Las opiniones de Francisco Santos son directas y categóricas, propias de su paso por el periodismo y de una larga trayectoria política, que lo llevó a ejercer diversos cargos e incluso la Vicepresidencia de Colombia en el gobierno de Álvaro Uribe. Conoce muy bien el entramado partidista de su país, lo que le permite analizar el escenario electoral de cara a la segunda vuelta de las presidenciales que cierra el próximo 19 de junio. La elección de Gustavo Petro o de Rodolfo Hernández podría marcar un antes y un después para Colombia, para Venezuela y para toda la región, pero cree que el discurso de odio del petrismo pasará factura. Por eso afirma que Rodolfo Hernández es el gran obstáculo de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, el ELN, las FARC y los narcos para cambiar a Colombia de eje y pasarla a su bando. Por eso que “es el hombre que corre más riesgo hoy en América Latina”.
-¿Cuál es la diferencia para Venezuela, en términos políticos y de migración, entre que gane la presidencia de Colombia Gustavo Petro o Rodolfo Hernández?
-La gran diferencia es que con Gustavo Petro Colombia quedará involucrada en ese nuevo bloque geopolítico que es el socialismo de siglo XXI: Cuba, Nicaragua, Perú y Argentina. Es decir, si Petro llegase a ganar, (Nicolás) Maduro y sus secuaces, como el ELN, las FARC y los narcos que están en Venezuela, tendrían un gran aliado. Por su parte, Hernández solo ha dicho que renueva relaciones consulares y abre la frontera, cosa que me parece bien, porque evita que grupos ilegales sigan haciendo millones de dólares con contrabando y otros actos ilícitos. Si va a ir más allá, sinceramente hoy no lo sé. Él dijo que como no sabía mucho de relaciones exteriores, se iba a asesorar con la mejor gente. Sin embargo, de que habrá un cambio frente a la política de Iván Duque, sí, no te quepa la menor duda.
-¿Pero ve posible una relación cercana entre Hernández y Maduro?
-Por ahora no creo que pase, no sé más adelante; pero lo que sí es cierto es que con Gustavo Petro habrá una entrega total a Maduro.
-Hernández tiene fama de haber sido duro con la migración venezolana cuando fue alcalde de la ciudad de Bucaramanga. ¿Cree que mantendrá esa postura si llega a la presidencia?
-Considero que desde la presidencia verá las cosas de una manera distinta. Como alcalde debía tener una mirada más inmediatista y local; pero ahora yo contaría con su sensibilidad para este tema, porque la migración venezolana es un hecho que ya no va a cambiar. Pero le repito, no puedo hablar con claridad absoluta sobre cómo actuará Hernández, porque no lo conozco personalmente.
-¿Por qué piensa que la vida de Rodolfo Hernández está amenazada?
-¡Uy, uy! Te lo digo clarísimo: ese señor hoy es el gran obstáculo de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, el ELN, las FARC y los narcos para cambiar a Colombia de eje y pasarla a su bando. Creo que el hombre que corre más riesgo hoy en América Latina se llama Rodolfo Hernández, porque él constituye un freno a un modelo que lleva construyéndose muchos años y que se quiere apoderar de la región. Por eso he dicho que deben protegerlo. Ya él avisó que no iba a salir de Bucaramanga en los próximos días, por gravísimas informaciones con respecto a su seguridad. A mí no me extraña que eso sea así.
-¿No ve factible que la falta de experiencia de Hernández en este tipo de campañas le haga cometer errores que puedan hacer tambalear su posibilidad de llegar al poder?
-Creo que a pesar de la guerra sucia que le van a montar, Rodolfo le ganará por más de cinco puntos a Petro, ya verás que esa segunda vuelta terminará doce millones de votos contra nueve. No creo que vaya a ser distinto, porque esta gente lleva veinte años construyendo un discurso de odio y eso les puso un techo electoral; ahora, además, se les cayó el discurso polarizante, porque el candidato del uribismo no pasó a segunda vuelta. Lo único que puede cambiar el rumbo de esta elección es que se cometa alguna acción contra la vida de Hernández; o que se repita la compra de votos en la costa y en la región del Pacífico, que ya hubo en la reelección de Juan Manuel Santos.
-¿Cómo ve a la senadora Piedad Córdoba en este contexto?
-Si gana Petro, en quince días se están abrazando; pero si llega Hernández, puede que la justicia tome decisiones contra ella. Otro factor a considerar es que se confirme que los traslados de dinero que le han descubierto a la señora están vinculados al narcotráfico; si es así, ella será solicitada por Estados Unidos. ¡Yo no conozco a nadie que ande con 70 mil dólares en el bolsillo! Hoy por puro pragmatismo, Petro dice que se equivocó con ella y la sacó de su campaña; pero eso es de la boca para fuera, si llega a ganar, en dos semanas están abrazados otra vez.
-¿Cuál es el futuro de Alex Saab y qué consecuencias pueden traer para el régimen de Nicolás Maduro y para algunos políticos colombianos que han sido vinculados con él?
-Yo nunca pensé que iban a dejar llegar vivo a Alex Saab a una corte estadounidense, porque él tiene mucha historia que contar. Hoy Maduro lo tiene amarrado, porque mantiene a su esposa e hijos bajo su control en Caracas; pero el día que ellos puedan salir, estoy seguro de que Saab contará toda la relación y las triangulaciones que hizo para el régimen venezolano. Ahí entrarán la relación con Piedad Córdoba, Gustavo Petro y el dinero que fue y vino, porque él operó todo eso.
-De llegar Petro al poder, ¿considera que periodistas importantes y políticos opositores a Maduro que están exiliados en Colombia, corren riesgo?
-No me cabe la menor duda de que acabarán yéndose, no tengo duda. Yo estoy seguro de que con Petro se deteriorará la libertad de expresión y todos los que estén en Colombia haciéndole oposición a Maduro van a verse en serios problemas. También muchos políticos colombianos acabarían en la cárcel por esa vendetta que muy bien saben hacer ellos.
-En vista de que internacionalmente, y también a lo interno, se asume que Maduro tiene el poder y que el experimento que fue el Gobierno interino fracasó, ¿cuál piensa que es la solución para el tema Venezuela?
-Difícil saber una solución, porque la política opositora se desgastó por muchas razones. Pienso que, por ahora, se debe seguir presionando por las sanciones, hay que continuar acorralando a los bandidos, porque finalmente allá lo que hay es una mafia. Sobre las posibles negociaciones, no veo ninguna posibilidad de que un mafioso como Maduro acepte unas elecciones democráticas; y aunque las haya el problema de Venezuela no termina ahí, porque el país está tan destruido institucionalmente, tan corrompido y tan desmembrado en materia de seguridad, que retomar el camino del desarrollo va a implicar un compromiso de muchos años, quizá décadas, por parte de muchos factores.
-¿Qué información tiene de las disidencias de las FARC y el ELN en Venezuela y cómo condiciona o debe ser tratado ese punto en un eventual restablecimiento de relaciones entre ambos países?
-En Venezuela, las FARC, el ELN y el narcotráfico es una sola mezcla. Yo creo que hoy el ELN es un componente más de la Fuerza Armada venezolana, siento que Maduro le tiene mucha más confianza que a las FARC; por eso controlan casi toda la frontera y se han convertido en una guerrilla binacional. Por su parte, las FARC están metidas de lleno en el narcotráfico y con posibilidad de cometer toda clase de delitos en Colombia desde Venezuela. Esa es una realidad innegable que el próximo presidente nuestro tendrá que enfrentar.
-Muchos dicen que la falta de experiencia de Hernández en las altas esferas del poder le jugará en contra, si llega a la presidencia. ¿Ve a Rodolfo Hernández terminando su mandato?
-Colombia en eso se diferencia de muchos de los países de la región, que desechan presidentes. Yo creo que sí termina su mandato, a menos que tenga algún problema de salud. No te voy a negar que haya incertidumbre, porque él es un outsider con una política totalmente distinta a la que estamos habituados; pero estamos absolutamente claros de que no va a destruir la institucionalidad ni el modelo económico y eso es un paso gigante en estos momentos. Es decir, con Rodolfo hay incertidumbre, pero Petro es un salto al vacío.
-¿No es peligroso para Colombia que el factor que una a la mayor parte de su población sea el miedo a Petro, y no una idea o un proyecto político?
-Pues depende, ojalá en 1930 el miedo a Adolfo Hitler hubiera impedido que llegara al poder… Petro está planteando la destrucción de la democracia y la economía colombiana, porque no cree en ellas, al punto que lo ha dicho públicamente. Para este señor la institucionalidad no existe, para él existe sólo él. Tiene una personalidad que los psiquiatras que analizan el poder califican como narciso-destructiva. Pero lo más interesante de los resultados de la primera vuelta, es que Hernández se convirtió en el outsider y Petro se quedó en el establishment; por eso anda buscando votos y apoyos en el sistema político tradicional. Petro ya no es el cambio, el cambio terminó siendo Hernández. La penetración del discurso de odio del petrismo fue tan grande que movió a doce millones de colombianos, que están aterrados y van a votar en contra de esa idea. Esta es una democracia sensata diciendo “¿sabe qué? Mejor no, doctor Petro”.
-¿A qué atribuye que distintos referentes periodísticos y culturales de Colombia estén haciendo causa con el petrismo?
-Este proceso le ha quitado la careta a mucha gente que se hacía ver como independiente, entre ellos opinadores como Ricardo Silva o periodistas como María Jimena Duzán y Daniel Coronell. Incluso a la W, que es un importante circuito radial que estaba casado con Petro. Han caído en un error al convertirse en validadores del discurso petrista y al menospreciar a la porción de la sociedad que votó por Hernández. Estos referentes, como tú los llamas, nacen del antiuribismo feroz, pero ahora se quedan sin la justificación del discurso polarizante y por eso se han quitado las caretas.
-¿Es posible curar esas enormes cicatrices que tienen las sociedades de Colombia y Venezuela?
-Si en Colombia en lugar de Petro hubiésemos tenido a Ricardo Lagos, habría barrido en la primera vuelta, porque aquí el problema no es la izquierda, sino la cultura del odio que construyeron Petro y sus partidarios. Esto que pasó el 29 de mayo es un mensaje para América Latina, tanto para la izquierda como para la derecha, a que crezcan de manera constructiva y no hagan de la destrucción sus pilares.