En la aldea
26 abril 2024

🎥La daga inteligente de Olga Tañón

“Llamadas de arriba a abajo para impedir uno de los tantos musicales que el Gobierno ha jugado a su favor” (…) Olga Tañón “estuvo en el ojo del huracán bolivariano, pero el sábado 1 de octubre supo poner esa brisa a su favor sin lograr despeinarse”.

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Javier Moreno Sucre | 03 octubre 2022

En un país inundado por las lluvias y los conciertos, Olga Tañon salió triunfante y robusta el primero de Octubre en el Poliedro de Caracas. Los seguidores del oficialismo armaron una artillería en las redes sociales creyendo que impedirle su entrada al país era motivo de júbilo y orgullo revolucionario, pero, pecaron mal, sus mandamás no son tan ingenuos para cometer semejante desplante.

Y es que la cantante boricua se pronunció ante los dantescos hechos de 2017, donde más de 150 ciudadanos perdieron la vida durante las protestas, muchos a manos de la fuerza pública, con tanques aplastándolos ante los ojos del mundo. Ese llamado al SOS, el madurismo lo consideró una traición e intromisión a su política interna de arrasar al adversario sin importarle nada. La solista estuvo en el ojo del huracán bolivariano, pero el sábado 1 de octubre ella supo poner esa brisa a su favor sin lograr despeinarse.

“Como siempre lo digo, soy puertoriqueña orgullosamente venezolana, gústele o no le guste a algunas personas y eso jamás va a cambiar”

Olga Tañón

Y es que la Mujer de Fuego, no es culpable de que el sueldo mínimo equivale hoy en día a 14 dólares del Banco Central de Venezuela, porque si vamos al paralelo, la caída es más deprimente. Tampoco ella tiene que ver que la Onapre fulminó el salario del docente, y mucho menos, se ha familiarizado con los números en rojo de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida(Encovi), que certifican que semestre tras semestre somos más pobres bajo la administración revolucionaria. Ella canta y menea las caderas, ese es su negocio.

Tampoco la Mujer de Fuego, y sí que lo tiene, puede tener algo de culpa en la conversión de la selva del Darién en la sala de un hogar venezolano, y mucho menos ha manejado las políticas públicas para obligar a casi 7 millones de connacionales a que se hayan ido del país, al no lograr poder vivir medianamente decente en la tierra que los vio nacer. Asimismo, tampoco creo que sepa que el Plan de Abastecimiento de la Gasolina era supuestamente por 30 días y creo que ya supera los 48 meses, y miles no tenemos el cupo asignado. Qué fácil es rodar la arruga del desastre social del país a una persona que va a cantar por tres horas.

Ante toda esa algarabía mediática de su visita, en algunas de las altas esferas del poder semana tras semana exigieron de ella disculpas públicas y otros más atrevidos pidieron no dejarla entrar, todo fue en vano, un esfuerzo más mediático que real. Y es que Olga entró llorosa, alegre, nerviosa y con la pluma lista para firmar el Libro de Celebridades del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, como si tuviera puestos unos audífonos de los DJ de antes, estampó su rúbrica.

Durante el show exclamó parte del viacrucis de hacer un concierto en un lugar manejado por el Gobierno y en un país polarizado hasta para ir a mover el esqueleto.

No saben cómo he llorado y rezado para que este concierto no se cayera. Tanto esfuerzo, tantas presiones para hoy reencontrarme con mi segundo país. Ha sido un  trabajo de mucha gente bajo mucho estrés. Y como siempre lo digo, soy puertoriqueña orgullosamente venezolana, gústele o no le guste a algunas personas y eso jamás va a cambiar”.

Y es que el Gobierno ante su ya maltrecho talante antidemocrático no es tan inocente para pifiar e impedir su show. No se iban a permitir una raya más, aunque muchos de sus jerarcas apretaran sus colmillos ante la impotencia de verla cantar sin disculparse. Ante ese panorama, no cuesta mucho imaginarse la tormenta que vivieron los organizadores, músicos y productores del espectáculo. Llamadas de arriba a abajo para impedir uno de los tantos musicales que el Gobierno ha jugado a su favor para hacer ver que en Narnia todo va para mejor, aunque la realidad sea otra; tan es así, que durante las casi tres horas de canto y baile frenético de la invitada, el aire acondicionado brilló por su ausencia, convirtiendo el recinto en una clase de bailoterapia bajo el sol marabino en una Semana Santa cualquiera.

Y para no seguir ilustrando nuestra tragedia social, la Tañón con su traje de guerrero romano, clavó la daga en la capital de la República, cantó, bailó, lloró, reflexionó y sin querer queriendo expuso las franjas divisorias del oficialismo, quienes sin dejarse ver mucho por los presentes, también menearon sus caderas al ritmo del merengue en el coso convertido en un sauna repletó de gente contenta, de verla surfear entre las aguas de un país polarizado.

Fuente: olgatanonofficial
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