En la aldea
09 febrero 2025

Edgar Zambrano, Abogado, diputado a la Asamblea Nacional por el estado Lara; Vicepresidente de la Comisión de Justicia y Paz de la AN; Vicepresidente Nacional de Acción Democrática, y miembro de la Fracción Parlamentaria de AD.

Edgar Zambrano: “Hay que ir por el finiquito del modelo y el cambio de la Presidencia de la República”

El diputado y dirigente adeco opina que las fuerzas democráticas tienen ante sí dos retos inevitables, para los cuales deberán prepararse: Unas elecciones parlamentarias de carácter constitucional, que son inevitables, y unas elecciones presidenciales que hay que ganarse en la calle. Edgar Zambrano confía en la unidad del G4, y pide esperar por los acuerdos del Comité de Postulaciones de la Asamblea Nacional.

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Alonso Moleiro | 16 marzo 2020

Edgar Zambrano es un adeco bordado a mano. Privilegia, ante todo, los acuerdos políticos; no pisa zonas particularmente polémicas cuando argumenta, y tiene un “tic” electoral del cual no puede desprenderse. Con una discursiva algo abstracta y asociativa, parece un convencido de la importancia de los laboratorios de acuerdos y hace constantes llamados a la paciencia y la inteligencia estratégica.

Abogado barquisimetano de 64 años, Zambrano descree de las soluciones violentas impuestas desde el exterior y pide una oportunidad para el trabajo legislativo del Comité de Postulaciones. Antes o después, asegura, que en el país habrá que organizar unos comicios limpios, y las tendencias actuales de la oposición deberán acordar un auténtico mapa de transición a la democracia.

“Fracasó el modelo político, el país ha involucionado, los venezolanos perdieron la calidad de vida, el bolívar perdió su vigencia. Es un desastre económico a todo nivel, especialmente en los sectores populares”

Edgar Zambrano

-Se avecinan consultas electorales este año que constituirán una verdadera prueba para la unidad del denominado G4, el acuerdo de partidos que sostiene lo fundamental del ejercicio opositor a Nicolás Maduro. ¿Cuál es la postura de Acción Democrática frente a la hipótesis electoral?

-El tema de las elecciones se encuentra en un proceso de construcción de acuerdos. Cada organización política tiene una óptica frente al problema. En Acción Democrática tenemos una cultura de participación electoral. Es un principio del partido, somos el partido que hizo posible el voto femenino y el voto universal, directo y secreto en el país. Pero no se trata de participar por participar. Existe en el país una circunstancia que es pública y notoria, el secuestro de los poderes del Estado. Desde República Dominicana, Barbados y Oslo, la sociedad democrática, el Frente Amplio, el G4, lo que ha estado impulsando es precisamente eso, una elección presidencial razonable y justa para todos. El Gobierno replica que hará las elecciones parlamentarias con sus condiciones. A los cuatro partidos más grandes de la sociedad democrática se les impidió participar, están proscritos, con sus tarjetas electorales inhabilitadas. El resultado electoral de aquella cita estaba cantado. El gobierno de Maduro habla de elecciones parlamentarias, que son de Perogrullo, que deben ser convocadas, de acuerdo a la Constitución, en el segundo semestre de este año. Pero el problema político del país no reside en el Parlamento, sino en el modelo político, el modelo de Estado impuesto. Por ende, el problema en Venezuela en este momento es la Presidencia de la República. El caos de la institucionalidad, el colapso estructural que vive Venezuela, hay que buscar el remedio mayor. No un paño de agua caliente. Hay que ir por el finiquito del modelo y el cambio de la Presidencia de la República.

-¿Mantendrá su unidad el denominado G4 frente a los dilemas que se aproximan?

-El principio fundamental del ejercicio democrático es el de la mayoría, no el de las minorías. Las sociedades maduras del mundo, las democracias estables, descansan en la partidocracia y el ejercicio soberano de las mayorías. Seguramente hay diferencias, siempre las habrá, y eso es bueno además. Permite a los actores conjugar, identificar errores, acordar de nuevo. Hay ahora en debate que está en curso sobre los procesos electorales planteados, bien sea el presidencial o el parlamentario.

-Podría ocurrir que haya unas elecciones parlamentarias que impidan unas presidenciales; o que éstas sean tan amañadas que incluso AD sienta que en esas condiciones no se puede ir, ya que no hay ni tarjetas electorales disponibles.

-Estamos en el dilema argumental de mostrarnos como mayoría. El gobierno de Maduro dice que es mayoría pero no se quiere contar limpiamente en ningún escenario. Ellos saben que hace mucho no tienen el respaldo en el país; por eso ejercen ese secuestro de los poderes del Estado apoyados en la Fuerza Armada. Nosotros afirmamos ser mayoría, pero se tiene que expresar, constar de alguna manera. ¿Qué hizo Mandela, o la resistencia chilena en contra de Pinochet, para mostrar su mayoría? Ahí hay elementos que se pueden tomar como parámetro. Nosotros estamos valorando la situación y conversando con los partidos. Es la política de la dirección del partido en cabeza de su Secretario General, el compañero Henri Ramos Allup. Hacemos un esfuerzo por impulsar la composición de un nuevo árbitro electoral, que no sea parte interesada del juego, sino árbitro, y que se establezcan condiciones. Aquí tenemos un dilema desde el punto de vista estratégico: La premisa del todo o nada, no es útil, no es viable para ofrecer resultados. Está desfasada en tiempo y espacio. Todo principio de negociación arranca con el reconocimiento de la partes.

“En Acción Democrática tenemos una cultura de participación electoral. (…) somos el partido que hizo posible el voto femenino y el voto universal, directo y secreto en el país”

Edgar Zambrano

-¿Eso no habría que decírselo a los chavistas más bien?

-Seguramente. Las partes deben ceder, es un proceso. El “todo o nada” no tiene destino. Hay un ajedrez, una arquitectura de la negociación que es necesario comprender y respetar. Crear un espacio propicio donde las partes puedan concitar un escenario electoral. Pudo hacerlo la resistencia chilena en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet, que por cierto, también impuso condiciones duras, que colocaban las cosas sobre la decisión de no participar.

-¿Qué la parece los acuerdos que se han anunciado en el Comité de Postulaciones en la Asamblea Nacional?

-Hay un pulso de la fuerza de los hechos; la situación del país es extremadamente grave. Podríamos estar a las puertas de un conflicto social de mayores decibeles. No dentro de un reclamo constitucional, sino en un escenario de violencia. Porque lo que ha pasado es que fracasó el modelo político, el país ha involucionado, los venezolanos perdieron la calidad de vida, el bolívar perdió su vigencia. Es un desastre económico a todo nivel, especialmente en los sectores populares. Eso obliga al Gobierno a un replanteo estratégico. Para abrirle cauces al reclamo social, a la dinámica política. También puede ser para tener elementos de justificación al darse la controversia por la vigencia del Parlamento o la democracia, en caso de que termine imponiéndose la omisión legislativa. Tenemos la obligación de impulsar todos los escenarios para una salida constitucional, electoral, no hay otra.

-¿No hay otra?

-No hay otra.

“Nosotros afirmamos ser mayoría, pero se tiene que expresar, constar de alguna manera. ¿Qué hizo Mandela, o la resistencia chilena en contra de Pinochet para mostrar su mayoría?”

Edgar Zambrano

-Usted ha hablado del riesgo de violencia social.

-La otra salida es la violencia. No hablo de la violencia por la violencia misma. El ciudadano reclama soluciones a su drama. El 90% de los escenarios políticos conflictivos ha sido resuelto en una mesa de negociación. Antes o después, la salida consistirá en un gobierno de transición y una consulta electoral limpia y decente. Con inteligencia política hay que ir administrando este conflicto, que está en un proceso de germinación peligroso. En momentos como esos es que brotan tesis con soluciones imaginarias, como una intervención militar, que es de imposible cumplimiento, comenzando por la realidad geopolítica de la región. Lo que ocurre ahora con el Comité de Postulaciones de la Asamblea Nacional forma parte del tablero del ajedrez político del momento. Como demócratas, debemos tener esa esperanza, más allá de las dudas que tiene la gente con el chavismo, que son naturales.

-Juan Guaidó parece decidido a jugar políticamente en todos los terrenos, en ese que usted describe y en los otros, ¿cómo evalúa sus esfuerzos?

Juan Guaidó es el líder de la oposición en Venezuela. Es el referente más importante que tiene la sociedad democrática y está validado en el terreno internacional. Los problemas de la lucha por la democracia no llegaron con Juan, él aparece en 2019. Con él se ha concretado una esperanza que ha movilizado a los venezolanos. El debe tener un discurso compaginado con la estrategia de los factores internos del país y a la geopolítica del Continente. Encontraremos propuestas alentadoras, otras controvertibles, como suele suceder. Hay que pulir los aciertos y trabajar para aproximarnos con las diferencias. ¿Qué más se le puede pedir a Juan Guaidó?

-Hay sectores políticos atrincherados en torno a la tesis de salir a votar a todo evento, aunque no haya condiciones electorales de ninguna clase y se repita el escenario del 20 de mayo de 2018. ¿Qué opina usted?

– Son posturas que forman parte de la policromía de posiciones, de liderazgos, de los partidos del país. La lógica política indica que estas tendencias deberían coincidir en un solo propósito en algún momento. Todos tienen su elemento discursivo, sus motivos, incluyendo a los radicales. Pero en todos vas a encontrar, además, posiciones coincidentes, más allá de las controversias en la forma. Nadie en estos factores está auspiciando mantener el modelo político actual. Todo el mundo está planteando un proceso de transición y todo el mundo sabe que el chavismo no tiene posibilidades electorales, en ningún escenario, con ningún laboratorio.

“El problema político del país no reside en el Parlamento, sino en el modelo político, el modelo de Estado impuesto. Por ende, el problema en Venezuela en este momento es la Presidencia de la República”

Edgar Zambrano

-¿No deberían estar estas tendencias unidas?, ¿no es esta una responsabilidad del G4 y Juan Guaidó, promover la unidad?

-Juan tiene contacto y conversaciones con estos factores a los extremos del G4. Nadie debe menospreciar a Guaidó, él está claro, le ha tocado un momento político muy complejo. Es un tipo muy joven, pero con mucha claridad, muy inteligente y ya experimentado.

-En esas tendencias hay dirigentes que aspiran a sustituirlos a ustedes en el G4, a desplazarlos, no a engrosar las filas de la unidad.

-Forma parte de la dinámica política. Es la configuración de la propia política. Llegará el momento en que todos estos factores van a converger. Ni radicales ni moderados, solos no pueden hacer absolutamente nada.

-¿Sobre qué van a converger?

-Sobre el modelo de desactivación de la crisis y cómo reposicionar el hecho nacional. Incluso por estado de necesidad. Eso lo va a indicar la dinámica, y yo creo que estamos cerca.

-¿Piensa usted que el país puede esperar cambios en 2020?, ¿podrá quedar conjurada la “usurpación”, concretada una transición a la democracia?

-Ni es a palo, ni es con la inocencia. No es la política mala, es la política buena. El país reclama que regresemos a la política. Todos los ciudadanos, todo el mundo en Venezuela, a cualquiera al que se le pregunte en la calle, habla de elecciones. El voto es su arma.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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