En la aldea
10 octubre 2024

Mariela Celis: “Creo en la meritocracia y no en la adulancia”

Su mayor desgracia: “Que el país no cambie nunca”. Habló de los amigos, de su pareja, de La Guaira, del majarete, de los tequeños. Una mujer de radio, televisión y stand up comedy. “No me arrepiento de nada, bueno, a lo mejor de que Osmel Sousa no me haya visto para el Miss Venezuela”. Mariela Celis, entre risas y buen humor sentencia: “Oír un no, me reta”.

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Alejandro Hernández | 11 marzo 2022

-¿Cuál es el rasgo que más define su carácter?
-El buen humor, me encanta estar echando broma todo el día, hacer chistes y que la gente se ría. Si alguien se ríe por algo que yo digo, me siento feliz. También me gusta mucho ser positiva.


-¿Qué es lo que más valora de sus amigos?
-La fidelidad, porque yo tengo amigos desde hace más de 25 años; amigos que conservo desde la universidad y amigos nuevos que se han convertido en parte de mi familia. Tenemos los mismos gustos, ideas similares y son gente creativa, trabajadora y muy honesta. Los amigos son la familia escogida, a mí me encanta usar esa frase, porque es muy cierta.


-¿Cuál es su principal defecto?
-Soy maniática del orden y la limpieza, aunque eso también puede ser una virtud, porque ser ordenada me ha permitido tener más de un trabajo. Por eso es que he podido hacer radio, televisión y stand up comedy en simultáneo. (¡Jejeje!) Sin embargo, cuando me entra ese trastorno obsesivo compulsivo, a la gente le fastidia un poco (¡Jajaja!).


-¿Qué cualidad aprecia más en una pareja?
-De mi pareja lo que más admiro es que tiene un gran corazón, es muy humano, solidario y siempre está con ganas de ayudar. Otra cosa que me gusta mucho de él es que es una persona que continuamente está buscando superarse, por eso acaba de terminar un PHD.


-¿Cuál es su ideal de felicidad?
-Como dicen por ahí, la felicidad es a ratos, no es constante, ni dura 24 horas. A mí me da mucha felicidad y paz estar sentada frente al mar en mi tierra, La Guaira; o, de pronto, visitar algún paraje natural de nuestro país. Respirar y ver naturaleza, me hace feliz.


-¿Cuál sería su mayor desgracia?
-Que el país no cambie nunca, pero esa no sería solo mi desgracia, sino la de todos los que apostamos a que Venezuela sea un país diferente, distinto al que fuimos y mejor del que somos ahora. El cambio es necesario y urgente, por eso pienso mucho en una reconstrucción a futuro.


-¿Quién es su autor favorito?
-Yo no soy de leer mucho, soy más de películas y cine; pero hace muchos años conocí la obra de Alfredo Bryce Echenique, gracias a Henrique Lazo, y me gusta mucho. La vida exagerada de Martín Romaña, también es un libro fabuloso que recomiendo. Y por supuesto que voy a incluir a Don Mario Vargas Llosa.


-¿Cuál es su héroe o heroína de ficción?
-La primera Mujer Maravilla, Lynda Carter, que tenía el avión transparente. Por ahí pueden sacar qué edad tengo (¡Jajaja!).


-¿Quién es su músico favorito?
-Eso es dificilísimo, porque tengo 25 años trabajando en radio y escuchando música de todo tipo. Pero quisiera destacar a una directora venezolana que entrevisté hace poco y me encanta, se llama Elisa Vegas. Es increíble todo lo que ha logrado tratando de que la música académica llegue a todos los rincones del país, sin importar los estratos sociales.


-¿Y su pintor preferido?
-Siempre será Armando Reverón, soy de La Guaira y de niña iba con mi familia a visitar El Castillete. Mi papá fue amigo de un gran amigo de Reverón, y por eso lo conoció. Para mí él fue un gran maestro, el maestro de la luz.


-¿Qué es lo que más detesta?
-Las mentiras y la injusticia, por eso no tolero que el compadrismo y el jalamecatismo, por no decir el jalabolismo, triunfen sobre el mérito en cualquier ámbito. Creo en la meritocracia y no en la adulancia.


-¿Su héroe o heroína de la vida real?
-Todas esas madres solteras que día a día salen adelante y luchan para que sus hijos estén lo mejor posible. Si tengo que puntualizar en alguien diría que Susana Raffalli, por el trabajo que ha hecho con distintas instituciones para ayudar a los más necesitados. Es una mujer muy admirable.


-¿Un hecho militar que valore?
-La invasión de los aliados a Europa para ponerle fin a la Segunda Guerra Mundial. Creo que fue un hecho militar histórico que cambió el rumbo de la humanidad.


-¿Qué virtud desearía poseer?
-La paciencia, porque soy muy ansiosa, nerviosa e hiperquinética. Me cuesta tener calma, mi personalidad me lo impide, pero creo que si la tuviera gozaría de más paz.


-¿Una reforma que admire?
-Chico, esto me parece una pregunta de profesor de historia de bachillerato. (¡Jajaja!) Pero te diría que la reforma constitucional que hubo en los años ‘40 para que las mujeres pudiéramos votar, me parece muy importante e histórico.


-¿Cómo le gustaría morir?
-No pienso en la muerte, porque he perdido mucha gente cercana: mi mamá, mi asistente, mi hermano, mi papá… Y el duelo es una cosa muy dura de vivir y sobrellevar. No pienso en la muerte, pienso, más bien, que los días son para disfrutar, ayudar, hacerlos útiles y nutrirse. De esa manera a uno le quedarán cosas buenas en la memoria. Además, chico, esa pregunta es como pavosa, next


-¿Cuál es el estado más común de su ánimo?
-Mi estado más común de ánimo es pentapolar, no bipolar; en Venezuela ya somos pentapolares, porque uno puede pasar de la rabia a la tristeza, de la alegría a la decepción o a la emoción, en el mismo día. Pero hablando en serio, siempre trato de que mi estado de ánimo sea el mejor; y eso es una lucha constante, tomando en cuenta que aquí, prácticamente, todo está hecho para que uno fracase, porque se puede ir la luz o el agua, está el tema de la inseguridad, o la falta de gasolina, abren y cierran vuelos internacionales, en fin… Yo siento que vivo como en Jumanji, que a medida que voy pasando niveles, voy triunfando; por eso trato de contagiarle mi actitud positiva a los demás.


-¿Qué defectos en la gente le inspiran indulgencia?
-El poco conocimiento de las cosas, pero eso puede ser una tarea titánica y a veces se puede perder esa batalla…


-¿Tiene un lema o una máxima?
-Mis lemas de todos los días son “en el nombre de Dios” y “sí se puede”, no me gusta aceptar un no, cuando me lo dicen, me pongo más insistente para que me digan que sí. Oír un no, me reta.


-¿Qué palabra eliminaría del diccionario?

-Una que, lamentablemente, acaban de incluir: aperturar… Aquí la dice Raymundo y todo el mundo (¡Jajaja!).


-¿Un ídolo?
-Dicen que idolatrar a alguien no es bueno, porque los ídolos se caen y se rompen. Pero mi ídolo más cercano y terrenal es mi compañero de radio Nelson Bocaranda.


-¿Cuál es su placer culposo?
-Cuando estoy en una fiesta y pasa un mesonero con una bandeja llena de tequeños… Ahí agarro una servilleta y pongo más de tres (¡Jajaja!).


-¿De qué se arrepiente?
-Creo que arrepentirse es algo que no tiene sentido, porque ya el momento pasó. Hay que vivir en el presente, pensando en el futuro y recordando lo bueno del pasado; o quizá, algunas experiencias negativas que te sirvan para no repetirlas. Arrepentirse creo que es una pérdida de tiempo, por lo tanto, no me arrepiento de nada, bueno, a lo mejor de que Osmel Sousa no me haya visto para el Miss Venezuela (¡Jajaja!).


-¿Un sabor que le recuerde a su infancia?
-El del majarete, porque cuando era niña iba con mi familia a Los Caracas, en La Guaira, a pasar vacaciones y por ahí siempre iba un señor en bicicleta que los vendía. El majarete es una cosa divina, y cuando lo pruebo inmediatamente me conecto con mi niñez. Ojo, en aquel momento Los Caracas era un complejo turístico bellísimo, no la ruina que, lamentablemente, es ahora.


-¿Una ciudad por la que sienta afecto?
-Mi visita a Atenas, en 2019, fue lo máximo, porque siempre había sido mi sueño ir y ver el Partenón en vivo y directo.

*Las preguntas pertenecen al “Cuestionario Proust”, una herramienta siempre vigente cada vez que los entrevistadores quieren conocer desde otro punto de vista a los entrevistados.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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