En la aldea
12 diciembre 2024

Juliana Jaramillo-Echeverri: “Los mapuches [en Chile] están concentrados en la parte baja de la distribución, mientras que los judíos están en la parte alta”.

La educación de calidad es la salida a la desigualdad

“Si estamos en un país muy desigual y solo los hijos de padres ricos tienen acceso a una educación de alta calidad, la desigualdad será más persistente entre generaciones”, palabras de Juliana Jaramillo-Echeverri, historiadora económica y candidata al doctorado de la London School of Economics, en conversación con el economista venezolano, Ángel Alvarado.

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Ángel Alvarado | 14 febrero 2023

En esta nueva edición de Ceteris Paribus uno de los principales espacios de economía en español, el economista Ángel Alvarado tuvo como invitada a Juliana Jaramillo-Echeverri, historiadora económica. El enfoque estuvo centrado en su investigación sobre el vínculo entre los apellidos y el status socioeconómico en las poblaciones de Chile y Colombia; y también cómo está asociado con la segregación educativa y su incidencia en la movilidad social.

-¿Qué tanto los apellidos predicen el status socioeconómico de la población en Chile y Colombia?

-Los apellidos son una forma abundante de información que vinculan generaciones pasadas y presentes a través de largos períodos de tiempo. En la literatura, los apellidos se han utilizado para identificar las composiciones lingüísticas, étnicas, genéticas y socioeconómicas de diferentes poblaciones, y desde hace casi 10 años se están utilizando también para mirar la movilidad social; porque como decías en la introducción, los apellidos pueden predecir el status socioeconómico de los individuos; «los apellidos pasan valiosa información socioeconómica». En la mayoría de las sociedades, al menos en las sociedades occidentales, los apellidos vinculan a padres e hijos en un sentido probabilístico: cuanto más raro es el apellido, mayor será la probabilidad de que el apellido esté uniendo a miembros de la familia. Entonces, para el caso de Colombia y Chile, lo que encontramos en nuestra investigación es que la variación en los apellidos explica hasta un 10% de la variación en status socioeconómico. Es decir, los apellidos son un buen predictor del status socioeconómico en Chile y en Colombia.

“La idea es seguir expandiendo este proyecto y poder comparar América Latina de forma sistemática, y sentar las bases para un proyecto de movilidad social de toda la región. Los resultados revelarán los determinantes de la movilidad a largo plazo, y como tal informarán la política social”

Juliana Jaramillo-Echeverri

-¿Qué tan persistente es esto en el tiempo?

-Todavía no lo sabemos con exactitud. Lo que si podemos intuir es que la persistencia ha sido alta, y particularmente más alta para grupos étnicos como los mapuches en Chile o los grupos indígenas y afrocolombianos en Colombia. Lo que sabemos también es que la noción tradicional del modelo de Becker (1993), que en no más de tres generaciones todas las ventajas y las desventajas de los antepasados desaparecerán y, por lo tanto, había una rápida regresión a la media que no la observamos en Colombia y en Chile. Yéndonos hasta el pasado colonial encontramos que apellidos encomenderos, es decir, la primera élite colonial todavía aparece como parte de la élite hoy en día. La persistencia es mayor cuando vemos grupos de élite más recientes.

-¿Puede un González o un Tapia llegar a ser de la élite chilena?, ¿está la movilidad social circunscrita a los estratos bajos?

-Por supuesto, y de hecho encuentras González y Tapia en las élites políticas y económicas de Chile. Lo que pasa es que el apellido González es el más común en Chile y Tapia esta también entre los más comunes; hay muchas personas con estos apellidos y eso hace que haya una gran variedad en el status socioeconómico de esos apellidos, y si tomas el promedio entonces lo que ves es que se comportan justamente como la media de la población. Ahora bien, que una persona de status socioeconómico bajo con apellido González logre hacer parte de la élite chilena, eso puede ser un poco más complicado, pero no quiero decir que sea imposible. Solo es poco probable, y en particular si comparamos esa probabilidad con alguien de apellido Errázuriz.

-¿Los apellidos de la élite colombiana del siglo XVIII y XIX se mantienen?, ¿son los mismos apellidos de la Colonia?

-Más o menos. Apellidos como Borda y Obregón son todavía apellidos de élite que fueron también apellidos con ese status en la Colonia, y los encontramos también en la élite de inicios de la República. Otros apellidos de élite que fueron importantes en la Colonia hoy desaparecieron o perdieron ese carácter. Por ejemplo, el apellido Orejuela no parece ser hoy un apellido de élite, pero hubo encomenderos importantes con ese apellido. Por otra parte, si vemos quien era la persona más rica en Bogotá a mediados del siglo XIX encontramos a Sofía Santo Domingo, y pues hoy en día la familia Santo Domingo sigue siendo una de las familias más ricas de Colombia. Por otro lado, tenemos el caso de ciertos apellidos de esclavistas como Ibarguen o Mosquera. Hoy en día esos apellidos no son solo de la élite ya que tienen también una alta incidencia en población afrocolombiana. Sí ha habido una cierta reinvención de las élites, aunque muchas familias de élites coloniales siguen siendo élites hoy en día.

“Los resultados de Chile y Colombia indican menor movilidad en comparación con estudios para España, Finlandia e Italia, aunque parecen similares a Italia en la primera mitad del siglo XX”

Juliana Jaramillo-Echeverri

-¿Los apellidos raros son pobres en Colombia y ricos en Chile?

-Bueno, más o menos. Lo que encontramos es que Chile ha tenido unas olas de migrantes mucho más significativas que las de Colombia, y estos migrantes introducen apellidos nuevos (y raros al país) además vienen con un status socioeconómico mayor que el promedio del país (por ejemplo, vienen con capital para comenzar nuevas industrias o con un capital humano mayor). En el caso de Colombia, si bien hay algunos casos de apellidos extranjeros, los apellidos raros típicamente son indígenas, afrocolombianos o hispanos, y no tienden a concentrarse en el tope de la distribución socioeconómica. Curiosamente, hay varios apellidos en la parte superior de la distribución que son apellidos bastante comunes, como Restrepo, Quiroga y Betancourt.

¿Es posible moverse de estratos bajos a medios y de medios a altos en estas sociedades?

-Desafortunadamente no es algo que podemos ver con nuestra metodología. Es decir, nosotros nos enfocamos en los extremos de la distribución y es posible que en el medio haya mucha acción pasando que no podemos observar. De hecho, Torche (2005) muestra que la movilidad en Chile ocurre solo en el medio de la distribución de los ingresos y concluye que los chilenos pueden progresar, pero no ingresar a las élites; lo que habla de una sociedad móvil, pero de una fuerte élite. Tal vez los grupos étnicos están haciendo una transición hacia los estratos medios que nosotros no podemos capturar, pero sí la están haciendo, con muy poca probabilidad están saltando de ahí hacia la parte alta, porque sí vemos que hay una exclusión significativa de grupos étnicos en la parte alta de la distribución tanto en Chile como en Colombia. Los grupos de élite colonial sí parecen estar moviéndose más hacia la media, porque los encomenderos se comportan más o menos como los apellidos comunes, pero no parecen descender hacia los estratos bajos.

-¿Hay algún componente racial en la movilidad social en Colombia?, ¿cómo es la movilidad de los antiguos propietarios de esclavos?

-Totalmente. Lo que observamos es que los grupos étnicos que han sido segregados desde la Colonia aún hoy presentan menores oportunidades de hacer parte de la élite. Los mecanismos no son tan claros. En el caso de Colombia, por ejemplo, podría ser porque estos grupos étnicos hoy en día se encuentran segregados regionalmente. Pero aún si hay grupos afrocolombianos o indígenas viviendo en Bogotá, están excluidos de instituciones superiores de alta calidad y solo aparecen en instituciones educativas de calidad baja. Lo de los esclavistas es interesante también porque lo que encontramos para el caso de Colombia, es que no parecen haber mantenido su status social y hoy en día se comportan como los apellidos promedio y esto se mantiene incluso si observamos apellidos que no tengan incidencia en poblaciones afrocolombianas, excluyendo por ejemplo a los Ibarguen. Así que parece ser que los esclavistas perdieron su status élite con el tiempo y regresaron a la media. Que es diferente a lo que pasa en Chile, por ejemplo, con los dueños de las haciendas. Este grupo sí sigue manteniendo su status social alto a pesar de que provienen más o menos del mismo periodo que el grupo de los esclavistas en Colombia.

-¿Cómo es la movilidad de los apellidos judíos?, ¿qué se puede decir de los mapuches o del blanco criollo?, ¿cuáles son los grupos que menos se mueven?

-La movilidad social de los grupos étnicos ya sean judíos o mapuches es considerablemente baja, y esto parece ser un patrón que se encuentra en otras regiones también, como en Estados Unidos. Ahora, lo interesante en el caso de Chile es que ambos grupos representan los extremos más inmóviles de la sociedad chilena. Por una parte, los mapuches están concentrados en la parte baja de la distribución, mientras que los judíos están en la parte alta. Los apellidos mapuches, en comparación con los apellidos comunes, aparecen menos representados en ingresos altos; mientras los apellidos judíos aparecen más representados en ingresos altos. Asimismo, los mapuches aparecen más representados en ingresos bajos y los apellidos judíos menos representados. Esto indica una gran persistencia en el status social. Y estos grupos son los que tienen la mayor persistencia, los que menos se mueven. Similar al caso de Colombia, los encomenderos parecen ser los más móviles, mientras que de los italianos y los terratenientes todavía hay una persistencia importante en su status.

-¿Dónde son más persistentes las élites: en Chile o en Colombia?

-Es difícil responder a esa pregunta, porque nuestros datos no son 100% comparables. Para Chile usamos datos censales, mientras que para Colombia usamos datos del Sisbén, que es una encuesta para ver si las personas pueden obtener beneficios del Gobierno -cubre como el 75% de la población-, no es un censo y tiene un claro sesgo hacia la parte baja de la distribución. Los resultados sugieren que las élites en Chile son más persistentes que las de Colombia y que la movilidad es menor, pero eso no es lo que encuentra la literatura en general y es difícil saber por el momento si los problemas de comparabilidad se deben a los datos, porque en general la literatura es consciente de las limitaciones de comparabilidad del estudio de la movilidad social. Por ejemplo, sigue siendo una pregunta abierta hasta qué punto las medidas basadas en la ocupación pueden ser comparadas con las medidas basadas en los ingresos o la educación.

-¿Algunos datos sobre otros estudios en Latinoamérica y de esta en comparación con otras regiones?

-Los resultados de Chile y Colombia indican menor movilidad en comparación con estudios para España, Finlandia e Italia, aunque parecen similares a Italia en la primera mitad del siglo XX. Cuando vemos la representación relativa de ciertos grupos, sí parece que las élites históricas en Colombia están mucho más sobre representadas en espacios de élite actual que en élites de EE.UU., por ejemplo, apellidos asociados a los miembros del Jockey Club aparecen hasta 12 veces más representados en colegios exclusivos de Bogotá; mientras que judíos askenazi aparecen 6 veces más entre los médicos en los Estados Unidos que en la población general. Clark y Díaz Vidal habían hecho un trabajo similar para Chile y nuestros resultados son cualitativamente similares, pero cuantitativamente nuestros resultados muestran un coeficiente de movilidad intergeneracional menor (es decir, mayor movilidad) aunque los patrones de los grupos se mantienen. Díaz Vidal también tiene un trabajo para Costa Rica que es muy interesante, porque este país se parece mucho a Colombia. Encuentra, como para Chile, unas tasas de movilidad intergeneracional muy bajas; cuantitativamente más bajas que las que nosotros encontramos para Chile y Colombia de hecho. Pero la idea es seguir expandiendo este proyecto y poder comparar América Latina de forma sistemática, y sentar las bases para un proyecto de movilidad social de toda la región. Los resultados revelarán los determinantes de la movilidad a largo plazo, y como tal informarán la política social.

-¿Cuál es el rol de la educación y el acceso a la misma en la movilidad social y las desigualdades?

-Se dice que la educación es uno de los principales motores de la movilidad social y que es un mecanismo clave para cerrar brechas. Sin embargo, la desigualdad en el acceso a  la educación de alta calidad puede obstaculizar la capacidad para que esta promueva la movilidad intergeneracional, y algunos proponen que la desigualdad en el acceso a educación es la raíz de la baja movilidad social que vemos hoy en día en diferentes países. Si estamos en un país muy desigual y solo los hijos de padres ricos tienen acceso a una educación de alta calidad, la desigualdad será más persistente entre generaciones en comparación con una sociedad donde la educación depende menos de los orígenes familiares y de la riqueza de los padres. Porque aunque hoy creamos que la educación es la salida de la desigualdad, tenemos que saber también que durante siglos los sistemas educativos fueron clave para la perpetuación de las élites.

*Ceteris Paribus, Podcast de Economía en Español del Penn Initiative for the Study of Markets del Departamento de Economía de la Universidad de Pensilvania. “El pasado, presente y futuro de la economía en español, haciendo seguimiento de América Latina”.

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