidad ante el país. Cuando había más medios y un poco menos de censura, César Pérez Vivas ironizaba diciendo que un gobernador del Táchira inauguraba un hospital y la información salía a los tres días durante un minuto en Globovisión. En cambio, el canal cubría en directo por tres horas una jornada de desparasitación de mascotas en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes. Cosas del centralismo.
La vitrina caraqueña potenció a liderazgos que han marcado el rumbo de la oposición. Los ya mencionados Capriles Radonski y Blyde, así como Leopoldo López y Antonio Ledezma. En su descargo, González podría argumentar que él tampoco aspiraba a tanto, pues asumió ese puesto por la sanción que el régimen chavista impuso a su jefe David Uzcátegui. Otro caso de inhabilitación y plan B.
No obstante, hace un año sí apuntaba alto. “Fuerza Vecinal cuenta con muchos hombres y mujeres que están capacitados para tomar las riendas y conducir a Venezuela por el rumbo del progreso”, aseveró González en enero de 2023, cuando manifestaron que participarían en las primarias del 22 de octubre. Poco tiempo después, tras la explosión del escándalo de corrupción que salpicó a la Alcaldía de Baruta, la organización prefirió no medirse. La ilusión se desplomaba como una torre de naipes.
Aunque sin abanderado propio, el partido de González siguió con atención el desarrollo de la consulta interna y solicitó al presidente de la Comisión Nacional de Primaria, Jesús María Casal, precisar el “origen de los recursos” que hacían posible realizar el proceso. Pregunta pertinente que han podido acompañar predicando con el ejemplo, mostrando las fuentes de financiamiento de Fuerza Vecinal.
Promotores de la moderación y enemigos de los excesos, cuidan su verbo al extremo. Por eso llamó la atención el tono de su declaración a diez días de la votación opositora. “La primaria, como se perfila hoy, está destinada al fracaso y generará un nuevo ciclo de frustración en los venezolanos que aspiran a un cambio de gobierno”, afirmaron tajantes. Igual, al final los alcaldes votaron sonrientes y aquí no ha pasado nada. O sí, porque después el partido sufrió una división impulsada por dos de sus fundadores.
Según aumentan la represión y ciertos enfoques “normalizadores” en el país, se ha abierto paso una propuesta que demanda a los gobernantes regionales y municipales concentrarse en los “problemas de la gente”, y no “perder el tiempo” en la confrontación política. Más pozos de agua y menos reclamos por las libertades públicas.
Sin duda, un alcalde debe trabajar por el bienestar de sus vecinos. Esa es su prioridad. Ahora, ¿qué calidad de vida se puede alcanzar en un país subyugado? No se trata de inmolarse ni prenderse en llamas por la causa de la libertad. Nada de eso. Lo que se espera, al menos, es que se fije posición con firmeza y se envié un mensaje a los ciudadanos atónitos frente al incremento de la persecución. ¿No es parte de las tareas que corresponden al liderazgo?
Una buena noticia: El golden volvió a su casa. Por cierto, se llama Rocky, nombre que invita a recordar que no es una opción rendirse. Siempre hay que dar la pelea.