En la aldea
19 enero 2025

Con el apoyo de trabajadores del lugar y vecinos, lograron abrir las puertas del Complejo Cultural Josefa Camejo (Fotografía: Isaac López).

Complejo Cultural Josefa Camejo, oasis de la memoria paraguanera

Después de 31 años de su fundación, 17 de los cuales estuvo en abandono, la reinauguración del espacio vuelve a llenar de esperanza a los vecinos de Paraguaná, que han dado la pelea en defensa de la memoria y contra el olvido.

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Jesús Piñero | 14 octubre 2022

El 18 de mayo de 1991 fue uno de los pocos días en los que Pueblo Nuevo tuvo la atención de un presidente de la República. Carlos Andrés Pérez, acompañado del gobernador Aldo Cermeño y del alcalde Lesme Pérez, cortó la cinta inaugural del Complejo Cultural Josefa Camejo, en un acto que reunió a reconocidas figuras de la política y la cultura para homenajear la historia de sus pobladores.

La construcción del Complejo Cultural había comenzado en 1990 como parte de los preparativos del Gobierno para conmemorar el bicentenario de Josefa Camejo, la mujer que alentó la independencia de Coro ante las filas realistas en mayo de 1821; y quien es recordada como una heroína republicana, pese que la mayoría de los datos de su gesta provengan de fuentes secundarias y no de algún archivo.

Nacida en Paraguaná el 18 de mayo de 1791, Camejo destaca en el discurso de la historia oficial como una de las figuras más relevantes en el proceso revolucionario provincial. A su imagen se le atribuye una epopeya guerrera que la historiografía profesional no ha podido corroborar por la escasez de fuentes documentales y el dominio de un relato sesgado por la exaltación de su género.

El culto hacia su personalidad histórica en Falcón es notable, especialmente en el municipio Falcón, en la península de Paraguaná, donde existen plazas y bustos de bronce en su nombre. Aunque en el panteón de héroes el uso de su figura no es nuevo, fue en 2018 cuando tuvo mayor presencia: su rostro figuró en el billete de dos bolívares, diseñado para el cono monetario lanzado ese año.

Pese a ello, la obra inaugurada vino a simbolizar un oasis cultural en el desierto de la región, un espacio de encuentro e intercambio entre los habitantes y los referentes de la literatura, la música y el teatro. Con ella, Pueblo Nuevo pudo trascender las leyendas y glorias que le referían como la cuna de la independencia regional y del federalismo del mariscal Juan Crisóstomo Falcón.

La memoria frente al olvido (1991-2004)

Desde 1964 hasta 1991, el espacio en el que se encuentra el Complejo Cultural Josefa Camejo era el sitio donde funcionaba el Mercado Municipal de Pueblo Nuevo. El principal lugar donde confluía la gente de la zona. Pero el deterioro de la infraestructura llevó al gobierno local a desocuparlo, a remodelarlo y a convertirlo en una sede para la cultura que produjera y resguardara la memoria.

Una vez inaugurado, a Paraguaná llegaron las fiestas, los desfiles, bailes, recitales y discursos de orden. Las celebraciones por los 170 años de la liberación de Coro y por el bicentenario de Josefa Camejo hicieron de los pueblos de la península el foco del interés regional. Cada mes, el recién estrenado Complejo Cultural recibía invitados de renombre: músicos, poetas, escritores y otros intelectuales.

“Entre 2004 y 2016, la institución tuvo 11 directores y responsables, sin embargo -a excepción del Archivo Histórico-, ninguno de los programas creados en el pasado tuvieron continuidad”

Profesor Isaac López

Desde Madrid, el crítico literario Carlos Sandoval rememora con nostalgia esos años de esplendor en Pueblo Nuevo: “En una oportunidad fui a presentar la edición de un poeta de finales del siglo XIX: León Bienvenido Weffer, antología a la cual le hice el prólogo. Se hizo un pequeño coloquio donde no solo se hicieron aportes críticos sobre Weffer sino sobre otros escritores un tanto olvidados”.

Sandoval destaca el valor del Complejo Cultural para el país, aun cuando se dedicaba principalmente a Pueblo Nuevo y al estado Falcón: “Ubicaba en el tablero de las manifestaciones culturales el aporte que el estado tiene en el mosaico simbólico de Venezuela: la penetración de los conquistadores, su papel en la gesta de independencia, el influjo judío, la huella del petróleo, entre otros”.

Ese legado habla de la pasión de un pueblo que se niega a morir. Una pasión que, para el crítico literario, está en la base de la confección de obras factuales y sígnicas perdurables. “El Complejo Cultural Josefa Camejo daba pie a eventos en los cuales estos temas y problemas solían actualizarse, con el fin de conocer siempre un poco más de nuestro imaginario y, sobre todo, de nuestra historia”.

La sede del partido (2004-2021)

Sin embargo, varios años después, aquellos encuentros fueron desapareciendo. La polarización y la senda autocrática que transitaba el país imposibilitaron cada vez más la existencia de las artes libres, la crítica abierta y los espacios de convivencia. Entonces, los habitantes de Pueblo Nuevo vieron cómo el olvido del pasado lejano regresaba a sus calles y deterioraban el viejo Complejo Cultural.

Aunque no faltaron voluntades para enfrentar esa realidad -como la del profesor Isaac López con la restauración del Archivo Histórico de Paraguaná-, el Complejo Cultural Josefa Camejo no pudo escapar de la desidia presupuestaria de los gobernantes locales de turno. Con paredes agrietadas y marcas de comején, los vecinos de la península esperaban el derrumbe al escuchar las lluvias fuertes.

“El Complejo Cultural Josefa Camejo no pudo escapar de la desidia (…) con paredes agrietadas y marcas de comején, los vecinos de la península esperaban el derrumbe al escuchar las lluvias fuertes” (Fotografía: Isaac López).
“El Complejo Cultural Josefa Camejo no pudo escapar de la desidia (…) con paredes agrietadas y marcas de comején, los vecinos de la península esperaban el derrumbe al escuchar las lluvias fuertes” (Fotografía: Isaac López).

Después de años de funcionamiento y producción cultural, todos los proyectos previstos se detuvieron. Sobre ellos cayó la fuerza del partidismo político y el interés por la participación ciudadana pareció diluirse con el calor del estado. Había un afán por destruir todo un movimiento que dialogaba con el país desde la danza, el teatro, la pintura, los libros, los zanqueros, las décimas y los salves.

Entre 2004 y 2016, la institución tuvo 11 directores y responsables, sin embargo -a excepción del Archivo Histórico-, ninguno de los programas creados en el pasado tuvieron continuidad”, cuenta López, historiador. La sede cultural pasó a ser un apéndice de la Alcaldía del municipio Falcón y del partido de Gobierno, se convirtió en el brazo de propaganda del Partido Socialista Unido de Venezuela.

No había espacio para la crítica, propia de las artes y de la academia. Solo una voz podía escucharse, la del partido. “Desde hace mucho tiempo no se convoca la elección y funcionamiento de su directiva. La llamada ‘casa orgullo de Pueblo Nuevo’, ‘embajada de Paraguaná ante el mundo’ y ‘casa de todos’ pasó a ser centro de ‘proyección de la revolución cultural’ y poco a poco pasto del deterioro”.

2022: la reinauguración

De 1991 hasta 2002, el Complejo Cultural se gestionó desde la Dirección de Cultura de la Alcaldía del municipio Falcón. En ese último año se dictó la Ordenanza de Creación del Instituto de Cultura, un organismo autónomo dedicado a la promoción cultural en el municipio. Y aunque la idea buscaba fortalecer el trabajo de una década, los años posteriores significaron lo contrario.

Durante los 17 años en los que estuvo el chavismo dentro de la Alcaldía, transcurridos entre 2004 y 2021, el Complejo Cultural se mantuvo en desidia presupuestaria. Aunque sus trabajadores intentaron conciliar con el poder: los nuevos alcaldes del chavismo no estaban para “encuentros culturales elitistas”, como calificó la labor realizada. Había llegado la hora de la “revolución cultural”.

Tres décadas después, cuando la revolución ha atenuado su poder, un proyecto de recuperación se encuentra en marcha. El alcalde Harold Dávila, electo en noviembre de 2021, con el apoyo de viejos trabajadores del espacio y de los vecinos, emprendió la remodelación del lugar que abrió sus puertas de nuevo hace un par de semanas atrás, en cumplimiento de lo prometido en su campaña.

Yoleida Guanipa de Hernández, actual presidenta del Instituto de Cultura, asegura que el Complejo Cultural está dentro de las prioridades de la Alcaldía, pues fue uno de los centros de convivencia de mayor importancia en la región: “El trabajo realizado allí hacía años se había convertido en una referencia cultural para la península y para el país, por su archivo, biblioteca y actividades”.

Guanipa de Hernández preside el directorio del Instituto de Cultura junto a otros cinco miembros, algunos escogidos por la Cámara Municipal y otros por los grupos culturales del municipio. Un sexto cargo se halla vacante, tras la renuncia de la cronista. Una serie de actividades culturales ya se encuentran planificadas para lo que queda de 2022 y esperan arrancar con fuerza en 2023.

Una mirada crítica desde adentro

El Complejo Cultural tuvo un significado inmenso para la cultura. Mientras el país seguía mirándose en el espejo del norte, Paraguaná era nuestra resistencia musical y poética, donde encontrábamos arraigo y cobijo”, comenta Yolanda Delgado, periodista y líder del grupo Texere, y asidua participante dentro de las actividades de la institución hasta los años de partidismo y desidia del Gobierno.

Delgado, quien también es creyente del proyecto chavista, reconoce las fallas de las gestiones sobre el Complejo Cultural de 2004 a 2021: “Las trampas y las confusiones, las miopías y los sesgos, el resentimiento, las sorderas, el desarraigo, la falta de una comprensión integral de la cultura como espacio de encuentro y debate produjeron un sismo que para muchos no tiene parangón”.

Cuenta que las noticias que llegaban desde Paraguaná durante ese período eran desalentadoras. Le atribuye a la intolerancia y a la falta de voluntades de aquellos años oscuros llevados por los alcaldes del chavismo. Una gerencia que trajo efectos negativos para la continuidad de las tareas y los proyectos culturales de la institución. “Ese manejo interesado de gestión cultural fue altamente nocivo”.

Por otro lado, celebra la remodelación: “Espero que no vuelvan a ocurrir esos hechos tan lamentables. Que la maniobra de su restauración desate la pasión y el afecto que siempre debió prevalecer en ese pueblo, epicentro de poesía y memorias”. Delgado reside en Maracaibo y es profesora universitaria, suma años de trabajo en la promoción cultural e investigación en la Universidad del Zulia.

Como una vieja amiga, la memoria histórica y cultural regresa a las áridas calles de Paraguaná. Su gente, después años de abandono, está dispuesta a defender su historia, quedando atrás el revanchismo partidista y apostando a la reconciliación. Dejándole nada más al olvido los odios y resentimientos pasados, pues como advierte el historiador López: “Solo así podemos tener un nuevo país”.

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