Como presidente ejecutivo de Citgo a Carlos Jordá le ha tocado timonear uno de los principales activos externos de la nación, cuya protección ha sido bandera del Gobierno interino que lidera Juan Guaidó desde inicios de 2019. Aunque no se atreve a especular sobre lo que se pueda hablar acerca de Citgo en la mesa de negociación entre la Plataforma Unitaria y el régimen de Nicolás Maduro, imagina que en este momento lo medular es lo relacionado con las elecciones y las sanciones internacionales. Estas últimas han impedido pactar endeudamiento para enfrentar problemas, una limitación que otros competidores de la petrolera no enfrentan. En lo que respecta a los señalamientos de corrupción indica que se ha ayudado a las autoridades estadounidenses en sus pesquisas. Específicamente sobre la Fundación Simón Bolívar afirma que es totalmente transparente y auditable, así que lo que se ha podido decir al respecto “creo que es una manera de atacar al Gobierno interino”.
-¿Cuáles son los mayores peligros que hoy corre Citgo?
-La parte de los juicios es algo en lo que no me puedo meter, ya que estos son a nivel de PDV Holding, que es la empresa demandada por los acreedores de la República. Ellos quieren embargarla debido a supuestas deudas. Nosotros nos hemos mantenido bastante concentrados en lo que hacemos; y le hemos dejado eso a PDVSA ad hoc, PDVSA holding y los abogados de cada caso. Es difícil saber cuál va a ser el resultado final de estos procesos, y las opiniones sobre si vamos a perderlos todos o ganarlos todos, son meramente especulativas; así como también lo son los pronósticos que se han hecho sobre si la protección del gobierno americano se va a mantener a mediano plazo, o no. Todas estas cosas que acabo de mencionar, no las podemos predecir ni tú ni yo.
-¿Cuál era la situación de Citgo cuando el Gobierno interino tomó control de la empresa?
-En febrero de 2019, cuando entró la junta directiva nombrada por el presidente Juan Guaidó, tanto Citgo, como su casa matriz PDVSA, eran empresas sancionadas. El presidente saliente de la compañía era Asdrúbal Chávez, y operaba desde Bahamas, porque le habían removido la visa y no podía pisar suelo norteamericano. Otro aspecto muy importante era la crisis de liquidez que padecía la organización, porque, por las medidas sancionatorias, los bancos nos retiraron el financiamiento. Y, como si fuera poco, también dejamos de tener créditos de los suplidores de crudo, que empezaron a exigir el pago por adelantado. Cuando yo llego, en agosto, afortunadamente, se había logrado hablar con la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC), para que nos diera un permiso operativo prolongado. Ya hoy tenemos las puertas abiertas de varios bancos grandes y hemos logrado mejorar nuestra situación de acceso a bancas de inversión, que han sido transparentes y han contado con el visto bueno de nuestros asesores legales y financieros.
-¿A qué atribuye las pérdidas de más de 600 millones de dólares de Citgo en 2020?
-A comienzos del primer trimestre del 2020 ya estábamos mejorando nuestra situación, pero llegó la pandemia y toda la economía americana cerró. Allí inició el desplome del consumo y los márgenes se fueron al suelo, esto nos hizo bajar la refinación considerablemente, con el añadido de que en este negocio los gastos fijos son altos, porque hay que pagar una nómina, hacer mantenimiento a las unidades, entre otras muchas cosas. Sin embargo, cuando nos comparas con el resto de la competencia, salimos muy bien en relación a muchos de ellos. El 2020 fue un año de pérdida para toda la industria, una situación sin precedentes. También quiero aprovechar para explicar, que cuando recibimos esta compañía, éramos la empresa de refinación de los Estados Unidos con el mayor nivel de deuda, respecto a su capital. Desafortunadamente, esos pasivos no se contrajeron para invertirlos internamente, sino para enviarle recursos a la PDVSA del régimen venezolano. Esto, más las sanciones, hicieron que no pudiéramos endeudarnos más, para enfrentar el problema que teníamos, a diferencia de nuestros competidores, que sí fueron a la banca y consiguieron un colchón de dinero acorde a la crisis.
-En vista de todo lo que me está describiendo, ¿qué proyecciones tiene la empresa para finales de 2021?
-Este es un año de recuperación, no es un asunto de Citgo, sino del mercado. Te explico brevemente, aquí hay tres grandes productos: gasolina, diésel y jet fuel. Con la gasolina hay un momento razonable, con márgenes buenos; pero la situación del diésel es negativa por sobreoferta, y la del jet fuel también, porque la industria de las líneas aéreas no ha recuperado totalmente su vigor. Entonces, me preguntas sobre el resto del año, y yo te diría que va a depender mucho de cómo evolucionen factores como la nueva variante Delta, porque si en este país hay otro cierre, se repetirán los problemas del año pasado. Esta es la situación, por eso es difícil de predecir hoy cómo va a cerrar el año.
-¿Dónde estaban los focos de corrupción cuando ustedes tomaron control de Citgo?
-Sobre esto, hay cosas que puedo comentarte y otras que no, pero cuando la nueva junta directiva llegó, recibió informes con acusaciones de todo tipo, por lo que se contrató una firma de abogados externa para iniciar una investigación en varios ámbitos. Entre esos está una unidad de compras, que brindaba servicios a Petróleos de Venezuela, debido a que por malos manejos de las administraciones puestas por Hugo Chávez y Nicolás Maduro, la estatal había perdido el crédito y la posibilidad de adquirir bienes y servicios en muchos países, incluyendo Estados Unidos. Eso, lamentablemente, no fue bien manejado y, supuestamente, se cometieron una serie de irregularidades que todavía están siendo investigadas. Después, el Departamento de Justicia hizo una citación a Citgo, indicando que había una serie de áreas que ellos querían examinar, y por eso somos una empresa que, todavía hoy, está siendo auditada por el Gobierno americano. Afortunadamente, la junta directiva ya había picado adelante y nuestros abogados han aportado elementos necesarios, que han ayudado a las autoridades estadounidenses en sus pesquisas.
-Hay ruido acerca de financiamientos poco claros que han salido de la Fundación Simón Bolívar, que pertenece a Citgo. ¿Qué información maneja al respecto?
-Yo diría que es o falta de información o es mala intención, porque la empresa, como te dije, está siendo investigada por el Departamento de Justicia y nosotros hemos estado colaborando con ellos, siguiendo las normas de gobernanza corporativa más transparentes que puede haber. Todas las gestiones de esta compañía tienen que regirse por estas reglas, eso incluye, también, a cada una de las actividades que se han hecho de financiamiento. La Fundación Simón Bolívar es privada, sin fines de lucro y se rige por las normas de la tesorería americana, que establecen que solo le puedes donar dinero a organizaciones que también sean sin fines de lucro. Sinceramente creo que es una manera de atacar al Gobierno interino, porque esa institución es totalmente transparente, auditable y cuenta con un presupuesto relativamente pequeño. Las personas que la manejan son de alta confianza y no tienen ni siquiera un salario, lo hacen ad honórem y tiene como fin principal, ayudar a organizaciones no gubernamentales que, a su vez, apoyen a Venezuela, dentro o fuera del territorio. Más bien, lo que ha pasado es que esas ONG han empezado a ser perseguidas por el régimen, y eso ha limitado nuestra actuación, al punto que hemos buscado canales en Colombia, Ecuador e inclusive aquí en Estados Unidos, para ayudar a nuestra gente.
-Si hay una flexibilización de las sanciones, ¿es posible que los acreedores de la República puedan ponerle la mano a activos como Citgo?
-No creo. Hasta donde yo entiendo, el único acreedor que ha logrado cierto progreso es Crystallex, porque ellos probaron el concepto de alter ego, aunque, supuestamente, eso todavía se sigue peleando en la Corte. Sin embargo, los que están detrás no pueden seguir la misma estrategia, porque el alter ego no existe después de la llegada del Gobierno interino. Por eso, si levantaran las sanciones, sólo los canadienses de Crystallex podrían resultar beneficiados, el resto no… Pero esta no es mi experticia, creo que es una pregunta para PDVSA ad hoc o la Procuraduría, incluso.
-¿Qué expectativa tiene Citgo con el proceso de negociación que se inició en México?
-Eso sería muy especulativo. Ni siquiera sabemos qué se está conversando sobre los activos y en cuanto a cómo va a ser la transición en Venezuela, si es que va a haber una… Me imagino que lo medular en este momento es la parte de elecciones y las sanciones. Sería altamente imaginativo de mi parte decir cuál es el futuro de Citgo en esas negociaciones, ni siquiera sé si lo consideran como algo prioritario en este momento. Creo que es una pregunta más para miembros las delegaciones que se están reuniendo. Nosotros estamos mostrando resultados, la gente los puede ver, sean buenos o sean malos no los vamos a esconder. Quizá en el pasado la gente metía bajo la alfombra resultados malos y solamente hablaba de los buenos. Nosotros estamos hablando de los buenos y de los malos. Y esa apertura de transparencia es lo que ha signado nuestro trabajo acá, un trabajo en equipo, hemos tratado de mejorar en lo posible el equipo gerencial, hemos traído gente con experticia en mejorar la operación de la empresa y en cómo ser de nuevo una empresa que sea bien clara y con un manejo bien adecuado de su gestión. Y en eso estamos, muy orgullosos de haberlo logrado. Y es algo que indica que sí es posible hacer las cosas bien, si a uno lo dejan hacerlo.
-¿Qué pasará con la directiva de Citgo y PDVSA ad hoc cuando venza el periodo de la Comisión Delegada y el Gobierno interino el próximo 5 de enero de 2022?
-Bueno, como decía mi mamá: ‘Dios proveerá’. Yo no te puedo decir qué va a pasar, pero la empresa va a seguir funcionando, no veo un escenario distinto a ese. Nuestros accionistas son los venezolanos, el representante del accionista, sí, no sé quién va a ser, pero la compañía va a seguir aquí. Creo que alguna solución se le buscará a esto, tengo confianza en que el presidente Guaidó, o los miembros de su equipo sacarán una alternativa al interinato, en caso de que este venza. De todas formas, de nuevo, es una pregunta que no es para Citgo, pero sin duda PDVSA podría responder.