En la aldea
03 mayo 2024

«Lo que nos está pasando»,
121 ideas para escudriñar el siglo 21 es el último libro de Naím

Moisés Naím escudriña el mundo

Lo que nos está pasando, el último libro del columnista y autor venezolano, reúne una amplia selección de artículos publicados desde 2016 hasta 2023. Pero es más que eso. Es una mirada penetrante, curiosa y sorprendente de estos tiempos de populismo, polarización y posverdad. “Entender lo que nos está pasando es (…) el primer paso de un plan profiláctico contra la ansiedad paralizante que define nuestra era”, escribe Naím al final del prólogo. Una invitación a leer de cabo a rabo, con sus pausas, cada uno de los 121 textos breves que componen el volumen.

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Javier Conde | 23 abril 2024

Moisés Naím no necesita presentación. Frase típica a la que sigue la presentación. Uno de los columnistas más leídos en nuestra lengua. Reconocido como un pensador global e intelectual muy influyente. Miembro distinguido del Carnegie Endowment for International Peace. Director y presentador de Efecto Naím. Durante 14 años estuvo al frente de la revista Foreign Policy, que relanzó y la hizo acreedora tres veces del National Magazine Award for General Excelence. Autor de más de una decena de libros sobre economía y política internacional. Fundador y presidente del G50, un grupo de líderes empresariales de América Latina con visión de futuro. También ministro de Industria y Comercio del incomprendido, ahora y al menos, segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Estamos, pues, frente a un nombre de peso.

En la introducción de este su nuevo libro, Naím revela aspectos menos evidentes que sus cargos y desempeños institucionales, que tienen que ver con su oficio de columnista. Confiesa su insatisfacción ante el estruendo de la primera página de los medios que hace perder de vista lo más importante: “la sensibilidad ante las señales débiles que indican la inminencia de un cambio telúrico”. Por ejemplo, el párrafo 23 de la declaración de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN de 2008 en el que anuncian la apertura de una negociación con Ucrania para que se uniera a esa organización.  “Pocos medios se detuvieron ante ese hecho”, asienta, y ya se sabe el conflicto en el que está envuelto el mundo tras la invasión de Rusia de territorio ucraniano que siempre ha considerado suyo, señal escondida en aquellas líneas. “Tengo la convicción de que en alguna parte del mundo se produce un párrafo veintitrés de algún tipo casi todos los días. El reto es identificarlo”.

Y a eso se dedica, intuyo, la mayor parte del tiempo Naím. Dice que se obsesiona como un geólogo en detectar las fuerzas que pasan de invisibles a inocultables en un instante.  “Ando siempre a la búsqueda de la señal leve que apenas se percibe, del detalle que lleva a lo olvidado a convertirse en lo nuevo”. 

La variedad de temas que aborda -los viajes espaciales, la inteligencia artificial, el retroceso democrático, palabras de hoy, la demografía de las superpotencias, el cambio climático, la cleptocracia, la pandemia de los trastornos mentales, el desfase entre la ciencia y la política, la pequeñez de los líderes, la televisión basura, el internet de las cosas,  entre un sinfín- y la agudeza de las preguntas que hace y de las respuestas que ofrece, así como las comparaciones inesperadas -por ejemplo, entre las bicicletas y el glaciar apocalíptico; entre Trump, Al Capone y Richard Nixon o el Vaticano y la FIFA- hace de Lo que nos está pasando un libro sorprendente, muy ameno,  de esos para subrayar y hacer anotaciones, releer y tener a la mano.

¿Cómo hace Naím para tener tantas cosas en la cabeza? Será por décadas de trabajo, por vivir en Washington y estar a la escucha de un montón de cerebros activos y por leer – como me contó en una oportunidad, años atrás, en una entrevista para El Nacional tras ser elegido un texto suyo como el artículo del año- a los que piensan diferente a él.

Héctor Abad Fiaciolince, el escritor colombiano de El olvido que seremos, recurre a Naím  en busca de una respuesta inteligente y original cuando lo sorprende un evento en cualquier parte del mundo, según dice en el reverso del libro.

No es algo nuevo en Naím. En una nota de Letras Libres, del lejano 2007, en una conversación con Ibsen Martínez, el autor de Lo que nos está pasando recuerda que desde la secundaria leía todo lo que tuviera a su alcance: “Desde aquella época mi cabeza está llena de textos de publicidad, de datos extravagantes leídos en cualquier parte, de la letra pequeña de los envases de los productos farmacéuticos. Tengo tanta trivialidad acumulada que ya no me sorprende que emerja de pronto, mientras pienso o escribo, algún dato irrelevante que creía olvidado”. También leía mucha literatura y, solo después, se adentró en los textos técnicos. Detrás de la apariencia de banalidad, o el detalle fugaz, aparece “el pie de página olvidado que al final nos transforma la vida a todos”. ¿Acierta siempre?, imposible. “Deberá juzgarlo usted”, desafía a cada lector.

“Nadie llega al poder para dejarlo”

El libro de Naím se puede leer de atrás para adelante -contrario a como está presentado, o elegir la temática al gusto o dejarse llevar por la atracción de alguno de los 121 títulos de los artículos. Un lector venezolano, por ejemplo, encontrará explicaciones de la deriva autoritaria que recorre el mundo. No somos los únicos, ni mucho menos, en padecer el deterioro democrático, aunque con sus rasgos particulares. 

Los dos textos más extensos de Lo que nos está pasando están dedicados, precisamente, a la larga noche venezolana: “El suicidio de Venezuela: lecciones de un Estado fallido” (enero 2019) y “El problema de Venezuela no es el socialismo” (enero 2020), publicados originalmente junto con Francisco Toro en Foreign Affairs (la mayoría de las columnas aparecieron en El País de Madrid). No estaría nada mal volver a su lectura en la circunstancia en la que se encuentra el país en pleno trasiego de un disparatado proceso electoral, semejante al que en Cuba administra el Partido Comunista: los candidatos los pone el sistema. 

Seguramente ese par de textos, aunque no solos, ayuden a entender la complejidad de alcanzar la transición democrática con un gobierno que se deslizó hacia la cleptocracia. “Centrarse en que Venezuela es un fracaso del socialismo es nublar el quid de la cuestión: el colapso del Estado venezolano y la apropiación de sus recursos por una confederación de criminales despiadados que actúan dentro y fuera del país”. 

Son ideas a contracorriente de lo que suele escucharse pero quizás más asimilables en la oscuridad, y precisamente por eso, de estos días en que se hace palpable la frase de George Orwell que Naím recuerda para analizar el “sorprendente fenómeno político” de los autócratas enamorados de las elecciones.  Decía Orwell: “Sabemos que nadie toma el poder con la intención de dejarlo”, y en eso han andado tanto Daniel Ortega como Vladimir Putin, y se afana Nicolás Maduro cerrando puertas y ventanas a la competencia electoral que no sea a su gusto.

La preocupación por la recesión democrática recorre el conjunto de textos de Naím. Un fenómeno desapercibido, dice, mientras el mundo enfrentaba la pandemia, los efectos cada vez más notorios del calentamiento global y antes la crisis financiera iniciada en Estados Unidos y cuyas consecuencias están lejos de haber sido superadas. Además de otros sucesos de impacto que marcaron la década anterior como el Brexit, las guerras iniciadas por Putin y el ascenso de Donal Trump. 

No había tiempo, ni liderazgo para ocuparse de la democracia. Quizás de ello se ocupó la explosión de las redes sociales que caben todas en los teléfonos inteligentes, y hay tantos casi como gentes y moldearon a su manera lo que estaba pasando. Mientras, un grupo de líderes autócratas se apropió de las democracias. Pero más sorprendente aún que el deterioro democrático, es la falta de respuestas. 

En ¿Bye, Bye, democracia?, un artículo publicado en 2021,  de la mano de Robert Kagan, influyente estratega en política exterior del partido Republicano, quien avizora para Estados Unidos la cercanía de la mayor crisis política y constitucional desde la guerra civil, Naím aborda lo que puede ocurrir este año en Estados Unidos con la candidatura de Donald Trump y su “política asimétrica”, que significa romper todas las reglas y los esquemas tradicionales de la política, “sorprendiendo y desorientando a sus rivales”. Y eso ocurre en la reconocida como primera y más potente democracia del mundo.

“La mejor manera de enfrentar la política asimétrica que le da ventajas electorales a demagogos, populistas y charlatanes no es imitándolos”, escribe Naím.  Plantea que hay que reparar y reformar las democracias, y con urgencia la de Estados Unidos, pero nada de eso será posible sin “crear un amplio consenso acerca de lo grave que es esta amenaza”. Por desgracia, esos liderazgos tóxicos tienen muchos imitadores en el mundo. Entre nosotros abundan, sin rubor, los que rechazaron a Chávez pero le abren los brazos a Trump y cuentan los días para su regreso, también los encandilados con la eficacia de Bukele aunque, como otros en la región, burle el texto constitucional. 

En Lo que nos está pasando no se pretende, como dice su autor, proponer soluciones a los grandes problemas del mundo, pero sí identificar “los elementos soterrados que crean las amenazas a las que nos enfrentamos”. Su lectura es obligada, otra frase típica que conviene sustituir por placentera y estimulante.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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