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16 enero 2025

Aunque con altibajos y desconfianza, mesa tutelada por Noruega sigue servida

El analista Oscar Vallés señaló que no puede satanizarse una negociación que no se ha cerrado, y en la cual la administración de Nicolás Maduro ha reconocido la interlocución de la delegación de Juan Guaidó. Carlos Raúl Hernández asegura que los voceros de ambos sectores  no acusan recibo de la grave crisis que vive Venezuela.… Seguir leyendo Aunque con altibajos y desconfianza, mesa tutelada por Noruega sigue servida

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Redacción LGA | 27 agosto 2019

El analista Oscar Vallés señaló que no puede satanizarse una negociación que no se ha cerrado, y en la cual la administración de Nicolás Maduro ha reconocido la interlocución de la delegación de Juan Guaidó. Carlos Raúl Hernández asegura que los voceros de ambos sectores  no acusan recibo de la grave crisis que vive Venezuela.

La negociación entre el gobierno de Nicolás Maduro y la delegación del presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, quien asumió la presidencia interina el 23 de enero, no se ha truncado, pese a los altibajos registrados y a la suspensión temporal de la primera semana de agosto, una vez que la revolución reaccionó a las sanciones de Estados Unidos.

El politólogo Oscar Vallés destaca que aunque este proceso ha tenido como escenario reciente a Barbados, no puede pasarse por alto que el garante del proceso es Noruega, país con experticia en estos mecanismos y cuyo gobierno no cierra la puerta… Todavía.

“No puede hablarse mal de un proceso que aún está en marcha aunque reconocemos que su discreción genera suspicacias. Pese a los cuestionamientos, hay que admitir que el sartén por el mango lo tiene Guaidó, del lado opositor. De hecho, su delegación es la instancia que el régimen de Noruega ha considerado como la contraparte para sentarse con la representación de Maduro y ésta, a su vez, al sentarse en la mesa de Noruega, lo convalida”, destacó.

Vallés señaló que de la dinámica desarrollada, hasta ahora, se ratifica que el gobierno de Maduro no cede en un aspecto puntual como lo es la realización de elecciones presidenciales libres, por cuanto sus voceros sólo admiten la realización de los comicios que están en agenda, de acuerdo a los tiempos previstos en la Constitución. En ese contexto, se ubican las elecciones parlamentarias que deben hacerse a finales de 2020, pero que la revolución, e incluso el presidente de la constituyente, ha amenazado con convocar desde enero del próximo año.

El analista enfatiza que según los plazos constitucionales, sino se logran acuerdos, lo que podría evaluarse es el Referendo Revocatorio Presidencial. Subraya que, por su lado, la delegación de Guaidó sigue en la puja por comicios con garantías, vigencia del Estado de derecho, reinstitucionalización del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de la Fuerza Armada Nacional (FAN), entre otros aspectos neurálgicos que forman parte de las fases de la negociación.

Asimismo, Oscar Vallés insistió en que la participación opositora en el proceso, pese a sus bemoles, es seguida de cerca y avalada por diferentes sectores de la comunidad internacional; al tiempo que se ha abierto un proceso multilateral: Se conversa bajo la lupa de Noruega, pero también vía el Grupo de Lima, con Rusia, con sectores de China y de Estados Unidos.

Vallés destacó que el proceso noruego no se asemeja a las experiencias previas bajo la anuencia del Centro Carter, la Organización de Estados Americanos (OEA) o en República Dominicana. A su juicio, esta nueva fase, aunque por ahora no se vislumbra, podría conducir a una fase terminal que implicaría un cambio.

No miran al pueblo

Por su parte, el politólogo Carlos Raúl Hernández no es tan optimista y asegura que tanto los voceros de Maduro como los de Guaidó no acusan recibo de la grave crisis que vive Venezuela.

“Lamentablemente ni Gobierno ni Oposición han aprendido de esta dolorosa experiencia de 20 años, y la política de ambos grupos conduce a la cubanización o peor, a la somalización de Venezuela. La política de la Oposición consiste en esperar que las consecuencias de las sanciones sean tan trágicas que la  Fuerza Armada Nacional (FAN) derroque al Gobierno. La política del gobierno consiste en que no importan los estragos que las sanciones produzcan, ellos van a resistir lo que denominan la ‘agresión imperialista’”, dijo.

Hernández sostuvo que la víctima, de lo que él califica como un “equilibrio catastrófico”, es la sociedad venezolana, el pueblo, cuyos sufrimientos, aseguró, no importan nada a los dos polos. Mientras tanto, indicó el analista recordó que ninguno de los sectores en la negociación termina de ceder en los aspectos mínimos.

El analista cree que la incapacidad, hasta ahora, de hacerse de una negociación efectiva estriba en que “ambos sectores piensan que se impondrán a la brava”.

De la misma manera, enfatizó en que la Oposición no ha podido siquiera negociar con sus adversarios “y hasta eso ha tenido que hacerlo el gobierno de Estados Unidos”.

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