En la aldea
28 marzo 2024

El mundo cambia ¿y nosotros?

Para Venezuela el gobierno que nos venga próximamente como todo el mundo espera y nos transite de la dictadura a la democracia, tendrá que sentar las bases de las reformas económicas y sociales. Los recursos tanto del gobierno en la transición y los posteriores democráticamente elegidos, deberán provenir de la creación de riqueza por la vía de reglas claras y transparentes para las empresas y los emprendedores.

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Juan Fernández | 23 abril 2020

La realidad actual tiene una consecuencia evidente y en pleno desarrollo con su impacto económico global. Los indicadores señalan como estamos en recesión global. Las economías de los países desarrollados vienen diseñando y ejecutando una combinación de políticas monetarias y de gasto, los paquetes de estimulo para mitigar los efectos negativos y buscar salir en el menor tiempo de sus consecuencias, como por ejemplo el desempleo. Los organismos internacionales como el FMI, el BM, etc., también se apuntan con programas y de esta manera desarrollan planes de ayuda, con especial atención a los países en vías de desarrollo.

Para completar consideremos la situación actual el mercado petrolero muy afectado por la destrucción de la demanda, y adicionalmente por el desacuerdo entre Rusia y Arabia Saudita con un aumento de la oferta de crudo que trajo como resultado la caída de los precios que no se veía desde hace años. En días recientes dado el impacto tanto desde el punto vista de la relación costo/beneficio del sector petrolero como de las necesidades de ingresos fiscales de los países productores OPEP, y los países asociados como Rusia a instancias del gobierno de los EE.UU., se acordó una reducción histórica de 10 millones de barriles por día que según observamos el mercado no considera suficiente, lo valora como frágil y el precio no ha tenido la recuperación esperada, por cierto en todo lo anterior como vemos Venezuela no cuenta para nada. Tres consideraciones al respecto:

I. Estímulos para el desarrollo de energías alternativas

Hay una corriente, cada vez más importante, de países los cuales piensan aprovechar esta oportunidad de la crisis para impulsar y estimular sus economías por la vía del uso de energías alternativas, como por ejemplo Europa, pues estratégicamente además quieren dejar la dependencia de las importaciones de gas y petróleo. Es decir, establecerán políticas para incentivar el consumo de las fuentes alternativas de energía, podrán implementar ventajas fiscales y de financiamiento para su desarrollo, y preparan sus recursos humanos para esta transformación energética.

“Las pericias y experiencia para manejar en todos los ámbitos esta crisis que vive nuestro país, la cual además es de carácter institucional, de principios y valores, requiere el concurso de los mejores”

II. Los EE.UU. y la configuración actual del sector

Por otro lado, países como los EE.UU. cuya estructura de la industria se atomizó con el desarrollo del llamado shale oil, donde pequeñas y medianas empresas son los actores principales para llevar a los EE.UU. a 12 millones de barriles de petróleo por día.

El sector en los EE.UU. tiene serios problemas para continuar operando en la pequeña y mediana empresa, las cuales se apalancaron financieramente en muchos casos sobre la actividad no rentable, y no generaron la caja suficiente y por lo tanto cerrarán producción. Adicionalmente la destrucción de la demanda afecta también al sector de la refinación y distribución, poniendo a los refinadores con problemas operativos y también financieros, este es un nuevo paradigma para el sector aguas abajo. Este cambio ocurrido en la industria en los EE.UU. como vemos no tiene como afectados solamente a los majors como ExxonMobil, Chevron-Texaco, ConocoPhillips, Valero, etc. Lo anterior, ha comenzado a generar una corriente de opinión, tanto a nivel del gobierno federal y como de los gobiernos estadales, para que se establezcan paquetes de estimulo y auxilio financiero al sector, inclusive algunos han pedido la imposición de tarifas al petróleo importado bajo la premisa de la autosuficiencia financiera como un elemento estratégico de los EE.UU.

III. El enfoque en costos y no en precios

Considerando el entorno actual y cuyas previsiones estiman un periodo de uno a tres años para restablecer la pérdida de demanda, el enfoque de la industria es necesariamente hacia costos, el precio será una variable que se recuperará lentamente y aun así permanecerá en niveles bajos y no altos, pues serán objetivo prolongar el máximo posible el consumo y competir con las alternativas energéticas. Aquellos productores con costos bajos tendrán la ventaja competitiva, la cual deberá ir en línea con los marcos fiscales acordes.

Los requerimientos de inversión implicarán condiciones flexibles y adaptadas al mercado, lo cual hace deducir claramente como también habrá competencia por recursos financieros y de mercados. Como vemos las economías de los grandes consumidores demandarán recursos internamente y el exceso que haya disponible para inversión externa será jerarquizado en función del costo/beneficio y las ventajas que represente para la decisión de inversión.

Consideraciones para Venezuela

Como resultado de lo descrito anteriormente, es necesario reconocer la necesidad de ubicarse en un nuevo escenario económico y energético, aun más exigente que antes de la pandemia podíamos pronosticar. En el caso de nuestro país, para reconstruir la industria petrolera (lo cual no significa PDVSA), que preferiría se tratase como la industria de la energía, refuerza la hipótesis con la realidad actual que la participación privada es fundamental. Para Venezuela el gobierno que nos venga próximamente como todo el mundo espera y nos transite de la dictadura a la democracia, tendrá que sentar las bases de las reformas económicas y sociales. Los recursos tanto del gobierno en la transición y los posteriores democráticamente elegidos, deberán provenir de la creación de riqueza por la vía de reglas claras y transparentes para las empresas y los emprendedores. De esta manera con un esquema fiscal flexible y adaptado a la realidad competitiva, su obligación sería usar los recursos y esfuerzos para proveer a la sociedad de un estado mínimo de bienestar, en salud, educación, seguridad, de manera eficiente, eficaz y con rendiciónde cuentas. Como observamos el mundo no estará en condiciones, ni deseará otorgar recursos o financiamientos a los gobiernos en actividades en donde los privados son más eficientes y menos en actividades como la energética, y anotemos que los países vecinos también están en cuenta, ofreciendo condiciones atractivas para el desarrollo petrolero, lo que indica cómo la competencia será notable. Las pericias y experiencia para manejar en todos los ámbitos esta crisis que vive nuestro país, la cual además es de carácter institucional, de principios y valores, requiere el concurso de los mejores, nuevamente no es un asunto generacional, es de conocimiento.

La ventana de oportunidad, como también dicen los expertos, se acorta para los combustibles fósiles. Entender las nuevas realidades y actuar con visión de futuro es imprescindible, de no hacerlo de esa manera perderemos la oportunidad y seremos la referencia del país que pudo ser pues contaba con supuestamente las mayores reservas de petróleo, y que nunca fue porque se quedaron en el subsuelo.

@JFernandeznupa

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