En la aldea
26 abril 2024

Julio Borges, comisionado presidencial para las Relaciones Exteriores de Venezuela del gobierno interino de Juan Guaidó.

Julio Borges:

🎥“Me duele ver que hay indiferencia con el pueblo venezolano”

En una sentida intervención ante la Asamblea General de la OEA, reunida en debate virtual, el canciller del Gobierno interino, Julio Borges, expresó sus sentimientos ante la falta de apoyo de países que, desde su perspectiva, deberían respaldar la aspiración de los venezolanos de tener elecciones libres para renovar el Parlamento y la Presidencia en Venezuela.

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Milagros Socorro | 22 octubre 2020

La Asamblea General de la OEA, celebrada el miércoles 21 de octubre, aprobó una resolución para exigir elecciones presidenciales libres en Venezuela y respaldar al informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU, que no solo documentó la sistemática violación a los Derechos Humanos del régimen de Nicolás Maduro, sino que estableció la directa responsabilidad de este y de su entorno al ordenar, supervisar y perpetrar esos crímenes.

“Resaltando el continuo deterioro de las condiciones políticas, sociales, económicas y humanitarias de Venezuela, agravadas por la propagación de la pandemia del Covid-19”, reza el documento de la OEA. “Resuelve: 1.Condenar, en los más enérgicos términos, las acciones del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro, que socavan el sistema democrático y la separación de los poderes, por medio del control del Tribunal Supremo de Justicia y usurpando las funciones constitucionales de la Asamblea Nacional de, entre otros, legislar en materia electoral y designar a los miembros del Consejo Nacional Electoral. Esto compromete de manera clara, las condiciones mínimas para garantizar la celebración de procesos electorales democráticos, de acuerdo con los estándares internacionales”.

En cuanto a la exigencia de elecciones libres y confiables, la OEA: “2. Declara que el reconocimiento de las elecciones a la Asamblea Nacional de Venezuela dependerá del establecimiento de las condiciones necesarias de libertad, justicia, imparcialidad y transparencia, garantizando la participación de todos los actores políticos y de la ciudadanía, la liberación de los presos políticos, con plazos razonables para su celebración y que cuenten con observación electoral internacional independiente y creíble”.

Sin embargo, una resolución que destaca la carencia de condiciones democráticas mínimas, para garantizar elecciones justas en Venezuela, y que las exige como vía para aliviar la tragedia de este país, bien conocida por los Estados miembros de la OEA, fue votada en contra por cuatro países, y desestimada por otros 9, que optaron por la abstención. Y lo increíble es que, entre los 9 que no quisieron apoyar la petición de elecciones verdaderas en Venezuela, están México y Argentina. La parte buena, naturalmente, es que la histórica disposición fue suscrita por 21 de los 34 miembros activos de la OEA.

“… y lo ilegal es Maduro”

Al hacerse públicas estas abstenciones, el representante de Uruguay ante la OEA, Washington Abdalá, declaró: “No hay margen para el matiz. O se está del lado de los Derechos Humanos y la recuperación democrática en Venezuela o se está del lado de la tiranía. No hay punto intermedio. El concierto regional está obligado a este ejercicio. Hay que recorrer este camino, persistir y no abandonarlo, es nuestra obligación. Lo legítimo es la democracia y lo ilegítimo es Maduro. Lo legal es el camino a la democracia y lo ilegal es Maduro”.

“Lo peor que puede pasar en Venezuela es que no pase nada, que la indolencia, la indiferencia se impongan, a costa del sufrimiento de millones de venezolanos”

Julio Borges

Por el mismo camino, en su discurso ante la Asamblea General de la OEA, el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, evidenció la postura del gobierno del Partido Nacional en Uruguay sobre el régimen chavista y condenó “la injustificable situación que padece el pueblo venezolano”.

Uruguay -dijo el canciller Bustillo- sostiene que la única salida posible a la grave crisis política, institucional, socioeconómica y humanitaria que vive Venezuela es a través de un proceso democrático, pacífico y negociado entre venezolanos, que conduzca a elecciones con garantías, transparentes, libres, justas y verificadas internacionalmente. Motivo por el cual apoyamos la resolución a ser aprobada por esta Asamblea General”.

“Propongo el Principio de No Indiferencia”

En el debate, que fue virtual, el último en hablar fue Julio Borges, comisionado presidencial para las Relaciones Exteriores del gobierno interino de Juan Guaidó.

-Me queda claro -dijo Borges– que los puntos nítidos de coincidencia, además del Covid, en las distintas intervenciones son: Las elecciones libres como valor fundamental, la defensa de los Derechos Humanos como mandato, y la transparencia en el manejo de los fondos públicos. Pues bien, esos son, precisamente, los tres asuntos cruciales que constituyen el núcleo del problema venezolano. Por eso, porque si esos son los puntos comunes de todas las intervenciones que hemos escuchado en estos dos días, me pregunto por qué todavía hay representantes de este cuerpo que piensan que el drama de Venezuela divide, en vez de compactar en una posición unánime.

“Es un sinsentido. En lugar de poner en el centro a los pueblos, al pueblo venezolano, se habla de no intervención, de respeto a quienes ejercen ilegítimamente el poder en Venezuela. Frente al principio de no intervención, yo opongo el Principio de No Indiferencia. Lo peor que puede pasar en Venezuela es que no pase nada, que la indolencia, la indiferencia se impongan, a costa del sufrimiento de millones de venezolanos”.

“Me duele la posición de México”

“Hay un deber moral, urgente”, siguió Borges, “cuando se está ante la violación masiva y sistemática de los Derechos Humanos, la corrupción generalizada y la ausencia total de democracia, esos tres tópicos tan repetidos por ustedes en estos dos días, que son precisamente los que están destruyendo al pobre pueblo de Venezuela.

-A los venezolanos los destierra la corrupción. La dictadura de Nicolás Maduro, probablemente el régimen más corrupto de la historia, ha puesto al servicio del crimen organizado todo el funcionamiento del Estado. Venezuela es hoy un Estado gangsteril, que ha llegado a un colapso total. A Maduro no le importa permanecer sobre el hambre y la muerte. Prefiere dominar sobre cadáveres y ruina, antes que abrirse a la democracia. A los venezolanos los destierra la indolencia de la dictadura frente a un país donde no hay electricidad, donde hay una hiperinflación desde el año 2017 y donde hoy en día, escúchenme bien, el salario mínimo son 80 centavos de dólar al mes.

“Hay un deber moral, urgente, cuando se está ante la violación masiva y sistemática de los Derechos Humanos, la corrupción generalizada y la ausencia total de democracia”

Julio Borges

“Señores embajadores y cancilleres, conocer lo que ocurre en Venezuela nos hace a todos corresponsables. En un futuro nadie podrá decir que no se sabía que en Venezuela había una máquina sistemática de violación, tortura y asesinato. Por eso, me cuesta creer que algunos países hablen de la no intervención o de la defensa de la dictadura de Maduro. Lo digo con mucho respeto. Me duele la posición del pueblo mexicano o del gobierno mexicano. Un México que siempre estuvo abierto a recibir a los exiliados del mundo que huían de los totalitarismos. Un México que hoy está investigando sus propios casos de violación de Derechos Humanos. Me duele ver que hay indiferencia con el pueblo venezolano. Omisiones como la de Argentina o las posiciones inaceptables de Nicaragua”.

“No hay excusas para dividirnos frente a nuestra tragedia”

-Hay que ver -pidió Julio Borges– la tragedia humana de Venezuela y no pensar con el filtro político, ideológico o de otro tipo de intereses. Nosotros estamos absolutamente convencidos de que es el momento de rescatar a Venezuela de esta tragedia. Es una cuestión de urgencia para toda la región, por lo que significa la expansión de la violencia, el crimen organizado, el fomento de grupos irregulares y las alianzas que buscan destruir los valores democráticos. Eso es lo que está pasando en Venezuela hoy ante la mirada de todo el mundo”.

“Señores cancilleres, señores representantes, señor Secretario General, Venezuela demanda una transformación democrática profunda, que permita superar el horror que está viviendo y que tiene tentáculos muy claros en el trípode que sostiene a Maduro: El oprobioso régimen de Cuba, la nueva alianza con Irán y el crimen organizado. Quisiera pedir, de manera humilde, en nombre del pueblo venezolano, apoyar con mucha más fuerza la realización de elecciones libres en Venezuela, parlamentarias y presidenciales, al tiempo que se rechace el acto de fraude que quiere hacer Nicolás Maduro el 6 de diciembre”.

-Queremos -concluyó Borges– que en el futuro se considere una resolución como respuesta firme a la violación de Derechos Humanos, descrita por la Misión de Verificación de Hechos de la ONU. A los países que han sido solidarios con Venezuela, les agradezco; y a los que han puesto nuestro drama bajo un signo de interrogación, les recuerdo que el hecho de saber lo que sucede en Venezuela nos otorga a todos responsabilidad personal y colectiva. Nos hace corresponsables. No hay excusas para dividirnos frente a la tragedia venezolana. Quiero decirles algo con absoluta certeza: A las puertas de la libertad nos aguardan 35 millones de venezolanos. Por favor, no nos hagan esperar más.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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