En la aldea
11 junio 2025

Del resentimiento más profundo hacia el perdón: la tragedia que marcó a Miguel Uribe Turbay tras la muerte de su madre 

Miguel Uribe tenía solo cinco años cuando su madre fue asesinada. La noticia se la dio su padre, sentado al pie de su cama: “A tu mamá la mataron”. Esa frase lo marcó para siempre.

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Paola Muziotti | 10 junio 2025

Del resentimiento más profundo hacia su madre, por no poder entender por qué antepuso su carrera, al perdón a su asesino. Ese es el recuerdo más vívido que guarda Miguel Uribe Turbay sobre la muerte de su madre, la periodista Diana Turbay Quintero, asesinada el 25 de enero de 1991 tras ser secuestrada por el Cartel de Medellín.

En ese entonces, Miguel tenía solo cinco años. La noticia se la dio su padre, con la voz rota, sentado al pie de su cama: “A tu mamá la mataron”. Esa frase lo acompañó durante años, junto a una mezcla de tristeza, rabia y, finalmente, comprensión.

Diana Turbay era hija del expresidente Julio César Turbay Ayala y de Nydia Quintero de Balcázar. De su padre heredó la vocación política y de su madre, un carácter fuerte e independiente. Se destacó como periodista, dirigiendo la revista Hoy por Hoy y el noticiero Criptón, en un país sumido en la violencia del narcotráfico y las guerrillas. 

El 30 de agosto de 1990, Diana fue secuestrada junto a varios miembros de su equipo, entre ellos el camarógrafo Richard Becerra, la periodista Azucena Liévano, el reportero Juan Vitta, y el periodista alemán de la BBC Hero Buss. A este grupo de periodistas les prometieron una entrevista exclusiva con el líder guerrillero Manuel Pérez, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), pero la realidad era una trampa de “Los Extraditables”, el grupo armado creado por Pablo Escobar para presionar al gobierno de César Gaviria y evitar la extradición de los capos del narcotráfico a Estados Unidos.

El secuestro de Diana hizo parte de una estrategia más amplia de Escobar, que incluyó a figuras como la exministra Maruja Pachón, Francisco Santos (futuro vicepresidente) y Marina Montoya, hermana del secretario general de la presidencia de Virgilio Barco.

Una muerte en medio de un rescate fallido

Durante 148 días de cautiverio en una finca del oriente antioqueño, Diana escribió un diario donde plasmó la angustia por estar lejos de sus hijos, en especial del pequeño Miguel Uribe Turbay, de tan solo 5 años y su hija Maria Carolina Hoyos Turbay, de 18 años. El 25 de enero de 1991, en un operativo de rescate ejecutado por la Policía en El Retiro, Antioquia, se dice que Diana fue herida por la espalda mientras corría hacia los helicópteros. Aunque fue trasladada a un hospital en Medellín, murió horas después.

La versión oficial señaló que fue una herida accidental durante el operativo, aunque el procedimiento fue duramente criticado. Tenía apenas 39 años. El presidente Gaviria decretó tres días de duelo nacional.

El impacto en Miguel Uribe Turbay

Para Miguel, el asesinato de su madre significó una ruptura emocional muy profunda. Por años, convivió con un resentimiento difícil de explicar. Solo con el tiempo comprendió que su madre no había elegido su carrera por encima de su familia, sino que había asumido un riesgo por un compromiso ético con el país y por el futuro de sus hijos.

“Crecí con una tristeza profunda, pero también con un resentimiento grande hacia ella. No entendía por qué fue a meterse a la boca del lobo. Con el tiempo, ese resentimiento se convirtió en una gran admiración”, contó en una entrevista con BOCAS en 2021.

Miguel Uribe se formó como abogado, estudió en Harvard y construyó una carrera política que lo llevó a ser concejal, secretario de Gobierno de Bogotá, candidato a la Alcaldía y senador. En 2022 anunció su intención de aspirar a la presidencia por primera vez.

Diana Turbay Quintero es recordada como un símbolo de valentía periodística en Colombia. Su historia fue narrada por Gabriel García Márquez en el libro Noticia de un secuestro y ha sido retratada en producciones como Pablo Escobar: el patrón del mal. Hoy, su hijo, de 39 años, se debate entre la vida y la muerte tras ser atacado a tiros en un barrio popular de Bogotá, mientras realizaba campaña política en el inicio de su ruta hacia la presidencia.

Esta historia revive los peores años en los que la República de Colombia estuvo sumergida en el narcotráfico, la persecución política y la violencia brutal de quienes buscaban imponer su relato por encima de la voluntad de un país que solo clama por la paz, y que hoy parece reavivar los miedos del pasado.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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