En la aldea
25 abril 2024

Tiempos de persecución y de silencio

El diálogo, la reconciliación y la paz que el chavismo hoy vuelve a poner sobre la mesa se mueven bajo las mismas reglas que le han granjeado dos décadas gobernando Venezuela a costa del sistema democrático. Saben que ciudadanos informados y con sentido crítico dan lugar a la participación y a la acción. Para quienes ejercen el poder en Venezuela es necesario el “manejo” de las masas, lo que implica esconderles una base fundamental del conocimiento y bloquear el acceso a la información. ¿Tiempos de diálogo, reconciliación y paz?

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Redacción LGA | 12 enero 2021

¿Son tiempos de diálogo, reconciliación y paz? Desde las filas del chavismo omiten los signos de interrogación. Ellos dicen la frase en tono afirmativo, pero en verdad se trata del discurso de ocasión, parte del encubrimiento de las irregularidades del proceso celebrado el pasado 6 de diciembre, del que emergió una Asamblea Nacional a imagen y semejanza de lo que el régimen de Nicolás Maduro requiere para cubrir las apariencias, cumplir con sus nuevos aliados de la “oposición” y, lo más importante, sin perder sus cuotas de poder. Así que la “temporada de reconciliación” es un ejercicio de retórica.

De hecho, una remozada Iris Varela ya dejó escapar en la primera sesión formal de la Asamblea Nacional rojita los verdaderos instintos que los mueven. Advirtió que no puede pasar más de un mes sin que se tengan listos los expedientes para presentar “un exhorto” al Poder Judicial para que, al cabo de unas 48 horas, emita las órdenes de captura contra los parlamentarios liderados por Juan Guaidó, “que promovieron acciones contra el país”. Es decir, contra el chavismo.

Y, más allá, el diálogo y la reconciliación llegaron arremetiendo con fuerza contra los medios de comunicación. La primera semana de enero se tradujo en una andanada de acciones por parte de diversos entes del Estado contra Tal Cual, Panorama y VPITV que parecen más un amedrentamiento, a la par de ataques informáticos y otras prácticas que ponen en riesgo la labor informativa de los medios.

Basta mencionar que la incautación de equipos, la clausura de su estudio y de su oficina de redacción, obligó a VPITV al cese temporal de operaciones. Una más en la larga lista de acciones que han ido menguando a los medios de comunicación en Venezuela.

En paralelo, desde medios “privados” de línea editorial oficialista como Globovisión y El Universal, así como desde otros que integran de manera formal la artillería mediática del régimen, se cuestionó que medios como Efecto Cocuyo, Caraota Digital y El Pitazo reciban financiamiento del Reino Unido.

El diálogo, la reconciliación y la paz que el chavismo hoy vuelve a poner sobre la mesa se mueven bajo las mismas reglas que le han granjeado dos décadas gobernando Venezuela a costa del sistema democrático. Porque para quienes ejercen el poder en Venezuela, que no piensan dejar de hacerlo, es necesario el “manejo” de las masas, lo que implica esconderles una base fundamental del conocimiento, bloquear el acceso a la información.

Saben que un ser humano con ideas propias, capaz de cuestionarse a sí mismo y a su entorno, es un peligro para su objetivo de eternizarse en el poder, porque ciudadanos informados y con sentido crítico dan lugar a la participación y a la acción, por lo tanto, son enemigos declarados de quienes fomentan las distintas formas de sumisión.

La verdad es que son tiempos de garrote, de persecución y de intentar imponer el silencio.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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