A riesgo de que se me “caiga la cedula” voy a explicar algo: El desayuno venezolano que Yo recuerdo, era un desayuno grande y copioso: Arepas, perico, aguacate, carne mechada, caraotas, queso, jugo de frutas, café con leche.
El desayuno, la comida más importante del día según los expertos, cumple la función de romper el ayuno de las horas de sueño. En ingles “breakfast” la palabra lo dice todo: Romper el ayuno. Pero, así como finaliza el ayuno, aporta las calorías, proteínas y nutrientes esenciales para el buen desempeño a lo largo del día. Más importante aún es el desayuno durante los primeros años de vida y luego los años escolares donde el aporte de energía y nutrientes esenciales van a determinar por un lado el desarrollo del cerebro y habilidades cognitivas, y por el otro van a contribuir al trabajo escolar.
Conocido es el efecto del déficit de hierro en el cerebro sobre las habilidades matemáticas de los niños, en estudios realizados antes de los 9 meses de vida sobre el déficit de hierro, se demostró el rezago posterior en la resolución de problemas matemáticos. Todo un tema si de desarrollo humano se trata y si el desarrollo de la ciencia es lo que está en juego. Las ciencias matemáticas juegan un papel esencial dentro del resto del conocimiento, bien sea en forma de cálculos, o de estadísticas y si se trata de las nuevas tecnologías que integran distintas metodologías, como la predicción de eventos a través de las técnicas para reconocimiento de algoritmos, podemos ver entonces una conexión real entre los alimentos y los nutrientes que aportan a la dieta y el comportamiento o desempeño en las distintas áreas de la vida, incluyendo el trabajo en matemáticas.
En Latinoamérica, estudios sugieren que el desayuno contribuye actualmente con menos de un tercio de las calorías que un individuo adulto debe consumir a lo largo del día, y que la mayoría de los alimentos son ricos en carbohidratos, calcio, grasas saturadas y azúcares añadidos.
¡Bingo! las palabras nefastas aparecen: Azúcares añadidos, grasas saturadas, carbohidratos: El pasaporte a la obesidad. También estos estudios hablan que desayunar se asocia con tener un peso normal, no con un bajo peso. Esto implica que el desayuno promueve el equilibrio, pero que los alimentos deben ser saludables, suficientes y variados. Un desayuno adecuado debería contener carbohidratos, grasas, proteínas, aportar calcio, hierro, vitaminas y otros minerales.
Muchas veces la comida mas sacrificada en situaciones de emergencia lamentablemente es el desayuno, y en Venezuela no hemos escapado de esa realidad. Desde hace unos años, los niños comenzaron a desmayarse en las escuelas, la falta del desayuno se expresaba con la fatiga extrema que los obligaba a sentarse, a no jugar en los recreos, y a presentar déficit en el rendimiento escolar. No se puede aprender si no se está bien nutrido. Otro tanto ocurría con las maestras, pálidas, fatigadas y desmotivadas, es difícil rendir en estas condiciones. Y así llegamos al 2020, el año de la pandemia, donde claramente las madres nos refieren que dejan dormir a los niños hasta tarde pues así mejor almuerzan “de una” y no comen tanto.
Sacrificar la comida más importante del día tendrá sus efectos, ya los tiene, estamos viéndolos en primera fila, niños que en quinto grado no entienden lo que están leyendo, niños que no saben sumar y restar, niños que con la mirada triste ya no juegan en las calles de sus comunidades.
Recuperar el desayuno debería ser tarea prioritaria del Programa de Alimentación Escolar alguna vez, el respeto al derecho a la alimentación de nuestros niños, niñas y adolescentes tiene que garantizarse, porque al garantizar un programa de alimentación escolar de calidad se asegura también la educación.
Llegará un día en el cual el desayuno vuelva a ser el desayuno tradicional venezolano con el que crecimos, con el que recuperemos las tradiciones culinarias y con el que aseguremos el futuro de los niños venezolanos que no tienen responsabilidad alguna en la crisis del país.
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