Yo esta historia no se las creo. Sé que tú tampoco. Hay un montón de gente aquí y allá que la conocen y que saben de eso y que tampoco se comen ese pasticho. Pero nada de eso importa. Lo verdaderamente importante, lo que sí tiene consecuencias materiales inmediatas, es que los de “arriba” quieren creérsela. Se lanzaron ese argumento con evidentes falencias en materia de verosimilitud, pero les resbala: esa será la “verdad” mal redactada en papel oficio.
Lo que yo sí creo –aunque no importe porque uno es nadie- es que hay un grupo de personas que estaban hartas y decidieron que ya era hora de imponer silencios.
Claro que no los voy a mencionar porque no quiero que se molesten conmigo: ya ustedes deberían conocer de sobra cómo está la vaina por aquí.
Este es apenas un cuentico: esta era una vez un señor profesor que denunciaba cosas por allá por la zona andina, por allá por la frontera. ¿Y dónde está ahora?
Esta era una vez una periodista que también denunciaba cosas sobre cierta gente… Todavía puede, pero sólo porque hace rato que hizo maletas, aunque si se le quedó algo en la casa ya no podrá regresar a buscarlo. Pero que lo diga ella, yo no.
Mi abuela aconsejaba “no se meta en vainas, pa’ que no aparezca en vainas”. Le hago caso: en ninguna vaina, Lola, uno lo que está aquí es comentando, hablando pajita nomás, sin señalar a nadie. ¿Yo he dicho nombre?
Y esta era una vez ella, que tenía ya mucho tiempo llamando la atención acerca de esto y aquello sobre ese grupo de gente. ¿Y dónde está ahora? Pasaron unos cuantos días, pero al menos eso parece estar claro: no está en el mejor lugar. A ver, que nadie que no sea empleado quisiera entrar ahí por voluntad propia.
En el cuento sobre ella hay todo un asunto sobre cartografía. ¿Tú viste esos mapas? Yo no quiero ni mirarlos de lejos porque parece que muestran cosas muy delicadas, secretos. Son unos mapas que son tan top secret que el video donde los mostraron a todo el país se autodestruyó en 30 segundos. Tan, pero tan secretos, que una organización los juntó y en 2018 publicó un informe con todos los dibujitos y hasta ahora nadie se había quejado por eso. Ahí están, en la web. Pero yo ni pendiente.
¿Para qué querría uno saber eso? Uno que no tiene una ONG especializada en el tema, uno que ni ha dado clases en la academia de esas personas que ahora están tan molestas, uno que ni analista es. No, no, no. Cero pendiente. Yo ni le paré al croquis de la estatuaria pop de Chacao. Lo único que me interesa a mí es La Liga. La única desaparición forzada de la que hablo es la de Rüdiger lesionado. Los únicos mapas que captan mi atención tan distraída entre tuiter, instagram y tiktok son los mapas de calor de Lukita y Tony Kroos en el Bernabéu.
Esos sí que son tipos peligrosos: te descuidas y se la ponen a Bellingham en la cabeza. Y la manda a guardar.