En la aldea
21 junio 2025

Una historia de Apple, China y Estados Unidos

En 2000, China producía el 6% del valor agregado manufacturero global. En 2023, llegó al 29%. Superó a EE. UU. y se convirtió en la mayor potencia manufacturera del mundo.

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Luis Castro Kerdel | 21 junio 2025

I

Apple no es el artífice del desarrollo tecnológico contemporáneo de China.

A pesar de lo que insinúa cierta tendencia de opinión en boga, su papel ha sido importante, pero no decisivo. Apenas un engranaje más —visible, sí, pero no necesariamente el más influyente— dentro de un entramado mayor.

Una historia que entrelaza a Apple, China y Estados Unidos puede ofrecernos claves para comprender este fenómeno con mayor claridad.

II

Antes de mudarme a Shanghái en 2012, leí varios libros y artículos sobre China. Abandoné la lectura al poco tiempo; resultaban poco esclarecedores. Me hablaban de una realidad distante, diferente, imposible de descifrar sin haber puesto un pie en el gigante asiático.

En 2013, tras varios meses en Shanghái, y aún desorientado ante el peso de una civilización tan distinta, retomé la búsqueda de guías para intentar entender. Fue entonces cuando descubrí un libro breve y certero que me ayudó, al menos parcialmente, a estructurar una comprensión de China —concretamente, en el ámbito de los negocios.

Allí leí un relato sobre Apple, China y Estados Unidos. El episodio, ocurrido en torno a 2006, no sólo fue ilustrativo en ese momento, sino que hoy, a la luz de los reacomodos en el mundo, se revela como importante herramienta para ayudar a esclarecer tantos cambios.

El libro se titula The One Hour China Book. Como sugiere el título, se lee en una hora. A mí me tomó algo más. Está pensado para personas muy ocupadas. Yo, entonces, no lo estaba tanto. Lo leí sin prisa, mientras viajaba en el autobús 926 por la calle Huaihai, en espacio de una semana, rumbo a mi apartamento en la Concesión Francesa, luego de mis visitas al gimnasio.

Sus autores, Jeffrey Towson y Jonathan Woetzel, son profesores en la Universidad de Pekín y consultores con más de tres décadas de experiencia combinada en el entorno empresarial chino.

El texto expone seis mega tendencias que, según los autores, delinean el crecimiento económico de China. Son las siguientes:

  1. Urbanización de Mil Millones (Urbanization of a Billion)
  2. Escala manufacturera (Manufacturing Scale)
  3. Consumidores chinos en ascenso (Rising Chinese Consumers)
  4. Dinero, y en grandes cantidades (Money – And Lots of It)
  5. El Goliat de la capacidad intelectual (The Brainpower Behemoth)
  6. El internet Chino ((The Chinese Internet)

En la quinta tendencia —el Goliat de la capacidad intelectual—, Towson y Woetzel introducen un relato citado también por The New York Times en su momento. Haré lo posible por transcribirlo de la manera más fiel posible.

III

Pocas semanas antes del lanzamiento del primer IPhone, Steve Jobs estaba, incluso para sus estándares de emprendedor frenético, excepcionalmente inquieto. 

Un mes antes de la gran fecha, reunió a su equipo de trabajo y les comunicó una exigencia de último minuto: el IPhone necesitaba una pantalla de vidrio. Las versiones plásticas utilizadas hasta entonces eran demasiado endebles; se rayaban con facilidad. Jobs quería cristal templado, y lo quería en cuatro semanas.

El problema: nadie, en ese momento, sabía fabricar pantallas de ese tipo para teléfonos móviles.

Según cuenta esta anécdota de la “mitología” alrededor de Steve Jobs, uno de sus ejecutivos voló a Shenzhen, China, donde Foxconn —socio clave de Apple— ya tenía todo listo para iniciar la producción. Shenzhen, por entonces, era ya un hervidero de ingenieros, técnicos y compañías especializadas en resolver este tipo de desafíos industriales.

El problema no era simple: encontrar cómo cortar y pulir vidrio con precisión, a escala, y en cuestión de semanas.

Pocos días después de su llegada, el ejecutivo recibió una propuesta de una empresa local totalmente inesperada. Lo insólito fue que, a pesar de no haber sido aún adjudicataria del contrato, esta empresa ya había montado facilidades, activado a sus ingenieros y puesto a sus empleados a realizar experimentos con distintos tipos de vidrios facilitados por las autoridades locales.

Ganaron la licitación. Lo siguiente fue una operación 24/7 para encontrar el tratamiento adecuado del vidrio. Cumplieron en tiempo récord: a medianoche, justo antes de la fecha límite, se enviaron las primeras pantallas a Foxconn. Dos días más tarde, 10 mil unidades salían de la línea de ensamblaje.

En total, 200 mil trabajadores chinos participaron en la fabricación del primer iPhone. Estuvieron supervisados por 8.700 ingenieros industriales locales.

Dos aspectos destacan de esta historia.

Primero, la asombrosa rapidez, flexibilidad e inteligencia del ecosistema industrial chino. Resolver un problema técnico de esta envergadura requiere no sólo capital físico, sino un nivel elevado de capacidad intelectual colectiva. En Estados Unidos, simplemente, hubiese sido imposible rediseñar, producir y entregar a esa velocidad.

Segundo, la disponibilidad masiva de talento técnico. Según el reportaje original en el NYT, Apple estimó que reclutar 8.700 ingenieros en suelo estadounidense habría tomado unos nueve meses. En China, ese proceso se completó en quince días.

IV

Esto ocurrió en algún punto cercano a 2006. Han pasado casi dos décadas.

En el año 2000, Estados Unidos lideraba la manufactura global, con el 25% del valor agregado manufacturero del mundo, mientras China apenas contribuía con el 6%. 

Para 2023, casi 25 años después, China representaba el 29% del valor agregado manufacturero mundial; Estados Unidos, el 17%. 

Ambas economías se beneficiaron enormemente de este proceso. En el 2000, El PIB estadounidense ascendía a 10,2 billones de dólares; el de China, a 1,2 billones. Para 2024, Estados Unidos alcanzaba los 29,17 billones, y China, de 18,27 billones. 

Según un informe del Center for Security and Emerging Technology de la universidad de Georgetown, China graduó en ese año 3,37 millones de estudiantes en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). India ocupó el segundo lugar con 2,55 millones y Estados Unidos, tercero, con 820 mil graduados. 

Incluso sumando Europa y EE. UU., el total rondaría los 2 millones. China, por sí sola, los supera por más de un millón.   

V

Apple eligió a China para fabricar sus productos por razones económicas. De no haber encontrado allí las condiciones adecuadas, habría optado por otro país.

Entre los factores decisivos expuestos en el relato, destacan: 

Una población de 1.400 millones, ofreciendo un volumen inédito de personal técnico.

Un sistema educativo capaz de haber formado, en masa, ese capital humano.

Una infraestructura manufacturera ya consolidada y en plena expansión. 

Una cultura empresarial hiper competitiva, ejemplificada cuando el contratista que ganó la licitación lo hizo anticipándose al contrato, asumiendo riesgos.

Una cultura de trabajo arduo, con márgenes legales y laborales más amplios.

Estas y otras condiciones no sólo atrajeron a Apple, sino a la mayoría de las empresas líderes del mundo.

Apple no creó el ascenso tecnológico chino. ¿Contribuyó? Por supuesto. Pero fue una contribución entre muchas.

La división global del trabajo, el libre comercio y la era de la globalización permitieron una sinergia inusual: tanto China como Estados Unidos se beneficiaron enormemente.

Salvo Estados Unidos, ningún otro país ha capitalizado económicamente tanto el orden internacional que Washington lideró durante décadas como China.

Pero ese mismo crecimiento ha traído su trade off en forma de dilema para la superpotencia: en el camino, EE. UU. facilitó el ascenso de un rival de cuidado. Uno cuya magnitud pone en tensión los cimientos mismos del liderazgo global estadounidense.

Banco Mundial. (2024). Datos sobre desarrollo mundial: Manufactura, valor agregado (USD constantes de 2015). https://datos.bancomundial.org/indicador/NV.IND.MANF.KD]

Statista. (2025, abril 16). Chart: China Is the World’s Manufacturing Superpower. Recuperado de https://www.statista.com/chart/20858/top-10-countries-by-share-of-global-manufacturing-output/

Visual Capitalist. (2025, May 2). Ranked: Global Share of Manufacturing Value, by Country. Recuperado de https://www.visualcapitalist.com/ranked-global-share-of-manufacturing-value-by-country/

Banco Mundial. (2025). PIB (USD a precios actuales). Recuperado de https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.CD

Fondo Monetario Internacional. (2024, Octubre 22). World Economic Outlook Reports. Recuperado de https://www.imf.org/en/Publications/WEO.

Huang, J., & Lee, D. (2022, Diciembre 2). The Global Distribution of STEM Graduates: Which Countries Lead the Way? Center for Security and Emerging Technology (CSET), Georgetown University. https://cset.georgetown.edu/article/the-global-distribution-of-stem-graduates-which-countries-lead-the-way/

«En 2020, se estima que la Unión Europea graduó entre 1.1 y 1.3 millones de profesionales STEM (European Commission, Eurostat, 2022). Combinando esta cifra con los aproximadamente 820,000 graduados STEM de Estados Unidos en el mismo año, el total estimado para ambas regiones asciende a cerca de 1.9 a 2.1 millones (Statista, n.d.)».

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