En la aldea
24 abril 2024

Crecidos en la adversidad

Los jóvenes venezolanos han debido hacerse adultos en una realidad terriblemente adversa. Han crecido en un país de instituciones descompuestas y en medio de profundas carencias. Les ha tocado hacerse su espacio en un ambiente lleno de obstáculos. En "La Vida de Nos" hemos podido conocer, desarrollar y compartir historias de jóvenes que conforman una generación madura, valiente, comprometida, resiliente y solidaria.

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La Vida de Nos | 03 julio 2020

Los miembros de esta generación son dueños de una madurez forjada en una realidad que sus padres llaman crisis pero que para ellos es la forma como han debido enfrentar la vida, por lo que siempre hemos apostado a ellos con una enorme esperanza. Sus historias representan nuestra visión del porvenir de Venezuela.

Es por esto que en este trabajo especial, Jóvenes que se emocionan, jóvenes que actúan, estaremos contando un «relato de relatos» , tanto en nuestro sitiocomo en las redes sociales de La Vida de Nos, sobre cómo los jóvenes venezolanos están viviendo y afrontando la nueva etapa de esta larga crisis que ha supuesto la llegada de la pandemiaCovid-19. Compilar historias, en medio de la larga y penosa debacle del país, que muestren cómo hay una generación dispuesta a reconstruirlo.

Para comenzar este relato, ponemos en contexto la situación en la que ya estaba sumida Venezuela antes de que llegara la pandemia a nuestras vidas. En este enlace, y basándonos en relatos de La Vida de Nos, repasamos ese duro 2017 en el que los jóvenes fueron los inevitables protagonistas (y principales víctimas) de una despiadada represión.

Luego de ese traumático año, el 2018 fue de esperanzas rotas, lo que acentuó la hemorragia de compatriotas abandonando el país, lo cual hicieron incluso caminando. Con esta segunda parte de ese resumen completamos el panorama de estos años que han debido atravesar nuestros jóvenes.

El mantra global es #QuédateEnCasa, pero en Venezuela las mayorías no pueden darse ese lujo. Sus precarias economías los obligan a salir a la calle todos los días. A hacer colas por comida. Pero también por el agua, por el gas, por la gasolina

El fotógrafo zuliano Iván Ocando muestra cómo dejar de buscar comida a diario en Maracaibo no es una opción, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomiende quedarse en casa para evitar contagios de Covid-19.

Y, en general, esa cartilla mínima global de lavarse las manos frecuentemente, hacer teletrabajo y recibir clases online, es un lujo que no está al alcance de las mayorías en esta Venezuela a la que, además, le llegó la pandemia. De hecho, los que podemos quedarnos en casa, no dejamos de preguntarnos cómo están haciendo niñas como Mariana, la “mamá” de 16 años de la comuna de niños de Sabana Grande. O Zayda, que vive con su hijo donde la agarra la noche.

El venezolano común, viva dentro o fuera del país, sabe que su economía es frágil. Es lo que le tocó vivir a Alejandro: Tras 5 años de haber migrado a Argentina, una nueva crisis golpeó su cotidianidad: Perdió su empleo en medio de la Covid-19. Ese trabajo que le había permitido sacar a su familia de Venezuela, lo dejó en una inestabilidad mayor. Por fortuna, ese confinamiento por el que perdió el empleo, le permitió ayudarse con un trabajo en Internet. Su responsabilidad sigue siendo la misma, sea dentro o fuera del país: Velar por los suyos. Eso sí, sabe que estando lejos de Venezuela el asunto es más complicado. La de Alejandro es la historia de tantos jóvenes que deben velar por sus mayores.

Y en medio de la preocupación mundial por la pandemia, los venezolanos, estén donde estén, tienen en la incertidumbre ante su futuro económico un motivo adicional de preocupación. Sin embargo, dos valores están muy presentes en ellos: La resiliencia y la solidaridad.

En este trabajo especial nos hemos propuesto contar esas historias de Jóvenes que se emocionan, jóvenes que actúan.

Solidaridad y resiliencia son dos de esos mantras que han servido para atravesar estos días aciagos, que se han agravado por un confinamiento que acentúa la sensación de ahogo que ya experimentábamos los venezolanos.

De hecho, buscando expresar lo que estamos viviendo durante estos días, les pedimos a siete ilustradores venezolanos que mostraran cómo viven estos días de encierro. En este enlace podemos ver sus trabajos y reflexiones.

Los mayores temores de los venezolanos, según nuestros lectores, son: Quedarse sin alimentos y sin estabilidad económica. De allí, la importancia de la solidaridad y la resiliencia que han manifestado los jóvenes #CrecidosEnLaAdversidad de estas historias. Y la importancia de acompañar a nuestros lectores en estos días pesarosos, lo cual también es parte de los propósitos de este gran relato que estamos contando: Hacer ver que siempre hay espacio para abrigar esperanza. De hecho, algunas de nuestras historias han salido de ese diálogo permanente que tenemos con los lectores en nuestras redes. Tal es el caso de la historia de María Daniela Escalante, que nos fue referida por una lectora, mientras sondeábamos qué experiencias conocían que nos pudiesen recomendar.  Aquí pueden leer su historia, junto a la de los otros jóvenes que tendrán en sus manos el futuro del país.

Lo más duro es llamar para dar malas noticias

María Daniela Escalante es una médica venezolana de 28 años de edad. Meses después de graduarse en la Universidad del Zulia, migró a España en septiembre de 2017. Los fines de semana trabaja en una residencia para adultos mayores en el centro de Madrid. Desde la llegada de la Covid-19ha debido redoblar sus esfuerzos para evitar que sus pacientes mueran.

Las respuestas que Laura encontró en Canaima

Desde que Laura Cubillán comenzó a estudiar medicina en la Universidad Central de Venezuela quiso trabajar en comunidades indígenas. Eso que ahora hace en Canaima, en el estado Bolívar. Llegó allí para cumplir con un requisito académico y, un año después, no quiere devolverse a Caracas: Ayudando a los pemones se siente libre.

Desirée ve a sus padres en los vecinos que ayuda

Cada mediodía, 92 adultos mayores o pacientes de patologías crónicas de la comunidad de San Isidro -ubicada al borde de la carretera vieja Petare-Guarenas– reciben comida caliente en sus casas. Es parte del programa Una vianda por la vida, que pretende evitar que los más vulnerables ante la Covid-19 se expongan saliendo a la calle. Desirée Rodríguez, una joven de 34 años, coordina el equipo que lo hace posible. Esta es alguna de las historias que divulgamos en alianza con Arepita.

Gratitud es la palabra que lo resume

En 2016 el nutricionista Óscar Vásquez fue testigo en primera fila del hambre que causaba estragos en los venezolanos. Cada vez recibía a más niños desnutridos en su consulta. Y los veía también cuando salía a la calle. La convicción de que debía hacer algo lo llevó a desarrollar un alimento terapéutico para que recuperaran peso y talla.

Las interacciones alcanzadas por esta historia en Twitter demuestran la sensibilidad que despierta el tema.

Darse la mano hasta el último momento

José Daniel Hernández es un ingeniero industrial venezolano que migró a Guayaquil (Ecuador). Allá desarrolló su vieja afición por la carpintería, lo cual le permitió tener un gesto solidario con una vecina… La historia la cuenta Jefferson Díaz, con ilustraciones de Shari Avendaño en esta infografía para la serie.

Puedo hacer algo para ayudar a la gente

Diana White es una joven caraqueña de 22 años que hace entrega de productos para los clientes de una farmacia usando sus patines. Se enteró de que en esa farmacia necesitaban personas con bicicletas (debido a la escasez de gasolina y el confinamiento) para entregar los productos a los clientes que los encargaban. Ella se presentó y ahora hace las entregas patinando por todas las calles de Caracas. En este podcast, que contó con la reportería de Dalila Itriago e ilustración de Ivanna Balzán, ella lo cuenta en su propia voz para la serie.

Como una pequeña familia

Ayerim Valera es una joven de 32 años que creó, junto a su esposo, una pequeña fábrica de panes de hamburguesas y sándwiches. Junto a sus siete empleados producían aproximadamente 6 mil panes a la semana, pero con la llegada de la pandemia y el problema con el suministro de gasolina, la producción alcanza a duras penas a mil. Sin embargo, se resisten a cerrar porque, entre otras cosas, sienten que tienen una responsabilidad con el sueldo de sus empleados, a quienes los enseñaron a hacer pan. Este podcast (en su propia voz) cuenta con la reportería de Alexandra Sucre y fue ilustrado por Robert Dugarte.

Uno no tiene idea de la magnitud de lo que está haciendo

Luis Palacios (22 años), presidente adjunto de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, estaba preocupado por los estudiantes que, a causa del confinamiento, se quedaron varados en Caracas y Maracay sin poder regresar a sus hogares, en otras ciudades del país. Por eso, junto a un grupo de compañeros, se movilizó para buscar fondos a fin de rentar buses que les permitieran regresar a sus hogares y ayudar económicamente a los que no querían ser una carga para sus familias. Este podcast (en su propia voz) contó con la reportería de Alexandra Sucre y fue ilustrado por Shari Avendaño.

Una ventana para salir del otro confinamiento

Adriana Oviedo tiene una tienda de diseño en Barquisimeto. En ella creó y perfeccionó, a petición de una amiga y de una periodista que la contactó, un tapabocas especial para ser usado por amigos y familiares de personas con sordera, para que pudieran leerles los labios. Esta historia fue elaborada por Walther Sorg con textos de Jesús Piñero.

Lo esperan siempre con la tarea

Cuando se decretó el confinamiento, Alberto Villegas, maestro de 6to. grado en un colegio en San Diego (Carabobo), comenzó a recibir mensajes de representantes preocupados por eso de las clases virtuales con tantas fallas eléctricas. Entonces a él se le ocurrió lo siguiente, mostrado en esta infografía elaborada por Walther Sorg con textos de Valeria Pedicini, para la serie #CrecidosEnLaAdversidad.

Este «relato de relatos» continuará. Así que los invitamos a seguirlo.

*Esta historia fue cedida por el sitio web La Vida de Nos y forma parte del proyecto #CrecidosEnLaAdversidad https://www.lavidadenos.com/crecidosenlaadversidad/

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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