En la aldea
24 enero 2025

Maduro promete más carros con Irán, pero Venirauto apenas alcanzó 28% de su meta de producción en cinco años

Los últimos registros oficiales de la compañía muestran el uso de solo 18% de la capacidad instalada y la caída de la productividad laboral. Sin sanciones en el horizonte, la compañía reconoce entre los obstáculos que enfrentó las “dificultades en la reposición de las partes y piezas defectuosas recibidas por parte de los proveedores iraníes”.

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Pedro Pablo Peñaloza | 19 septiembre 2022

“Venezuela es un mercado poderoso en materia de venta de vehículos. Usted saca el vehículo y se lo arrancan de la mano donde lo saque”, aseguró Nicolás Maduro este jueves 15 de septiembre, en su visita a la Expo Feria Científica, Tecnológica e Industrial Irán-Venezuela.

Si se toma como buena la afirmación de Maduro y se contrasta con las cifras oficiales disponibles, el problema, entonces, no estaría en la venta del vehículo sino en “sacarlo”. Al menos, rodando desde la planta de Venirauto, fundada en julio de 2006 con la promesa de ensamblar unos 25 mil carros al año. Antes de hacer proyecciones sobre el relanzamiento de este proyecto impulsado por Caracas y Teherán, cabe hacer un balance sobre el camino recorrido. La memoria y cuenta del Ministerio de Industrias publicada en 2016, revela que en el periodo comprendido entre 2011 y 2015, Venirauto apenas cumplió con el 28% de la meta que se había fijado en cuanto a la producción de vehículos.

Muy lejos de la meta de 25 mil carros, en 2011 se propuso armar 16 mil y entregó 3.733 (23%). En 2012, apuntó a 8.390 y completó 3.595, el mejor año en términos porcentuales con 43% del objetivo. En 2013, planificó 7.596 y terminó con 2.048 (27%). En 2014, cayó más bajo: solo 1.844 de 8.580 (21%). Y en 2015, cerró con 1.947 de 5.725 (34%).

“En el periodo 2011-2015, el ‘dólar’ era mala palabra, existía un férreo control de cambio y en el país circulaba una moneda llamada bolívar (…) según la tasa oficial, el costo por unidad se movió de 12.478 a 50.310 dólares”

La memoria y cuenta de 2015 del Ministerio de Industrias -la última a la que se ha tenido acceso y que está disponible en el portal de Transparencia Venezuela- precisa que la capacidad instalada de Venirauto pasó de 10.560 en 2011 a 10.848 vehículos a partir de 2012. En el último año de este registro, la producción representó solo 18% de la capacidad instalada. Sobre la productividad laboral anual por persona empleada, entre 2011 y 2012 se ubicó en 8 y 7 unidades por trabajador, respectivamente. Después, en el trienio 2013-2015 bajó a 4. Hasta 2015 el total de empleados alcanzaba los 471, 271 obreros y 200 administrativos. La plantilla había llegado a su máximo en 2013 con 504 trabajadores, 244 obreros y 260 administrativos.

¿Por qué?

Debe acotarse que en este periodo no existían sanciones internacionales contra el régimen venezolano. Sin poder echarle la culpa al “imperio”, la memoria y cuenta del Ministerio de Industrias reconoce los siguientes “obstáculos” para la gestión de Venirauto en 2015:

    1. “Demoras de los despachos de materia prima correspondientes al tercer y cuarto trimestre del presente ejercicio fiscal, motivado a las dificultades en el pago al proveedor internacional, disminuyendo la ejecución presupuestaria a manera de equipar (sic) los costos con los gastos.
    2. Dificultades en la reposición de las partes y piezas defectuosas recibidas por parte de los proveedores iraníes, generando costos adicionales y lucro cesante a la empresa.
    3. Falta de certificación de calidad de todas las partes y piezas recibidas por parte de los proveedores iraníes”.

Los precios

“Son vehículos que van a permitir el ahorro económico de la población, vehículos de 7 litros de combustible por cada 100 kilómetros y serán vendidos entre 12 mil y 16 mil dólares”, soltó Maduro, exhibiendo sus dotes de vendedor, tras adelantar que aspiran a ensamblar cuatro modelos de carros iraníes en territorio venezolano.

En el periodo 2011-2015, el “dólar” era mala palabra, existía un férreo control de cambio y en el país circulaba una moneda llamada bolívar. Por eso, la memoria y cuenta del Ministerio de Industrias refleja en esa moneda el costo por unidades: 53.656 (2011), 76.397 (2012), 126.183 (2013), 149.039 (2014) y 321.984 (2015). Según la tasa oficial, el costo por unidad se movió de 12.478 a 50.310 dólares.

A pesar de los magros resultados, Venirauto mantuvo su mente positiva y anunció en 2015 que se enfocaría “en la producción y comercialización de 12.992 unidades, entre los dos modelos de vehículos: Turpial y Centauro”. La ausencia de registros gubernamentales impide conocer la evolución de la empresa. Sin embargo, al margen de los fríos números, las últimas declaraciones confirman que el optimismo sigue intacto.

“Son las nuevas líneas que vamos a empezar a ensamblar en Venezuela. Asimismo, buscamos ir a la producción nacional de partes y piezas. Invitamos al empresariado venezolano para que forme parte de la fabricación de partes y piezas de tal manera que, en un futuro no muy lejano, gran porcentaje de estas piezas sea hecho aquí”, aseveró Maduro, apostando por el “futuro no muy lejano” y olvidando el pasado cercano.

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