En la aldea
25 abril 2024

Andrés Velásquez, miembro de la Dirección Nacional de La Causa R, fue gobernador del estado Bolívar y ex parlamentario a la Asamblea Nacional.

Andrés Velásquez:

“No hay solución política mientras no haya interlocución con el chavismo”

“La aparición de la pandemia ha sido aprovechada por la dictadura para justificar su avance en el descuartizamiento de la nación, a la que se ha condenado a padecer el colapso total de los servicios públicos” señaló el ex gobernador de Bolívar, Andrés Velásquez en entrevista para La Gran Aldea; y enfatizó que “Maduro no está interesado en soluciones a la catástrofe, sino, por el contrario, sacar ventaja de ella”.

Lee y comparte
Milagros Socorro | 21 mayo 2020

-El actual momento político en Venezuela es especialmente malo, -admite Andrés Velásquez, ex gobernador del estado Bolívar y gobernador despojado por el fraude electoral- porque no se ve clara una solución cercana a la dolorosa crisis que vive el país, rehén de una corporación criminal.

-¿Cómo describe la situación?

-Venezuela es un país sumido en la miseria y el hambre. No hay palabras para describir el aplastamiento, la trituración, al que han sido sometidos los venezolanos. Un cataclismo sin justificación, causado por quienes dispusieron de gigantescos recursos petroleros, desaparecidos en la cañería del pillaje. Estamos, pues, frente a una dictadura indolente, a la que no le importan las carencias de la población, que destruyó todo, que liquidó las instituciones, que demolió el voto con sus trampas, manipulaciones y mentiras. Y de esto último yo soy prueba viviente, puesto que en octubre de 2017 gané las elecciones para la Gobernación del estado Bolívar y se me escamoteó la victoria mediante un fraude que comprobamos, sin lugar a dudas. Los venezolanos perdimos el derecho a elegir. Y en ese contexto, estamos en una especie de atasco de la lucha; y la aparición de la pandemia ha sido aprovechada por la dictadura para justificar su avance en el descuartizamiento de la nación, a la que se ha condenado a padecer el colapso total de los servicios públicos.

-¿Cómo ve a la oposición en este momento?

-Tenemos una dirigencia política que no ha demostrado grandeza de espíritu; que está cargada de mezquindades; que unas veces está unida y otras, no; y que pocas veces asume una sola línea estratégica.

“Estamos frente a una dictadura indolente, a la que no le importan las carencias de la población, que destruyó todo, que liquidó las instituciones, que demolió el voto con sus trampas, manipulaciones y mentiras”

Andrés Velásquez

-¿Puedo concluir que usted está desmoralizado, desmovilizado?

-Jamás. Comprometido como estoy en esta lucha de liberación de Venezuela, la desmoralización no cabe. Pero tengo claridad para percibir el atascamiento en que se encuentra la lucha, después de haber superado un año 2018 de casi total inmovilidad y de desesperanza, en que se encontraba el pueblo venezolano, logramos un año 2019 en el que recuperamos el entusiasmo y el compromiso de las mayorías por el rescate de la democracia y la libertad. Eso fue resultado de todos los pasos que trazó la AN (Asamblea Nacional), con Juan Guaidó al frente; asimismo, ese año conseguimos considerables avances en el reconocimiento internacional de nuestra lucha por librarnos de la tiranía y por concretar acuerdos hacia una solución definitiva. Pero en la actualidad, cuando la situación del país es la más penosa en toda la historia de Venezuela, nos encontramos atascados, no se me ocurre un término mejor, por las desavenencias internas y por la irrupción de la pandemia, que ha sido utilizada por el dictador Maduro para inmovilizar al pueblo venezolano. Y aquella política que veníamos desarrollando, orientada a visibilizar los reclamos y la protesta del pueblo en cualquier parte del país, se vio interrumpida por la situación sanitaria y por la falta de gasolina.

-¿Qué debe hacer la oposición?, ante esta situación que describe.

-Asoman tres escenarios. 1) Elecciones parlamentarias; 2) Gobierno de emergencia propuesto por el presidente interino Juan Gauidó; y 3) La tregua humanitaria que algunos proponen.

-¿Qué piensa de las elecciones?

-Todo indica que habrá unas elecciones parlamentarias, bajo las condiciones que Maduro determine. Esta precisión es clave, porque la segunda parte de la frase es la negación de la primera: Con las condiciones de la dictadura, eso no puede llamarse elecciones. Desde mi perspectiva, esa es la carta que Maduro se va a jugar, unas elecciones con sus “reglas”, que le garanticen ganarle el juego a Guaidó y a la actual AN, sustentado en el hecho de que los comicios están pautados en la Constitución. Por supuesto, Maduro va a tratar de seducir a sectores que hoy acompañan a Guaidó para que le validen su estrategia, lo cual bastaría para darle un respiro a la dictadura, puesto que equivaldría normalizarle su situación de ilegitimidad.

-¿Cómo evalúa la posibilidad del Gobierno de Emergencia?

-Solo tendría sentido si se conforma sin Maduro. Esta es una salida que surgió de la reunión de Barbados, promovida por el reino de Noruega, que hoy por hoy tiene apoyo de los sectores de oposición dentro del país y de los países aliados de la AN. Pero lo más importante es que esta opción, pacífica, es compartida por la inmensa mayoría del pueblo venezolano. Esta pudiera ser una salida política para encaminarnos a una salida definitiva, que nos conduzca a unas elecciones presidenciales con la debida garantía de respeto al voto y del derecho a elegir.

“La rabia es la única emoción capaz de hacer reaccionar a una población hoy oprimida y controlada por el miedo; y que ese 85% de rechazo se pueda convertir en un elemento movilizador”

Andrés Velásquez

-¿Tiene el bloque opositor la fuerza necesaria para producir este escenario?

-Un Gobierno de Emergencia, desde luego, sin Maduro, solo es concebible si encuentra correspondencia en las filas del régimen; particularmente, en el partido militar, que es lo que da piso a la dictadura. Y hablo de “partido militar”, porque eso hace tiempo que dejó de ser una institución. Si las reservas institucionales que allí puedan quedar no reaccionan y no presionan para respaldar un planteamiento como este, sería una quimera.

-Queda la “Tregua Humanitaria”.

-Para aludir a ella, tenemos que volver al obstáculo: Mientras Maduro permanezca en el poder, tampoco se puede negociar una tregua en Venezuela: Maduro no está interesado en soluciones a la catástrofe, sino, por el contrario, sacar ventaja de ella. A Maduro y su círculo lo único que les interesa es que le levanten las sanciones para disfrutar sus fortunas y pasearse por el mundo, tener acceso al financiamiento internacional, que les reconozcan su usurpación y, por ende, sus elecciones fraudulentas del 20 de mayo de 2018. Dicho de otra manera, no hay juego o solución política mientras no haya la necesaria interlocución con el chavismo.

-¿Qué hacer frente a tan desolador panorama?

-Debemos resistir, afinar el objetivo estratégico y en torno él concentrar todas las fuerzas democráticas nacionales y a nuestros aliados internacionales. En esa ruta, es preciso fortalecer la unidad estratégica, arreciando en el esfuerzo para que el descontento popular contra Maduro se canalice en una rabia activa, consciente, organizada. Rabia, no desesperanza. Rabia, no sensación de derrota. Rabia, no victimización. El descontento no genera nada y el miedo paraliza. La rabia es la única emoción capaz de hacer reaccionar a una población hoy oprimida y controlada por el miedo; y que ese 85% de rechazo se pueda convertir en un elemento movilizador, masivo, capaz de generar la presión interna necesaria para obligar a una solución política definitiva. Mucho más, cuando lo que está en riesgo es la vida, porque esta no es una dictadura común, esta ha llevado a un pueblo a la miseria, ha empujado a un país al hambre y a la falta de atención, un cuadro que para grandes sectores es una auténtica amenaza de muerte. Lo que no podemos, bajo ningún concepto, es cruzarnos de brazos para esperar que desde afuera nos vengan a resolver el problema.

-Por lo expuesto antes, da la impresión de que, para usted, esa estrategia pasa por un aglutinamiento en torno a Guaidó. ¿Es así?

-Totalmente. Sin titubeos. Creo que debemos alinearnos en un reconocimiento a Gauidó como fórmula, como proyecto. Incluso, más allá de su propia individualidad, ya que Guaidó encarna la respuesta institucional del país a la usurpación, además de convocar el reconocimiento internacional a su entidad como presidente de la AN, único poder legítimo en Venezuela.

-Volvamos al punto 1. Como usted mismo ha dicho, muy probablemente Maduro irá adelante con unas elecciones. ¿Qué hará la oposición en este caso?

-No dudo que, cuando Maduro se juegue esa carta, sobrevendrá un intenso debate en la oposición: Aceptarle o no el juego al dictador. Tenemos que partir del hecho de que Maduro es un usurpador, que su mandato es producto de un simulacro electoral, de un fraude perpetrado hace ahora dos años exactos. Una trampa que el pueblo venezolano rechazó, puesto que no acudió a votar, ni la comunidad internacional aceptó. Incluso, quienes le hicieron comparsa, como es el caso Henri Falcón, terminaron diciendo que no reconocían los resultados y denunciándolos por fraudulentos. En fin, Maduro está marcado por la ilegalidad. Lo que tendríamos que debatir es cuál es la elección que procede… Para mí, la elección pendiente es la del Presidente de la República. La única que nos pondría en la ruta de poner coto a la tragedia social, así como la crisis institucional y política que vive el país.

El desconocimiento debe mantenerse en pie. La comunidad internacional no puede dar reconocimiento a unas elecciones bajo las condiciones de Maduro. Eso no serían elecciones. Para que en Venezuela haya elecciones confiables, es preciso un cambio profundo en el Consejo Nacional Electoral, que empiece por el desalojo de la señora Tibisay Lucena, cuyo solo nombre es factor de sospecha y desestímulo para la participación en un proceso electoral. Para que los venezolanos volvamos a votar, debemos contar con todas las garantías para que el pueblo ejerza su derecho sin presiones ni extorsión (como la ejercida mediante el carnet de la patria y los puntos rojos, esa abyecta práctica de controlar el voto con la amenaza del hambre) y para que los resultados se respeten. Que haya la adecuada observación internacional. Y que haya un control sobre la fuerza militar para evitar que se adueñe de los centros electorales, del que no solo tiene el control, sino que además votan, forman parte del asunto. Ya no es aquel militar que, de manera imparcial, garantizaba la paz del evento y la pulcritud de los procedimientos. No, estos toman partido. Estos se declararon comunistas, miembros de la revolución. No pueden ser también árbitros o garantes de nada en procesos electorales.

“Aquella política que veníamos desarrollando, orientada a visibilizar los reclamos y la protesta del pueblo en cualquier parte del país, se vio interrumpida por la situación sanitaria y por la falta de gasolina”

Andrés Velásquez

-¿Confía usted en que los aliados internacionales sean un factor de peso en la solución definitiva?

-En cualquier caso, su ausencia nos la pondría más difícil. Las fuerzas democráticas debemos pedirle al mundo libre que continúen ayudándonos, que sigan firmes en la ayuda para restablecer la constitucionalidad, la libertad y la democracia en Venezuela. Que nos ayuden a seguir luchando para sacar la tiranía que nos ha sumido en una tragedia humanitaria. Que sigamos siendo una prioridad en las agendas de las democracias. Yo entiendo que hoy, ante la pandemia, los países se concentren en sus nacionales y en levantar sus economías, pero les pido que no desmayen en el esfuerzo que han venido desplegando en solidaridad con el pueblo venezolano. Comoquiera que Maduro ha rechazado todas las propuestas de la comunidad internacional, esta tiene en ello una razón para ser más beligerante y persistir en las presiones para obligar a Maduro a su rendición, entendiendo que Maduro solo no representa la tiranía y sus flagelos, sino que hay una compleja organización criminal de la que él forma parte, como ha sido reconocido por los tribunales extranjeros donde se les sigue causa. Se trata, pues, de la rendición de Maduro y el quiebre de toda la dictadura.

-¿Qué les diría a los políticos más prominentes del país?

-A (Henrique) Capriles y Leopoldo (López), que tengan presente que el objetivo estratégico es desalojar la dictadura y restablecer la democracia, hacer valer la Constitución en el país. Y para ello es indispensable el apoyo a la AN, encarnada en su presidente Juan Guaidó. Un apoyo con desprendimiento, sin mezquindad, como el que se logró alrededor de Wolfgang Larrazábal para sacar a Pérez Jiménez. Y a Guaidó volvería a decirle que la dirección política de la lucha de liberación no puede estar en manos de un reducido círculo de tres o cuatro partidos, que debe establecerse una dirección política más inclusiva.

Lee y comparte
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
Más de Entrevistas