En la aldea
12 noviembre 2024

La empatía y el diálogo en los desafíos de María Corina Machado (y III Parte)

“Realidad y discurso están imbricados, encontramos la verdad de la vida en las palabras que pronuncia la líder. Haber tenido la posibilidad de decirlas y ser escuchada, en medio de un sistema tan opresor como el chavista, implicó un gran coraje y valentía. ¿No son, acaso, la valentía, el coraje, la disposición y la lucha ante la adversidad las cualidades que definen a la mujer-madre venezolana? El mensaje llegó, el reto es que siga llegando”.

Lee y comparte
Mirla Pérez | 26 octubre 2023

“Si esperamos, pues, lo que no vemos todavía, claro está que lo aguardamos por medio de la paciencia” (Romanos 8:25)

Desde el Centro de Investigaciones Populares hemos venido documentando la vida en las comunidades populares. Lo registrado nos viene ubicando en una realidad que no se puede interpretar desde la adecuación o la conformidad o la adaptación o la sumisión. Es lo que hemos visto e interpretado desde hace mucho tiempo. Donde muchos ven resignación, nosotros vemos insumisión, rabia y deseo de libertad bajo la expresión ‘¡queremos salir de esto!’.

Cerré el artículo anterior con la promesa de hacer una interpretación del 22 de octubre a la luz de los distintos acontecimientos. Como se trata de un punto de concentración muy denso, voy a tratar de abordar, en principio, tres tópicos: el sentir comunitario, la debilidad del régimen y los desafíos de un liderazgo que crece con su propia agenda, bajo la luz de su autonomía y escuchando al otro. Un liderazgo con los pies sobre la tierra.

El sentir comunitario

Lo que vivimos y escuchamos a diario tiene sentido en dos frases que se cruzan, se sobreponen y se encuentran, la primera: esperanzados y luchando, se repite tanto en los instrumentos de investigación como en las comunidades. Esperanzados, algo está causando la esperanza, no es una construcción del individuo aislado, sino que se produjo en el vínculo, en la relación, se está expectante ante algo que puede ocurrir. ¡Puede ocurrir! Es posible, hay condiciones reales que pueden generarlo. Ante lo que puede ocurrir, anteponemos la paciencia.

Es importante tener presente que la gente no habla solo de esperanza, que pudiéramos confundirla con ilusión o delirio, sino que la contextualiza en el verbo luchar, pero se trata de una lucha en presente continuo, no se piensa a futuro, sino que la realidad cotidiana de la gente se la comprende en la lucha. Esperanzado, viendo hacia el futuro, pero luchando, esta primera expresión nos lleva a otra, actual y muy viva: “Yo creo que así no vaya a resultar tenemos que poner por delante la valentía e ir a votar”.

“Estamos frente a una comunidad viva, desafiante, insumisa, valiente y con muchas ganas de recuperar su libertad. No es especulación, es lo que surge tanto en la investigación como en la vida espontánea en las comunidades populares”

Esta frase fue recurrente en los grupos focales trabajados semanas previas a la elección primaria, dos verbos se unen en una misma oración. El valor es la sangre de la lucha, se trata de tomar una decisión con valentía, en el fondo es reconocernos valientes al llevar adelante una decisión, que puede resultar o no, pero se es consecuente con la lucha y con la esperanza. Es una frase poderosa, “poner por delante la valentía…”. Después de 24 años de dominación y sometimiento, que haya la capacidad de anteponer al dominio la decisión, el valor, la lucha, es un signo inequívoco de que estamos viendo al rey desnudo. El pueblo, nuestras comunidades, están viendo la desnudez del régimen, vemos su mentira y su debilidad. Hay muchos tenderos en Venezuela, siguiendo a Václav Havel, hemos vencido el miedo. Sin el miedo el sistema no se sostiene.

Para cerrar este primer tópico, que puede ser objeto de un extenso capítulo en algún libro que se escriba sobre Venezuela, estamos frente a una comunidad viva, desafiante, insumisa, valiente y con muchas ganas de recuperar su libertad. No es especulación, es lo que surge tanto en la investigación como en la vida espontánea en las comunidades populares.

La debilidad del régimen

Esta debilidad consiste en no ser obedecido, en haber perdido el miedo, se crearon mecanismos de coacción que buscaban impedir la no participación en esta elección primaria y se dio por sentada su eficacia, pero no funcionó, en las comunidades populares vimos ánimo, disposición a votar, organización. Hay una desconexión tremenda entre la nomenclatura del partido PSUV y las bases populares; este divorcio sintomático entre lo comunitario y lo comunal es cada vez más fuerte.

Amenazaron a la gente, llegó el mensaje a través de los CLAP, pero no funcionó, hubo una participación mayor de la esperada, con las dificultades propias de un evento que se hace de modo autogestionado, nacional, sin recursos, pero con una gran voluntad. Nuestras comunidades populares y un montón de gente “ha violado las «reglas del juego», ha transgredido el juego en cuanto tal. Ha hecho ver que sólo es un juego. Ha abatido el mundo de la apariencia, la columna que sostenía el sistema… ha desbaratado la fachada de lo «elevado» y ha revelado los fundamentos reales, «ínfimos», del poder. Ha dicho que el rey está desnudo. Y ya que el rey está realmente desnudo, se ha convertido en algo ante lo que no se tiene ningún miedo. Con su gesto, el tendero ha interpelado al mundo; ha dado a cada uno la posibilidad de mirar detrás del telón, ha demostrado a cada uno que es posible vivir en la verdad” (Václav).

El poder no está en los dispositivos, ni en el Estado ni en los aparatos, sino en las redes que lo sostienen, en la gente. Estas redes están en la base, es el poder originario, no tiene quien obedezca, el poder del tirano queda a la intemperie, sin amarre. Tiene sentido la afirmación recurrente frente al CLAP: “Prefiero trabajar y producir el dinero para comprar lo que yo quiera, no quiero dádivas, no me queda otro remedio que retirarlo porque el sueldo no me alcanza para dar de comer a la familia…, tengo mucha indignación…”.

La debilidad es tanto interna como externa, contradicciones en sus estructuras y quiebre en la sintonía con los otros. No hay resonancia, no hay simpatía, no hay obediencia, la ecuación jefe y subordinado está quebrada, no se sostiene, no hay liderazgo ni adhesión ideológica. No basta la dominación física, se necesita disposición ideológica a seguir un sistema de ideas. El rey está desnudo.

El poder de la desnudez no está en el desnudo, sino en el espectador, en aquel que ha sido capaz de ver la verdad por encima de la mentira que produce una falsa vestimenta. El tirano grita estoy vestido, lujosamente vestido, poderosamente vestido, lo demuestra, pero ya el otro no le cree. Ese es el principio de la liberación. Esto nos lleva al tercer y último tópico.

Los desafíos de un liderazgo actual y vivo

El liderazgo actual está en la capacidad de poder escuchar. Machado escuchó la voz del sentir comunitario, se abrió a la relación humana que fue a su encuentro en los distintos pueblos y ciudades, se produjo el vínculo cuando reconoció un pueblo luchador, trabajador, valiente, esperanzado. Se reconoció en un diálogo abierto que la condujo a ubicarse fuera del juicio. Fue capaz de ver a la persona y no al sometido.

Un liderazgo que ha venido rompiendo de a poco esa incomunicación sintomática entre la élite y el pueblo. El mensaje llegó, el reto es que siga llegando. La gente reconoce verdad en la palabra y acción, constancia, coherencia, identificación. El sentir popular, del primer tópico, no es una impostura en el discurso de Machado, son varios los puntos en los que confluyen cultura, política y liderazgo, es lo que hace que se produzca la empatía y apertura al diálogo bajo la afirmación de quien escucha y quienes son escuchados, la verdad del “vamos a hablar esta palabra”.

Realidad y discurso están imbricados, encontramos la verdad de la vida en las palabras que pronuncia la líder. Eso es poder, es fuerza, es potencia, haber tenido la posibilidad de decirla y ser escuchada, en medio de un sistema tan opresor como el chavista, implicó un gran coraje y valentía. ¿No son, acaso, la valentía, el coraje, la disposición y la lucha ante la adversidad las cualidades que definen a la mujer-madre venezolana?

La cultura habla en María, luchemos porque esa fuerza logre imponerse a un sistema que sabemos actuará con violencia. He ahí el desafío.


*Profesora Titular de la Universidad Central de Venezuela. Investigadora del Centro de Investigaciones Populares.
@mirlamargarita

Lee y comparte
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
Más de Opinión