Al otro lado del teléfono el diputado de la Asamblea Nacional por el Circuito 4 del estado Miranda, Gilber Caro, ofrece respuestas cortas y con premura. Un compromiso previo se alargó más de lo esperado y solo tenía diez minutos antes de una reunión que no podía retrasar. Desde que salió en libertad luego de estar preso 8 meses en la sede del las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) en Caricuao, al suroeste de Caracas, ha atendido algunas entrevistas, pero también aprovecha el tiempo para dedicarse a su familia.
Para el parlamentario, la medida que le dio la libertad puede llamarse indulto o tener otro término jurídico. Destaca que al final lo importante es que hay 110 familias felices por las liberaciones.
En su conversación con La Gran Aldea evitó pronunciarse sobre temas como la hoja de ruta que presentaría la oposición y si esta sería una herramienta para superar la crisis en Venezuela porque, según relató, apenas se está enterando de lo que ocurre en materia política. No obstante, un par de horas después apareció en la presentación del Pacto Unitario por parte del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido como Presidente encargado por casi 60 países.
-Ya pasó una semana desde que recibió el indulto, ¿cómo ha sido ese proceso de estar nuevamente en libertad?
-Ha sido muy, muy fuerte porque te tienes que adaptar. He tenido 5 días, 6 días que he dormido nada más 15 horas. Estoy en un proceso de adaptación. Hay un tema de ansiedad hacia el futuro y hay efectos postraumáticos que dejan la ansiedad y el estrés, y estoy tratando de estabilizarlo con un equipo de profesionales que estamos en eso.
-¿Qué fue lo más difícil de enfrentar en el tiempo que estuvo en prisión?
-La soledad. Estar totalmente solo en la celda no es fácil (…) Estuve durmiendo debajo de una escalera de 1,10 de ancho por 2,10 de largo.
-¿Cómo hacía para enfrentar esa soledad?, ¿en qué pensaba para tratar de mantenerse en pie?
-A veces fregar un plato, limpiar o hacer algo. Trataba de durar bastante tiempo haciendo pequeñas cosas para rendir el tiempo en solitario; voy fregando y me distraía en eso, el plato, voy tendiendo la camita que tenía, el colchón. Duraba bastante tiempo o me ponía a ver en la pared una arañita que estaba allí, cómo caminaba. Me distraía con algo.
-¿Sospechó en algún momento que lo iban a liberar?
-Me llegaron de sorpresa y me dijeron que saliera, que me había llegado la libertad.
-¿Cómo toma este indulto? Hay diputados en el exterior que criticaron esta medida porque dicen que no han cometido ningún delito, ¿cómo lo ve usted que estuvo preso?
-En el tema jurídico, mis abogados saben qué término darle. Yo estoy con mi familia, que el mundo sepa, que se pongan en nuestros zapatos, pero yo estoy con mi familia. Es lo que quiero, estar con ellos.
-¿Cree que se debió o no buscar esta aproximación con el Gobierno nacional para lograr la liberación de 110 personas?
-Hay muchísimas familias que están felices, ¿no? Yo creo que la libertad no tiene precio, pero en el tema político tengo que ver el contexto y cómo fueron. Pero a mí no me dijeron nada. ‘Vente que te vas’ y ya.
-¿Cree que aceptar el indulto es un reconocimiento de la presidencia de Nicolás Maduro como señalan algunos?
-Yo lo que creo es que Venezuela está pasando por momentos muy difíciles. Yo estoy con mi familia, gracias a Dios estoy con ellos. Lo que reconozco es que estoy en mi casa.
-Ha estado en la cárcel 3 veces, primero como preso común y después como preso político, ¿qué efecto ha tenido esto en usted?
-El proceso físicamente no, yo he estado trotando en la celda, allí en estacionario, pero psicológicamente afecta, se nota en mi rostro. Tengo que alimentarme como debe ser, tengo que salir adelante, tengo que echarle pierna para salir adelante. Todas las veces que he salido, he salido en pie.
-¿Qué ha sido más duro, ser preso común o preso político?
-Ser preso político no tiene precio, te aíslan, te denigran. Tengo a mi hija de 14 años, y eso ha sido muy duro. Ser preso político es horrible. Te niegan que te visiten tus amigos. Aquí tengo cuatro amigos en la casa que quiero estar con ellos, hablar y al terminar esta llamada me voy a vestir, a irme con mis amigos, compartir con ellos. Ahorita estoy esperando porque me vienen a buscar.
-¿A qué cree que se debe el ensañamiento del régimen de Nicolás Maduro contra usted?, ¿por qué detienen tanto a Gilber Caro?
-Yo tengo un liderazgo, un trabajo y ahí yo creo que hay un ensañamiento porque piensan también en mi pasado, pero yo no soy lo que soy por mi pasado. Que sepa el mundo entero que mi pasado lo enterró Jesucristo en lo más profundo del mar. Yo soy libre gracias a la palabra de Dios y Cristo dijo “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. Las cosas viejas pasaron y creo que ese ensañamiento es por mi pasado, pero que sepan que mi pasado lo limpió el Señor.
-¿Qué se podría hacer por otras vías en favor de los presos políticos que siguen en prisión?, ¿qué podría hacer incluso usted que pasó por esa situación?
-¡Wow! Mira, hay que buscar alzar la voz y pedir por ellos, oraciones, pedir por todos. Es fuerte, quedan muchísimos. En el nombre de Dios que salgan.
-Tiene una semana de haber salido en libertad, ¿cómo ha visto en este tiempo la situación política actual?
-No he tenido tiempo de verla. Voy a ver, y emitiré opiniones sobre eso.
-¿Ha tenido la oportunidad de conversar con Juan Guaidó, de plantearle sus propuestas para esta hoja de ruta que presenta al país?
-No. Nos saludamos y ya. Nos saludamos, me llamó. Recibí una llamada y un saludo, un abrazo caluroso como amigo y después conversaré con él eso.
-¿Cree que esa hoja de ruta que se plantee por parte de la oposición realmente ayude a Venezuela a salir de la crisis?
-Es que no sé cuál es la hoja porque estoy de alguna manera enterándome de lo político. Ellos como políticos han respetado mi posición de sanarme, de curarme y después ver eso.
-¿Cómo está su relación con sus compañeros de partido?, ¿ha tenido oportunidad de compartir con ellos?
-Tengo que conversar con ellos, pero yo soy de Voluntad Popular, sabes que siempre lo he sido, y tengo buenas relaciones con mis compañeros de mi partido.
-Usted señalaba hace algunos años que quería hacer política, crecer en la política, incluso hablaba de seguir siendo parlamentario. Sin embargo, la situación en Venezuela ha cambiado. La Asamblea Nacional está por cumplir su periodo de cinco años. ¿Cómo se ve en el futuro en la política?
-Yo soy diputado de la República Bolivariana de Venezuela hoy. Ahora, ¿cómo me veo? Me veo haciendo política desde lo social. Gilber no es político porque tiene un título de diputado. Gilber es político porque hace un trabajo social. Aquí estoy con unos compañeros que están haciendo trabajo social, a pesar de las restricciones, repartiendo tapabocas, ayudando a la gente. Yo me veo de aquí a muchísimos años haciendo la política social. Ahora, ¿en cuanto a los cargos? Tranquila, ya verán y espero que si están en algún circuito o en algún área donde tú puedas votar, me ganaré a lo mejor el respeto para que mi proyecto sea de alguna manera agradable a ti y puedas votar por él.
-Ya que está por cumplirse 5 años de esta Asamblea Nacional, ¿cree que el Parlamento o usted como diputado quedaron en deuda con el país?
-Yo no sé si quedé en deuda, pero los 3 años que he estado preso de los 5 que los venezolanos vean si yo di como parlamentario por ellos algo, pero di 3 años de mi libertad. No sé si hay algo más que pueda hacer un parlamentario por sus dirigentes, pero yo a Guarenas, Guatire por la lucha que di de sus derechos fui a prisión 3 años. No creo que haya quedado en deuda.
-¿Cuál es su mensaje para los venezolanos en estos momentos?
-Muchísima fe, esperanza y fuerza, pero sobre todo el amor hacia Venezuela para que no se vayan y la reconstruyamos entre todos. Sin embargo, el que tomó la decisión de irse, que donde quiera que esté, que trabaje por Venezuela. Los venezolanos, que detrás de las nubes negras siempre hay un sol que brilla como el de hoy y que salgamos a la calle a hacer país.
@vanessajgarcian
*La fotografía fue facilitada por el entrevistado, Gilber Caro, al editor de La Gran Aldea.