Desde el exilio observa a los principales protagonistas del chavismo y los radiografía uno a uno. Afirma que nunca ha hecho algo de lo que tenga que arrepentirse. Su error, según señala, “fue no salir a tiempo de una propuesta que traicionó los postulados de justicia, solidaridad, ecología”.
A sus 75 años, Germán Ferrer, nacido en Carora, estado Lara, el 6 de septiembre de 1944, es un hombre afable y no parece ser presa de mayores sobresaltos. Da la impresión de estar tranquilo, con su presente y con su pasado. No hay que rogarle para que dé una entrevista y, ya en el curso de esta, no se altera ante ninguna pregunta. Para todo tiene una respuesta o, más bien, una réplica retórica.
Hace unos días, su esposa, la fiscal en el exilio Luisa Ortega Díaz, le dijo al portal Miami Mundo que quien la ayudó a salir de Venezuela, cuando el cerco de persecución del gobierno de Nicolás Maduro estaba a punto de cerrarse, fue el dirigente opositor Ismael García.
Cuatro años antes, en octubre de 2015, en entrevista con el diario El Impulso, Ferrer aludió a Ismael García como emblema de alguien “que salta la talanquera” y, esto sí muy grave, para compararlo con un tal Andrés Avelino Álvarez, de quien la nota periodística hace un retrato muy negativo al exponer situaciones reñidas con la pulcritud administrativa. “Usted lleva como suplente a Andrés Avelino Álvarez”, apunta el entrevistador. “¿Él le inspira confianza?”.
A lo que Ferrer contesta: “Bueno, él está con nosotros, es un aliado. Se nos ha acercado, vemos que tiene todas las intenciones de acompañarnos. Total, yo preguntaría también acerca de la gente que se ha ido del chavismo y los han acogido en la oposición, como Ismael García. ¡Igualito!”.
Lo que el diputado por el PSUV decía sobre su entonces compañero de fórmula, condensa el tono de sus respuestas ante cualquier asunto que se le proponga: Bueno, eso antes era así, pero ahora es de otro modo y cuál es el problema; yo decía aquello, pero ahora digo esto otro y es más o menos lo mismo; antes estaba allá, pero ahora estoy aquí… ajá, y que sigo siendo el mismo. No tengo culpa de nada.
Un ejemplo. Ante las constantes evasiones a las preguntas, formuladas con datos muy firmes, el periodista de El Impuslo le pregunta: “¿Tampoco sabe que en julio de 2011, Andrés Avelino Álvarez declaró que el Gobierno desatendía graves problemas nacionales para solucionar los de Nicaragua, Bolivia, Ecuador?”. La respuesta de Ferrer: “Cuando tú estás en un ámbito, en un espacio, tú te manejas con lo que son los criterios que en ese momento privan. Sin duda que tú te puedes en algún momento también convencer de otra cosa”.
Pues bien, Germán Ferrer siempre ha estado en un ámbito, en un espacio. Fue diputado a la Asamblea Nacional por Lara, desde el 5 de enero de 2006 hasta el 17 de agosto de 2017. Figura muy secundaria de la izquierda venezolana, vivió en Cuba entre 1966 y 1971, donde, según dijo en la citada entrevista, recibió: “Preparación integral de combate”. Estuvo cuatro años y medio preso en El Cuartel San Carlos y de ahí salió a estudiar en la Universidad Santa María, donde se graduó de abogado. Según el portal Poderopedia, “preside y tiene el 50% de las acciones de Publicidad y Promociones Iga Presente, C.A. y, de acuerdo con el Registro Nacional de Contratistas, es la persona de contacto para la empresa Distribuidora Germmany C.A.”.
También se desempeñó como periodista al dirigir el programa de opinión “Criterios”, en el canal Globovisión, cuando este fue adquirido por Raúl Gorrín. Reside en Bogotá desde 2017.
De guerrillero a empresario de seguros
“Es que las cosas no son estáticas”, le contestó Ferrer al periodista de El Impulso que le recordó su impresionante salto de irregular a empresario ¡y de seguros!, sector donde son tan útiles los contactos poderosos. “Tú tienes que trabajar e insertarte en una sociedad en la cual debes convivir, lógicamente”, respondió Ferrer. “Nosotros también estuvimos importando cemento en aquella época de la Cuarta República, en una empresa de la cual fui gerente general. Trajimos de Cuba casi todo el cemento que se utilizó en el Plan IV de Sidor […] La insurgencia armada había sido derrotada. Y, bueno, tenía que buscar alternativas. Me fui adaptando a la vida política, en la actividad social, gremial”.
Líneas antes había descrito a Fidel Castro como “faro indiscutible de moral, valentía, consecuencia revolucionaria”.
El día de su 75 cumpleaños, sostenemos una entrevista con Germán Ferrer. Ya que estuvo tantos años cercano al poder chavista, entorno caracterizado por su opacidad y secretismo, optamos por pedirle breves retratos de personas a las que él conoció de cerca.
-El chavismo. Fue una gran expectativa para quienes teníamos, y tenemos, una visión del mundo, de justicia, equidad, libertad. Veinte años después es un gran fracaso y una frustración para muchos. El factor que determinó ese fracaso fue haber asumido de manera dogmática los postulados de la izquierda; sobre todo, los de ir contra la iniciativa privada. No debimos destruir lo que había, sino hacer algo mejor que lo que había. ¿Un ejemplo? Las expropiaciones de emprendimientos productivos, que producían para el país. Y, sí, también la corrupción, otra de las cosas terribles que ocurrieron desde el principio del chavismo. Muy encubiertas, por la cantidad inmensa de recursos que estaban entrando al país y que permitían seguir cumpliendo con los programas de Chávez, como los de salud y vivienda. La corrupción fue uno de los lunares más perversos. Los extremos de los modelos siempre son dañinos. Y las prácticas económicas del chavismo fueron un extremo, el del estatismo total, postulado por Chávez. Nosotros aspirábamos un modelo de capitalismo con acento social y en este momento tenemos un desastre.
-Hugo Chávez. Tuvo buenas intenciones, sin duda, pero en su aplicación fueron un fracaso. ¿Si murió millonario y la familia tiene grades fortunas? Bueno, yo no tengo evidencias de que la familia de Chávez se enriqueció, no he visto un estado de sus cuentas de bancos… pero claro que se ve la opulencia, cómo viven los miembros del entorno familiar de Chávez… tiene que haber una irregularidad. Ese nivel de riqueza súbita no puede ser legal: Gente que estaba en situación de tanta precariedad y al día siguiente se les vio ostentando riqueza. Tienen fincas, se mueven en aviones privados, derrochan lujos… eso no es normal. Y, claro, muchos, como Alejandro Andrade [oficial del ejército que pasó de guardaespaldas de Chávez a Tesorero Nacional] se enriquecieron con la anuencia de Chávez, evidentemente. Él pudo evitar que eso ocurriera, pero lo permitió.
Chávez disfrutaba el poder y lo ejercía hasta en lo más mínimo. No es cierto que pasaban cosas que él ignorara. Se hacía lo que él decía. Todo el mundo le decía lo que él quería escuchar y hacía lo que él quería. Nadie lo contradecía. Quienes lo rodeaban preferían lisonjearlo que hacer mención a los errores que evidentemente estaba cometiendo. Chávez no creía en partidos ni en instituciones, sólo creía en él. De hecho, desdeñaba el partido. Le importaban muy poco el MVR y el PSUV. Su único partido eran las fuerzas armadas, las armas.
-Nicolás Maduro. Su gran característica es que puede ser absolutamente manipulado. Por eso está ahí. Ignorante hasta la exageración, fue escogido por Chávez, quien es el artífice de Maduro, por eso mismo, porque contaba con que Maduro nunca tendría una idea ni una iniciativa propia. A falta de Chávez, lo manejan su esposa, Cilia Flores, y los hermanos Rodríguez. Su gran rasgo es que es muy escaso. Está engolosinado por el poder, pero no tiene discernimiento de nada, por eso paró en tirano. A él lo instruyen de lo que debe hacer y decir.
Jamás dará una sorpresa, porque es lo que parece. Como también es genuino el miedo que comunica. Tiene pánico de lo que pueda ocurrir. Vive en una gran angustia. Duerme poco. Tiene unas medidas de seguridad tan extremas, de elementos cubanos, que ha terminado aislado. Es un hombre secuestrado por quienes lo manejan. Lo controlan por el miedo.
-Cilia Flores. Es una persona muy revanchista. Es el puente entre Maduro y quienes le dictan la línea. Prueba es que Maduro no asiste a entrevistas sino están presentes ella y los Rodríguez.
-Jorge Rodríguez. Es el Fouché del régimen. [Joseph Fouché, político francés, epítome de la perversión, maldad y manipulación]. Es quien arma la política, las acciones del régimen contra todo el mundo. Contra el país, en realidad. Es capaz de cualquier cosa y no se ha detenido ante nada para lograr la posición que hoy detenta, que es el Estado en sus manos.
-Delcy Rodríguez. Es lo que Jorge decida que sea.
-Vladimir Padrino López. Fue escogido por Maduro, quién sabe quién se lo sugirió. También es lo que vemos. Pusilánime, acomodaticio y apegado a los caprichos de Maduro y quienes los manejan.
-Pedro Carreño. [Este diputado pesuvista señaló a María Ferrer, hija de Germán, de tener millonarias empresas en Panamá]. Detestable. Es el sicario político del régimen. Carente de valores. No tiene el más mínimo escrúpulo para decir cualquier cosa, atacar a quien sea, si así se lo ordenan. Lo tienen para eso, vilipendiar, para decir lo que otros no se atreven. No tiene pudor para mentir.
-Diosdado Cabello. Hábil, pero poco valiente, por decir lo menos. Lo que hace es hablar y, prevalido por el poder, es capaz de inventar lo que sea. Es rápido para acomodarse en los juegos de poder que se están produciendo en Venezuela. Sin la Constituyente pasará a ser un tipo sin ningún poder. Por eso se niega a todo acuerdo para salir de la tiranía, porque quedará sin el cambur de la Constituyente, con la que el régimen comete todas sus barbaridades e ilícitos. Todos los desmanes que se cometen en Venezuela pasan por la ANC, que no es más que un congreso del PSUV.
-Raúl Gorrín. De escribiente de un tribunal a uno de los hombres con mayor fortuna de Venezuela. De la noche a la mañana. Llama la atención…
-Herman Escarrá. A pesar de su obesidad, tremendo saltarín. Pasó de ser adversario a convertirse en vocero legal de la Constituyente. El país conoce bien su clase y su talante. No tiene ningún respeto dentro del chavismo. Es un recogido del madurismo para que le haga coro a la tragedia que han creado en el país.
-Julio Borges. Está cumpliendo un papel muy importante en el Grupo de Lima y ahora como canciller del gobierno interino de Juan Guaidó. Tiene por delante la gran tarea de coordinar a los embajadores de Guaidó. Muy importante, porque se trata de trasmitirles a todos los gobiernos que están apoyando una salida constitucional en Venezuela cuál es el apoyo que requerimos para lograrlo. Borges está en perfecta capacidad de llevar adelante esa misión. Tiene la formación y la experiencia. Es un hombre honesto. Precisamente por eso Diosdado tiene un espacio fijo en su programa de televisión para él. Si Julio Borges no hubiera sido tan eficiente y persistente en divulgar la tragedia que estamos viviendo los venezolanos, Diosdado no haría eso.
-Tarek William Saab. [En agosto de 2017, Tarek William Saab, fiscal de Maduro, solicitó que se allanara la inmunidad parlamentaria de Ferrer y mostró documentos “que lo comprometen, junto a fiscales activos del Ministerio Público, por abrir cuentas en dólares en un banco en las Bahamas”. En varias ocasiones ha acusado a la pareja Ferrer-Ortega Díaz de corrupción y extorsión]. El país sabe quién es este individuo. Una persona absolutamente inmoral, corrupto ligado al desfalco de PDVSA, a través de una empresa llamada Constructora Conkor C.A., y de unos personajes siniestros. Es cómplice de la violación sistemática de Derechos Humanos. Se hace el desentendido ante las torturas y asesinatos que comete diariamente el régimen.
-Germán Ferrer. ¿Yo? Un luchador de toda la vida, por sueños que nos llevaron a defender un proyecto en el que creímos y que nos costó lo que hoy estamos sufriendo. ¿Secuestrador yo? Es absolutamente falso que yo haya participado en el secuestro de las hijas de Renny Ottolina. Jamás fui parte de eso, ni lo convalidé. Nadie puede decirlo. Nunca he hecho nada de lo que tenga que arrepentirme. Mi error fue no salir a tiempo de una propuesta que traicionó los postulados de justicia, solidaridad, ecología. ¿Que hubo crímenes que convalidé con mi silencio? No tengo ningún temor a enfrentar cualquier forma de justicia por lo que nos puedan señalar o acusar. Estoy tranquilo con mi conciencia. Todo lo que hice, lo hice por convicción y en procura de un país más justo. ¿Qué espero ver en lo que me quede por vivir? Una nueva realidad en Venezuela. Seguiré luchando por nuestro país, por la libertad, la justicia y por un mundo donde nos entendamos todos.