En la aldea
17 mayo 2024

El humor es la rebeldía sobre la adversidad de las circunstancias reales (y II Parte)

Los sistemas totalitarios no hacen política, dominan e implementan el terror en las masas. El propósito es lograr dominar el cuerpo y con él la voluntad, es lo que buscan, sin que signifique que lo logren. Mientras, el humor nos invita a pensar en la persona y la cultura, es la disposición anímica de cualquiera que la lleva a reírse de la vida, aunque esta sea dura. El humor es verdad, la realidad dicha entre risas, ¿serán los políticos capaces de ver su potencia? Hasta ahora parece que no, es lamentable admitirlo.

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Mirla Pérez | 17 febrero 2022

En el artículo pasado nos despedimos dejando dos preguntas revoloteando sobre nuestra tranquilidad: ¿Puede el humor impulsar la política en un sistema totalitario?, ¿serán los políticos capaces de ver su potencia? Estas inquietudes nos conducen a un punto inexorable: al chavismo, socialismo del siglo XXI. En estos regímenes no hay libertad, hay un grupo que tiene el poder, pero no hacen política fuera del solo ejercicio del poder, no hay lugar para la pluralidad, diversidad, libertad. El poder es solo dominación-sometimiento, eliminación que impone una hegemonía.

Como en la antigua Unión Soviética, para tenerlo como una de tantas referencias posibles, el sistema busca reducir tanto a la oposición como a sus propios aliados, es así como escuchamos de Nicolás Maduro la distinción entre la “izquierda cobarde y la verdadera izquierda revolucionaria”, al mejor estilo de Lenin o Dzerzhinsky, que lo plantearon en los siguientes términos: “Ya es hora de poner fin a toda esta blandura y a este sentimentalismo. Todos los socialistas-revolucionarios de derecha deben de ser inmediatamente detenidos… Ninguna debilidad, ninguna duda puede ser tolerada en la realización del terror de masas”.

“Los sistemas totalitarios han sometido por largo tiempo, porque han inhabilitado a las élites, las inmovilizan, las hacen tolerantes y favorecen la cohabitación”

Afirmo ahora, los sistemas totalitarios no hacen política, dominan e implementan el terror de las masas. Toda acción libre le es negada a la persona, se cierra la posibilidad de la pluralidad. ¿Cómo se va cerrando ese círculo? Se comienza por lo público y general, hasta llegar a la persona. El propósito es lograr dominar el cuerpo y con él la voluntad, es lo que buscan, sin que signifique que lo logren. En ese sentido la persona desarrolla múltiples estrategias que lo impiden, entre ellas el humor.

No me quedaré en la perspectiva psicoanalítica, pero tomaré de Sigmund Freud (1927) algunos elementos interesantes que pueden acompañarnos en esta interpretación: “El humor no es resignado, sino rebelde; no sólo significa el triunfo del yo, sino también del principio del placer, que en el humor logra triunfar sobre la adversidad de las circunstancias reales”.

La persona se sobrepone a las circunstancias adversas, hace un chiste del mal que puede estar viviendo, los refranes populares dan cuenta de ello: “A mal tiempo buena cara” reírse de las circunstancias, o “a ponerse las alpargatas que lo que viene es joropo”, cuando las condiciones de vida se ponen más difíciles, pero también aprovechar las condiciones y sacar algún provecho: “estar como caimán en boca de caño”.

“El humor es la disposición anímica de cualquier persona que la lleva a reírse de la vida, aunque esta sea dura”

El humor que nos invita a pensar en la persona y la cultura no es aquel que se desarrolla bajo una profesión, no es el humorista o comediante que hace un chiste y nos hace reír, no, es la disposición anímica de cualquier persona que la lleva a reírse de la vida, aunque esta sea dura. El humor es un momento de liberación tanto para quien lo piensa, siente y expresa, como para quien lo escucha. “El humor quiere decirnos: «¡Mira, ahí tienes ese mundo que te parecía tan peligroso!, ¡no es más que un juego de niños, bueno apenas para tomarlo en broma!»”, según Freud.

Saliendo de Freud, me acerco a Ortega y Gasset, quien le da el mismo poder al humor. Vivir-humor, es resistencia, vivencia inquebrantable, actitud que se sobrepone a la adversidad: “Se vive humorísticamente, y tanto más cuanto más trágica sea la máscara adoptada. Hay humorismo dondequiera que se vive de actitudes revocables en que la persona no se hinca entera y sin reservas”.

La máscara adoptada, impuesta, usurpación de la identidad, mentira impuesta. Se adopta, es una impostura que no define, por tanto, es revocable, podemos burlarnos de ella, no me define ni marca la autenticidad. Es la realidad circundante que no me define, que me oprime, pero no me quiebra, ante eso el humor es fundamental. Es un juego a la libertad, eso hace María* cuando dice: “Para sobrevivir y para que ese sobrevivir no se vea como eso, sino que tú le veas como el chiste a la cosa, y bueno, seguir adelante”, aunque esté frente a la más extrema pobreza.

“Es la realidad circundante que no me define, que me oprime, pero no me quiebra, ante eso el humor es fundamental. Es un juego a la libertad”

El sometimiento se sostiene en la mentira cuyo soporte es la coacción y la fuerza, se impone, promete un paraíso inexistente e inalcanzable, un porvenir que nunca llega, a su paso deja hambre, desolación y ruina. Elimina a las personas e instituciones en nombre de la “igualdad”. Ahora bien, el humor es verdad, es insumisión, le quita poder a la mentira y la descubre en sus propios límites. Desde Václav Havel, podemos decir que se trata de la búsqueda de la vida en la verdad.

La «vida en la verdad», en el sentido original y más alto del término, indica el vasto campo, no delimitado y difícilmente descriptible, de las pequeñas manifestaciones humanas que en su gran mayoría quedan inmersas en el anonimato; y cuyo alcance político nadie cultivará y describirá nunca de manera más concreta que lo que ocurre en una descripción general del clima o del humor de la sociedad. La mayoría de estos ensayos se quedan en la fase elemental de rebeldía contra la manipulación: el hombre simplemente se enmienda y vive -como individuo- más dignamente”.

He aquí el poder del humor, ¿serán los políticos capaces de ver su potencia? Hasta ahora parece que no, es lamentable admitirlo, pero siempre el reconocimiento de la realidad puede impulsar y reconocer los propios límites para sorprenderlos. En política hay que apostar siempre por la posibilidad de irrumpir en la realidad y que se produzca algo completamente impredecible. ¡Ojalá!

Me interesa destacar de Václav su posición respecto del humor o de cualquier mecanismo espontáneo de resistencia, lo cataloga como fase elemental de rebeldía, yo diría: una fase fundamental, sin esas manifestaciones difícilmente se producirían las condiciones de posibilidad para generar los cambios futuros.

Ahora bien, las pequeñas resistencias articuladas, entramadas, acompañadas políticamente se pueden convertir en poder. El humor acompañado por la vocación y voluntad de poder es una herramienta potente, articuladora, indomable, rebelde.

Lamentablemente sin el acompañamiento político el cambio se producirá muy a largo plazo, por el agotamiento del sistema y, en menor medida, por la resistencia popular que se agarra de todos esos gestos básicos y elementales.

Es importante que las élites, entre ellas la política, tengan claro que unas de sus funciones esenciales es hacer que las cosas pasen. Que los cambios se produzcan, pero hay que creer en ellos. Los sistemas totalitarios han sometido por largo tiempo, porque han inhabilitado a las élites, las inmovilizan, las hacen tolerantes y favorecen la cohabitación.

La «vida en la mentira» sólo puede funcionar como pilar del sistema si está caracterizada por la universalidad, debe abarcarlo todo, infiltrarse en todo; no es posible ninguna coexistencia con la «vida en la verdad»; cualquier evasión la niega como principio y la amenaza en su totalidad”.

La esperanza y la fuerza están de nuestro lado porque la verdad tiene cimientos sólidos, la mentira jamás llega a ser universal, no logra colonizarlo todo, por eso siempre tendrá fisuras. Mientras que el humor como la convivencia, la solidaridad, la relación afectiva que define al venezolano son, en esencia, sus principales enemigos. La verdad nos hace libres.

*El nombre en el testimonio es ficticio para proteger su identidad.

*Profesora Titular de la Universidad Central de Venezuela. Investigadora del Centro de Investigaciones Populares.

@mirlamargarita

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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