En la aldea
16 mayo 2025

Inmigración: una nueva geografía latinoamericana

Los denominados caminantes son solo el reflejo del fracaso de gobiernos que no han sabido generar oportunidades, cerrando espacios y obligándolos a correr rápido porque en su hogar ya no se pueden quedar.

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Me permito iniciar este artículo, citando unas pequeñas líneas del poema tituladoHogar y escrito por Warsan Shire, una joven británica de origen somalí:

“Sólo corres hacia la frontera cuando ves a toda la ciudad corriendo también… sólo sales de casa cuando en casa no te dejan quedarte”

Ser inmigrante no solo es una lucha por salir de un espacio en el cual no tienes cabida, sino el reto de entrar en otras tierras, donde la migración es generalmente percibida como algo que viene a “quitar” un puesto de trabajo o una amenaza social y económica para el país receptor.

La realidad es que naciones como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Emiratos Árabes, por ser las más emblemáticas, han alcanzado su desarrollo y crecimiento económico gracias en buena parte a los inmigrantes, que lejos de ser una amenaza, fueron artífices en el crecimiento del PIB, empleo, inversión, modos de producción, balanza de pagos, entre otros aportes.

Debemos entonces entender que hay diferencias en la condición de salida de un país, exiliados o emigrantes. Los primeros suelen ser individuos que son desplazados por razones de fuerza mayor que supone un a ruptura con su país de origen a causa de guerras civiles, condiciones políticas, catástrofes naturales que obligan a la búsqueda de un refugio, que como instinto natural de supervivencia se convierta en su nueva zona de confort. Por lo general estas personas suelen reflejar resistencia al cambio, pues su decisión no es voluntaria y, por lo tanto, adaptarse no resulta una opción muy clara.

Los exiliados por lo general requieren de un mayor tiempo para alcanzar un reasentamiento adecuado y de la participación de organismos e instituciones que le brinden el acompañamiento necesario para que puedan conseguir un espacio donde poder iniciar sus vidas sin mayores contratiempos y lo más importante, puedan aportar al entorno y con ello volver a tener sentido de pertenencia y así, un compromiso individual y colectivo.

Los segundos, emigran por una decisión voluntaria que puede estar motivada por razones, ideológicas, culturales, sociales, económicas y hasta políticas, pero la voluntad expresa hace que el individuo se enfoque en el país que él considera que existan mayores oportunidades, sin embargo, no siempre el primer destino suele ser el definitorio, pues son conocidos los casos por ejemplo de la diáspora venezolana, cuyos migrantes han pasado de una nación a otra en busca de un destino final, que les permita crecer, estabilizarse, aportar esfuerzo, trabajo y beneficios al país que los recibe.

Los migrantes lejos de ser una amenaza contribuyen a fomentar el consumo y con ello a dinamizar la economía interna, además su esfuerzo se traduce en aumento del PIB como lo señale anteriormente y es que el país receptor, obtiene mano de obra en muchos casos calificada, en la cual no ha invertido socialmente y que le sirve para fomentar la producción y la inversión local entre otras variables económicas.

Migrantes que suman

El concepto de migración es tan importante, que en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible los Estados Miembros de las Naciones Unidas, se propone aprovechar los beneficios socio económicos que los inmigrantes aportan para el crecimiento de la economía mundial del milenio, siempre y cuando, esta se haga de manera ordenada, segura, regular y responsable, eso implica, que no se trata de abrir fronteras de forma indiscriminada, pero si de entender las ventajas que suponen los procesos migratorios para el bien de las naciones.

A título de ejemplo, países con una marcada reducción de la población en edad de trabajar y/o aumentar la población joven en diversas regiones, promueven mecanismos para atraer migrantes que desempeñaran un papel diverso, dinámico y productivo añadiendo valor a los sectores productivos y al bienestar de los hogares y la economía doméstica.

Países como Venezuela, Guatemala, Honduras, Cuba, Nicaragua y México entre otras en Latinoamérica, estamos experimentando una salida recurrente de ciudadanos en la búsqueda de un mejor futuro, pues la vida se les va esperando un cambio, que nunca llega y hace que su tierra les quede pequeña.

Todos ellos, denominados los caminantes, son solo el reflejo del fracaso de sus gobiernos locales, que no han sabido generar oportunidades, cerrando espacios y lo cual los obliga a ver con el vecino corre más rápido y en su hogar le dicen que ya no te puedes quedar.

Pareciera entonces que nuestra geografía se va ampliando pues las familias van quedando esparcidas por todo el continente, haciendo de América una sola casa.

No miremos a los inmigrantes como alguien que viene a robar nuestro espacio, porque cuando se emigra, se sabe muy bien, que el país donde se llega NO lo está esperando y debe por fuerza abrir su propio espacio, porque él puede tener el Know House, pero el Know Who desaparece y debe crear uno nuevo, por lo tanto, su lucha es doble, aprender a decir adiós y prepararse para dar la bienvenida.

“No sé en qué me he convertido, pero sé que en cualquier parte es más seguro que aquí”. Warsan Shire.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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