Este sí es un giro copernicano. El 21 de noviembre de 2001, el entonces presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), José Luis Betancourt, rompió frente a las cámaras de televisión la Gaceta Oficial donde había sido publicada la polémica Ley de Tierras.
Veintitrés años después, este gremio que se ha caracterizado por su posición frontal contra la revolución chavista, ha caído en manos del jefe de la Asociación de Ganaderos del Táchira (Asogata), Edgar Medina, aliado del gobernador de esa entidad, Freddy Bernal.
Para que fuera posible una voltereta de esta magnitud, confluyeron todos los ingredientes de la receta oficialista: Escándalo, denuncias de irregularidades, repetición de las votaciones para escoger a la directiva y la intervención providencial del Tribunal Supremo de Justicia, que terminó inclinando la balanza hacia la ficha de Bernal.
Cambio de línea
Antes de meterse de lleno en el polémico proceso electoral que finalizó con la entronización de Medina, debe subrayarse que la Fedenaga de hoy ya no era la misma de 2001. Siguiendo la línea de moderación y diálogo asumida por el movimiento empresarial venezolano, los ganaderos llegaron a la conclusión de que la actitud confrontativa no les había traído ningún beneficio y apostaron por entrar en conversaciones con el gobierno de Nicolás Maduro.
A partir de 2018, bajo la directiva encabezada por el presidente Armando Chacín y el vicepresidente Luis Prado, comenzó el acercamiento. No fue fácil. En el Ministerio de Agricultura, el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai) y el Instituto Nacional de Tierras (INTI) los identificaban como enemigos, razón por la cual tuvieron que aclarar en distintas oportunidades que su posición era institucional, alejada de la diatriba político-partidista.
Fedenaga definió su línea de acción en esta nueva etapa, apuntando a tres objetivos fundamentales para entablar relación con Miraflores: combatir la inseguridad jurídica, superar la falta de financiamiento y lograr que Venezuela alcanzara el reconocimiento como país libre de fiebre aftosa.
Así retomaron el contacto con el sector gubernamental. Acudieron a la Comisión Especial para el Diálogo, la Paz y Reconciliación Nacional del Parlamento, con el fin de promover una reforma a la Ley Penal de Protección a la Actividad Ganadera. Visitaron el INTI, hablaron con el ministro de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo, sobre las opciones de financiamiento y fueron reincorporados en las listas para las reuniones con los organismos oficiales. Gran éxito para el otrora apestado.
Fruto del esfuerzo gremial y gracias al respaldo del Centro Panamericano de la Fiebre Aftosa, se constituyó en 2020 la Fundación Venezolana de Servicios de Salud Animal (Funvessa), con Fedenaga, la Confederación de Agricultores y Ganaderos (Confagan, afín al chavismo) y el Consejo Venezolano de la Carne (Convecarne). El primer presidente de Funvessa fue Luis Prado, vicepresidente de Fedenaga.
Silla eléctrica
Antes de que se firmara el armisticio, “nadie quería hacerse cargo de Fedenaga por su pelea con el gobierno, para el presidente siempre era una situación de riesgo”, coinciden dos productores.
Recuerdan el caso del expresidente Carlos Odoardo Albornoz, quien en 2017 sufrió la expropiación por parte del INTI de su finca en el estado Guárico.
Pero a un gremio en paz y en buenos términos con el gobierno, jamás le faltarán pretendientes. Descartada la fórmula del “consenso” que se venía aplicando para dar continuidad a la directiva, dos planchas se inscribieron para competir por el liderazgo: La 1 con el vicepresidente Luis Prado y la 2 con Edgar Medina.
El flamante presidente de Fedenaga proviene de una familia opositora. Su hermana Sonia Medina fue diputada a la Asamblea Nacional en las filas de Voluntad Popular. Por el contrario, Edgar Medina se vinculó con Bernal desde sus tiempos de “protector” regional y posteriormente asumió la coordinación de la plataforma “Amemos al Táchira”, que impulsó al abanderado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Se fijó la fecha de los comicios: 5 de noviembre de 2022. Ahora tenían que determinar el universo de electores. Los estatutos señalan que solo tienen derecho a voz y voto quienes están solventes con la cuotas de sostenimiento de la Federación. Asogata no cumplía con este requisito mínimo.
Medina planteó que participaran unas 160 asociaciones, aunque no estuvieran al día con los pagos. El grupo de Prado espetó que ese número era completamente irreal. “Aquí hubo una profusión de asociaciones de maletín cuando se vendían las guías para la movilización del ganado. Cuando desapareció el guiado, desaparecieron esas asociaciones y quedaron las tradicionales”, explica otro gremialista.
El presidente Chacín propuso una solución: revisar quiénes habían participado en las últimas cuatro asambleas anuales y permitirles votar, previo pago de las deudas pendientes. Algunos debían más de 2 mil dólares.
Versiones extraoficiales afirman que el dinero para auxiliar a los morosos emanó de San Cristóbal. “Eso es parte de las cosas que ellos comentan para tratar de justificar su derrota, nosotros avanzamos en la reconstrucción de Fedenaga”, responde Medina. Las partes estuvieron de acuerdo y de esta manera se llegó a la cifra de 53 asociaciones.
¿Nulo o anulado?
La elección se efectuó en Maracaibo, en el marco de la expoferia de la Federación de Ganaderos de la Cuenca del Lago (Fegalago). “Ambos se sentían ganadores”, relata otro productor que acudió a la cita en la capital zuliana.
Las normas de Fedenaga establecen que para ganar en primera vuelta, el vencedor debe sumar 60% de los sufragios. Si no se alcanza ese porcentaje, se va a una segunda vuelta bajo la misma condición y si persiste la indefinición, celebran una tercera vuelta por mayoría simple. En esta oportunidad, por iniciativa de Medina, los aspirantes pactaron dirimir la contienda en una sola vuelta y por mayoría simple.
Entonces, ocurrió lo imprevisto. Un empate: 26 votos para cada uno y un voto nulo. El presidente de la comisión electoral y antiguo líder de Fedenaga, Manuel Cipriano Heredia, llamó a los contrincantes para que evaluaran el cisne negro. En lugar de marcar una X debajo de la casilla del candidato, una persona la puso al lado del nombre de Luis Prado. Para todos era evidente la voluntad del despistado, menos para Medina.
Se buscaron mecanismos para desfacer el entuerto. Prado sugirió volver a los estatutos y realizar una segunda vuelta. Medina lo rechazó. “No estaba prevista la segunda vuelta, había un compromiso firmado por las dos planchas para una sola vuelta”, arguye.
Otros recomendaron que Prado incluyera en su equipo a José Labrador, vicepresidente de la plancha de Medina. Tampoco prosperó la idea del “consenso”. Al final, la comisión electoral convocó la segunda vuelta, Medina y varios de su entorno se retiraron en señal de protesta y Prado ganó la votación 28 a 2.
La comisión electoral dirigida por Manuel Cipriano Heredia proclamó y juramentó a Prado como nuevo presidente de Fedenaga. ¿Caso cerrado? Para nada, Medina tenía una carta bajo la manga: un recurso ante la Sala Electoral del TSJ.
Medina conoce el camino. En julio de 2023, su equipo impugnó el proceso electoral para renovar a las autoridades de Asogata. La Sala Electoral -conducida por la presidente del TSJ, Caryslia Beatriz Rodríguez- admitió el recurso y, gracias a eso, Medina continúa al frente del gremio tachirense.
A la medida
La demanda procedió y la Sala Electoral dispuso la “reposición del proceso electoral (…) contando con la participación del mismo registro electoral, entiéndase, con las mismas personas que gozaban de legitimidad para con las diversas asociaciones (…)”. Es decir, el juego debía repetirse con los mismos equipos y bajo las mismas condiciones.
El TSJ sí cambió al árbitro: borró a la comisión de Heredia e instaló una ad-hoc conformada por el expresidente de Fedenaga, Genaro Méndez, Marco Antonio García y Alexis Algarra. Tres personas cercanas a Medina, según sus adversarios internos. Medina asevera que la Sala Electoral actuó correctamente y acusa a la comisión de Heredia de haber violado los reglamentos internos.
Se convocó a la elección el 2 de abril de 2024 en el estado Barinas, hasta donde fueron los 53 que se vieron las caras el 5 de noviembre de 2022 en el Zulia. La orden del TSJ fue “repetir” el proceso “con la participación del mismo registro electoral”; sin embargo, Medina objetó a diez votantes que tenían poderes para sufragar en representación de dos asociaciones. Entre los vetados destacó el presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Celso Fantinel.
Fundada el 19 de marzo de 1962, Fedenaga es una federación de asociaciones. Los estatutos permiten que una persona con una carta pueda votar por un máximo de dos asociaciones. En su descargo, Medina sostiene: “El artículo 17 del reglamento electoral estipula que los poderes para ser reconocidos deben de enviarse a un correo de la junta electoral, y la plancha 1 nunca los envió”.
Uno de los afectados desmiente a Medina. “Ellos comenzaron a pedir para la segunda elección el acuse de recibo de los poderes, pero eso lo tenía una secretaria de Fedenaga que falleció y esa información se perdió. Ellos tampoco aceptaban nuevos poderes. Nadie de la plancha 1 estaba preparado para esta maniobra”, confiesa.
Con estas condiciones sobrevenidas y avaladas por la comisión ad-hoc, Medina ganó 21 a 1. Pagando con la misma moneda, el equipo de Prado introdujo recursos ante las salas Electoral y Constitucional, denunciando una serie de desviaciones en la votación, subrayando que los organizadores del proceso irrespetaron los lapsos y desacataron la orden del máximo juzgado.
“Ellos lamentablemente no participaron en Barinas ni dejaron nunca constancia ante la notaria pública del estado de que se les violó ningún derecho, solo fueron a sabotear porque no contaban con los votos”, replica Medina.
La jugada de Medina con la judicialización del proceso gremial provocó un gran malestar en la cúpula de Fedecámaras, que nombró una comisión para investigar el caso. El presidente de la patronal, Adán Celis, se reunió con el gobernador del Táchira y le expresó que Medina no representa a la mayoría del sector ganadero.
El TSJ aún no responde, pero ya Bernal dictó sentencia. En su cuenta de Instagram, grabó un video con Medina y exclamó: “Felicito a Edgar Medina por los resultados de las recientes elecciones de Fedenaga, y por ser ahora el presidente de esta importante federación.
El presidente Nicolás Maduro está muy contento con el desarrollo de la Asociación de Ganaderos del Táchira. ¡Esta es una muestra más de que cuando se tiene voluntad política y claridad en los objetivos, todo es posible!”.