Desde que Argentina recuperó la democracia hace casi 40 años, ha levantado la bandera de los Derechos Humanos sin importar el gobierno de turno ni la situación interna del país. Fue una constante que se vio debilitada en el segundo gobierno de Cristina Kirchner y que hoy, con Alberto Fernández (y de nuevo la señora Kirchner), parece haber desaparecido por completo.
Sobre Venezuela, el actual presidente argentino tuiteó en 2017 diciendo que hacer silencio era ser cómplice, pero hoy apenas cuatro años después, decide retirar a Argentina como a uno de los países solicitantes a la Corte Penal Internacional (CPI) para investigar los presuntos delitos de lesa humanidad en Venezuela.
Sobre estos hechos, conversamos con Elisa Trotta Gamus, abogada venezolana radicada en Argentina desde hace casi 10 años, quien durante el año 2019 fue Embajadora de Venezuela en ese país designada por Juan Guaidó y hoy, si bien el gobierno de los Fernández le retiró sus credenciales diplomáticas, continúa trabajando por la comunidad venezolana en Argentina y por denunciar las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela.
-Recientemente el presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo que “el problema de los Derechos Humanos en Venezuela ha ido desapareciendo”. Usted entonces le contestó de manera contundente. ¿Qué opina hoy?
-Fueron unas declaraciones desafortunadas, tanto por lo alejado de la realidad, como también por la relativización, no solo de violación a los Derechos Humanos, sino de crímenes de lesa humanidad. Y somos enfáticos, porque hoy son más de 300 presos políticos, un país sin vacunas en plena pandemia por decisión del régimen, exiliados, poderes públicos secuestrados, ONG perseguidas, alianzas con terroristas que generan conflictos bélicos como en Apure, y un largo etcétera. No solo no han desaparecido las violaciones a los Derechos Humanos, sino que se han incrementado, y afirmar lo contrario es un irrespeto para las víctimas.
-Una semana después de esas declaraciones se conoce que Argentina retiró el apoyo a la demanda conjunta ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad en Venezuela. ¿Cuál es su opinión al respecto?
-Lamentamos profundamente esta decisión del Gobierno argentino, que lejos de defender la justicia y los Derechos Humanos de miles de víctimas venezolanas, beneficia a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad, de manera probada y documentada. Es inentendible que el Gobierno de un país que conmemora cada año con el grito de “Memoria, Verdad y Justicia”, recordando los crímenes cometidos por la dictadura, hoy se muestre indolente ante las víctimas de otro régimen igual en un país hermano.
Según explica Trotta Gamus, “muchos de quienes han sufrido la arremetida de los grupos de tareas de una dictadura militar como la de Venezuela, están hoy en Argentina. Huyeron porque su vida corría peligro. Ni ellos, ni nadie, merece que les den la espalda. En el 2019, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina recabó 44 testimonios de venezolanos en Argentina cuyos derechos humanos fueron violados por la dictadura venezolana”.
De allí que, a su juicio, ponerse del lado del opresor, ni contribuye a recobrar la democracia, la paz y la libertad en Venezuela, ni mucho menos enarbola la bandera de la justicia.
-No es la primera vez que el presidente Fernández intenta disminuir la gravedad de lo que ocurre en Venezuela. Lo ha hecho en otras oportunidades tanto él como, por ejemplo, su canciller Felipe Solá. ¿A qué lo atribuye?
-Lo que ocurre en Venezuela lo conoce todo el mundo. Los asesinatos por parte de los grupos de tareas de la dictadura en las protestas o incluso en las cárceles, como ocurrió con [Rafael] Acosta Arévalo, [Fernando] Albán o el miembro de la comunidad indígena Pemón, Salvador Franco. Lo saben, lo han leído en los informes de las ONG, de la Misión Independiente de la ONU y de la Alta Comisionada [Michelle] Bachelet, a quien nadie puede señalar de “derechista”, si a ideologías vamos. Así que la razón exacta de algunas declaraciones del presidente Fernández, del canciller Solá o de algún otro miembro del Gobierno argentino, la desconozco y en muchos casos me resultan incomprensibles. Lo que sí siempre vamos a hacer, es demostrar con datos y con hechos la realidad de lo que ocurre en Venezuela. Esa es una de nuestras principales tareas.
-Justo cuando el Presidente argentino da esas declaraciones, en el portal de La Nación de Argentina salió un artículo en el que se asegura que hay una estrategia de los miembros del Grupo de Puebla para “limpiar” la imagen de Nicolás Maduro ante el mundo. En esa coalición de izquierda se encuentra, justamente, Alberto Fernández. ¿Cree que realmente existe esta estrategia?
-Sin poder asegurarte que exista una estrategia como tal orientada a mejorar la imagen de Maduro -cosa que me parece francamente imposible-, está claro que en esa coalición de dirigentes políticos, a una dictadura criminal como la de Venezuela, no la han condenado ni una vez. He leído comunicados del Grupo de Puebla apoyando protestas en Ecuador, Colombia y Chile, por ejemplo, pero no recuerdo haber leído, ni siquiera de forma individual de esos miembros, el apoyo a los jóvenes que tantas veces han protestado en Venezuela. Al contrario, los han criminalizado en muchos casos. Así que la parcialización de ese grupo es bastante clara. Espero, por supuesto, que ello no tenga nada que ver con la postura del presidente Fernández, que por demás es el único mandatario actual que forma parte de ellos.
-¿Afecta a los venezolanos que hacen vida en Argentina que no reconozcan al presidente interino Juan Guaidó o que relativicen las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela?
-Por supuesto que les afecta y les preocupa, sobre todo porque Argentina es un país que se caracteriza por su defensa a los Derechos Humanos y la democracia, justamente los valores que Nicolás Maduro pisotea todos los días. Aquí los venezolanos, como prácticamente en todo el mundo, llegaron huyendo de la crisis, la represión y la desidia en la que antes Chávez y ahora Maduro, sumieron a Venezuela. Y les afecta, también, porque esta dictadura malévola maltrata a los venezolanos dentro del país, y a los que están afuera también, cuando se niegan a otorgarles documentos que son necesarios para estabilizarse migratoriamente, cuando no se ocupan de las funciones consulares. El chavismo niega a los venezolanos el derecho a la identidad, y al nosotros no ser reconocidos por el Gobierno argentino, a pesar de todo el trabajo, el esfuerzo y la disposición, no podemos ayudar, al menos en este punto.
-El canciller argentino se reunió en Ecuador con Juan González, director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de los EE.UU. y, entre otras cosas, le pidió que levanten las sanciones a Venezuela, ¿qué opina usted acerca de esto?
-El tema con las sanciones es confuso para muchos; el chavismo ha vendido que esa es la razón de lo que ocurre hoy en Venezuela, y no hay nada más alejado de la realidad. Hoy escuchamos a dirigentes políticos repitiendo la propaganda de la dictadura, sin aportar un dato que la sustente. Algunos hablan de un bloqueo, cuando no existe en lo absoluto tal cosa contra Venezuela. También hablan de embargos y sanciones como causantes de la Emergencia Humanitaria Compleja, pero no logran explicar cómo, en el año 2016 (antes de las sanciones sectoriales), en Venezuela ya había un 80% de pobreza de acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) del año 2016.
Para continuar en la argumentación de su respuesta Trotta Gamus recuerda que ANOVA Policy Research publicó el pasado 20 de enero un estudio sobre el Impacto de las Sanciones Financieras Internacionales contra Venezuela, donde se evidencia no solo que el origen de la Emergencia Humanitaria Compleja antecede al inicio de las sanciones sectoriales (agosto 2017), sino que estas no han tenido impacto demostrable sobre la falta de alimentos y medicinas en Venezuela, datos que ya habían sido demostrados de manera amplia y muy clara por Dany Bahar, José Ramón Morales, Sebastián Bustos y Miguel Ángel Santos en su investigación para Brookings Institution en el año 2019, titulada Impact of the 2017 sanctions on Venezuela Revisiting the evidence. Allí señalaron que “entre el 80% y 90% del deterioro que padece Venezuela se había producido antes de las sanciones”.
De allí que, según afirma la representante venezolana, “la única sanción real a Venezuela, es que Maduro no siga usurpando el poder y robándose el dinero de un pueblo al que pretenden esclavizar con una bolsa de comida que alcanza para dos días y una represión que, si la enfrentas, terminas secuestrado, desaparecido o torturado hasta la muerte. Si queremos que el pueblo venezolano deje de sufrir, no es pedir que se levanten sanciones que no son el problema real, sino que se vayan quienes hundieron al país”.
-¿Cuántos venezolanos hay en Argentina y cuál es la situación de ellos en estos momentos?
-Hay aproximadamente 230.000 venezolanos viviendo en Argentina. Como ha ocurrido con la migración de los últimos dos años, puntualmente, muchos han llegado en condiciones complicadas, haciendo caminos que duran días e incluso semanas. Sin embargo, la diáspora venezolana es sumamente organizada; los compatriotas que llegan a Argentina lo primero que hacen es gestionar sus papeles para poder estar legales en el país y así poder trabajar; trabajar y ayudar a sus familiares que dejan en Venezuela. Se trata de una migración que busca aportar al país y a la sociedad, porque no hay mejor forma de corresponder tanto cariño y apoyo de los argentinos, que la organización, el trabajo, los emprendimientos. Sumar, siempre sumar.
-¿Han ayudado a los venezolanos ante lo que está sucediendo con la Covid-19?
-Sí, por supuesto. Junto al equipo de voluntarios que conforman esta representación, hemos buscado maneras de ayudar y asistir a la comunidad venezolana en este país. Desde inicios de la pandemia hemos ayudado a más de 1.500 familias venezolanas, que se traduce en más de 5.000 venezolanos beneficiados. Han sido ayudas directas, tanto de alimentos (más de 9 toneladas entregadas), como de medicinas y kits de abrigos para el invierno, así como ayudas coordinadas con organismos como ACNUR y OIM. También hemos brindado orientación legal a más 500 venezolanos, gracias a un equipo de abogados venezolanos y argentinos voluntarios. Todo esto se ha logrado, desde luego, gracias al trabajo en conjunto con las diferentes organizaciones venezolanas en Argentina. Su labor ha sido extraordinaria y fundamental para que la comunidad venezolana en Argentina esté tan organizada.
-¿Cuenta la Representación que usted encabeza con recursos para todo lo que realiza?
-Nuestro principal recurso es el humano, que a pesar de las limitadas herramientas que tenemos, trabaja constantemente para poder ayudar a nuestra comunidad. Es una realidad que en la situación en la que nos encontramos no hemos podido ampliar nuestro margen de acción tanto como deseamos, pues las complicaciones económicas, sociales y humanitarias de tantos migrantes son muy grandes y nuestros recursos escasos. Eso, por supuesto, es un impedimento para actuar en muchas circunstancias, pero no para buscar diferentes caminos que nos permitan ayudar de alguna manera.
-Hablando de política local, quisiera saber su percepción sobre lo que ha ocurrido en la dinámica política venezolana durante las últimas semanas. Recientemente dirigentes como Henrique Capriles o Stalin González, críticos a la gestión de Juan Guaidó, compartieron un comunicado unitario. ¿Es un avance?, ¿cómo lo ve usted?
–La unidad siempre es fundamental. La unidad de verdad, la unidad de los demócratas que realmente quieren liberar a Venezuela y acabar con tanto sufrimiento. Y justamente como demócratas que somos, hay disensos, propuestas diferentes, visiones que pueden chocar, pero que al final tienen el mismo objetivo. Aquí lo que debemos tener en cuenta, es que luchar por la libertad e intentar que los venezolanos sufran menos, no son actividades contrapuestas. Justamente deben ser las dos actividades en las que cada demócrata venezolano, dentro o fuera del país, debe estar enfocado. Eso es lo que hacemos aquí, por ejemplo. Nos reunimos con dirigentes, con diplomáticos, con estudiantes, con organizaciones, con ONG, con periodistas, siempre buscando posicionar a Venezuela como un tema recurrente. Que nadie olvide que hay un dictador que asesina y que debemos enfrentar. Pero también tratamos de ayudar a los migrantes más vulnerables. Este trabajo es político, diplomático y también social.
-Desde su perspectiva como delegada diplomática, ¿cuál ha sido la importancia de los embajadores y representantes designados por el presidente interino Juan Guaidó?
-Nuestro trabajo ha sido fundamental. En las decenas de países receptores en los que estamos trabajando, estas representaciones han sido una contención para miles y miles de venezolanos que tuvieron que huir del país, tal como te he comentado. Hemos buscado soluciones de todo tipo: Legales, sociales, humanitarias, de salud, etc., y con ello se han logrado muchísimos beneficios que han sido un alivio para muchos compatriotas. No quisiera dar nombres porque alguno se me pasará y sería injusto, pero con solo mirar las redes sociales de las Embajadas designadas por el presidente Guaidó, basta para darse cuenta de todo este trabajo y de todo lo que se ha logrado sin recursos, pero con dedicación.
Argumenta Trotta que estos representantes no solo han sido un soporte para los millones de venezolanos que han huido del país, sino también para llevar al mundo la verdad de lo que ocurre en Venezuela. “La opinión pública mundial ha dado un cambio radical y, desde hace dos años, prácticamente no existe un solo país del mundo libre que no vea a Maduro como un ser profundamente antidemocrático, así eviten llamarlo como tal”.
Afirma que al mundo le costó entender lo que desde hace muchos años gritábamos desde Venezuela; que el chavismo, todo, siendo Hugo Chávez la cabeza o ahora Nicolás Maduro, han dinamitado la democracia en el país, destruido la calidad de vida de los venezolanos y se convirtieron en una verdadera amenaza para la región.
Sin embargo, según dice, esto se pudo evidenciar perfectamente en las dos giras que hizo Juan Guaidó, tanto en 2019 como en 2020, con el reconocimiento en decenas de países, la Unión Europea, la OEA, el Foro Económico Mundial, en Estados Unidos. “Eso no sucedió de repente, eso fue producto del trabajo de tantos, que hemos mostrado en cada rincón, que la tiranía que tiene años enfrentando el país, ha superado cualquier ficción de maldad”.
Ese trabajo también se traduce en el logro de avances importantes con los organismos internacionales, prueba de ello es justamente la investigación sobre los presuntos crímenes de lesa humanidad en Venezuela, que lleva a cabo la Corte Penal Internacional.
“Hace falta más. Sabemos que hace falta más, porque el objetivo es recuperar la democracia, y para eso necesitamos irremediablemente la ayuda de la comunidad internacional. No se puede seguir tratando el tema Venezuela con pinzas ni siguiendo los tiempos comunes de los procesos internacionales, porque cada día que pasa, son vidas las que se pierden. Nosotros seguiremos trabajando cada vez más, con mayor fuerza, hasta lograrlo”, puntualiza.
*La fotografía es cortesía de Elisa Trotta, y fue dada por el autor Walter Molina al editor de La Gran Aldea.