“En pocos lugares del mundo contemporáneo, como en Venezuela, se puede lograr una armoniosa convergencia de recursos naturales, materias primas y bondades espaciales, para iniciar con un excelente equipamiento de base la singular aventura de conquistar un futuro mejor en el inmediato siglo XX”1.
Hoy estamos muy tristes por la muerte de un gran geógrafo e historiador latinoamericano Don Pedro Cunill Grau, maestro amigo y estudioso de esa ciencia de las situaciones que se proyectan en el tiempo y se sitúan simultáneamente en el espacio la: geografía histórica. En los espacios académicos y administrativos relacionados con la Geografía y la Historia su nombre nunca pasará desapercibido, ya que su amplísima obra y sus múltiples actuaciones en instituciones públicas y privadas harán que sea siempre una persona de obligada referencia. Más en Venezuela, pues a pesar de no haber nacido en él, nos enseñó y estimuló a conocerlo como otros tantos extranjeros que desde Alejandro von Humboldt y Agustín Codazzi hasta Pablo y Marco Aurelio Vila se enamoraron de los paisajes tropicales venezolanos. Esto es particularmente evidenciable en sus dos concepciones. Una la Venezuela profunda, a la cual normalmente no sabemos mirar. Otra la Venezuela posible en la cual tenemos que penetrar y conocer para desarrollar eficientemente todas nuestras opciones.
Don Pedro Cunill, como sabemos, es originario de Chile donde nació en 1935, cursó sus primeros estudios, se hizo profesional de la geografía y produjo sus primeras obras que rápidamente lo dieron a conocer en el mundo hispano. En su país fue profesor en la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile (1960-1975). A mediados de los ‘60 se traslada a Venezuela donde continuará con sus actividades docentes y de investigación en la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. Se radicará definitivamente en Venezuela a partir de 1976, naturalizándose en 1981. Sus estudios de postgrado los realizó en Francia y Canadá, obteniendo el Doctorado en 1983 en la Universidad de Laval con su monumental obra: Geografía del Poblamiento Venezolano del Siglo XIX. Fue el primer geógrafo latinoamericano en ser elegido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca, España. Así mismo, fue elegido Doctor Honoris Causa por la Universidad Central de Venezuela.
Su profundo conocimiento de los temas geográficos ha sido reconocido al invitársele a participar como profesor de universidades extranjeras, como asesor de instituciones públicas nacionales e internacionales y como redactor de obras de amplia difusión. Recibió el Premio Internacional Geocrítica otorgado por la Universidad de Barcelona, España.
De igual manera ha recibido honores y distinciones que acreditan la trascendencia y difusión de su obra. Destacamos el ser Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela. Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia de España. Miembro de número de la Academia Chilena de la Historia. Miembro electo de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela. Miembro correspondiente del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay. Académico correspondiente de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala.
Fue autor de más de 200 obras en las disciplinas de su especialidad, repartidas en libros, ensayos, artículos y trabajos científicos, editados en castellano, francés, inglés, portugués e italiano, utilizados en centros de investigaciones y docencia universitaria en diversos países.
Su labor en Venezuela destacó en la docencia e investigación geográfica, siendo uno de los primeros, conjuntamente con Pablo Vila, Marco Aurelio Vila, Pascual Venegas Filardo, Rubén Carpio Castillo; en realizar trabajos de geografía histórica -disciplina que se encarga de estudiar la relación que se establece entre los factores espaciales y los procesos históricos- dando a entender que la historia no se proyecta únicamente en el tiempo, si no se sitúa simultáneamente en el espacio; por lo que los factores espaciales son dinámicos y cambiantes, y no se puede concebir un marco geográfico invariable que sirva de paisaje estacionario en el desarrollo histórico. Los escenarios geográficos van cambiando y transformándose con la acción de los grupos humanos.
Sus contribuciones en el campo de la investigación geohistórica nos han permitido conocer las posibilidades de desarrollo de nuestras opciones geográficas, y entender al continente americano y en particular la tropicalidad venezolana, tomando medidas para desarrollar en la colectividad una conciencia equinoccial, basado en la reafirmación de la representación natural, histórico y humana. Advirtiéndonos que las opciones de nuestra tropicalidad territorial nos corresponden divulgarla desde los diferentes niveles educativos, en sus variados planes de estudios para enseñar e irradiar su adecuado conocimiento; siendo necesario iniciar actividades sostenidas de extensión para dar a conocer las potencialidades de nuestra maravillosa tropicalidad.
Entre sus principales libros se pueden mencionar los siguientes:
La América Andina. Editorial Ariel: Barcelona, 1981.
Geografía del Poblamiento Venezolano en el siglo XIX. III tomos. Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas, 1987. Reeditado en 1999.
Venezuela: Opciones Geográficas. Fundación Eugenio Mendoza, Caracas, 1990.
Las transformaciones del espacio geohistórico latinoamericano, 1930-1990. Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
Geohistoria de la sensibilidad en Venezuela. II Tomos. Fundación Empresas Polar, Caracas, 2007.
Historia de la Geografía de Venezuela. II Tomos. Ediciones OPSU, Caracas, 2009.
Pascual Venegas Filardo, expresó sobre Don Pedro:
“Él, más que por Chile y Venezuela, siente con pasión el vasto sector del continente que habla lenguas romances, en cuyo escenario apunta Venezuela como país geográficamente de avanzada sobre las costas del Caribe y del Atlántico”2.
En el cuerpo del paisaje geográfico venezolano se manifiesta la sensibilidad de la percepción del olfato; es decir, en los sentidos del hombre, desde el gusto hasta la vista, y esto lo ha logrado muy bien Pedro Cunill Grau con su majestuosa obra intitulada: Geohistoria de la sensibilidad en Venezuela, en el cual se rinde homenaje a los fructuosos paisajes y agradables climas tropicales, y a las generosas gentes, naturaleza, materias primas, agua, flora y fauna; de este espacio bello llamado Venezuela; expresando la visión de los paisajes geográficos, de las realidades, fantasías, sueños, temores y dudas, pero siempre con la ilusión de prosperidad de nuestra tropicalidad, tomando medidas para desarrollar en la colectividad una conciencia tropicalista, basado en la reafirmación de su legado natural, histórico y humano. Así pues, Cunill Grau sobre la magnificencia tropical del Paraíso Terrenal nos señala:
“Los fuertes impactos sensuales en los recién llegados ante los paisajes del color verdeante y del olorizar tropical los llevó a fijar una determinada visión en el imaginario colectivo del forastero europeo. En ello se mantenía un trasfondo psíquico del recuerdo de anteriores imágenes de una naturaleza dominante por los coloridos ocres de suelos y vegetación mediterránea, junto a aromas suaves. Sin embargo, el choque sensual de la mirada imponía todo el vigor de la magnificencia del verdear del paisaje natural, mostrando árboles y follajes, con plenitud de color verde. En estas latitudes la naturaleza física avasalló ampliamente la invención del paisaje cultural”3.
Este libro fue galardonado en febrero del 2008 con el premio anual La Letra de Oro, que se otorga al libro más bello del mundo desde el año 1959, condecoración Obtenida en la ciudad de Leipzig, Alemania. Considerando la calidad del diseño, la tipografía, la impresión y la encuadernación, un Jurado internacional de siete especialistas en la producción de libros, provenientes de: Alemania, Inglaterra, Noruega, Holanda y Eslovenia, evaluaron y calificaron sobre 629 libros de 35 países.
Don Pedro Cunill Grau fue coordinador desde el 2002 del Proyecto de Geografía de Venezuela de la Fundación Polar, que se publicó bajo el título: GeoVenezuela, una obra que sintetiza la geografía de Venezuela en 10 tomos y 500 imágenes, siendo el resultado de cinco años de trabajo de 91 investigadores que han explorado el país desde múltiples ángulos que parten de un solo eje central: la geografía. Es una obra enciclopédica, aunque no se denomine formalmente como tal. El Dr. Pedro Cunill Grau hablaba de ella con el mismo orgullo que de una obra maestra: “Desde Agustín Codazzi no se había hecho nada semejante”. Sí hubo un intento, hace 57 años, una obra inconclusa del geógrafo y pedagogo español Pablo Vila. El Dr. Cunill Grau añade: “En ningún otro país de Latinoamérica se está haciendo algo así”.
Se debe revalorizar la importancia de la geohistoria como base fundamental de la nación y en caso contrario, los mejores espacios del país servirán como territorio de ocio y desempleo y no de prosperidad y vida. La obra Geohistórica del Dr. Pedro Cunill Grau, es un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de geógrafos e historiadores de Venezuela y el mundo. En su Discurso de Incorporación como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia, en acto celebrado en junio de 2004. Con el trabajo intitulado: Biodiversidad y recursos naturales venezolanos para la sensibilidad euroamericana. Sus paisajes geohistóricos (Siglos XV-XIX). Don Pedro Cunill nos presentaba el esplendor de Venezuela en tres dimensiones conformadas por el territorio, la biodiversidad y los recursos naturales; los cuales estrechamente vinculados y se manifiestan en el devenir histórico, dando especificidad y diferenciando este espacio geográfico de otros del continente y del mundo. Este suceder se ha exteriorizado con desigual intensidad, no habiendo sido percibido por las generaciones retrospectivas y presentes.
En su libro Venezuela: Opciones Geográficas, con argumentos científicos esboza sistemáticamente las alternativas de forma objetiva, sustentadas en realidades que podemos observar. Concernientes a la geografía humana, a los formidables recursos mineros, a las riquezas de las tierras productivas, a su mundo marítimo y a la posibilidad de estar presente en todas las diputaciones y mercados del mundo. “Es la geografía al servicio del futuro”. Un libro fundamental para estudiantes, políticos, inmigrantes, inversores; en sus páginas descubrimos las respuestas a sus dictámenes, indicaciones respaldadas por la comprensión de los paisajes equinocciales, las posibilidades de una geografía anhelada cuya eficacia se proyecta sobre el actual siglo XXI.
Al respecto señalaba Ramón J. Velásquez:
“Cunill Grau en su obra Venezuela: Opciones Geográficas toma en cuenta los cambios, así como otros factores permanentes de la fisonomía nacional para hacer sus proposiciones. Destaca la privilegiada posición que la geografía brinda a Venezuela, en el cruce de los caminos del mundo. Así mismo, señala cómo el avance en el desarrollo económico, cultural y político ha derrotado la tesis de aquellos positivistas que, a comienzos del siglo [XX], condenaban a las naciones latinoamericanas del trópico como eterno asiento de barbarie, atraso y tiranía. La preparación de las nuevas élites directoras del país, el éxito de la campaña de salud y educación, la vigencia de la democracia, son razones que lo llevan a pensar con ánimo optimista sobre el destino de Venezuela”4.
Para Arturo Uslar Pietri, la obra Venezuela: Opciones Geográficas:
“… es el resultado de un largo y luminoso estudio de la condición tropical de Venezuela, el profesor Cunill plantea en nuevos términos, apoyado en muchas ciencias, que la tropicalidad no debe ser considerada como una fatalidad, sino ser asumida como una inmensa posibilidad original de crecimiento y progreso. Su meta es clara: La superación del conformismo negativista de la tropicalidad.
La pretensión del libro es ambiciosa y justa al mismo tiempo. Abandonar la peligrosa artificialización geográfica en que han caído por puro impulso imitativo, muchos países tropicales, y volverse hacia las verdaderas opciones naturales, que son las que ofrecen una posibilidad cierta de crecimiento y avance. Es una reflexión geográfica que debería servir de base a una decisión nacional. La de llevar hasta sus verdaderas consecuencias positivas, la aceptación plena de todas las posibilidades específicas que la situación tropical le ofrece a la nación”5.
Historia de la Geografía de Venezuela,es el texto completó de su investigación de incorporación como Individuo de Número a la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Sillón XXIV), en acto celebrado en 2008 en el Paraninfo de las Academias de Caracas:
“En nuestra contribución se intenta superar toda visión simplista de diversas tendencias deterministas, procurando una plural visión posibilista del interaccionar naturaleza-sociedad en los diferentes momentos históricos en las contrastadas regiones naturales geográficas del país. Más aún, se acometerá la transcripción de testimonios claves de reconocimientos, hallazgos e interpretaciones de lo geográfico, lo que explica la gran cantidad y prolongación de citas textuales. Prima el aporte directo y veraz de los protagonistas en su accionar en los correspondientes espacios de la tropicalidad. De aquí surge en nuestra investigación las pruebas del hallazgo que experimentan muchos de los colonizadores, viajeros, tratadistas y divulgadores de la geografía nacional, explicando visiones prospectivas basadas en el optimismo de las potencialidades de este territorio, de su geografía humana, de su naturaleza y de sus recursos y materias primas naturales…
En los cincuenta y seis capítulos de este Trabajo de Incorporación hemos intentado proporcionar una visión personal, enriquecida con aportes bibliográficos y documentales nacionales y extranjeros, comprensiva del tema básico de la incidencia del factor del reconocimiento geográfico en el desenvolvimiento poblacional y socioeconómico de las regiones y de la nación venezolana. Modesta contribución donde se imbrica la realidad de la geografía como ciencia natural y humana”6.
A los 88 años de edad nos expresó su último adiós un maestro amigo quien, en inversamente a Don Andrés Bello, hizo de sus paisajes chilenos una realidad en la Venezuela profunda, y nos enseñó entre los placeres y los olores, sentir nuestra territorialidad venezolana por su conocimiento y posibilidades de desarrollo tanto por los recursos naturales como humanos.
Gracias Don Pedro Cunill, por fortalecer la idea de la Venezuela posible y profunda que nos delineó geográficamente en su amplia obra, y comprender las interacciones entre los múltiples paisajes tropicales que componen el territorio venezolano y los tipos de desarrollo que sobresalen en el país. El espacio geográfico no puede ser proyectado como un simple paisaje estático de advertencia; por el contrario, este espacio geográfico de la tropicalidad es dinámico y cambiante, debiendo ser cuidado y aprovechado en toda la escala de sus potencialidades para lograr un mejor estilo de desarrollo y poder alcanzar el bien común hoy tan anhelado por todos los venezolanos.
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(1)Pedro Cunill Grau. Recursos y territorios en la Venezuela posible. Caracas: Cuadernos Lagoven, 1986, p.6.
(2)Pascual Venegas Filardo. “Pedro Cunill Grau, Recursos y territorios en la Venezuela posible”. El Universal, Caracas, 10 de marzo de 1986.
(3)Pedro Cunill Grau. Geohistoria de la Sensibilidad en Venezuela. Tomo II, Caracas: Fundación Empresas Polar, 2007, p.287.
(4)Ramón J. Velásquez. “Geografía y futuro”. El Nacional, Caracas, 19 de diciembre de 1990, p.A-4.
(5)Arturo Uslar Pietri. “Pizarrón: La promesa del trópico”. El Nacional, Caracas, 30 de diciembre de 1999, p.A-4.
(6)Pedro Cunill Grau. “Preámbulo”. En: Historia de la Geografía de Venezuela. Caracas: Ediciones OPSU, 2009, Tomo I, p.14.
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*Claudio Alberto Briceño Monzón, es Coordinador de la Catedra José Manuel Briceño Monzillo sobre Estudios de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes. Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela por el estado Mérida. Profesor Titular de la Escuela de Historia, de la Facultad de Humanidades y Educación, de la Universidad de Los Andes (ULA), Mérida, Venezuela. Magister en Historia de Venezuela por la Universidad Católica Andrés Bello. Doctor en Historia por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Jefe del Área de Geografía Departamento de Historia de América y Venezuela ULA.