En la aldea
03 diciembre 2024

Estrenada en el Festival Internacional de Cine de Venecia, “El poder del perro” de Jane Campion ha sido nominado a 12 premios de la Academia.

El Cine que fue, el Cine que vendrá

La industria cinematográfica apasiona a multitudes. Historias basadas en la vida real o de ficción cautivan por igual a un público ávido por ser parte de ellas, aunque sea por 60 minutos. La pandemia por la Covid-19 solo retrasó algunas producciones y alejó por un tiempo a los espectadores de las salas; pero el rencuentro, como lo conocemos, ha vuelto. Más allá de las plataformas de streaming, el cine en pantalla grande sigue cautivando a niños y adultos. En esta primera entrega un recorrido por la creatividad y calidad del film como entretenimiento y la impronta femenina en Hollywood que, tras cámaras, hacen posible la magia del cine.

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Robert Andrés Gómez | 11 marzo 2022

El 2021 finalizó con viento a favor para la industria cinematográfica. Se puede decir que fue un buen año, aún a pesar de la omnipresencia de la Covid-19 y sus diversas “secuelas”. El buen cine represado y el destinado a estrenarse durante los pasados doce meses mostró una tendencia al alza en cuanto a calidad, creatividad y su comportamiento en salas. Cierto, no fue una ecuación equitativa. Todavía hoy muchos territorios y regiones siguen muy por detrás de los números de 2019 y 2020. Pero ya hay una luz al final del túnel.

Si los 12 mil millones de dólares recaudados durante el año más crítico de la pandemia puso a temblar a la industria global; los 21,4 mil millones del último año se interpretan como señal de una recuperación sustancial que en algún momento pueda acariciar, alcanzar a superar aquellos 43,3 mil millones conseguidos en 2019, hasta ahora, la recaudación más grande del cine en todo el mundo.

Durante 2021 el blockbuster mostró su alta capacidad de convocatoria en salas, potenciando todavía más el visionado por rebote en las plataformas y el valor de la primera ventana.

Con Spider-Man: No Way Home a la cabeza del top ten mundial (1.863.421.014) y seguida de la cinta china La batalla del lago Changjin (906.111.856), se evidencia la fortaleza de la exhibición tradicional, tras un año -2020-, de alta volatilidad que apostó toda la artillería a la implosión de dicha ventana y, en el mejor de los casos, a un modelo híbrido que todavía tiene mucho que demostrar.

El cine de “Arte y ensayo” tampoco defraudó. El vigor de obras menos propensas a romper la taquilla, pero sí a demostrar sus capacidades narrativas no sólo mantuvo su apetencia por las grandes historias, sino también por ir más lejos en un mundo fagotizado por lo políticamente correcto. Incluso más allá de la obligación asumida por los grandes festivales de saldar la larga deuda con las realizadoras de ayer, premiando a las de hoy.

“El número de buenas películas da para llenar la agenda cinéfila, y una sala tras otra, los meses por venir”

Fue un gran año para el cine dirigido por mujeres. Con Jane Campion a la cabeza gracias a ese portentoso y oscarizable film: El poder del perro.

Este western crepuscular puede arrebatar a Steven Spielberg -sí a Spielberg-, el Oscar a Mejor película y dirección. El realizador estadounidense y la directora neozelandesa se verán las caras por segunda vez en los Oscar, reproduciendo aquél duelo que ocurrió hace tres décadas -o casi-, cuando La lista de Schindler y Spielberg se llevaron los premios de Mejor película y Mejor director respectivamente. Perdieron, entre otras, esa exquisita obra llamada El piano dirigida por Campion; por cierto el primer film dirigido por una mujer que ganaba la Palma de Oro en Cannes -ex aequo con Adiós a mi concubina de Chen Kaige.

En esta ruta a los Oscar -que quede claro-, hay un “caballo negro” llamado Belfast y dirigida por Kenneth Branagh. Hermoso relato retrospectivo que ya ganó en el Festival Internacional de Cine de Toronto el premio del público y se sabe el efecto que ese galardón ejerce en las elecciones de la Academia. A propósito de Cannes, la soledad de Campion en el palmarés llegó a su fin con Julia Ducournau. La directora y guionista francesa arrebató la Palma de Oro a Ryūsuke Hamaguchi con Titane; ese feroz relato sobre la orfandad, y ya en profundidad, sobre la paternidad.

El premio a Ducournau dio inicio a una ola de triunfos femeninos en la mayoría de festivales de cine -Berlín el más reciente, donde la española Clara Simón y su film Alcarrás consiguieron el Oso de Oro.

Con la maternidad como tema la mar de las veces; Audrey Diwan con El acontecimiento (León de Oro en Venecia); Alina Grigore con Blue Moon (Concha de Oro en San Sebastián); Tatiana Huezo con Noche de fuego (Mención especial del jurado en Una cierta mirada); Maggie Gyllenhaal con La hija perdida (Mejor guion en Venecia); Rebecca Hall con Passing; Clio Barnard  con Ali & Ava, Janicza Bravo con Zola; Neus Ballús con Seis días corrientes, o Celine Sciamma con Petite maman han aportado obras que hacen de 2021 el año en el que la era líquida descubrió finalmente el cine hecho por mujeres.

Atrás ha quedado el poderoso cine filmado por Alice Guy; Lois Weber; Leni Riefenstahl; Ida Lupino; Agnes Varda; Lina Wertmüller; Liliana Cavani; María Luisa Bemberg; Margot Benacerraf; Solveig Hoogesteijn; María Novarro; Catherine Breillat; Claire Denis; Márta Mészáros; Chantal Akerman; Maya Deren; Barbara Loden; Agnieszka Holland; Patricia Rozema; Pilar Miró; Doris Dorrie; Germaine Dulac; Margarethe von Trotta; Lynne Ramsay; Sally Potter; Kathryn Bigelow; Mira Nair; Lucrecia Martel; Sofía Coppola…

De Japón llegó la que probablemente sea la mejor película de 2021: Drive My Car de Ryusuke Hamaguchi. Afirmación temeraria que sólo puede sostener el juicio de la crítica global y sus cuatro nominaciones al Oscar, entre ellas Mejor película y Mejor película internacional. El universo de Murakami y Chejov obra el milagro de esta historia sobre el dolor y la decadencia. Almas fracturadas bajo la nieve entre el silencio y el ruido atronador que emana de los personajes. Hollywood no ha desoído ese ruido y se ha rendido ante ese viaje inmersivo en un Saab 900 Turbo de 1987.

Más allá de las hipérboles; el número de buenas películas da para llenar la agenda cinéfila, y una sala tras otra, los meses por venir. La mayoría de esas películas no ganará premio alguno -que le pregunten a Wes Anderson-, pero ese amplio abanico que muestra desde adolescentes corriendo de un lado a otro (Licorice Pizza) a viudas que cruzan el Canal de la Mancha buscando respuestas (After Love) bien merece la atención del espectador. Pronto las plataformas y televisiones les darán cobijo, mientras la rueda tras los Oscar seguirá andando. El cine, como la vida, vuelve a abrirse paso.

*La fotografía fue facilitada por el autor, Robert Andrés Gómez, al editor de La Gran Aldea.

*Robert Andrés Gómez es periodista egresado de la UCV. Se desempeñó como editor de la sección de Arte y Espectáculos del diario El Universal. Fue coordinador del suplemento dominical Qué Hay en el mismo diario. Estudió Historia y Estética del Cine en la Universidad de Valladolid y Guion Cinematográfico en la Universidad Menéndez Pelayo de Valencia. Posee un Máster en Gerencia de la Industria Cinematográfica (Universidad Carlos III, Madrid).

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